Viaje a la guerra Viaje a la guerra

Hernán Zin está de viaje por los lugares más violentos del siglo XXI.El horror de la guerra a través del testimonio de sus víctimas.

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Play Station y Harry Potter en la guerra de Afganistán

Después de las misiones, en la barraca 25 se da una curiosa cacofonía: el rugido de los morteros, que estremece el techo y las paredes, que sacude la noche, se mezcla con el sonido los disparos que sale de la televisión. La guerra exterior, tangible, real, se encuentra con la que simula la Play Station a través del juego Call of Duty.

No importa que hayan pasado buena parte del día pegando tiros de verdad, cuando vuelven a la barraca, los jóvenes que integran el tercer pelotón de la compañía cogen los comandos y se ponen a jugar.

Cuatro de ellos tienen 18 años. El resto: 19, 20 y 21. Un promedio de edad sumamente bajo, que se hace evidente en el desorden que impera en la barraca, donde se confunden los IPOD y los ejemplares de Harry Potter con los cargadores de balas, los cuchillos y las granadas. Todo esto imbuido en un insoslayable olor a hormonas, a zapatillas sudadas, a adolescencia.

Adolescencia que se descubre en las típicas gracias que tienen lugar a todas horas, inclusive durante las misiones en los blindados a través de los intercomunicadores: “Joder, ¡qué olor!”, exclama Cox tapándose la nariz. “¿Has sido tú Hernández?”. Y todos ríen, hasta el teniente Ward, que avanza junto al conductor, en la parte del vehículo llamada TC en la jerga castrense.

El más pequeño del pelotón es Stevens. Tiene 18 años cortos. Apenas terminó el entrenamiento fue enviado a Afganistán. Dice que entró al Ejército con el fin de conseguir después una beca para poder ir a la universidad– becas que, tras cuatro años en las fuerzas armadas, cubren hasta 32 mil dólares de gastos de estudios -, pero que la experiencia le ha gustado y quizás haga carrera como militar.

La función de Stevens es conducir un humvee. De todas las armas que usan, y que cubren el suelo de la habitación, elige como favorita al M4. Explica que el suyo trae incorporado un lanzagranadas M203 de 40mm y un sistema de mira laser AN/PAQ-4.

Cuando termina de posar para la foto, sus compañeros lo llaman. Hernández ha perdido, así que le toca ahora jugar a él. En el menú de inicio de Call of Duty selecciona sus armas. También tiene sus preferidas para la guerra virtual.