Gürtel

2013-06-03gurtel

5 comentarios

  1. Dice ser Al Sur de Gomaranto

    El Gürtel que traducido
    por cinturó o Corretja,
    puede ser que sea el PER
    y los ERE´s todo unido
    de la región levantina.
    No para el pueblo llano
    y sí para algunos vivales
    que en las listas se colaron.

    03 junio 2013 | 13:14

  2. Dice ser vicente gonzález g.

    Bueno el Raton Miguelito es un Truhán Inmortal pero Ligero,
    esa Trama GÜRTEL parece más Densa, por la cantidad de Asociados ;
    sin embargo Miguelito es un buen Simbolo. Saludos vgg

    03 junio 2013 | 20:19

  3. Dice ser DrakoDrakkonis

    Muy sutil os tenemos, gran Eneko, en estas sarcásticas entregas que ya van sumando varias…

    ¡Seguid inspirado, por favor! 😀

    04 junio 2013 | 07:16

  4. «A finales del siglo XIX, y a principios del XX, disfrutar del ocio y no trabajar se convirtió en un símbolo de estatus social, en una forma de ostentación de las clases privilegiadas, de los más poderosos. Los únicos que rompían ese precepto eran los nuevos ricos, los que amasaban una fortuna desde la nada con su ingenio y su rapacidad. Pero a un nuevo rico le seguía generalmente una generación ociosa, ese era el símbolo de haber subido en la escala social.

    En el siglo XXI los ricos, muy ricos, presumen de lo contrario, de trabajar mucho, de estar dedicados en exclusiva al trabajo, a los negocios. Para ellos existe un adjetivo que los define y con el que se definen: workaholics, una patología que describió en el año 1968 el psiquiatra y teólogo norteamericano Waynae Oates, y que era comparable a una adicción a cualquier tipo de droga.

    Cuando se acuñó el término, los enfermos de esta patología eran con frecuencia trabajadores de bajo rendimiento, que por falta de precisión o formación, o por exceso de horas de trabajo resultaban ineficaces en sus empleos. A los ricos de hoy en día, como los que se reunieron en el foro de Davos hace unos días, les gusta definirse como workaholics porqué es una forma de demostrar que su riqueza se debe únicamente a su esfuerzo, en contraste con una población de parados cada vez más numerosa. Esa perversa asociación que relaciona directamente trabajo, éxito y riqueza es la forma de sustentar la desigualdad social con una base de perversa moralidad, en un intento de dotar al capitalismo moderno de un andamiaje ético. Los ricos complementan ese rearme moral con una calculada actividad filantrópica: fundaciones, donaciones a ONGs, proyectos de cooperación, que por un lado calma su mala conciencia y que por el otro limpia su imagen delante de la sociedad produciéndoles retornos en forma de disminución de impuestos.

    Los ricos del siglo XXI tienen una mala disposición a cumplir con su fiscalidad, la flanquean con todas sus fuerzas y con la ayuda de unas leyes laxas que les incitan a hacerlo. A pesar de eso les gusta hacer donaciones, porqué ello contribuye a su bienestar espiritual, vean si no a Amancio Ortega con su donativo de 20 millones a Caritas, un porcentaje ridículo de sus beneficios anuales. Un rico puede legitimar su riqueza con una buena contribución a una causa noble, por ejemplo levantar un hospital o una escuela, de la cual quedará constancia en una placa de latón o un busto del filántropo en el acceso principal. La aristocracia pecuniaria del siglo XXI quiere que se consolide la idea que cuando alguien tiene dificultades económicas, o sufre pobreza, es por su falta de iniciativa, su poco espíritu, su nula voluntad de trabajar. Los trabajadores en el mundo occidental hemos pasado de tener que trabajar jornadas de 14 horas a vivir de las migajas de los subsidios. La sociedad de clases parece haber dado un giro de 180º, pero sólo lo parece.

    En el mundo hay legiones de esclavos, trabajadores sin protección alguna, sin derechos, que trabajan jornadas inacabables en condiciones extremas y que contribuyen con su esfuerzo y su sacrificio, y con las plusvalías que generan su trabajo y su miseria, a acrecentar la riqueza de los más poderosos. Los empresarios, ricos y emprendedores, están realizando un último asalto al poder, amparados por su buena imagen pública, por su aparente capacidad de generar riqueza y todo ello en un contexto político de desprestigio de la instituciones y de corrupción de la clase política. Los poderosos siempre nos han impuesto su ley, pero ahora puede que la ejerzan con nuestro aplauso, con el beneplácito de una sociedad empobrecida que busca salidas desesperadamente».

    Jaume Grau
    28/01/2013

    04 junio 2013 | 14:01

  5. Dice ser Julian Martinez

    Hoy estos cuentos que nos montan PP.SOE echados en los brazos de sus colegas de fuera llamándolo crisis, «es mentira» hoy están acumulando y gastando en sacrificar pueblos enteros del planeta sin precedentes históricos. Esto no es una crisis, es un sistema moderno con tecnología. Los pueblos son los únicos libertadores de estas inmundicias gobernantes corruptos, vendidos a las dos, docenas de capitalistas que hoy dominan contecnoligia el planeta, creando guerras por toda la faz de la tierra.

    Mientras los pueblos, no sean conscientes de que para librarse y conseguir salir de la exclavituz a la que nos están intentando de llevar, tienen que proceder con lucha acorde a como nos están maltratando, «es con medios tecnologicos». Las luchas, protestas de los siglos pasados ya no sirven, hay que coger a los hipócritas corruptos por los cuernos, «atacando sus armas con sus mismas armas», es decir; con medios tecnologicos o de lo contrario la Santa Inquisición y todos los dictadores de los siglos pasados, resultaran ser un juguetito para los hechos que están preparando con alevosía y premeditacion los terroristas desde el poder del Estado.

    Esto es acojonante, mirando y analizando la situación a la que nos quieren llevar!!!

    05 junio 2013 | 08:25

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