Por Vicky
Millones de personas con algún tipo de discapacidad no podrán o se les ‘prohibirá’ votar en las próximas elecciones europeas del 26 de mayo. Mientras las instituciones europeas avisan de la baja participación en la historia de las elecciones de la zona euro y a la vez presentan numerosas razones para que la gente acude esta vez a las urnas, se les olvida una parte importantísima de la población.
Lejos de los objetivos y ambiciones de la UE, la realidad indica que muchas personas con discapacidad intelectual no pueden votar porque su país no les facilita el proceso. Muchas de estas personas siguen la actualidad al igual que todos nosotros y les interesa especialmente lo que digan los partidos en sus propuestas sobre inclusión y ayudas a la discapacidad y dependencia. Sin embargo, no tienen derecho a pronunciarse al respecto. Y… ¿quién mejor para decidir sobre las políticas relacionadas con la discapacidad que ellos? También es cierto que su voto no valdría solo para estos temas, ya que a fin de cuentas todo es transversal y se refleja en la política, economía, ciencia, etc.
Desde la capacidad para rellenar o seleccionar las papeletas hasta la facilidad de acceder al centro electoral, son 18 los países miembros de la UE que no disponen de un reglamento específico que recoja el caso de estas personas y su participación en las elecciones. Es fundamental que los procedimientos, instalaciones y materiales sean adecuados, accesibles y fáciles de entender y utilizar. También es básico que se permita que una persona de su elección les preste asistencia para votar. De momento, ninguna de esas pautas están aprobadas de manera explícita para asegurar la normalidad del proceso electoral. Es cuestión de que la persona interesada pruebe su suerte.
Según un informe del Comité Económico y Social Europeo, ocho países no ofrecen la posibilidad del voto por correo u otras alternativas que sí se prestan en países vecinos. Además, en 12 países no se permite cambiar de centro electoral e ir a votar a uno más óptimo bajo ninguna circunstancia. Hay obstáculos jurídicos que privan el derecho de voto a las personas que sufren problemas de salud mental, a pesar de que el Tribunal Europeo de Derechos Humanos indica claramente que quitar este derecho a cualquier persona que cumple las condiciones mínimas para ejercer su voto, es algo inaceptable.
En España, 100.000 personas con discapacidad intelectual quedaban exentas de votar por su condición, per ya pudieron votar en las útlimas elecciones y podrán de nuevo hacerlo este domingo, aunque pueden seguir incapacitadas judicialmente para otras cuestiones.
Otros países que han avanzado con su normativa son Grecia y Letonia, que permiten localizar a través de una aplicación los centros electorales que te corresponden, hacer cambios necesarios y comprobar su estado.
Rumanía facilita a las personas con discapacidad intelectual un sello como alternativa a las cruces y las papeletas tradicionales que lo pueden solicitar a la mesa electoral y que cuenta como una ayuda equivalente a la de un ayudante, solo que de una manera más transparente. Por último, en Estonia todos los votantes -con o sin algún tipo de discapacidad- tienen derecho a la opción del voto electrónico, ya que su sistema online está muy bien adaptado a las exigencias del proceso electoral.
Contenidos relacionados:
- 100.000 nuevos votos y unas elecciones generales históricas para las personas con discapacidad intelectual.
- Votar teniendo discapacidad intelectual: «A la manipulación estamos sujetos cualquiera de nosotros.
- «Participar de forma activa en la vida pública de este país no debería ser una puerta cerrada para las personas con discapacidad intelectual».
- Carmen Arranz, con discapacidad y sin derecho al voto: «En 2002 sufrí un golpe de Estado».