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14-06-20corona

6 comentarios

  1. Dice ser Stewart Cops

    Genial indirecta…o más bien, ¡directa!

    20 junio 2014 | 11:55

  2. Dice ser Al Sur de Gomaranto

    No todos podemos ser reyes,
    salvo… que hubiera virreinatos.
    Cosa que es poco posible
    ya que colonias no quedaron.
    Pero, en pensando lo bien
    si que quedan algunos… de taifa
    y sin disolverse el califato.
    Todos no podemos ser reyes
    salvo cuando se es pequeñín
    y la madre a cada niños
    acurruca en su regazo
    y siempre dice: Mi rey.
    Dentro de una corona,
    por muy grande que ésta sea,
    solo cabe una cabeza,
    y el derecho a portarla,
    por el momento se hereda.
    En la urna con por el voto
    ahí, si cabemos todos,
    lo malo es… que sirve de bien poco,
    ya que luego se lo pasan
    por el mismísimo forro
    de las chancas o de las bambas.

    20 junio 2014 | 13:14

  3. Dice ser cadista

    Te aplaudo, Eneko. En esta ocasion has dado en el clavo con la viñeta. Los discursos del rey caen en saco roto cuando los hechos superan a las palabras. Dice cosas como que cabemos todos, pero no nos pregunta si le queremos. Dice que hay que ayudar a los que lo necesitan, pero el no hace nada por ellos.

    Vamos, lo tipico de este pais. Ya estamos acostumbrados, por desgracia.

    20 junio 2014 | 20:36

  4. DETERMINISMO BIOLÓGICO
    El resurgimiento de los discursos sobre la «desigualdad natural» y el determinismo está relacionado con el retroceso político y el aumento de las desigualdades.

    «El hombre es desigual biológicamente, nadie duda hoy que se heredan los caracteres físicos como la estatura, color de piel… y también el cociente intelectual. La igualdad biológica no es pues posible. Pero tampoco lo es la igualdad social: no es posible la igualdad del poder político, tampoco la de la autoridad, o de la actividad, o la del premio, o la de oportunidades, ni si quiera la económica. […] Demostrada de forma indiscutible que la naturaleza, que es jerárquica, engendra hombres desiguales, no tratemos de explotar la envidia y el resentimiento para asentar tan negativas pulsiones la dictadura igualitaria. […] La igualdad implica siempre despotismo y la desigualdad es fruto de la libertad». No, no me estoy alucinando. El más avispado rápidamente reconocerá la pluma y asomará en su mente un nombre; y reirá por no llorar. Para aquellos que todavía no lo tengan claro, decirles que estas palabras fueron escritas por Mariano Rajoy el 24 de julio de 1984 en el “Faro de Vigo” al realizar una crítica “cualificada” de una obra titulada “la envidia igualitaria”. Ahora comprendemos mejor lo que está ocurriendo, ¿verdad? Stephen Jay Gould denomina a estos momentos actuales en los que vivimos como “momentos de retroceso político” y escribía en 1996: “los resurgimientos del determinismo biológico se correlacionan con episodios de retroceso político, en especial con las campañas para reducir el del Estado en los programas sociales, o a veces con el temor de las clases dominantes, cuando los grupos desfavorecidos siembran cierta intranquilidad social o incluso amenazan con usurpar el poder”. Hay abundantes escritos sobre la relación entre la ciencia, en este caso el determinismo biológico que cita Gould, y que podemos leer y sentir en nuestro presidente, y la legitimación del poder. Por ejemplo, el historiador de la ciencia aragonés Mariano Hormigón y el ruso Sergey Kara-Murza, en 1990, escribían que “cualquier régimen político que pretenda lograr la más mínima estabilidad precisa demostrar su legitimidad, su correspondencia con ‘el orden natural de las cosas’, utilizando argumentos que sean convincentes para una parte de la población suficientemente grande”.

    Gould identifica tres “momentos de retroceso político” en la reciente historia de EE.UU. que, por añadidura, podríamos situarlos en un contexto también global; a saber, el crac de 1929 donde las tesis del determinismo biológico triunfan en EE.UU, Alemania y Gran Bretaña, la década de los 70, donde se implementan los programas neoliberales y, (y este exclusivo de EE.UU) un tercer momento en la década de los 90. La historia va demandando incorporar un cuarto “momento de retroceso político”.

    Creo, firmemente, que existe una dimensión que, pese a estar considerada en los debates actuales sobre las hipótesis que mejor explican la situación actual, no se le ha dado la importancia que tiene: el odio de clase; de aquellos que poseen cantidades ingentes de dinero, propiedad y poder, frente a los que todos los días batallamos con la vida. Nos hacemos un flaco favor si no entendemos bien esta perspectiva; si no entendemos que los que actualmente ostentan el poder no sienten ningún tipo de empatía frente a un desahucio, frente a un suicidio, frente al drama del paro, frente a las muertes en las fronteras del “paraíso”. ¡No sienten nada! No hay otra explicación posible a frases como “¡Que se jodan!” pronunciada por Andrea Fabra, diputada del PP e hija de Carlos Fabra, durante la convalidación del decreto que incrementaba las condiciones para acceder a la prestación por desempleo. Qué otra cosa que el racismo, la sensación de superioridad y el odio al pobre pueden llevar a decir al directivo de la multinacional Bayer, Marijn Dekkers, “No creamos este medicamento para los indios, sino para los occidentales que pueden pagarlo”. Esta frase contiene, condensada en ella, toda la lucha que deberemos de librar durante las próximas décadas: neo-imperialismo, los derechos de propiedad intelectual y el monopolio del conocimiento que suponen, la desigualdad social, la privatización de la sanidad (“occidentales que puedan pagarlos”), etc.

    En una situación, que el politólogo Robert Jessop define como una transición del “Estado de bienestar keynesiano” al “Estado competitivo Schumpeteriano o Estado trabajista”, y que un mortal denominaría “retorno al esclavismo”, cabe dotar al proceso de una justificación, y esta no va ser otra que el “determinismo biológico”. La propia reforma de educación planteada por el ministro Wert encaja como anillo al dedo en este marco conceptual. Según lo que se conoce hasta ahora, los institutos pasarán a financiarse dependiendo del rendimiento escolar de los alumnos. Aquellos institutos con menores notas, recibirán menor presupuesto. ¿Alguien duda en que barrios se situaran estos institutos? Para ellos es la “envidia de la igualdad”, para nosotros es “un sueño de igualdad”.

    Un fantasma recorre el mundo, es bigotudo y se esconde tras trajes, dinero, poder y corbatas».

    Álvaro González Molinero
    Es biólogo
    diagonalperiodico.net 03/04/14

    20 junio 2014 | 20:53

  5. «Los resultados electorales de las pasadas elecciones europeas del día 25 vienen a confirmar algo que resulta patente no solo para cualquier sociólogo (excepto Arriola), sino para toda persona observadora de la realidad y por tanto conocedora del sentimiento general de sus conciudadanos. De forma apabullante la gente de este país ha dicho basta, ya no soportamos más tanta basura, tanta inquina, tanta inmoralidad.

    El sentido del voto así lo confirma, con una clara tendencia de los votos otorgados a formaciones que en sus programas han denunciado de una u otra forma la perversión de las instituciones, la corrosión de la ley para favorecer los intereses de parte, hasta la disolución de la propia concepción de la democracia convirtiendo la representación política en una burla a los ciudadanos venida de “la casta”, quienes en el irresponsable ejercicio de sus prioridades han convertido a la mayor parte de los ciudadanos en juguetes en manos caprichosas. El voto ha denunciado esta situación, y si a este voto expreso se le suma parte de la abstención crítica que puede rastrarse en redes y foros, entonces tenemos una mayoría incontestable de ciudadanos que están dispuestos a hacer algo para evitar más metástasis del sistema. Ha comenzado por un movimiento quizás ideologizado (como no podía ser de otro modo) de denuncia y recuperación de la dignidad, que no ha hecho sino comenzar. Vamos a ver próximamente como germina este estallido de rabia y cómo va a ir convirtiéndose poco a poco en una plataforma de acción política susceptible de alterar una realidad que resulta inaceptable. Poco importa el calendario de acuerdos y los instrumentos de colaboración elegidos, la mecha ya ha prendido y su fin es recuperar la soberanía y devolver el protagonismo a los hombres y las mujeres por encima de los mercados.

    ¿Qué papel habrá de jugar el sindicalismo en este contexto de recuperación de la soberanía perdida? Uno muy importante bajo mi punto de vista. La heterogénea composición de la denuncia que recorre el espectro que va de la lucha contra la injusticia reiterada en el desahucio a la protección del medioambiente (o lo que de él quede), requiere de algún tipo de soporte coagulante, requiere que exista una fuerza que vaya trasladando a la actividad cotidiana relacionada con la forma de hacer y producir todos los avances que en materia política se vayan gestando. Para decirlo de una manera gráfica, el sindicalismo habría de convertirse en una argamasa que aglutine y fortalezca el enladrillado que resulte de nuevas propuestas de acción política

    Y no sólo entiendo que el protagonismo del sindicalismo deba centrarse exclusivamente en el núcleo de la renovación de las relaciones laborales, aunque sea un territorio propicio en el que hay mucho por hacer. También y de manera igualmente activa debería ser su participación en la traslación de políticas ambientales, en las que su posición respecto de futuro del empleo puede llegar a ser determinante. Las propuestas políticas y sociales destinadas a recuperar la dignidad y la soberanía ciudadana pasan por la vertebración de modelos de trabajo digno en las que el sindicalismo debe profundizar para afianzar criterios de ética laboral sintonizados con nuevas formas de entender qué es la vida al margen del gusto de los mercados.

    Poner coto a prácticas de exuberancia irracional presente en tantas y tantas actividades (no sólo financieras) requiere asimismo la presencia activa del sindicalismo comprometido con el proceso regenerador. La denuncia y la crítica radical frente a movimientos de economía global que tienden a minar los derechos laborales y civiles contenidos en propuestas como el acuerdo comercial EEUU-UE son asimismo otro ejemplo de escenario de conflicto en el que la suerte de los derechos sociales pende de la garantía del respeto a los derechos laborales.

    Son incontables las aportaciones que debe asumir el sindicalismo en una fase de renovación como la que se desprende de la lectura del voto del 25 M. Y no son nuevas, casi todas ellas están presentes en el cuadro de mando de la acción sindical, pero la nueva situación otorga legitimidad y confianza que no debe desaprovecharse. Para avanzar hace falta ser sólidos y el sindicalismo puede jugar un papel aglutinante, una fuerza amalgamante y cohesiva».

    Emilio Jurado | Director de CDIEM
    nuevatribuna.es | 29 Mayo 2014

    21 junio 2014 | 00:43

  6. Dice ser Julian Martinez

    Cadista, de 20 junio 2014 | 20:36

    Parece que tu no conoces que el dictador Franco, prometió al fascismo tradicional de España, que su dictadura la preparaba como mínimo para 1.000 años. Preparo a Juan Carlos I, y se monto «El Pacto de la Moncloa» entre los rojillos y azules de la cabeza en los tiempos del difunto Adolfo Suarez, hoy están unidos en el PP.SOE que son la misma cosa. Se preparo la Constitución actual de 1978, esta es ley de sucesión y sigue el ritmo de reyes en Felipito VI, «traga perras por heredación» mas la panda que se encuentran escondidos detrás de bastidores que son unas cuantas docenas de centenares, dirigiendo el cotorreo borbónico porque es su salvación. Todo este montaje se hizo con la dictadura de Franco, al igual que en estos días, ignorando al verdadero pueblo, que grita entre tantos dolores, «los Borbones a las elecciones» porque es el soberano de gobernar eligiendo forma y gobernadores. Yo creo que esto es legitimo y malo los que impiden estos caminos de respeto natural, siendo los mas bonito y lo mas real que el pueblo recupere la soberanía que un día, en el pasado le fue robado con tortura y muertes con una guerra, que yo no conocí y deseo que no suceda nunca mas.

    Por esto es necesario impedir los grandes consumidores de derroches con opulencias de improductivos, que llegaron a España, despues de morir el dictador Franco, que anterioridad andavan por el planeta como partículas desperdigadas correspondientes a un núcleo que se degenero y exploto, del Brasil, los expulsaron. Ahora los tenemos en España, donde no olvidan la promesa del Caudillo dictador, que la están poniendo en practica con democracia y al día, colocandonos la Santísima Leonor, Princesita mas jovencita de Europa, como la futura Reina, con las promesas de siempre para que de nada falte al pueblo trabajador, Aquí lo extraño es; que con la prisa que lo están montando naturalmente con ley, es que hasta el momento no nos colocan el sucesor Rey, de Felipe VI. Yo seguro estoy que ya lo tienen pensado, esta es mi corazonada que como el Pueblo, no luche y se duerma ante la droga diaria la promesa de Franco, sera por otros 1.000 años.

    Recordar Pueblo, esta es la dirección el paro, recortes sociales, promesas bananeras, manipuleos de nuevos impuestos con explotación tecnológica, la nueva moderna esclavitud esta programada y por sus distintas fases la están colocando. No dudar que siendo así, cada trimestre los ricos y banqueros serán mas ricos y los pobres mas pobres.

    Esto solo sera impedido por el despertar de los Pueblos.

    24 junio 2014 | 03:08

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