Por Vicky
Como si Juego de Tronos no se hubiera terminado. Si creías que Daenerys iba a llegar al Trono de Hierro, tras el resultado electoral de este domingo vuelves a revivir la misma sensación que tuviste con el final de la serie: estabas muy equivocado. Una rápida conclusión que se puede sacar de la triple convocatoria es que el centro del universo conocido -pese a lo que parecía- está muy lejos de Twitter o de los sondeos.
La alta participación en las europeas ya delataba que esta vez la gente quería manifestar algo muy distinto al mensaje habitual que transmitía a través de su voto los años anteriores, y que este era el momento de hacerlo. De hecho, las elecciones europeas de este año no fueron solo significantes para la comunidad, sino que han demostrado ser determinantes para el futuro de muchos de los países miembros.
Los candidatos que sacó Grecia, por ejemplo, fueron una clara manifestación de la intención del voto del país en el caso de unas elecciones generales. El batacazo de Syriza fue innegable, ya que el partido conservador Nueva Democracia logró el 33% de apoyos frente al 24% del partido gobernante.
El primer ministro griego Alexis Tsipras ingresa en la sede del partido SYRIZA después de la celebración de elecciones locales, regionales y del Parlamento Europeo. (EFE)
Las cifras son muy parecidas en los resultados de las locales, que se celebraron el mismo día al igual que en España. Tsipras había considerado la convocatoria de este domingo una suerte de moción de confianza sobre su gestión y sobre las medidas sociales para revertir los efectos de la austeridad anunciadas tras el fin del rescate, en agosto. Sin embargo, la moción de confianza resultó ser una moción de censura para él, que finalmente fue obligado a adelantar las elecciones generales previstas para este octubre. Lo único que pudo celebrar fue la derrota de antiguos ‘’enemigos’’, como To Potami o ANEL, y salir de la sombra de la ultraderecha dejando a Amanecer Dorado en la quinta posición.
Como ha declarado el líder del grupo liberal europeo, Guy Verhofstadt, ‘’los dos partidos clásicos, socialistas y conservadores, ya no tendrán mayoría. Y eso significa que ninguna mayoría sólida sólida, subrayo, sólida y pro-europea es posible sin la ayuda, sin la participación de nuestro nuevo grupo de centro’’.
Sus palabras tienen mucho sentido. Tanto en España como Grecia hemos visto que las mayorías ya no son factibles. Las alianzas tampoco tienen una identidad muy de derechas o muy de izquierdas como lo tenían en el pasado. Los tres primeros partidos tienen algo de derechas, algo de izquierdas y bastante del centro, también. Es posible que los votantes recuerden que todos los partidos del bando al que pertenezcan y defiendan han cometido errores y que parte de sus objetivos no representan del todo a la voluntad de sus ciudadanos. Lo de este domingo fue una especie de apuesta por la participación, no la de los ciudadanos sino de la política.
En los próximos días todos los electos tienen que cooperar y unir sus fuerzas para mejorar el aspecto de las ciudades, a nivel regional, y asegurar la gestión eficaz de la convivencia, a nivel comunitario.