La primera lección, y la que más nos han repetido hasta el momento en el curso para periodistas en zonas hostiles, es que debemos hacernos cuantas preguntas sean posible acerca del futuro.

What if?, nos recuerda a cada momento el profesor poniendo énfasis en que la más mínima falta de previsión puede suponer un riesgo para nuestra seguridad.

¿Qué ocurriría si sufriésemos una herida? ¿Tendríamos el seguro adecuado? ¿Con quién nos pondríamos en contacto? ¿A qué hospital pediríamos que nos llevasen? ¿Y si nos paran en un puesto de control? ¿Dónde llevaríamos el dinero? ¿Cómo reaccionaríamos? ¿A quién llamaríamos para pedir ayuda?

Aunque el curso es dado por antiguos comandos de las SAS británicas, Tom, el director, lo primero que nos puso el lunes fue un vídeo protagonizado por soldados de su país en Irak.

Según lo que explica a la clase, la operación se había planeado con cuidado, se había ensayado en varias ocasiones. Sólo un detalle se había dejado a un lado. ¿Cuál es?, nos preguntó.

Los marines británicos se habían olvidado de tomar en consideración un elemento nada despreciable en un desembarco: la fluctuación de la marea.