Viaje a la guerra Viaje a la guerra

Hernán Zin está de viaje por los lugares más violentos del siglo XXI.El horror de la guerra a través del testimonio de sus víctimas.

Reencuentros en Calcuta: el niño del monzón

El primer día de monzón bajé emocionado con mi cámara y encontré a estos tres niños sin hogar que jugaban en el agua lóbrega y hedionda que anegaba las calles. Corrían, se zambullían, reían, celebrando que el arribo de la temporada de lluvias acababa de terminar con el asfixiante calor que desde el mes de marzo tenía sitiado a Calcuta.

Una foto que me acompañó durante años como símbolo de esa capacidad que tienen los pobres de la India para vivir el momento, para apreciar los gestos más sutiles de la vida. Esa faceta tan admirable del espíritu humano, que no se deja vencer en las situaciones más adversas.

No quiero decir con esto que la gente materialmente más postergada sea «santa», «inocente», como más de uno suele afirmar, como si se tratase del «buen salvaje» de Jean-Jacques Rousseau. En algunos barrios de chabolas he visto escenas de una crudeza y una brutalidad difíciles de superar, consecuencia de la desesperación, la falta de recursos, de educación. Pero sí es cierto que muchas personas que he conocido en la miseria, o en la guerra, me han sorprendido, me han hecho repensar mi mundo y mis valores, al mostrarse con una serenidad, una generosidad y una dignidad dignas de admiración.

En este regreso a Calcuta, tras un lustro de ausencia, busco a los protagonistas de esta foto que saqué en la calle Sudder, hace ya más de 13 años. Amigos que me recuerdan de los tiempos en que este era mi hogar, como Kishore, el dueño del restaurante Tirupati, me dicen que dos de los niños ya no están en la zona, pero que el tercero, Lala, trabaja en un establecimiento cercano.

A Lala lo llamábamos cariñosamente rat face, cara de rata, por sus rasgos afilados y su dentadura pronunciada. Recuerdo que pasaba los días junto a su madre y sus cinco hermanos al final de la calle Sudder, en la confluencia con Chowringee Road. Imposible no fijarse en ellos al caminar por allí, ya que todos tenían esas mismas facciones tan singulares, hasta los niños más pequeños. El padre de Lala había muerto. Su hermana mayor recogía basura, al igual que su madre. Y él se dedicaba a mendigar entre los turistas, como buena parte de los niños que malviven en la zona.

Encuentro a Lala en el restaurante en el que trabaja. Me saluda efusivamente, aún me recuerda. A los veinte años lo noto curtido, cansado. Seguramente, por haber nacido y haberse criado en la calle, entre la basura, el ruido, el monzón, el calor, la malnutrición, el estrés de no tener que comer, la ausencia de atención médica, la falta de un techo bajo el que dormir.

Pero también, al ver los tatuajes en sus manos y escuchar la forma lenta y deshilvanada con la que habla, me pregunto si durante la adolescencia, en esos años en que le perdí la pista, no habrá terminado como otros jóvenes de la calle en ese submundo marginal que acompaña a mucha gente sin hogar: las drogas, la prostitución, los hurtos.

Lala me lleva a ver su madre, Sarasuti, que sigue allí, sentada junto a una montaña de basura, con otro niño pequeño en brazos. Ella también me recuerda. Y me dice que la vida sigue siendo muy dura. Aunque Lala trabaje, aunque su hija mayor se haya casado y tenga hijos, aún ella tiene como única vivienda esos plásticos bajo los que pasa la noche, y como únicas posesiones, la ropa que guarda en unas bolsas de plástico y los cazos en los que cocina sobre la acera, a centímetros de donde pasan los coches.

Sarasuti, cuya vida posee como escenario la calle desde hace dos décadas – apenas se casó la pobreza la empujó a las aceras -, será la protagonista del primer capítulo de Un día más con vida, que saldrá a mediados de septiembre. Un capítulo en el que sigo a varias personas sin hogar en Calcuta: una anciana abandonada, un pintor con problemas mentales.

Cuando regreso más tarde con las cámaras y los micrófonos, me habla de la muerte de su marido, de los momentos de hambre y desolación, y también de los vislumbres de felicidad que ha podido tener, especialmente gracias a sus hijos.

Al preguntarle por su edad, escucho perplejo la respuesta. Le vuelvo a formular la pregunta. Tiene 33 años. Al igual que su hijo Lala, la miseria, ha demacrado su rostro, lo ha poblado de arrugas. Las noches a la intemperie, la incertidumbre, la desesperación, se hacen evidentes en esas facciones devastadas por el paso del tiempo.

21 comentarios

  1. Dice ser Té

    Cara de rata!!!!!!!!!!!!!!…He vivido durate 3 años con la foto del pequeño rat face frente a mí. Es él!!!!!!! No me lo puedo creer!!!!!! Increíble. Me parecen éstas unas entradas buenísimas, muy interesantes. Me gustaría ver más… Qué fué de Sunil??? Irshad??? Moshumi? Qué magníficos recuerdos!!!!! Saquémosle el lado positivo a esto. Muchos de esos niños han tenido una oportunidad. Trabajan, descubren el amor, salen adelante…. Qué buenos recuerdos!!!

    30 noviembre -0001 | 00:00

  2. Dice ser patricia

    Hola Hernán!Qué mirada tan triste tiene ahora Lala, tan diferente a la que tenía cuando era un niño, cuando jugaba alegre entre las aguas del monzón.Estoy de acuerdo contigo, somos capaces de comportarnos de forma valiente y generosa, pero también de cometer los actos más crueles. Cuando somos niños somos vulnerables y nuestra vida determinará en gran parte la persona que seremos cuando seamos adultos. Un niño acabará dando lo que ha recibido, si vive en el odio acabará odiando, si sufre hambre, enfermedad o explotación estará condenado a ser infeliz. Deberíamos luchar porque ningún niño pierda su sonrisa, estoy convencida de que se acabarían gran parte de los problemas del mundo.Abrazos a todos!

    30 noviembre -0001 | 00:00

  3. Dice ser anab

    33 años¡¡¡ … madre mía. Viendo cosas así es cuando más evidente se hacen las diferencias entre sus vidas y las nuestras. Parece una anciana. Y en el fondo a sus 33 ha vivido tres veces más que cualquiera de nosotros a su edad. Yo M¡me voy a quedar entre la decepción sin consuelo de MM (un abrazo preciosa) y ese optimismo sin fisuras de Té. Hay que aceptar la vida como es. Nosotros tenemos la suerte de haber nacido en esta civilización occidental, contamos con unas condiciones de vida privilegiadas, seguridad, confort, oportunidades y da rabia ver la injusticia de estas vidas miserables cuando otros nadan (y a veces se ahogan que es lo peor) en la abundancia. Pero hay que verlo bajo la perspectiva de las leyes de la vida, de la naturaleza. La vida es injusta, la naturaleza arbitraria y a veces cruel. Pero el ser humano tiene la firme intención de avanzar, de mejorar la vida y en ello estamos, en el camino.besos a todos

    30 noviembre -0001 | 00:00

  4. Hola a todos;Anab, pero nosotros no tenemos el color de sus ropas, ni la nobleza de sus miradas, ni la ilusión por la vida,.. cueste lo que cueste.Hablábamos hace poco de la «perdida» espiritualidad de la sociedad hindú,… mirad el colorido de sus telas o el de sus hennas, y decidme si ahí hay o no espiritualidad. ..Intuyo que nos queda mucho por aprender de ellos.Parafraseo a uno de los grandes humanistas de la HIstoria: «Somos desdichados porque no sabemos lo felices que podemos ser». (Fedor Dostoïevski).Un abrazo muy fuerte,Jorge Medina AzcárateOne brother World

    30 noviembre -0001 | 00:00

  5. Dice ser Hernán Zin

    Queridos amigos, últimas entradas de Calcuta antes del próximo destino, Líbano, un año después de la guerra. Aún me quedan por narrar los reencuentros más emotivos. Gracias por estar allí a pesar de las vacaciones, del calor, un lujo leer vuestras reflexiones. Abrazos!!!!! HZ

    13 agosto 2007 | 10:43

  6. Hernán, esta visto que la forma de vida, merma considerablemente la esperanza de esta. Pero por gracia -y no divina- seguro tienen mucho más experiencia que cualquiera de nosotros. No sé, si esto sirva de algo, pero solo espero que su calvario no sea mucho más de lo que ya puede ser.Un saludo

    13 agosto 2007 | 11:41

  7. No hay derecho a esto. No hay derecho que el tiempo, el destino se conjuguen de tal forma que tengas que preguntar dos veces por la edad de esta mujer.Que búsqueda más cansada, con un final más que anunciado….y que por mucho que veo el rostro de ese niño empapado de agua no veo a ese hombre los mismos ojos llenos de vida con que iluminan tu salón.Esa foto ya no genera para mi ninguna esperanza. Con este post se acabó lo poco que el futuro había deseado para esos tres niños.Buen viaje al Líbano. Yo me paseare por Egipto una temporada.Saludos……..MM

    13 agosto 2007 | 11:58

  8. Dice ser SRYA

    Bufff qué post más duro!!!Perdóname Jorge, no sé que tiene que ver la espiritualidad con la miseria, yo al menos no la veo ni en su cara ni en sus ropas ni en sus hennas. Si es que alguna vez se puede ver la espiritualidad. Vamos por no ver ni siquiera veo serenidad en su mirada… veo abatimiento, tristeza resignación e incluso un atisbo de rabia. No cambio sus telas por 20 años de vida en la calle…Seguramente tendrán mucho que enseñarme pero ¡a qué precio!Soy contradictorio con respecto a la especie humana. No creo que seamos buenos por naturaleza, ni siquiera los niños. No es justo cmo dice MM que esa mujer, y tantas otras, y tantos niños y tantos hombres, vivan esas vidas. No es justo pero seguramente sí es humano.. es la lógica de nuestro mundo. Quizás hemos llevado al extremo el clan.. ya no es nuestra familia, ahora es nuestra forma de vida. Somos afortunados y hemos nacido en la parte rica del mundo… Si Lala o su madre viven mejor será a costa de que nosotros vivamos peor (o dicho de otro modo.. vivimos así porque ellos viven mal). ¿Estamos dispuestos a renunciar a esto? Trabajo en una multinacional que tiene un gran centro en la India… estoy seguro de que todos (incluyéndome a mi) votaríamos ahora mismo porque cerrase el centro de Noida… y que echasen a la calle a los miles de trabajadores que allí tienen, así nuestros trabajos aquí estarían seguros,daríamos un gran suspiro de alivio. ¿hasta cuanto estaría dispuesto a renunciar? si mi trabajo, si mi comida, si mi coche, si la luz eléctrica a todas las horas del día, el agua caliente, la seguridad social, las medicinas, los caprichos, el cine de los domingos, o no sé qué están en riesgo ¿estoy dispuesto a renunciar a entender que es por el bien de una mayoría? No creo. ¿Hay alguna forma de conjugar todas las necesidades y deseos? ¿Podemos vivir todos con el mismo nivel de vida con el que vivimos en España, por poner un ejemplo? ¡qué les importa a los algodoneros extremeños, por ejemplo, cómo vivan en Burkina Fasso y si les quitan las subvenciones que le posibilitan el trabajo de cada día! ¿comercio justo? ¡qué es eso!No somos buenos pero tenemos la capacidad de serlo, y de vez en cuando existen ráfagas luminosas que nos llenan de esperanza.. porque somos capaces de lo más perverso pero también de lo más increible y dejarlo todo y empezar a dar pequeños pasos para mejorar la vida como dice Anab.. pero… ¿demasiado pequeños? ¿O sólo avanzamos cuando el riesgo de pérdida es mayor que el de ganacia?

    13 agosto 2007 | 15:04

  9. Dice ser La Filistea

    No sé como llegué a tu página, sin duda ha sido lo mejor que me pudo haber pasado en el día, así que éste es el primer post que leo, porque no he visto lo demás, me voy a dar una paseadita por las demás notas.Pero no quería dejar pasar comentar aquí, desde que leí una biografía de la Madre Teresa de Calculta y los terribles sufrimientos en Calcuta, me sorprendió sin imaginar que un día vería a alguien tomando fotos, el sufrimiento se les vé en los ojos y esto puede ser algo trillado, pero a veces nos la pasamos renegando de todo y resulta que esas personas nos dan tremendas lecciones de vida. Tal vez nó de felicidad pero sí de que se puede seguir con vida a pesar de todo.Un abrazote Hernán.

    13 agosto 2007 | 15:05

  10. SRYA, intuyo igual no me has entendido del todo, …o me he podido explicar mal. Yo comparo toda esta maravillosa lección humana que estamos leyendo en este blog, con los famosos «síntomas depresivos» tan de moda y tan insensibles de nuestra sociedad cuando no encontramos trabajo, cuando nos deja nuestra pareja, ..o, totalmente verídico, cuando hay un apagón de luz en Barcelona durante tres días y no podemos cargar nuestro móvil.Frente a esto, hay quien en India, por ejemplo, sonríe y lucha contra la mayor de las adversidades en la vida,.. sea monzón, epidemia, o falta de alimentos y agua para beber. Color en las ropas, sonrisa en la cara, y henna en las bodas,.. no necesitan nada más. La vida sigue adelante. (..Porque esta gente que véis en las fotos, se casa también). ..Y la felicidad, entendida desde una perspectiva a mil años luz de la nuestra, no desaparece nunca. ..Porque saben que es lo único que tienen. Pero lo disfrutan…Y esto es espiritualidad para mí,.. mucho más que cualquier otra «religiosidad» que queramos ver. (Tema que me venía a la mente por lo que se habló hace uno o dos posts en este mismo blog. Efectivamente, no tiene tanto que ver con éste de hoy)…Y claro también que tristemente no estamos dispuestos a perder nada de lo nuestro. ..Es el retroceso de una civilización totalmente materialista y sin rumbo ni valores como la nuestra, ..que llega a sus fines, igual que ha pasado desde los romanos, egipcios, persas,.. y todo lo que la Historia de la Humanidad nos ha enseñado a lo largo de los siglos, …y que parece que seguimos sin querer aprender. (Me gustaría saber qué haríamos nosotros en esas condiciones, ..yo el primero, así lo reconozco).Un abrazo muy fuerte. (Pido disculpas por el rollo, Hernán. Reconozco que me apasiono mucho).

    13 agosto 2007 | 16:38

  11. Dice ser anab

    Nosotros y ellos somos lo mismo, parte de un mismo todo que es la humanidad. Más felices, menos felices, más espirituales, menos espirituales … yo creo que eso es cuestión de personas, no de culturas o de situaciones. Que nuestro mundo occidental está un poco en crisis pues si, pero ahí tendríamos que entrar a analizar lo complicado e insaciable de la naturaleza humana y hablar de necesidades básicas, secundarias, de espiritualidad, etc… pero tampoco hay que renegar de todo ni pensar que solo existe espiritualidad en la miseria. En fin yo no cambio la supuesta «espiritualidad» de hennas, costumbres y vivos colores por el agua corriente, la electricidad y la seguridad de mi casa). Estas realidades, la de la India, la de Africa,etc.. todas estas miserias no son nuevas. Hace nada tambien en Europa viviamos bastante miserablemente, no lo olvidemos. Lo nuevo es que el mundo gracias a los avances tecnológicos y económicos se ha hecho pequeño y que ahora podemos verlo, entrar en contacto con esas realidades. Como bien dice SRYA (me ha gustado tu comentario se nota, no?) estamos interrelacionados y lo que tenemos que aprender (y ese será el gran paso de la humanidad si algún día lo conseguimos) es a compartir, a priorizar, a poner la persona por encima de todo, de posesiones materiales sobre todo. El capitalismo se basa en multiplicar los beneficios, en aumentar siempre aumentar, ganar cada vez más, y más y más … hasta un punto un tanto irracional. Resultado que unos pocos acumulan mucho mientras muchos tienen poco. No solo respecto a paises, tambien en nuestro mundo pasa eso. El gran triunfo del ser humano será si un dia conseguimos que todos, sin excepción, de raza, sexo, condición social, lugar de nacimiento, etc… alcancen al menos unas condiciones mínimas que podamos llamar dignas. Que nadie muera de hambre o de enfermedades curables, tener una casa, un trabajo digno, seguridad, acceso a la educación, una infancia segura y feliz.No hay que verlo como que hemos fracasado. No hemos llegado a ningún sitio, estamos en camino. El mundo ha estado siempre y está en evolución, damos un paso para adelante y tres para atrás, tropezamos veinte veces con la misma piedra, vale, pero vamos para adelante. Ayer veía la pelí de Gandhi por enésima vez y sus palabras finales decía algo así, «cuando siento que flaquea mi confianza pienso que a lo largo de la historia siempre ha sido el amor, la bondad, la libertad lo que ha terminado triunfando»Es un pensamiento que a mí me reconcilia un poco con la vida. Si no nada merece la pena.

    13 agosto 2007 | 17:37

  12. Dice ser carmen

    Cuando estaba embarazada de mi primera hija empecé a leer «La ciudad de la alegría» de Dominique Lapierre. No pude terminar de leerlo y no volví a él. Eso es lo que suele ocurrir con el occidental.Nos tapamos los ojos, respiramos fuertemente y a otra cosa mariposa.Y seguimos comprándonos nuestros adidas y demás marcas que nos hacen importantes.Pero no todos son así. Yo sigo creyendo en la bondad del hombre.La conexión existe y la ayudas también.Tengo a Vicente Ferrer como ejemplo.Es cierto que sus miradas reflejan la dureza de sus vidas, pero también he visto sabiduría y seguro que tendrán una gran paz interior cuando se marchen. ¿No es eso lo más importante al final del camino?Gracias por mostrar lo que tus ojos han visto.

    13 agosto 2007 | 18:34

  13. Dice ser Carmen F.

    El capitalismo es un modelo económico, pero no el único… al igual q con el paso del tiempo otros modelos fracasaron cuando se demostró q no servían, lo mismo puede ocurrir con el capitalismo, tan alabado por unos y denostado por otros… y yo distinguiría tb entre capitalismo y capitalismo salvaje y desmedido, sin ningún tipo de límites, q es el q impera en el mundo occidental desde hace unos años… supongo q llegará un día en q habrá cosas q caerán por su propio peso, y el mundo entero tendrá q reaccionar, si no voluntariamente, forzosamente…De cualquier forma, los modelos son sólo eso, modelos, son las personas quienes llevan a cabo la implantación y quienes desarrollan su funcionamiento, son las personas quienes tienen el control, y es en las personas donde yo veo muchas veces los problemas y las soluciones de tantas cosas… los sistemas económicos, políticos, sociales, etc, no funcionan solos ni por ciencia infusa, no son algo abstracto q tiene vida propia, están a nuestro servicio, y podemos emplearlos tanto para destruir, competir, someter, etc, como para contruir, cooperar, ayudar, liberar… y esto vale tanto a escala global como individual…Los niños tienen un increíble capacidad para abstraerse de la dureza de la vida, escapar con su imaginación y vitalidad, con su inocencia y alegría innatas… a ellos les cuesta mucho menos sonreír q a los adultos, yo lo he visto y comprobado desde hace tiempo en los hospitales… pero los niños se convierten en adultos algún día, y entonces, supongo q ya necesitan algo más q sueños o juegos para poder seguir sonriendo y conservando la esperanza y la confianza en un futuro mejor…A veces pienso q ni siquiera tenemos autoridad moral para hablar ni opinar sobre estas personas, sobre la vida de tantos seres humanos q sólo han recibido dolor y sufrimiento desde q nacieron hasta el mismo día de su muerte, q tal vez se convierte en una liberación para ellos…Dignidad, una palabra muy grande… la utilizamos a menudo al hablar, al escribir, al pensar… nos referimos a la dignidad personal de los otros, de aquellos q malviven en este mundo careciendo de todo, tanto lo material como lo humano, la ensalzamos como si fueran héroes en su lucha contra la adversidad, pero en semejantes condiciones de vida no hay dignidad, aunque no son ellos los indignos, los indignos son aquellos q por acción y/u omisión, crean y/o permiten q existan lugares así, llenos de personas así, viviendo en situaciones así… los indignos son los q causan el problema, no los q lo sufren, q son y siempre serán víctimas, víctimas q muchas veces acaban convirtiéndose en verdugos, dando lugar a más víctimas, y formando así cadenas q perpetuan y prolongan este estado de cosas… cadenas difíciles de rompen, pero no imposible, cosa de la q estoy cada vez más convencida gracias al entusiasmo y optimisto vital q me contagian blogs como éste o personas como Hernán Zin, o como Jorge Medina Azcárate, o como Alicia (MM), etc…La dignidad exige unos mínimos q nos permita desarrolarnos como personas, y eso lamentablemente sigue sin ocurrir en gran parte del mundo… esperemos q en el futuro esa gran parte del mundo sea cada vez más pequeña, hasta q algún día desaparezca del todo…Besos desde Málaga… (tenía q hacer un paréntesis en mis vacaciones para visitaros… os echo de menos… 😉

    13 agosto 2007 | 21:01

  14. Queridos Anab y SRYA:Siento de forma humilde discrepar con vosotros; sí depende de culturas,.. no somos todos iguales. La muerte en Occidente se representa con el negro, en China con el verde, y en India con el Blanco. ..Y así, millones de ejemplos culturales que nos hacen diferentes (..que no incompatibles). ..Estoy convencido que toca aprendernos. ..Y estoy también convencido que enfermedades llamadas del S. XXI como la depresión o la obesidad, tendrían mucho que aprender del dolorosísimo ejemplo para mí del Tercer Mundo.Querida CarmenF, te agradezco en el alma tus palabras tan sensibles hacia todos, ..en especial los niños. Efectivamente, la dignidad desde el interior de cada uno es lo único que nos separa a todos en 2 únicos bandos a nivel global. Qué precioso lo que dices.Hernán, siento muchísimo haber podido desviar la atención para el tema de los niños y los desfavorecidos en Calcuta, que intuyo son sin duda lo más importante en este Blog. ..Ojalá haya podido por lo menos ser constructivo para toda la familia tan maravillosa de este blog. Para mí estoy seguro que así lo ha sido. Inshallah.Un abrazo muy fuerte.

    13 agosto 2007 | 22:34

  15. Dice ser patricia

    Hola Jorge!Claro que resulta constructiva tu opinión y la de todos. Es lo mejor de este blog. Me encanta escucharos.Un beso a todos!

    13 agosto 2007 | 22:44

  16. Dice ser Sonrisa Radiante

    Dignidad que saben llevar los más desfavorecidos.Nos ha tocado estar en la parte del mundo donde hay electricidad,alcantarillado,seguridad social pero nos podría haber tocado en la otra parte del mundo.Me han encantado escucharos.Un fuerte abrazo a todos!!!Y…no dejeís de sonreír y de tratar con amor a todos los seres sin excepción.

    14 agosto 2007 | 01:03

  17. Dice ser Amhelie

    Hola de nuevo a todos!Un placer leer vuestros textos.Devoro cada linea!.Me encanta que esto se este convirtiendo en un espacio que construimos todos.Me quedo con la imagen de las sonrisas blanquisimas de esos niños en medio del gris del agua sucia.De esos ojos rojizos del «niño» cuando crece y se vuelve adulto….harto de ver miseria.De nuevo,esos ojos de madre sufridora,consciente de su pobreza pero aceptando que no puede tener nada mejor…esa mirada que he visto en las madres pobres de todo ese tercer y cuarto mundo.India se me asemeja a un gran ojo abierto a los contrastes de la vida, a la intuicion, a la misma fuerza que la hace revivir y a la vez morir…la de los cambios climaticos,la pobreza,las religiones…Me encantaria que contribuyera algun hindu en este blog tan «occidentalizado»,quizas opinando sobre nuestro mundo…seria realmente interesante.Hernan,te mando fuerza y suerte para ese Libano, nos acordaremos de ti.No dejes de darnos pronto noticias,eh?.Un abrazo y paz.

    14 agosto 2007 | 01:24

  18. Dice ser SRYA

    Jorge, es un placer leer tu punto de vista, aunque no lo comparta, qué quieres soy un agonías jejeje.No estoy de acuerdo, por ejemplo, en que por el simple hecho de ser pobres, de vivir en la indigencia, tengan más cosas que enseñarnos que las que nosotros les tengamos que enseñar a ellos. No creo que la miseria sea un grado.La pobreza es una putada, en cualquier caso, sea cual sea la razón. Y estamos hablando de que mucha gente es pobre, mísera y tiene muy pocas posibilidades de desarrollarse como persona simplemente porque nació en el lugar equivocado. Un río, una montaña, un muro (¡dios un muro!, o una valla, que España no está a salvo de la verguenza), un metro puede significar una gran diferencia.Desde aquí vemos una superficie del poliedro y sí claro, seguramente viendo su sufrimiento y suspenurias debamos aprender a relativizar nuestros problemas. Quizás sea más grave no saber qué vas a comer ese día que el atasco matutino en la autopista. Pero no creo que sean más felices que yo simplemente porque no se preocupan de la hipoteca, ¡ellos no tienen un techo donde vivir!Resumiendo, creo que todas esas lecciones las podemos aprender sin la necesidad de que nadie viva en las condiciones en que vive Sarasuti. Incluso entre la gente que me rodea encuentro gente que vive feliz, que sonríe, que se casa… y tienen una casa, y comida diaria y a veces hasta trabajo.Pero no soy tan amargado como parezco, creo que las cosas están mal, pero no imposibles. Y veo cosas que me gustan, por ejemplo el banco de los pobres, o las ONGs.Leyendo este blog aprendo diariamente, de los textos de Hernán, de las fotos, de vuestros comentarios. Aprendo a ver parte de lo que no me gusta, al menos la parte que coincido con Hernán, a no cerrar los ojos. Aprendo a indignarme porque no puedo evitarlo, pero tamibén porque no hago gran cosa por evitarlo, porque «dar voces» aquí no sirve de nada si luego voy a mi casa a rascarme la barriga mientras veo una película en la tele. Que ellos deberían tener la posibilidad de optar a, como mínimo, lo que yo tengo (aunque sé que es imposible). Y aprendo que cada uno de nosotros puede hacer algo por cambiarlo, sin necesidad de ser un nuevo Vicente Ferrer. Que un pequeño gesto ya es un gran paso.Que, como dice el slogan, «Un mundo mejor es posible». Aunque en el fondo sepa que si a Lala y Sarasuti les damos mi mismo nivel de vida.. quizás acaben igual que yo.Como dice Anab, somos insaciables y posbiblemente demasiado egoistas. ¿o es el gen de la supervivencia?

    14 agosto 2007 | 09:35

  19. Perfecto SRYA:Agradezco en el alma la construcción de tus comentarios,.. (y los de todos los demás!). Definitavmente, somos muy diferentes, aunque afortunadamente nos une el mismo ideal, que es realmente ese Mundo mejor que sueñas tú también.Yo personalmente no soy feliz viendo tanta injusticia. Probablemente yo no sé relativizar, pero creo que ni quiero aprenderlo. Y para mí la miseria sí es un grado. Como dice también el refrán, «..hay que morder el polvo para saber apreciar la miel».Que nunca pierdan la sonrisa esos niños. Intuyo que la vida no tendría sentido para ellos sin sonreír.Un abrazo muy fuerte.

    14 agosto 2007 | 11:47

  20. Dice ser Mayté

    Hola HZ!Esos rostros tan cansados y marchitos por la vida que llevan, y pensar que eso es lo único que conocen, sufrimiento y breves momentos de alegría, pero si su sufrimiento es tan grande estoy segura que su alegría cuando la tienen es igual de inmensa, la atesoran y se aferran a ese sentimiento que nadie puede quitarles por que se guarda muy adentro para sacarse cuando sea necesario, y cuando llegue el momento de descansar, irse en paz, que la muerte es una liberación; y aún así tienen tal grandeza en el alma que agradecen el estar vivos, cada día que pasa es un gran logro.Un abrazo, y ¿cuando partes a Líbano? pasas por Madrid? =)Anab, MM, SYRA, Carmen F, … besos.Mayté

    14 agosto 2007 | 12:11

  21. Dice ser sara qc

    que tal Hernan?me alegra saber que has encontrado a Lala sabia que lo conseguirias nada se te escapa.ahora te vas al Libano….vamos aver como siguen las cosas alli…cuidate mucho abrazos!

    14 agosto 2007 | 21:20

Los comentarios están cerrados.