Por Vicky
Si vosotros también sois de los afortunados que van a poder disfrutar de unos días cerca de la playa o en alguna isla, entenderéis perfectamente por qué el tema vacacional monopoliza mis últimos posts. Y como soy de las personas que cuanto más se acerca la fecha de huir, mejor puedo visualizar estas vacaciones tan deseadas hasta que se conviertan en un oasis, he decidido hablaros un poquito de mi «visión».
Este verano toca vacaciones en mi tierra para explorar algunas de sus famosas islas. Tras haber dejado atado el tema de las reservas, lo siguiente era informarme de sus actividades y, por supuesto, de sus leyendas e historias. ¿Os suenan esas islas con un montón de casitas blancas y azules que miran hacia el mar Egeo? Ni la ubicación ni los colores que forman este paisaje es casualidad.
En 1938 el dictador Ioannis Metaxas ordenó a todas las islas del Egeo que pintaran las fachadas de sus casas con asbesto de color blanco para desinfectarlas de la cólera que azotaba la población en aquellos años y también porque querría que todo tuviera una imagen más homogénea que daría la sensación del orden. Un dato curioso es que los comunistas solían expulsarse a las islas del Egeo y que el color de las casas les recordarían la razón de su exilio.
Posteriormente, la pintura blanca sirvió para filtrar el calor del sol ya que Grecia es el país más soleado de Europa con una media de 250 días de sol al año. Nuestra sensación térmica vienen a confirmar varios estudios como el del profesor Hashem Akbari de la universidad de Berkeley de California, que sostiene que si todas las casas de las ciudades fueran pintadas de blanco las terribles consecuencias del cambio climático cesarían durante un tiempo.
¿Y qué pasa con el color azul? Hasta el 1955, aproximadamente, la única isla que tenía multitud de casas pintadas de color azul era Mykonos. Fue la reina Federika (madre de la doña Sofía) quien ordenó al primer ministro del país en 1955 a que todas las islas del Egeo siguieran el ejemplo de Mykonos y que fueran pintadas no solo de blanco. Todo esto tras un éxito promocional de la época en la que Mykonos figuraba por primera vez como el destino griego favorito para veranear y la imagen de sus casitas de colores batió récord de visitas.
A partir de este momento, las islas vecinas transformaron su aspecto. Mientras los griegos ya estaban acostumbrados al blanco, ahora señalaban su ideología mediante la elección del color que le iba a acompañar. Los que tenían fachadas blancas y azules permanecían fieles a la corona y la ideología conservadora, mientras que aquellos con fachadas blancas y rojas estaban en contra del régimen (miren la isa Amorgos).
Se dice que existen aproximadamente ciento diez tonalidades de este atemporal, frío color primario, que simboliza la confianza, la simpatía, la fidelidad, la inteligencia o la seguridad. A pesar de que la mayoría piensan que el azul se debe a la bandera nacional o que rinde homenaje al mar, hoy en día la realidad es distinta. Detrás de esta elección está la superstición, ya que en teoría el color azul ahuyenta el mal. En Oia (Santorini) se encuentran las cúpulas azules más famosas del archipiélago, que pertenecen a las iglesias ortodoxas repartidas repartidas por todas la isla.
Como pasa en muchos cuadros de arte, el color es uno de los elementos más importantes a la hora de entender el significado de la obra. Los humanos desde muy temprano hemos querido dar sentido incluso a las cosas más sencillas que construíamos. En este caso, no basta solo con llenar nuestras casas con recuerdos y personas queridas, sino que cualquier decorado puede revelar mucho de nuestra identidad.
- Fotos: GTRES.