Viaje a la guerra Viaje a la guerra

Hernán Zin está de viaje por los lugares más violentos del siglo XXI.El horror de la guerra a través del testimonio de sus víctimas.

Rumbo a Afganistán: Diccionario del reportero empotrado (2)

En estos seis años de conocer de primera mano en estas páginas las entrañas de la guerra moderna, no son pocos los momentos que hemos compartido con soldados. Tanto fuera en Afganistán con los integrantes de la 101 Aerotransportada, con las tropas paquistaníes de la MONUSCO en la República Democrática del Congo, y en Somalia junto a los soldados ugandeses de la Unión Africana en su lucha contra Al Shabab.

Base Kutschbach, Valle del Tagab, Afganistán, donde en 2008 estuvimos empotrados junto a la 101 Aerotransportada (Foto: Hernán Zin)

De esta convivencia con militares he aprendido que, en general, sienten una irrefrenable pasión por el papeleo y la burocracia. Inclusive, me animaría a decir, mayor que la pasión que experimentan por las armas. Para todo parece hacer falta un permiso, un informe, un albarán. Un papel rubricado con firma y estampado con un sello, que suba unos escalones en la estructura de mando, hasta para ir al servicio si te descuidas.

El otro descubrimiento que he hecho es que el universo castrense no sólo está poblado por una maraña papeles y firmas y sellos, sino que cuenta también con una ingente cantidad de acrónimos, abreviaturas y neologismos. A tal punto llega la terminología militar, en constante evolución y transformación debido a los adelantos tecnológicos, que por momentos parecen hablar un idioma aparte.

En el caso de los soldados de EEUU, con quienes estaremos próximamente de regreso en Afganistán, casi es más importante conocer la terminología propia que suelen emplear que hablar buen inglés para comprender lo que están diciendo.

Sobre todo cuando están por entrar en combate y su lenguaje no es más que una sucesión de frases truncadas. El momento clave en el que algún soldado anuncia nervioso a través de la radio que hay T-I-C en determinado lugar. Osea, troops in contact.

A la hora de dormir

FOB: Acrónimo de Forward Operating Base, es el lugar donde suele comenzar la experiencia junto a los soldados: la base militar. El FOB más grande en Afganistán es Bagram, que se encuentra en la provincia de Parwan, a media hora en taxi desde Kabul.

Bagram tiene una larga y convulsa historia. Su pista aérea fue empleada por los soviéticos en los albores de la invasión del país en 1979 hasta la retirada en 1989. Durante la guerra civil, la Alianza del Norte la usó para lanzar ataques sobre Kabul.

Ya en los primeros tiempos de la ofensiva de EEUU, la cárcel de esta base militar se hizo famosa en el mundo por la muerte de dos prisioneros denunciada por Tim Golden en The New York Times y explorada en profundidad por el oscarizado documental Taxi To The Dark Side (título que hace referencia a uno de los fallecidos, el taxista Dilwar, de 22 años de edad, y que establece un vínculo directo con las torturas en Abu Ghraib).

Fobbies: En 2008 estuvimos en este blog en el FOB Kutschbach, en el valle del Tagab, junto a la 101 División Aerotransportada. En Afganistán hay más de cincuenta FOB y en Irak había unos cuarenta. Los Main Operating Base (MOB) son bases permanentes de EEUU en el extranjero. Los Forward Operating Site (FOS) tiene menos personal estable y se encuentran en Honduras, Singapur, Bulgaria, Rumania, Gran Bretaña, Marruecos, Túnez y Yibuti.

Outpost: Dentro de esta estructura, los conocidos como Outpost (OP) son los puestos de avanzada. Las condiciones de vida en ellos resultan más duras y precarias que en los FOB. Los miembros de las unidades destacadas en los OP se ven a sí mismos con orgullo, como los que realmente están luchando la guerra, y llaman fobbies a los soldados mejor abastecidos y protegidos de los FOB.

La estrategia que impuso la administración Obama fue reducir el número de OP perdidos en medio de la nada, para centrarse en la protección de los civiles. Poner las tropas donde están los locales. La pregunta que uno se hace es qué sentido tuvieron entonces todas estas vidas perdidas por proteger puestos como el del valle del Korengal, cuyas vicisitudes describe tan bien el documental Restrepo, de Sebastian Junger y del fallecido fotógrafo Tim Hetherington.

Hesco: los FOB y los OP suelen surgir con un grupo de soldados que llegan y acampan en una zona determinada (el sargento Kutschbach murió en 2006 cuando estaban construyendo el FOB al que le pondrían su nombre y en el que estuvimos en 2008).

Para erigir las paredes de lo que será la base o puesto de avanzada emplean una vasta cestas de alambre forrada de plástico que recibe el nombre de hesco (que se aprecian en la foto de este post). Para darles peso y resistencia a la munición enemiga, los hesco se van rellenando en muchos casos con piedras que los soldados rompen con sus palas y levantan empleando cajas de municiones.

A la hora de comer y a la hora de los tiros, en una próxima entrada…

4 comentarios

  1. Muy bueno Hernán. Viéndolo desde un prisma paralelo al que escribes, a mí me da una pena terrible toda esta ideología que envuelve a los soldados en el mundo entero (me atrevería a decir que este caso americano es exportable a Corea, Rusia, Irán, China o Colombia), y que no es más que un elitismo para hacer creerse importante a quien se encuentra dentro del círculo. De esta forma, es igual de doloroso encontrarse en México a muchísimos (MU-CHÍ-SI-MOS) ex-combatientes americanos que una vez de regreso a EEUU, recompensa en mano, se van al país del mariachi (por aquello del abaratamiento de la operación al cambio dólar-peso) a construir el sueño prometido con el que fueron a la guerra: una buena casa, una buena piscina, un buen carro, una buena familia, y una buena vida. …»Paraíso» por el que son capaces hasta de matar sin saber por qué.

    Abrazos compañero, mucha suerte. Te seguiremos.

    20 julio 2012 | 11:06

  2. Dice ser antonio

    felicidades por tu trabajo hernan,

    28 julio 2012 | 18:49

  3. Dice ser alvaro h

    que buen post

    30 julio 2012 | 04:42

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