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"Sin música, la vida sería un error". (Friedrich Nietzsche).

Pagar por tocar: el gran timo de los concursos para bandas emergentes

Ayer, al abrir mi correo, me encontré con un mail del Emergenza Festival, un evento anual a nivel europeo dirigido a bandas que empiezan y buscan salas para tocar. Un amable responsable del festival me escribía, como otros años, para ofrecerme la posibilidad de actuar con mi banda en una pequeña sala madrileña, siempre con el motivador horizonte de poder llegar a la final, que se celebra en la sala Heineken. «Incluso de ganar y tocar en Alemania ante 30.000 personas», especifica el mail. También se compite por una serie de premios al mejor bajista, guitarrista y batería, y el ganador podrá grabar un disco con un productor de renombre. Hasta aquí, todo correcto y sugerente, salvando el pequeño detalle de que se trata de un concurso y no de un festival, como reza el nombre, con todo lo que eso conlleva. Bien, no es lo mismo, pero vale.

Tras echar un ojo a las bases del concurso, leo que los grupos tienen que abonar una cuota de inscripción de 60 euros. A cambio, la organización, «a diferencia de otros concursos o festivales, te garantiza un mínimo de un concierto (de 30 minutos máximo) en la fase de eliminatorias de vuestra ciudad».  Eso sí, si llegas a la final, te pagan el viaje a Alemania. Llevado por la curiosidad (también por cierta indignación, para qué negarlo) decido llamar al responsable para que me lo explique personalmente. ¿Pagar por tocar un solo concierto? Quizá no lo he entendido bien.

La llamada confirma mis sospechas. Efectivamente, si quiero participar en el Emergenza tengo que pagar. Además, para hacerlo tengo que pasar una criba consistente en una reunión con sus responsables, que comprueban si doy o no el perfil (no quieren bandas con contenido políítico alguno, por ejemplo). Tal y como especifican las bases, las salas no dan a los grupos ni comida ni bebida. «Al menos la entrada será gratuita», pienso ingenuamente. No lo es. Los conciertos cuestan ocho euros, de los cuales el grupo no ve ni uno. Eso sí, como el público es el que vota en las fases eliminatorias, cada banda tiene que tratar de llevar a todos sus entusiastas amiguetes. Un tocomocho muy bien montado que, si sale bien, resulta de lo más rentable para todas las partes menos para los propios protagonistas del asunto: los músicos.

Me entristece que, bajo la aparentemente noble premisa de promocionar a bandas pequeñas, eventos como este sólo contribuyan a enriquecer a unos pocos espabilados a costa de chavales inexpertos que, llevados por la sana ilusión de tocar, alimentan un peligroso negocio. Y es que conviene recodar, porque a veces se olvida, que cuando tu banda -por muy desconocida que sea-, actúa en una sala, tu trabajo, tu tiempo y tu esfuerzo creativo contribuyen a engordar el bolsillo del dueño de la sala, que cobra tanto por el importe de las entradas como por las consumiciones que abona religiosamente tu entregado público.

Romper con abusos como este, extensible a todos los empresarios que explotan a la juventud con el pretexto de vender experiencia a coste ínfimo, es responsabilidad de todos. Denunciando o simplemente dejando de participar de ello. Porque el arte, aunque algunos piensen lo contrario, también se debe remunerar de manera justa y equitativa.

(Ilustración: María Gil).

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59 comentarios

  1. Dice ser Alexia

    Como siempre, el problema esta en la cantidad de gente que «por hobbie» se dedica a ésto, perjudicando a los que nos dedicamos e invertimos un dinero en classes y aprendizaje. Y sobretodo, en que éstos se dedican a participar en éste tipo de concursos, además de pagar por alquilar una sala de conciertos (cosa muy habitual). Una cosa es tocar a cambio de un porcentaje de taquilla… y otra muy distinta dedicarse a ofrecerse gratuitamente o pagando. Lo triste de todo, siempre, es la propia raza humana. Hace tiempo que busco un fontanero que venga de gratis a arreglarme el baño y no hay forma… porque sera? Un saludo chicos, gran articulo.

    19 octubre 2011 | 18:41

  2. Dice ser Yo estuve allí

    Hola, yo participé el año pasado en este festival tocando la batería en un grupo y la cosa fue parecida a como lo cuentas.

    Además debo añadir que, en nuestro caso, una vez finalizado el concierto nos iban a dar un juego de parches y de cuerdas (de bajo y de guitarra) a cada grupo. Digo nos iban , porque resultó que al final no existía ni tal juego de parches ni tales juego de cuerdas.

    Un timo absoluto. Fue el concierto menos rentable de mi vida.

    Y por cierto, los técnicos de la sala en la que tocamos (que además estaba a tomar por culo) no se molestaron ni lo más mínimo en hacer su trabajo decentemente.

    Nos vemos.

    20 octubre 2011 | 01:15

  3. Dice ser Harlak

    Yo participé en un emergenza, y no son 60 €, sino 70 € lo que hay que pagar, y eso de que si llegas a la final te pagan el viaje a Alemania… para nada, eso es si ganas la final únicamente. Además, si estás en España y participas en Madrid o Valencia, tienes una final en esa ciudad de 13 grupos en cada ciudad. De esa final, sólo el nº 1 de cada ciudad VIAJA A BARCELONA A PARTICIPAR EN UNA NUEVA FINAL CON LOS 13 FINALISTAS DE BARCELONA, y de ahí el primero es el que va a Alemania… ¿y esto por qué? Por qué los de Barcelona tienen más posibilidades de ir a Alemania que el resto de España? ¿Que pasa aquí?

    Por el resto, lo has definido bastante bien, era sólo que habías sido bondadoso en tu crítica, aun es peor de lo que decías…

    20 octubre 2011 | 03:16

  4. En este país, y supongo que en todos, la afición por la picaresca y el abuso llega hasta los sitios más recónditos. No se puede engañar de esa manera a potenciales artistas, ya no sólo como personas, sino como músicos, como gente que nos hará más humanos.
    Supongo que actitudes como estas, abusos y engaños, hacen que cuando los artistas son famosos y conocidos se comporten como déspotas y dictadorzuelos.

    20 octubre 2011 | 09:14

  5. Dice ser Luismi (Rapport)

    Me alegra que alguien se haya preocupado por tratar públicamente este tema; se agradece mucho, Dani.

    Me dedico al rap desde hace unos tres años y medio y siempre es la misma historia.

    A mi me ha sucedido que hará cosa de un año fuí censurado por partida doble al expresar la misma indignación que expresas en este artículo.

    Una de las veces fué por la conocidísima plataforma Myspace, de la que, como muchos músicos, soy usuario. Al ver las condiciones del festival »Wolfest», del que según ví, Myspace es uno de los organizadores, dejé mi opinión en el muro para que tanto ellos como el resto de personas que entraran, pudieran verla. Básicamente les comenté educadamente que eso de »Wolfest: un festival diferente», como rezaba su eslogan, no tenía mucho sentido ya que era lo mismo de siempre, hacer negocio a costa de las ilusiones de los chavales; lo que en mi pueblo se viene llamando una estafa. Como puedes imaginar mi comentario nunca apareció.

    En otra ocasión pude comprobar como un grupo de rap (que además iba muy de veterano, underground y exponente de la cultura Hip-Hop) organizaba un festival en el que ellos teloneaban a un conocidísimo MC y montaban una especie de concurso que tenía como premio tocar 25 min. en dicho festival y cuyo primer paso para ganar el concurso era comprar una entrada del concierto por cada componente de grupo participante (12 euros la entrada, creo recordar); así se aseguraban ellos cubrir los gastos y ya de paso sacar beneficios. A esto hay que añadir que de lo recaudado del concierto, lo cual supongo que sería bastante ya que el cabeza de cartel mueve mucha gente, el grupo ganador del concurso no recibía nada. Me pareció increible el hecho de que si no tenemos ya bastante con que nos estafen desde fuera, que ahora también lo hagamos entre los compañeros del gremio.

    Misma historia; dejé mi comentario y en este caso fué borrado al instante y recibí mensajes privados como reprimenda por lo que había comentado. Lo que más me hizo »gracia» de esta situación es que el grupo llamó al festival »SinZensura», paradójico, ¿no?

    En fin, no me extiendo más, simplemente animar a toda persona que presencie algún acto, ya sea de este tipo o de cualquier otro, que considere injusto, a expresarse.

    Un abrazo!

    PD: Es comprensible que los del »Emergenza» no quieran bandas con letras con contenido político, ya que usualmente cuando existe contenido político es porque hay crítica, ¿y cómo van a permitir que se critiquen a los políticos? si están actuando como ellos: nos están intentando engañar.

    20 octubre 2011 | 10:15

  6. Dice ser retrax

    Me ha gustado mucho el análisis y la conclusión de esta entrada.

    20 octubre 2011 | 14:54

  7. o eso, o te llamas «Iglesias» de apellido…Un gran artìculo, gracias!

    25 octubre 2011 | 12:53

  8. Dice ser Nikller

    Pues nada de eso, por que yo me apellido Iglesias, y los de Wolfest se quedaron con nosotros a base de bien. Lo que dicen mas arriba: por circunstancias solo pudimos vender 25 entradas y tuvimos que autocomprarnos las otras 25 para poder tocar. Eso si, a micro abierto agradecí a mis amigos que hubieran venido pagando 10 pabos, un domingo por la tarde y sin que les dieran una puta cerveza. A gusto me quedé.

    03 noviembre 2011 | 15:08

  9. Dice ser marta

    Hola
    soy estudiante de periodismo en la UCM. Estoy elaborando un reportaje sobre grupos emergentes, basandome en el panorama musical actual y en las dificultades con las que dichas formaciones deben lidiar en pos de lograr su objetivo: entrar en la industria y que les escuchen (probablemente la segunda más que la primera)
    En fin, queria saber si podia contar con su ayuda para enviarle unas breves preguntas para que forme parte de mi practica.
    Le estaría muy agradecida si pudiera contestarme directamente en mi mail.
    Gracias de nuevo

    16 noviembre 2011 | 19:34

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