Se acaba de ir uno de los grandes periodistas de nuestro tiempo. Un maestro de esta profesión. A esta altura, no queda mucho que añadir acerca de su trabajo. El reconocimiento a su labor ha sido unánime. Pero, sobre todo, a su compromiso moral.
Sorprendió al mundo a principios de los años setenta con su magnífico libro El emperador. Un complejo entramado de voces, un relato polifónico basado en los testimonios de los cortesanos etíopes, en el que descubre la personalidad de un ser tan enigmático y extravagante como Haile Selassie, el dios hecho hombre de los rastafaris, un hombrecillo pequeño y despótico, vanidoso y confabulador como pocos. Entre los que alabaron esta obra iniciática estaba nada menos que Gabriel García Márquez.
Después vino El Sha, libro en el que narra la vida de Reza Pahlevi, sin dejar de recordarnos que este “amigo de Occidente” había llegado al poder como consecuencia de un golpe de estado y que en sus cárceles torturaba y asesinaba a sus adversarios.
Lo siguió El Imperio. Magnífico texto, el más ambicioso de sus escritos, movido en cada una de sus páginas por un poderoso aliento literario (potenciado gracias al uso de la primera persona), en el que combina los recuerdos de su infancia con la descripción de la Unión Soviética.
Aunque el libro que más éxito le ha dado entre los lectores españoles ha sido Ébano. Un fresco apasionante, pletórico de vida, del continente africano. Allí pasó treinta años como corresponsal de la Agencia Polaca de Noticias, pernoctando en pensiones de mala muerte, viajando en autobús, en tren, al margen de la parafernalia de los grandes medios y los reporteros estrella.
Como estoy lejos de casa, para no perder la sana costumbre, no tengo este libro a mano. Pero no lo necesito para recordar algunos de sus pasajes más maravillosos: la pensión en la que había sentado residencia, que era como una balsa a la deriva, y en la que convivía con una serie de personajes marginales, fracasados; el viaje en camión a través de la noche en el Sáhara, en medio de las tormentas de arena, a punto de morir de sed…
Tantas imágenes que nos han guiado a quienes tuvimos la posibilidad de recorrer también el continente negro. Imposible sumergirse en las fáuces de África sin la compañía de su voz, sin descubrir su mirada en tantos gestos y lugares.
El gran legado de Kapuscinski fue su periodismo de a pie. Comprendió mejor que nadie que las grandes noticias pasan por los testimonios anónimos, que a la historia la forjan los ciudadanos. Por eso sus obras rezuman humanidad. En este sentido, podría considerarse el sucesor del George Orwell que escribió libros tan extraordinarios comoDown and Out in Paris and London.
En estos tiempos en los que para hablar de todo, inclusive de la guerra, se abusa de las declaraciones oficiales; en los que a veces los periodistas no parecemos más que meros portavoces de los políticos, de sus ruedas de prensa sin derecho a pregunta y de sus estrategias de poder; Kapuscinski debe ser un referente al que no podemos dejar de acudir en buscar de orientación.
Me hubiese gustado conocerlo en persona. Muchas veces me imaginé conversando con él, por esa extraña e ilusoria cercanía que los libros nos regalan con sus autores. Amigos que tuvieron ese privilegio me han dicho que era un hombre humilde, de una educación exquisita. Nos quedan sus obras, un retrato original, lúcido y apasionante de las últimas décadas del siglo XX.
Muy buen homenaje al maestro Hernán. Se nota que hay mucho corazón en tus palabras. Qué pena que no hayas tenido la ocasión de conocerle en persona.Todos compartimos hoy esa profunda sensación de pérdida que se siente ante la muerte de gente tan valiosa como Kapuscinski. Quizás no sea un personaje muy mediático, pero su huella no se borrará con el tiempo; estoy segura de que sus libros mantendrán su frescura; y su ejemplo de humanidad y buen periodismo perdurará.
30 noviembre -0001 | 00:00
te he oido muchas veces hablar de él…el maestro como tú le llamabas…tu maestrode echo… por tus palabras de él, en los talleres de Santiago y en el blog…encargué hace ya un tiempo sus libros aunque tengo que reconocer que todavia no habia tenido tiempo de leerlos…creo que tú eres su más digno sucesor…has sido su mejor aprendiz…como dice mi querida MM..sigue Hernán….sigue con su labor que es tmb la tuyaun abrazo fuerte para tí porque sé que te abrá entristecido mucho su muerteDEP…Ryszard Kapuscinski
30 noviembre -0001 | 00:00
Una breve rectificación… Publiqué sin querer otro artículo que tenía preparado sobre pederastas. Lo saco mañana con los comentarios de quienes ya habéis escrito en él. Mil disculpas de mi parte. Ahora, el recuerdo de un gran periodista.Un abrazo a todos!! HZ
24 enero 2007 | 01:11
Tú eres el nuevo Kapuchinsky. El maestro se muere. Sacas tu nuevo libro. Una señal Hernán zin… Pet
24 enero 2007 | 04:41
Hernán: Me adhiero absolutamente a cada una de tus palabras sobre el gran maestro del periodismo contemporáneo…La verdad es que soy una ferviente seguidora de sus escritos y la noticia de su muerte me impactó… Me impactó por la gran pérdida que significa y porque , por esas casualidades de la vida, me pasé esta tarde en las librerias de Santiago tratando de encontrar un libro suyo .Lamentablemente aquí es difícil y muchas veces inaccesible conseguir su obra debido a los altos impuestos al libro , que los hacen costosos.Pero es justamente eso lo que nos deja: el legado de su gran obra y el ejemplo de vida de un gran periodista… Aluciné cuando descubrí los 5 sentidos del periodista!!!…que gran lección la que nos deja este hombre con su vida y su consecuencia..Tampoco me sorprendió encontrar en tu weblog una reacción tan inmediata y tan certera…Te descubrí hace poco, pero veo que estamos en la misma sintonía!Cariños desde Chile
24 enero 2007 | 05:04
Sabia que ibas a postear sobre él.Sigue, continua con su gran labor.Un abrazo.
24 enero 2007 | 09:48
Estupendo obituario, el más adecuado de todos los que he leído. Un homenaje hecho por pares.Bien Hernán, muy bien, mis más sinceras felicitaciones
24 enero 2007 | 09:49
«En estos tiempos en los que para hablar de todo, inclusive de la guerra, se abusa de las declaraciones oficiales; en los que a veces los periodistas no parecemos más que meros portavoces de los políticos», ¿pero por qué ocurren cosas como esta?…Sí, claro que fue un gran periodista y que dio voz al pueblo en sus viajes y es curioso que en el «primer mundo» cada vez se tiene menos en cuenta al devaluado ser social y haya que traer, sin desmerecer en absoluto, por supuesto, testimonios de otras tierras para darnos cuenta de cómo viven otros, de cuales son sus pesares etc…me resulta, no se cómo llamarlo…casi hasta histriónico la verdad.Es una pena que no le hayas podido conocer, se nota que le admirabas, a mí me pasa eso con una escritora de la que tengo toda su obra. xD
24 enero 2007 | 09:50
Estoy completamente desolado. Nunca creí que me pudiera afectar tanto la muerte de alguien tan «lejano», que no conocía en persona.He escrito rápidamente un pequeño comentario sobre mi experiencia con su obra y me he emocionado cuando lo hacía.Que gran pérdida. Descanse en Paz.
24 enero 2007 | 10:31
En la memoria queda el dolor, el recuerdo de lo que nunca debería olvidarse, la imposición de la ideas intolerantes, y sobretodo, la revelación de la verdad, para que perdure en el tiempo.Y como tal memoria, la memoria histórica, que Kapuscinski era un partidario acérrimo, comentaré que tal día como hoy, 24 de enero del año 1977, asesinaron de forma brutal y despiadada a cinco abogados laboralistas, a manos de los asesinos de extrema derecha que aún perduran no sólo en este país, si no en muchos otros.Fue en el número 55 de la calle de Atocha. Hace ya 30 largos años y marcó un hito en la lucha y movimiento social.Un día sin duda para recordar en la libertad, la justicia, en la sin razón de la violencia y sobretodo recordar a todas aquellas personas que pelearon por la democracia y la paz, en una España hundida, atada de pies y manos.
24 enero 2007 | 13:40
MM, a mi padre le tocaron la cara los grises al dia siguiente por ir a manifestarse contra eso…a el y a muchos mas que veian como los fascistas querian seguir mandando…no hay que olvidar estas cosas…yo a Kapuscinski no lo conozco pero mi mama tiene el libro de Ebano, me lo leere…y ya os cuentosaludos a todos
24 enero 2007 | 13:55
Triste para el mundo la pérdida de Ryszard Kapuscinski.Hemos perdido un periodista honesto y veraz que viajo por el mundo transmitiendo el dolor y el sufrimiento de los inocentes.Que Kapusciski siga de referente para los periodistas.Hernán sigue con tu labor que la verdad de los inocentes llegué a los oídos de la gente.Descanse en paz Ryszard Kapucinski.
25 enero 2007 | 17:25
Casualidades de la vida. El día antes de su muerte estaba en Roma comprándome ‘La prima guerra del football e altre guerre di poveri’. El único libro del ‘maestro’ que me faltaba por leer. Su muerte fue toda una sorpresa y revelador el destino que hizo que este libro, que ya he devorado, cayese en mis manos.Saludos al grande de HZ
27 enero 2007 | 19:49
Como dijo un querido amigo tuyo «las malas personas no pueden ser buenos periodistas». Hoy los periodistas apenas escuchan. No dejan de hablar y por eso les resulta dificil escuchar. Demasiado ruido, sin noticias de la verdad. Kapuscinski viajaba, callaba y apuntaba… para luego contar. En los tiempos de internet donde ya quedan pocos periodistas que se documenten con rigor, donde cada vez hay mas pesebreros, queda el ejemplo de este hombre que desde la humildad del artesano , cediendo todo el protagonismo a los humildes, sin atisbo de arrogancia , nos dijo un dia que los cínicos no servían para este oficio.Esperamos, por el bien de todos que este último pensamiento no muera con él.carlos
27 enero 2007 | 20:31
Hace más o menos un año y medio tuve la oportunidad de asistir a una conferencia de Kapuscinski. La hizo en el salón de actos de una universidad de Barcelona que le nombraba doctor honoris causa, y la verdad es que volvió a darnos una lección a todos. Su palabra siempre ha buscado informar, pero desde el punto de vista humano, recordando que hay valores que no deben olvidarse, y dando voz siempre a los que no la tienen. Muchas veces dudo de si hoy día el periodismo responde a su objetivo pero quiero tener esperanza y confiar que, entre los intereses económicos que gobiernan los medios de comunicación, se cuelan voces disonantes que nos recuerdan la necesidad de la ética. Gracias a Kapuscinski por darnos una lección de periodismo y de humildad en la vida.Silvia
27 enero 2007 | 23:47