Por Tom.
Ha llegado el maravilloso puente de mayo, esa fecha significativa, celebrado por una multitud de motivos.
Primero porque significa que has podido coger uno o dos días y llevarte tres de vacaciones, que junto con el fin de semana ya son cinco. Regalazo. La gente volvió al trabajo bronceada, relajada y feliz.
Segundo, porque esa fecha señala el comienzo de esa situación resbaladiza que nos manda inexorablemente hacia el verano, y las vacaciones.
Sobre todo en el sur de España, Semana Santa y el puente de mayo son los eventos primeros de un verano que llegará lleno de festivales y ferias que duran hasta el otoño. Todo empieza a oler a vacaciones y playa. En breve se acortará la jornada para muchos, dándonos la oportunidad de aprovechar más de las tardes de cada día.
Tercero, porque aunque en España digan «hasta el cuarenta de mayo…no te quites el sayo», para mucha gente este fin de semana marca el ‘cambio de armario’.
Este fenómeno hace que miles de personas saquen toda la ropa del armario, la doblen estilo Marie Kondo, y la metan en cajas para el próximo invierno. Es hora de sacar toda la ropa de verano, descubrir todas estas prendas que habías olvidado completamente, y a lo mejor encontrar los restos del verano pasado, el detrito de lo bien que lo pasaste, en los bolsillos.
En el Reino Unido, como podéis imaginar, no es tan necesario como aquí hacer ese ritual de cambio de ropa. Es cierto que cada invierno, a lo mejor nos encontramos cogiendo el abrigo grande cuando brota el primer día de frío de cojones narices, pero en general, como el tiempo es tan impredecible y las temperaturas no alcanzan niveles tan altos, no nos vemos obligados a hacer una sustitución del armario entero. Mantenemos la misma ropa colgada y doblada todo el año.
No sé si también influye que nuestros armarios son más grandes o si tenemos menos ropa, pero el hecho es que, por el motivo que sea, no hacemos el cambio.
Otra cosa que no se podría prescindir nunca es el paraguas, siempre estamos preparados para un día (o dos o tres) de lluvia inesperado.