Viaje a la guerra Viaje a la guerra

Hernán Zin está de viaje por los lugares más violentos del siglo XXI.El horror de la guerra a través del testimonio de sus víctimas.

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Y el dinero de la guerra es para la empresa… ¡Dyncorp!

El ascenso de Dyncorp dentro del negocio privado de la guerra ha sido más lento y progresivo que el de muchos de sus rivales que de la noche a la mañana se vieron gestionando presupuestos de miles de millones de dólares en Afganistán e Irak. Compañías como KBR y Blackwater (ahora llamada Xe) a las que ha terminado por desbancar en la lucha por los fondos del Departamento de Defensa de EEUU.

Su génesis está vinculada a dos empresas creadas en 1946: Land-Air Inc y California Eastern Airways. En 1951, Land-Air Inc recibió su primer contrato para mantener y reparar aeronaves y armamento del Ejército de EEUU. Ese mismo año, la empresa fue comprada por California Eastern Airways, que en 1962 pasaría a llamarse Dynalectron Corporation. En 1987, el nombre tomaría su forma actual, DynCorp, que en español podría pronunciarse como “daincorp”.

Con base en Falls Church, Virginia, DynCorp cuenta con 22.500 empleados y realiza labores de seguridad, logística, mantenimiento, entrenamiento y traducción. Hasta el momento ha trabajado en Bolivia, Bosnia, Somalia, Angola, Haití, Colombia, Kosovo, Ecuador, Sudán, Kuwait, Irak y Afganistán. También fue contratada para mantener la seguridad después del huracán Katrina.

Más allá de la diversidad de países en los que se desempeña, la mayor parte de sus ingresos provienen de Afganistán e Irak, según explica la revista Forbes en su último número:

DynCorp ha surgido como uno de los grandes ganadores de las guerras en Irak y Afganistán, que le generan el 53% de los 3,1 mil millones de dolares de ingresos anuales. Los ingresos de la compañía crecieron el año pasado un 45% gracias a un joint venture a varios años por 4,6 mil millones de dólares para proveer de 9.100 traductores a los soldados de estadounidenses en Irak.

Pero el salto cualitativo de DynCorp, con el que deja atrás a rivales directos como KBR, tuvo lugar el pasado mes de julio, cuando ganó junto a Fluor el último concurso para la gestión de las infraestructuras –desde comida hasta gasolina y lavandería – de los EEUU en Afganistán, cuyo despliegue ha aumentado recientemente en 20 mil soldados por iniciativa de Barak Obama.

Aunque la oferta de KBR había sido inferior económicamente dentro de lo que se conoce como Logcap (Logistics Civil Augmentation Program), los fondos serán destinados a Dyncorp y Fluor. Las numerosas irregularidades, negligencias y delitos por parte de KBR, que seguimos de cerca en este blog, explicarían que fuera dejada fuera de los nuevos contratos.

Esta empresa, que a lo largo de los últimos seis años consiguió beneficios por 700 millones de dólares de la Logcap, declaró a través de su director, Bill Utt, que no recurrirá la decisión y que centrará sus esfuerzos en Irak. Los beneficios de KBR alcanzaron los 67 millones en el segundo cuatrimestre de 2009 en comparación con los 48 millones del mismo período de 2008.

Las sombras de Dyncorp

Pero tampoco Dyncorp – en cuyos campamentos nos alojamos en Sudán cuando empezábamos este blog en 2006 – está libre de sombras sobre su desempeño en zonas de guerra, aunque su modelo de gestión es considerado en general menos deficiente que el de KBR, Halliburton, Blackwater, Erynis o Triple Canopy.

Empezando por las acusaciones a varios de sus empleados en 1999 por explotación sexual y tráfico de mujeres de Bosnia, siguiendo por su controvertida participación en el plan Colombia o la muerte por sobredosis de uno de sus responsables del entrenamiento de la policía en Afganistán. En Irak los cargos van desde la incapacidad para justificar los 1,2 mil millones de dólares que recibió para entrenar a la policía, la muerte de un taxista y el empleo de blindados para el transporte de prostitutas.

En próximas entradas repasaremos estas acusaciones contra Dyncorp y conoceremos la curiosa historia de Robert McKeon, director de la compañía, cuyas acciones pasaron a valer 285 millones de dólares tras saberse en julio que la empresa recibiría junto a Fluor contratos en Afganistán durante los próximos cinco años por valor de 15 mil millones de dólares.

Mercenarios: Blackwater, DynCorps…

Comencé a escribir Viaje a la guerra desde en un campamento del sur de Sudán. En la puerta de la tienda de campaña, entre los mosquitos, el calor y los ecos lejanos de los disparos de los AK47, redacté algunas de las primeras entrada de este recorrido por los conflictos armados del siglo XXI, de este encuentro con sus víctimas, que también ha derivado en un periplo por la miseria, por el cambio climático, ya que son realidades que estarán en la base de numerosas situaciones violentas futuras.

Un campamento creado y regentado por la compañía DynCorps, en el que compartía el patio de comidas, los baños y el bar con miembros de la ONU, contratistas privados de empresas de reconstrucción y mercenarios. Un campamento en el que me cobraban 150 euros la noche por dormir en una tienda diminuta, asfixiante, con manchas de sangre en las asfixiantes lonas que hacían de paredes.

Desde aquel primer momento, la actividad de Dyncorps, hoy duramente criticada, me llamó la atención. Así como tantas otras empresas privadas de guerra que fui hallando en el camino, como Blackwater, que también se encuentra en una situación crítica, tras haber sido acusados algunos de sus integrantes de varias matanzas de civiles iraquíes.

Aprovecho este alto en Madrid de dos meses, en el que estoy recargando fuerzas, ordenando mi vida y disfrutando de esas pequeñas rutinas cotidianas como bajar a tomar un café al bar de la esquina, comprar el periódico y encontrarme con amigos, para sumergirme en el contestado universo de estas empresas cuyos beneficios se han multiplicado astronómicamente en los últimos años.

Rescataré entrevistas que hice a algunos de sus integrantes, conversaciones que mantuve con expertos en la materia, y me sumergiré en la vasta bibliografía que fui compilando a lo largo del tiempo. ¿Empresas de seguridad o grupos de mercenarios? ¿Cuál es su implicación casos de tortura como Abu Graib? ¿Cómo han crecido tan rápidamente? ¿Cuál es su vinculación con la extrema derecha, con los grupos religiosos protestantes más radicales, con la tradición puritana de EEUU? ¿De dónde salieron personajes como Erik Prince? ¿Es ético privatizar las guerras?