Viaje a la guerra Viaje a la guerra

Hernán Zin está de viaje por los lugares más violentos del siglo XXI.El horror de la guerra a través del testimonio de sus víctimas.

La guerra contra las mujeres del Congo: Mungere Arhalimba

“Iba con mi hermana en un autobús cuando nos pararon unos militares. Toda mi vida había ganado dinero como comerciante. Compraba cosas en la ciudad y las vendía en mi pueblo, en la provincia de Uvira, así que viajaba mucho”, se sumerge en sus recuerdos Mungere Arhalimba Zagabe.

“Estábamos en una zona de mucha vegetación, cerca de la frontera con Burundi. Nos ordenaron que bajáramos y nos sacaron todo lo que teníamos. Uno de ellos miró a mi hermana, que es más joven que yo, y dijo «esa es muy guapa»”, continúa con la narración Mungere, que tiene 47 años.

“Se la llevaron hacia la selva. Y, segundos después, también a mí. Eran ocho soldados hutus. A mí me violaron tres. Los dos primeros se pusieron encima de mí. Cuando terminaban me limpiaban los genitales con la ropa para el que venía después. El último me obligó a darme vuelta”.

Pero el drama de Mungere no terminó allí. Al contrario, el brutal acto de aquellos hombres generó sucesivas olas de dolor, de pérdida, que aún hoy, cuatro años más tarde, se siguen extendiendo, se siguen perpetuando.

La enfermedad

Al regresar a lugar en el que aún se encontraba el pasaje del autobús, intentaron disimular. Pero por el aspecto que traían, resultaba evidente que los soldados las habían violado.

Tras salir del hospital, su marido la abandonó. No podía tolerar la supuesta deshonra de que su mujer fuese abusada sexualmente. Mungere se quedó sola al frente de sus cuatro hijos.

Tiempo más tarde, cuando comenzó a percibir que su salud declinaba, fue al hospital. La peor de las hipótesis posibles se hizo realidad: era portadora del VIH. A los pocos días su hermana se hizo el examen, que también le dio positivo.

Hoy Mungere vive junto a sus cuatro hijos en la barriada de Kadutu, situada en la periferia de Bukavu. Coloca sobre la tierra un bote rebosante de harina de mandioca que, al igual que cientos de mujeres que la suceden y anteceden, ofrece a los transeúntes. Con los 100 o 200 francos congoleños que gana al día a duras penas logra alimentar a su familia.

La miseria

Visito en varias ocasiones la escueta chabola, carente de luz o agua, en la que Mungere subsiste junto a sus niños. Aunque, en realidad, los 10 dólares que paga al mes de alquiler, sólo le dan derecho a una de las habitaciones y al salón. El otro cuarto lo ocupa una mujer.

El primer día la invito a almorzar junto al traductor y al chófer a Mama Kindja, un lugar tradicional del centro de Bukavu. Pide carne y fufú (pasta de casava, similar al ugali de Kenia o Uganda).

“Si pudiera comer así siempre en dos días me curo del sida”, comenta con ironía. Acto seguido coge las sobras de los platos y las coloca en una bolsa de plástico que lleva en el bolso.

Entre los extranjeros no resulta extraño quejarse de la comida africana, y de la del Mama Kindja en particular. “Estos pollos parecen que han muerto de inanición”, comentó un día alguien en alusión a la carne huesuda, nerviosa, que suelen servir.

La muerte

Le pregunto a Mungere si sus hijos están al tanto de que tiene sida. “Por supuesto”, me responde. “Ellos me ayudan cuando estoy mal, cuando no tengo fuerzas”. Selemani, el mayor, tiene 16 años. Es el encargado de ir a buscarle los antirretrovirales al dispensario de la sección holandesa de Médicos Sin Fronteras.

Ella tiene muchas esperanzas puestas en él, en que acabe los estudios y se haga cargo de sus hermanos cuando ella fallezca. Responsabilidad que parece superar a Selemani. “Nuestra madre lo es todo para nosotros. No sé qué vamos a hacer si algún día nos falta”, afirma.

63 comentarios

  1. Dice ser KC

    ¿Cuándo aprenderemos que la categorización fundamental no se basa en las razas y sí en las conciencias?Personas sin conciencia hay en todas las razas. Lo digo por si todavía existe alguien que no se haya dado cuenta.

    21 agosto 2008 | 12:56

  2. Dice ser Miwel

    De nuevo Hernán nos vuelves a sobrecoger. Es una pena que este Blog maravillosos se vea, a veces, teñido de la mayor miopia e insensibilidad con algunos comentarios simplistas, prejuiciosos y fascistas. Javier, Jose Luis y Pepetoni son esa clase de personas que, si en vez de vivir en España, lo hicieran en un país en guerra en el que pudieran tener el control sobre la gente, harían exactamente lo mismo que hacen los soldados que han violado a estas mujeres.Por cierto Ana María, ojalá que los ejércitos no estén formados sólo por mujeres, porque ojalá que no existan los ejércitos.

    21 agosto 2008 | 13:01

  3. Dice ser Sonrisa Radiante:(

    Hola a tod@s, triste la situación de esa mujer el ir a comer con ella y ver como se lleva la comida, el hambre que vive…….cuenta conmigo si necesitan ayuda de alguna manera la podré ayudar.Estoy muy triste el accidente del avión en barajas había mucha gente de mi tierra menos mal que no se encuentran conocidos pero el dolor me invade por las familias y me solidarizo,podría haberme tocado a mí, estoy muy apenada……sin palabras.S.R. 🙁

    21 agosto 2008 | 16:06

  4. Dice ser Catalina

    Quienes somos nosotros para decidir sobre la vida de nadie?, por lo que se ve hay mucho odio racial, porque no olvidemos que en España muchas mujeres son víctimas de sus maridos, tanto españoles como extranjeros. Violaciones en un país desarrollado hay cientos. Abusos a menores a cientos. Y no se salva nadie porque hasta la mismísima Iglesia está infectada de estos. Donde está el hombre hay actos buenos y malos. Ya no es cuestión de raza, color, cultura ni partido al que se vota o tantas tonterias como he leído hoy aquí. Muchas personas llevan un cementerio en sus cabezas, si pudieran echaban mano de su odio para «exterminar» como ha escrito alguien, y esa opinión es de un pais desarrollado y en el siglo XXI, esto me asusta mucho más.

    21 agosto 2008 | 21:59

  5. Hola Her´nnLeer estas historias de vida me produce indignación y tristeza, se hace un nudo en mi garganta y me siento impotente e indignada; me pregunto cómo es posible que esto ocurra?. Es bueno saber que hay personas como tu, que se interesan y se preocupan por denunciar estas cosas, sigue adelante.gGracias, ESPERO PRONTO TENER NOTICIAS TUYAS.

    23 agosto 2008 | 19:24

  6. Dice ser Carolina rivas

    Realmente no entiendo cual es el papel de la iglesia y del super papa en esta mierda de vida!!! por eso y digo que los animales son seres nobles y mejores que todos los seres humanos, sobre todos que los hombres… no sirven para media mierda, lo unico que tienen en el cerebro es esperma… malditos esos soldados… ojalá le hagan lo mismo a sus hijas y a sus malditas madres!!!!!

    23 diciembre 2008 | 23:41

  7. Dice ser Beatriz

    Es repudiable lo que ocurre en ese pais y en otros paises de Africa, pero tambien esta ocurriendo en todo en el mundo , la violencia hacia la mujer esta siendo el pan de cada dia,y es producto del machismo hacia nosotras , en el caso del Congo , soldados de la selva decian que era un honor ser violada por ellos , porque significaba una forma de tener mas fuerza para luchar por su patria lo que les daba un poder magico , ademas se justificaban por el hecho de tener que padecer en la selva ,las mujeres tambien debian sentir ese sufrimiento, por ultimo ellos necesitaban cometer esos estupros por el tiempo que pasaban solos.Ademas decian tomar unas hierbas para no contraer SIDA, pero no podian evitar los embarazos por falta de condones.Los violadores en el Congo o en cualquier parte del mundo donde esta viendo guerras son de todo nivel jerarquico y estudios.Es dificil tratar de cambiar esa forma de pensar en ellos ,por ello creo que se hace necesario que todas las mujeres en el mundo se mantengan unidas , protegidas e instruidas para hacer frente a estos actos, y que aquellas autoridades con un poco de sensibilidad y respeto a la dignidad humana las apoye y nos las abandonen como hacen esos salvajes.

    18 febrero 2009 | 13:48

  8. Dice ser aliser

    Estimado Hernan,me permito llamarte de esta manera porque ya sos parte de mi flia todos entramos en tu blogg y aunque sea yo la unica que escriba es como si lo hicieramos todos a travez de mis manos en el teclado.Es terrible lo que esta pasando en el congo y dificiel en general para entender,por esa razon me atrevo a copiar textualmente algo que he leido hace un tiempo y que tengo guardado en mi pc,explica un poco lo que en realidad sucede en esa region tan golpeada y que tan responsables somos de todo eso pues el congo es riquisimo no solamente por las piedras preciosas y el oro sino por lo que detalla esto que viene a continuacionJohann HariThe IndependentTraducido por Mar Rodríguez y revisado por Manuel Talens (Rebelión)07/11/08Lo que se menciona en muy escasas ocasiones es el gran atraco mundial a los recursos del CongoLa guerra más sangrienta desde que Adolf Hitler marchara sobre Europa ha comenzado de nuevo y es casi seguro que usted lleva en el bolsillo un trozo empapado en la sangre de dicha matanza. Cuando analizamos el holocausto en el Congo, con 5,4 millones de muertos, surgen en tropel los manidos clichés sobre África: se trata de un «conflicto tribal» en «el corazón de las tinieblas». No lo es. La investigación de Naciones Unidas halló que se trataba de una guerra dirigida por «ejércitos de empresas» para hacerse con los apreciados metales preciosos de la sociedad de nuestro siglo XXI. La guerra en el Congo es una guerra en la que usted está implicado.Cada día pienso en las personas que conocí en las zonas de guerra del este del Congo cuando enviaba mis reportajes desde allí: las salas llenas de mujeres que habían sufrido violaciones en grupo a manos de las milicias y habían recibido disparos en la vagina, los batallones de niños soldados, muchachos de 13 años drogados y aturdidos a quienes habían obligado a asesinar a miembros de sus propias familias para que no pudieran intentar escapar y volver a casa… Pero, curiosamente, mientras veía en la CNN cómo volvía a comenzar la guerra, me sorprendí pensando en una mujer que conocí y que, para lo que ocurre en el Congo, no había sufrido demasiado.Un día regresaba a Goma en coche desde una mina de diamantes cuando se me pinchó un neumático. Mientras esperaba que lo arreglaran, me quedé en pie al lado de la carretera y contemplé las largas filas de mujeres que recorren los caminos al este del Congo con todas sus posesiones a la espalda en bultos grandes y pesados. Paré a una mujer de 27 años, llamada Marie-Jean Bisimwa, que llevaba cuatro niños pequeños caminando a su lado. Me dijo que tenía suerte. Sí, habían quemado su pueblo. Sí, había perdido a su marido en medio del caos. Sí, habían violado a su hermana, que se había vuelto loca. Pero ella y sus hijos estaban vivos.La llevé en coche y sólo tras unas horas de charla por las carreteras llenas de baches me di cuenta de que a los hijos de Marie-Jean les pasaba algo raro: estaban acurrucados, con la mirada fija al frente, no miraban a su alrededor ni hablaban ni sonreían. «Nunca he podido darles bien de comer», explicó. «A causa de la guerra».Sus cerebros no se habían desarrollado, ya nunca lo harían. «¿Se pondrán mejor?», preguntó. La dejé en un pueblo a las afueras de Goma y sus hijos bajaron tambaleándose tras ella, sin rastro de expresión.Hay dos historias sobre el comienzo de esta guerra: la oficial y la verdadera. La oficial cuenta que, tras el genocidio en Ruanda, los asesinos en masa de la tribu hutu cruzaron huyendo la frontera y entraron en el Congo y el gobierno de Ruanda los persiguió. Pero es mentira. ¿Cómo lo sabemos? El gobierno de Ruanda no siguió a los genocidas hutus, al menos no al principio; fueron a los lugares donde se encontraban los recursos naturales del país y comenzaron el saqueo. Incluso dijeron a sus tropas que colaboraran con todo hutu que se encontrasen. Congo es el país más rico del mundo en oro, diamantes, coltán, casiterita y muchos otros, y todos querían una parte del pastel, así que otros seis países lo invadieron.Estos recursos no se robaron para su uso en África, sino para poder vendérnoslos a nosotros. Cuanto más comprábamos, más robaban (y mataban) los invasores. El auge de los teléfonos móviles causó un aumento espectacular en las muertes, porque el coltán que contienen se halla principalmente en el Congo. La ONU señaló a las empresas internacionales que creía implicadas. Anglo-America, Standard Chartered Bank, De Beers y más de otras cien (todas niegan las acusaciones). Pero, en lugar de poner freno a estas corporaciones, nuestros gobiernos exigieron a la ONU que dejara de criticarlas.En ocasiones la lucha decayó. En 2003, la ONU consiguió por fin la firma de un acuerdo de paz y los ejércitos internacionales se retiraron. Muchos continuaron su labor por medio de milicias afines, pero la carnicería se redujo en cierta medida. Hasta ahora. Como con la primera guerra, hay una historia que ocupa las portadas y una verdad. Un líder de una milicia congoleña, llamado Laurent Nkunda, apoyado por Ruanda, afirma que necesita proteger a la población tutsi de los mismos genocidas hutus que llevan ocultos en las selvas del este del Congo desde 1994. Ésta es la razón por la que está ocupando bases militares congoleñas y está listo para avanzar sobre Goma.Es mentira. François Grignon, director para África del International Crisis Group, me cuenta la verdad: «Nkunda está recibiendo financiación de algunos empresarios de Ruanda para poder conservar el control de las minas de North Kivu. Éste es el núcleo absoluto del conflicto. Lo que estamos viendo ahora es a los beneficiarios de la economía ilegal de la guerra luchando por mantener su derecho a la explotación».En este momento, los intereses comerciales de Ruanda obtienen una fortuna de las minas de las que se apoderaron ilegalmente durante la guerra. El precio mundial del coltán ha caído en picado, por lo que ahora se centran hambrientos sobre la casiterita, que se utiliza para la elaboración de latas y otros productos desechables. Cuando la guerra comenzó a decaer, cabía la posibilidad de que perdieran su control en favor del gobierno congoleño elegido, por lo que le han dado otro sangriento empujón.Pero el debate sobre el Congo en Occidente, cuando se da, se centra en nuestra incapacidad de colocar una venda decente, sin mencionar que estamos causando la herida. Es verdad que los 17 000 soldados de la ONU en el país están fracasando estrepitosamente en la protección de la población civil y necesitan grandes refuerzos con urgencia, pero resulta incluso más importante dejar de impulsar la guerra en primer lugar, con nuestra compra de recursos naturales manchados de sangre. Nkunda sólo tiene armas y granadas para enfrentarse al ejército congoleño y a la ONU porque le compramos su botín: debemos acusar a las empresas que lo compran de inducción a crímenes contra la humanidad e introducir un impuesto mundial sobre el coltán para poder mantener unas tropas de mantenimiento de la paz más numerosas e importantes, para lo cual debemos preparar un sistema internacional que valore las vidas de los africanos más de lo que valora los beneficios.En alguna parte, perdidos en el gran expolio de los recursos del Congo, se encuentran Marie-Jean y sus hijos, cojeando una vez más por la carretera, con todas sus posesiones a las espaldas. Probablemente nunca usen un teléfono móvil lleno de coltán, una lata de judías forjada con casiterita ni un collar de oro, pero puede que mueran por uno.Sobre la autoraMar Rodríguez y Manuel Talens son miembros de Cubadebate, Rebelión y Tlaxcala, la red de traductores por la diversidad lingüística. Esta traducción se puede reproducir libremente a condición de respetar su integridad y mencionar al autor, a la traductora, al revisor y la fuente.Publicado por Charly García en 1:27Etiquetas: POLÍTICAEs un poco extenso pero me parecio que valia la pena que todos lo leyeramos.

    18 febrero 2009 | 18:48

  9. Dice ser aliser

    Cuidate mucho a los poderosos no les gusta la gente que busca la verdad y menos los que la escriben

    18 febrero 2009 | 19:05

  10. Dice ser JIMENA REYNA

    MI SINLENCIO ES TORMENTA POR QUE NO PUEDO HACER NADA A NTE LAS SITUACONES DE MIS HERMANAS QU E SUFREN DE DOLOR DEL CUERPO Y DEL ALMA ME ANCANTARIA PODER HACER ALGO :)AYUDAR LA DI STANCIA ES HCER ALGO A NO HACER N DA POR ELLAS SOY BOLIVIA MI MSN ES XIME909@HOTMAIL.COM

    26 febrero 2009 | 19:50

  11. Dice ser nancy

    wow que tristesa meda oja dios le ayude a estar un poco mas con sus hijos y los que le hisieron eso ojala que pagen por todo el dano que le hisieron

    01 septiembre 2009 | 09:41

  12. Dice ser padre de pepetoni

    pepetoni,no todas son como tu madre…

    10 septiembre 2009 | 12:08

  13. Dice ser Lupita

    Es cierto, muy triste… lágrimas se vierten al ver lo cruel que son nuestros semejantes…Más sin embargo, que nuestras plegarias se alcen, por Mungere y sus hijos, quien ha demostrado una gran entereza para con sus hijos, y fortaleza ante esa terrible enfermedad, cosa que no hizo su «esposo», que Dios la bendiga a ella y a todas las mujeres que han afrontado situaciones imilares.

    20 marzo 2010 | 12:03

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