Viaje a la guerra Viaje a la guerra

Hernán Zin está de viaje por los lugares más violentos del siglo XXI.El horror de la guerra a través del testimonio de sus víctimas.

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La educación práctica y sentimental de un reportero en guerra

Riesgo para mí. Riesgo para el herido. Acercase con precaución. Hablarle para ver si reacciona: “Hello, hello”. Gritarle para ver si reacciona: “HELLO!! HELLO!!”. Retorcerle las orejas con el fin de provocarle dolor.

De seguir inconsciente observar si respira. En caso de que no lo haga verificar que no presente obstrucción alguna en el sistema respiratorio. Levantarle suavemente el mentón para que no se trague la lengua y después aplicarle un respirador de plástico en la boca.

Analizar el mecanismo de la herida. Si hay posibilidad de lesión en la espina dorsal inmovilizarle el cuello improvisando un collarín con lo que se tenga a mano, vale un periódico. En caso de no tener pulso, aplicar reanimación cardiopulmonar.

Luego proceder a revisar el cuerpo en busca de rastros de sangre. Sacarle la ropa. En caso de hemorragia, aplicar un torniquete, especialmente cuando la herida afecte a alguna arteria.

Prestar mucha atención a posibles hemorragias internas. Estimar la cantidad de sangre perdida en relación a la zona afectada: los gemelos y la pelvis equivalen a varios litros.

Curso para periodistas

Este es el procedimiento que una y otra vez nos han repetido los instructores, que una y otra vez hemos aplicado a lo largo del curso para periodistas en zonas hostiles tanto en clase con maniquíes, como con nuestros compañeros y con personas del pueblo de Avergabenny que actuaron durante los simulacros.

Un curso organizado por la empresa AKE que terminó el viernes y que recomiendo encarecidamente a todos aquellos reporteros que tengan intenciones de viajar a regiones en conflicto.

Medicina de emergencia

Interesante descubrir que la mayoría de las víctimas se producen como consecuencia de accidentes de coche, por lo que es vital emplear el cinturón de seguridad y comprobar tanto la licencia del conductor como que el coche esté en buenas condiciones.

Desalentador aprender que apenas el 8% de las personas a las que se aplica reanimación cardiopulmonar sobrevive, por lo que si uno se encuentra lejos de un hospital las posibilidades de superar un paro cardíaco son pocas.

El repaso por las enfermedades que se pueden sufrir es exhaustivo: malaria, tifoidea, dengue, cólera, hepatitis, y muchas otras de las que nunca había oído hablar. También vasto y complejo el listado de medicamentos que se debe llevar en la maleta.

Por último: ¿cómo reaccionar ante la amenaza de serpientes, víboras y escorpiones? La importancia de no mover rocas o de no sentarse en lugares que puedan poner en alerta a estos animales. Y tener en cuenta el calzado, ya que el 75% de las picaduras se producen por debajo de las rodillas.

La reacción ante el dolor

Quizás uno de los aspectos más importantes del apartado médico, que resumo rápidamente y de memoria, pase por la posibilidad de sufrir estrés postraumático después de trabajar en una zona de conflicto.

Por eso se deben analizar las propias reacciones: ver si se tiende al aislamiento, si se abusa de drogas o alcohol, si no se puede dormir bien, si se está demasiado irascible.

En este sentido, los periodistas del grupo noruego Schibsted parecen encontrarse a años luz del resto, ya que después de volver de una guerra tienen la obligación de asistir a una consulta con el médico y de recibir atención psicológica si éste así lo determina.

La seguridad

Una parte del curso está centrada en la medicina, la otra en la seguridad. Después de las clases teóricas se realizan simulacros: campos minados, emboscadas, checkpoints, secuestros.

Fundamental evaluar siempre la dimensión de las armas. En caso de ataque con morteros, esencial no correr y tirarse inmediatamente al suelo para minimizar el efecto de la metralla.

Como la herida de una bala está determinada por la rapidez a la que se desplaza, calcular siempre si se trata de pistolas o subametralladoras, que tienen baja velocidad y alcance, o si nos disparan con fusiles, que sí son de alta velocidad. Cuando la persona que nos apunta está cerca, ver si tiene puesto el seguro.

Con respecto a los campos minados, una vez que se está dentro, la retirada se debe iniciar de forma paulatina. El último miembro del equipo debe volver sobre sus pasos colocando tela adhesiva o trozos de papel a la altura del talón.

Las estrategias para enfrentarse a puestos de control y a los secuestros varían. Importante no perder el control. Ofrecer casualmente un cigarrillo. Comenzar una conversación. Humanizarse para que al otro le cueste más hacernos daños.

Estas son algunas de las numerosas lecciones que nos han dado con la intención de que cada uno las evalúe y saque sus propias conclusiones. El diploma que se recibe al finalizar no lo convierte a uno en enfermo, ni tampoco los consejos sobre seguridad garantizan que nada malo vaya a suceder ya que cada situación es única, irrepetible.

Pero la información recibida sí sirve para tomar conciencia de las posibles reacciones ante la pregunta que tantas veces nos ha hecho Tom O’Neill, antiguo miembro de las SAS y director del curso: What if?