Gaza amaneció no sólo sitiada por el inexpugnable cerco de las tropas israelíes que desde hace un mes la condena a la miseria y la desesperación, sino también por el dolor y la tristeza. Dice la gente en la calle que la de ayer fue la jornada más sangrienta de los últimos años. Y hoy, en este día nublado, el primero ausente de sol radiante en varias semanas, las polvorientas arterias de los campos de refugiados son recorridas por interminables procesiones de hombre, mujeres y niños que llevan sobre los hombros los cuerpos de sus muertos.
Me dirijo a Yabalia para sumarme al cortejo fúnebre de una de las familias más afectas por los ataques del ejército de Israel. En los últimos días mi vida parece haberse limitado a la misma rutina: ver los bombardeos, seguir el avance de los tanques; correr después al hospital para ser testigo del arribo de las víctimas, hablar con las familias; y luego asistir a los entierros, visitar los edificios destruidos, las montañas de escombros que se acumulan por doquier. Y esto hace que me esté quedando sin palabras, sin recursos, para describir tanta aniquilación, tanto sinsentido, tanta barbarie.
Como todo el mundo aquí, me digo: bueno, este es el último, ya se ha terminado, no morirá más gente inocente, esto no puedo ir a peor. Vuelvo a casa cubierto de polvo, cargado de imágenes terribles en la cámara. Y, lamentablemente, sigo escuchando el sordo rugido de las bombas. Ayer, la incursión de los helicópteros apache, a lo largo de la noche, lanzando misiles sobre la ciudad. Como todo el mundo me preguntó, ¿cuándo podremos salir de esta perversa rutina de muerte y devastación?
En la mezquita de Yabalia, parientes, amigos y vecinos de las víctimas se acercan a dedicarles una oración, a darle el último adiós.
Son tres, una mujer embarazada y sus dos hijas: María, de cinco años, y Shahd, de ocho meses. Cuando los tanques israelíes entraron al barrio de Ash Shaaf las cogieron por sorpresa. No pudieron escapar como hicieron muchos de sus vecinos, así que se refugiaron en el salón de la casa. Pero un obús impactó de lleno, destruyendo toda la primera planta. La mayor de las tres hermanas está en el hospital con severas heridas en la cabeza y el abdomen.
A medida que nos acercamos al cementerio se hace más insoportable el sonido de los aviones israelíes, el estruendo de los proyectiles que lanzan. La multitud sigue adelante a pesar de todo, enfurecida, acongojada.
Entre las lápidas nos cruzamos con otro cortejo fúnebre. El de una mujer de 75 años que también fue asesinada por un obús cuando estaba en su casa.
Mientras se entierran los tres cuerpos sin vida, descubro entre la multitud a un hombre de expresión inconsolable, que parece irremediablemente solo aunque todos se acercan a él, lo abrazan, le dan ánimos. Su nombre es Samir Okal. Trabaja como obrero. Tiene 32 años. Y es el padre de las niñas.
Una vez que los tres cuerpos son enterrados, un líder comunal de barba blanca habla a la multitud, se queja de que el mundo ha olvidado a Gaza y pide a Dios que acoja en su seno a las tres mujeres.
El padre no quiere hablar, está demasiado aturdido. en una instante ha perdido todo lo que tenía: su casa, su mujer, sus hijas. Le pregunto al tío, Mohamed, qué siente, qué opina. El hombre permanece en silencio. Un vecino le grita: «Vamos, cuéntale que nos están matando como animales, cuéntale cómo matan a nuestros hijos». Y él, con cansada ironía me mira y me dice: «No, Israel ha hecho bien en matar a la pequeña Shahd, era una terrorista, tenía un lanzagranadas, yo la vi».
Partimos de regreso hacia al centro de Gaza. Calles cortadas por barricadas, tanques que disparan. Milicianos con la cabeza cubierta por pasamontañas, armados con vetustos AK 47, que se esfuerzan vanamente por detenerlos.
Damos vueltas tratando de encontrar un camino seguro. En la radio del coche, las noticias: Una familia de 28 miembros es encerrada en una habitación y utilizada como escudo por un comando israelí que ha tomado su casa. Nuevas incursiones, en el norte, en el sur, cuatro muertos en lo que va de día. El hombre que viaja a mi lado, amigo de la familia que nos pidió que lo lleváramos, me mira y me dice: “No sólo no nos dejan vivir, nos cortan la luz, nos sacan la comida, nos tiran bombas. Ni siquiera nos dejan enterrar a nuestros muertos”.
Recorro el hospital Al Shifa en busca de la hermana de las niñas fallecidas. No resulta fácil. Los pasillos están llenos de heridos. En un edificio contiguo, en una pequeña UVI en la que hay varios jóvenes, la encuentro. El cirujano que la operó me dice: «Tuvimos que sacarle buena parte del aparato digestivo, lo tenía destrozado, pero no pudimos hacer nada con la cabeza, está clínicamente muerta».
pwqohds bhxc
12 julio 2009 | 01:17
que pena con esas pobres criaturas
26 julio 2009 | 21:09
Solo puedo decir que maldito mundo , malditos hijos de puta que destrozan mutilan y matan porque les da la gana, porque son unos asesinos, y malditas las organizaciones como la ONU entre otras que deberían parar estas masacres y eliminar a estos criminales pero que lo consienten, que los gobiernos consientan esto es inadmisible, que intereses hay?, si lo que esta pasando en estos paises sucediese en EEUU o Europa, la que se armaría pero estos paises o estas personas no ¿interesan a nadie?, a mi sí y a mucha buena gente también y estamos hartos de ver la pasividad de estos gobiernos que podrían parar todas estas masacres y no lo hacen, puto dinero y puto poder que solo les sirve para hacer daño,y luego hay gente que dice la vida es bonita que feliz que soy, y yo que voy ha hacer como yo no puedo parar esos crimenes pues nada mi vida es mi vida y yo vivo bien, o los otros que dicen me da mucha pena yo prefiero no verlo o no enterarme porque como no puedo hacer nada,o porque si lo veo lo paso mal, no te jode si tu lo pasas mal ccon verlo imaginate si eso mismo te pasara a ti, empatía es lo que hace falta en este asqueroso mundo, cuanta pasividad, nadie con sentimientos puede decir que la vida es bonita cuando se estan cometiendo unos crimenes tan horrendos diariamente en muchas partes de este planeta, mal rayo les parta a los cabrones que lo pueden parar y no lo hacen, el ser» humano» es el único animal que mata por placer, que mierda de mundo
28 julio 2009 | 14:11
el problema no es de israel ni de gasa el problema es de su dios que en su impotencia no hace justicia y los hombres en su ignorancia guardan sus esperanzas en algo que noven pero creen que sienten
31 julio 2009 | 22:32
yo creo que esos niños que murieron en la guerra eran espéciales y sus padres los apreciaban mucho espero que vuelban a nacer y deceguro esos niños querian mucho a sus padrez.fin…..
01 agosto 2009 | 18:18
Si necesitan apoyo, estamos con ustedes, tenemos suficiente armamento hasta para acabar con el imperio yanki.
02 agosto 2009 | 22:08
hola pobresitos la berdad que malos son al decirles esas cosas yonose por que aiii personas tan malas pss bye que les baya bien
23 agosto 2009 | 12:36
hola…lamentablemente es el mundo en que vivimos.muchas veces pienso como podriamos hacer para cambiar esto,hay tanta maldad en este mundo que es irremediable,pero creo que apoyando entre todos a esta gente podemos aliviar tan terrible dolor.
03 septiembre 2009 | 05:48
nO manshess yaa nnO subass estassffOttOss cauusann mushhO ddOlor!y mass ddOlOrr dee neennespeekeeñiittOss:S
05 octubre 2009 | 05:49
Salgamos a la calle y acabemos con esto, no os quedeis sentados!!! hay ke luchar!!!
14 octubre 2009 | 22:32
los niños sufren mucho
08 noviembre 2009 | 22:47
espero que se mejore y todo va hasalir bien bueno pùes bay y esapero que se recupere la niña
02 diciembre 2009 | 20:57
ojalá los hombres levantemos cabeza algún día y tengamos valor para mirar al mundo con justicia, entonces seríamos capaces de ver el dolor de nuestros hermanos muertos y seríamos capaces de respetar a nuestros hermanos vivos.
04 diciembre 2009 | 09:32
alla en gaza tengan conpacion de esos niños
07 diciembre 2009 | 16:50
es increible como los cobardes se crecen cuando tienen un arma encima y como nosotros todabia seguimos dando el poder a los politicos que son mas asesinos que cualquier otro hagamos algo para que nuestros hijos no tengan que vivir mas esta violencia
21 diciembre 2009 | 12:01
estevidvghvfgv
07 febrero 2010 | 04:03
eso no tienen que ponerlo por que da lastima los pobres ahi en camilla eso tenian que averlo quitado los pobre ,bueno adios!!
14 febrero 2010 | 16:37
Ayer vi el documental LO QUE ISRRAEL NO QUIERE QUE VEAS DE «YON SISTIAGA» y me creo que la situación palestina es un CRIMEN consentido y continuo hacia los verdaderos dueños de la tierra donde se asientan sus genocidas los JUDIOS…ANTE ESTO SI QUE TENÍAN QUE INTERVENIR LOS EEUU / o la CE/ o la ONU / o cualquier ong humanitaria…Los judios apoyados por OCCIDENTE están sembrando de odio y nuevos fundamentalistas radicales la FRANJA DE JAZA_ LA MAYOR CARCEL DEL MUNDO.Este error, traerá consecuencias en OCCIDENTE y si existe la justicia, todos lo vamos a pagar… no solo los asesinos isrraelitas.MIS RESPETOS AL AUTOR DEL BOLG, POR FAVOR QUE NO SE OLVIDE EL TEMA, Aunque no lo veo factible.
15 febrero 2010 | 10:31
parte de lo que esta sucediendo en el mundo ya estaba escrito en el libro sagrado (biblia) y el hombre aun sabiendolo a cooperado para que el mal crezca seguro todo aquel que violado la ley de dios tendra su recompensa el supremo creador solo observa y protege los que en el tienen fe, recordemos que esta vida es corta y la muerte es ganancia es el señor benditos aquellos inoncentes que sufren y mueren porque de ellos es la gloria
08 mayo 2010 | 02:39