El reparto

2 comentarios

  1. Dice ser María José.

    Es evidente que el actual modelo de desarrollo económico resulta insostenible en tanto que se basa en la explotación y la mala gestión de unos recursos naturales limitados, como el agua, el abuso de fuentes no renovables como el petróleo, la extracción masiva de materias primas y una gran explosión demográfica, con graves consecuencias para el Medio Ambiente y el ser humano.El Desarrollo Sostenible se impondrá como necesidad colectiva y sólo se hará efectivo en el verdadero compromiso a nivel internacional, nacional, regional y local de cambiar las actuales pautas de sobreexplotación y de evitar o minimizar daños derivados de la contaminación atmosférica (lluvia ácida, capa de ozono, efecto invernadero), de los residuos tóxicos y peligrosos, de las aguas dulces y marinas contaminadas, del aumento de la desertización, la masiva tala de árboles, los desvastadores incendios forestales que asolan a nuestros bosques mediterráneos todos los veranos, la pérdida de la fauna y flora, e incluso la contaminación acústica propia de las grandes ciudades (por la masificación de tráfico rodado) con graves consecuencias para la salud física y psíquica .El afán de enriquecimiento monetario de una minoría poderosa (grandes empresas industriales) a costa de un elevado coste ecológico debe ser perseguido penalmente, aquello de «quien contamina, paga». Pero que sea una exigencia real: que el coste por contaminar sea superior al posible beneficio económico. Cuando se toca al poderoso Don dinero las cosas pueden empezar a cambiar, en este sentido.

    03 diciembre 2007 | 17:48

  2. Dice ser María José.

    La concienciación y las soluciones de los actuales graves problemas medioambientales son retos que nos incumben y nos afectan a todos.Pero una cosa son las necesarias leyes, medidas, compromisos, sistemas económicos y sociales más respetuosos, planes, modelos de desarrollo sostenible a implantar, etc., etc.;y otra muy distinta es la aparición reciente de un nuevo tipo de mesias o de iluminados que, a costa de la «causa verde», y sus discursos apocalípticos se enriquecen con impúdico descaro y, lo que es peor, con vidas que resultan de una incongruencia grosera, con el mensaje que pretende transmitir. Me refiero al ex vicepresidente de los EEUU, Al Gore, que va haciendo tournée por el mundo, dando conferencias millonarias para difundir su verdad incómoda (por ejemplo, en Canarias impartió una por la módica cantidad de 240.000 euros) y se le concede prestigiosos Premios como el Nobel a un tipo que se ha convertido en el paradigma de la hipocresía más descarada y de la incoherencia más desvergonzada, porque además de ser propietario de una empresa de ZINZ que contamina, posee un palacete cuyo consumo energético es 20 veces mayor que el del hogar medio.No entro en los documentos científicos de los que Al Gore dispone para difundir sus verdades incómodas, sobre la veracidad total o parcial de los contenidos; lo que es provocador es la «gran mentira» en la que sí está instalada la vida de este insigne personaje que se enriquece a costa de un eventual ecologismo, que le ha llevado a enriquecer su patrimonio por cien.No entiendo tantos merecimientos, premios y discursos millonarios.Puestos a poner la atención de Occidente en el problema real de estar haciendo de la Tierra un basurero, quizá sería más justo haber lanzado el Nobel de la Paz (por cierto, ¿qué tendrá que ver la lucha por la Paz, con la defensa del Medio Ambiente?) a Bert Bolin, fundador del Panel Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático. Pero no, es más chuli un ex candidato a presidente de EEUU con discursos catastrófistas de profeta anunciador del fin de los tiempos.Lo que sí es seguro para Al Gore, es su cada vez más abultado patrimonio económico… ésto sí que son verdades cómodas.Saludos.

    03 diciembre 2007 | 18:52

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