Archivo de abril, 2019

Ojo si viajas al Reino Unido, que te puedes encontrar libras esterlinas y también libras escocesas

Por Tom

Puede que no lo sepas, pero en el Reino Unido hay dos monedas. Está la libra esterlina, y la libra escocesa. El valor de las libras escocesas es exactamente el mismo como las esterlinas; están intrínsecamente enlazadas y si cambia el valor de la esterlina, cambia el valor de la escocesa.

Aun así hay diferencias entre la libra y la (otra) libra. Primero están los diseños: los billetes escoceses son distintos, con personas como por ejemplo Sir Walter Scott y monumentos como el Castillo de Edimburgo. Ademas de eso, no se imprimen en la casa de la moneda y timbre, como en Inglaterra. De hecho hay tres bancos distintos que tienen permitido fabricar billetes. Cada banco hace sus billetes como quiera, y por lo tanto hay varios diseños en circulación.

Aunque sean dinero los billetes de la libra escocesa, técnicamente, no son monedas de curso legal. Esto causa mucha consternación en toda la población del Reino Unido por dos motivos: a los escoceses les molesta porque no funciona en todo el Reino Unido y a los demás porque de vez en cuando te encuentras con uno y es una pesadilla.

Al intentar pagar por algo en el súper y sacar un billete de 10 libras ESCOCESAS empiezas a tener sudores fríos y entras en pánico porque no son realmente dinero de verdad. Son ‘promisorios’, una especie de vale que equivale a la cantidad especificada en el billete. Los bancos escoceses tienen que tener siempre disponible el valor equivalente en oro ( a lo mejor deberíamos simplemente llevar bolsos de oro para pagar las cosas y ahorrarnos el drama) o en dinero en libras esterlina.

Por su estatus como ‘dinero pero no dinero’, hay muchas tiendas y sucursales que no lo aceptan y tendrás que irte a un banco para entregarlo y que te den cambio en libras esterlinas. De hecho, la semana pasada Judy Murray (madre de Andy) intentó pagar en Londres con un billete de 10 libras escocesas y se lo negaron citando que la tienda “solamente acepta billetes británicos”.

Según mucha gente que viaja a Inglaterra desde Escocia, la historia se repite una y otra vez. Al intentar pagar con dinero escocés, la gente te mira escépticamente y tú y tu dinero son rechazados.

Sin embargo, hay esperanza para los billetes escoceses, la pasada semana Alistair Carmichael ha propuesto una propuesta de ley para convertir el dinero escocés en monda de curso legal de una vez. De aprobarse, el Reino Unido tendría técnicamente dos monedas legales, dos libras distintas, pero también iguales de valor.

(GTRES)

A lo mejor es una señal de lo que está por venir en el caso de un futuro ‘Brexit’ (recuerdo que tendría que haber sido hace unos días, pero la Unión Europea ha decido que ya es suficiente, que las tonterías se acabaron y ha dado hasta el 31 de octubre para que el Reino Unido se arregle, se ponga de acuerdo  y proponga algo menos ridículo) Escocia probablemente saldrá a toda costa para reunirse con la Unión Europea.

De hecho hay un vídeo que tiene a muchos políticos echando chispas, y que va precisamente sobre una Escocia con la mirada fijada en Europa.

Y ojo, que si al final el ‘Brexit’ empuja a Escocia a los brazos de la UE, tal vez tendría todo el sentido del mundo que adoptará el euro.

Ya veremos…

Los veganos no conducen los mismos coches que el resto (si se los pueden permitir)

Por Vicky

Se supone que lo material tiene que ser algo secundario, pero no es ninguna tontería que en ciertas ocasiones dice mucho de alguien. ¿Cuándo fue la última vez que viajaste a otro país? ¿Te fijaste en los coches que circulaban en la carretera? Aunque no hayas cogido un avión hasta Cuba, seguro que te suena que la media de vehículos que se conducen allí siguen siendo modelos de los años 50. A lo que quiero llegar es que los coches siempre han sido una referencia del estatus social de la persona y de su capacidad adquisitiva. Luego, el color elegido, la decoración -si la lleva- o el interior, pueden distinguir a un profesor, de una madre y de un hippie.

Hasta relativamente pronto me parecía absurdo dar tanta importancia al donde se iban a sentar mis posaderas. Si iba a ser sobre un cuero blanco o una tela semi desgastada. Mi visión cambió hace unos días cuando sentada en una terraza contemplaba las vistas. La mayoría de los coches eran diesel. Algunos más caros que otros, pero nada fuera de lo común. Hasta que pasaron dos coches eléctricos y la pareja que se estaba tomando su café en la mesa de al lado empezó a discutir su utilidad.

-Me fastidia que no hagan ruido. Me despisto un momento con el móvil y me pueden atropellar.

-Venga, hombre, no es para tanto. A mí lo que me fascina son los que se ahora son veganos.

-¿Cómo?

Sí, desde hace unos años hay coches veganos en el mercado. No necesitan verduras para circular, lo hacen como cualquier otro vehículo de motor. Para detectarlos tienes que ser buen observador porque la diferencia está en su interior. Con la alimentación vegana y la movilidad eléctrica en aumento, despedirse del cuero que decoraba tu coche era lo siguiente. Ya son muchos los compradores que rechazan la posibilidad de incorporar en sus vehículos tejidos de origen animal. Hay un cambio de valores y se refleja en los materiales que eligen para acompañarlos en su día a día, desde su vestimenta hasta su medio de transporte. Y los coches veganos no requieren ningún producto animal para ser fabricados.

Polestar 2, un coche eléctrico con interior vegano.

De momento las alternativas son la fibra de bambú, setas y cuero sintético. Resulta que la fibra se adecua muy bien a la pretensión ecológica del coche eléctrico, puede adaptarse a la fabricación en serie y proporciona humedad que mejora la transpiración del usuario.

Si los consumidores están cada vez más concienciados con el medio ambiente y esos nuevos tejidos dan solo ventajas, entonces ¿por qué todo el mundo no se vuelve en términos automovilísticos eléctrico y vegano? El problema es el precio. Por una parte, es difícil exigir el mismo precio para un tapizado de tela que para un cuero. Por más delicada que sea esta pieza, siempre tendrá un valor menor.

Hay muchos conductores a los que les gustaría que sus valores fueran reflejados en su coche y no su estatus social, pero no tienen los recursos para hacerlo. Es decir, esta vez el choque no es solo de clases y de capacidad adquisitiva sino también de conciencia. De momento la baja demanda de estos coches hace que sean un producto exclusivo, ya que no solo se trata de un cambio en su decorado. Aprovechando el lanzamiento de un nuevo modelo, los fabricantes incorporan más accesorios y mejoras tecnológicas. Por lo que en el mercado se vende como una novedad tecnológica y esta es inevitable que se venda caro.

Los que desean tener un vehículo de estos y no se lo pueden permitir son pocos, pero ya debaten la posibilidad de una petición al Gobierno para la creación de fondos que haga su compra más factible. Al menos la pareja en la mesa de al lado pagó la cuenta coincidiendo en que los sustos de los vehículos ‘silenciosos’ merecen la pena y que si le tocara la lotería o algo, se haría con uno de estos.

Tesla X también incluye esa opción.

La ‘España vaciada’ tiene su reflejo en las zonas rurales del Reino Unido

Por Tom

En Inglaterra hay un problema con las zonas rurales. Sí, son muy bonitas, muy verdes, muy frondosas; hay pueblitos de carta postal con sus ovejas y ríos serpentinos… Todo muy idílico. Sin embargo, no hay mucha gente. Según the Rural Coalition hay unas 9,3 millones de personas que viven en zonas rurales. Un 17% de la población. También son anfitrionas de unos 524.000 negocios que emplean a 3,7 millones de personas. Ademas, afirman que las zonas rurales no son simplemente agricultores, granjeros y mucha naturaleza. ¿Os suena?

La gente se está yendo de los pueblos en cantidades ingentes por toda Europa. Sobre todo la gente joven, que viaja en busca de trabajos y mejores oportunidades, de la mítica vida mejor que todos estamos persiguiendo. Es un flujo artero de personas hacia las ciudades más prósperas, casi imperceptible, pero que junto a la descendente tasa de natalidad está provocando un problema bastante grave.

El Reino Unido no es una excepción. Cuando llegó mi familia al pueblo de mi infancia, Pebmarsh, había una tiendita que vendía las cosas básicas: pan, leche, chuches, etc. También doblaba su cometido como la oficina del correos del pueblo. Aunque sobrevivió durante unos años, al final murió por falta de uso y de rentabilidad. Así como la minigasolinera/taller de coches de enfrente. También duró unos años, pero si ya estás en tu coche, no te importa ir al pueblo al lado que es diez veces más grande y a diez minutos para comprar gasolina y ahorrarte unas libras a la semana. Incluso el pub, el único de mi pueblo, se cerró cuando todavía era joven. Luego abrió de nuevo con otro estilo (muy muy similar) y volvió a cerrarse. Tras varios intentos fracasados, ahora el pueblo no tiene pub.

Total que en los pueblos, los servicios locales, se están cerrando por todos lados. La tienda, la oficina de correos, el bar, hasta los colegios, aunque sean pequeños. Cuando yo llegué había seis personas en mi curso: Ben, Ben, Ben, Louis, Verity y yo.

El otro problema es que no es una huida completa de población de los pueblos a las ciudades. Se da una situación semejante a la de España, la gente que se queda es la gente vieja del pueblo. Y pese a que esos pueblos ya tienen mucha gente mayor y poca joven, las casas siguen siendo muy caras. Los que tienen dinero para gastar en casas caras son los que tienen más años, que llevan toda la vida trabajando, que se compraron casa hace años y ahora pueden jubilarse en el campo. ¡Qué bonito todo! Pero esa gente no va al campo para emprender, para montar proyectos, para criar niños. Va a relajarse y pasárselo bien. En el peor de los casos, esta casa de campo no es su casa principal; es la segunda y solo van los fines de semana, los puentes, a lo mejor en Semana Santa, y mantienen la burbuja de precios muy por encima de lo que se pueda permitir una familia típica de la zona (o cualquier zona).

En el Reino Unido, además, también hay familias que se permite vivir en algunos pueblos, pero sin que los padres no trabajen allí. Por lo tanto, se crean muchos pueblos dormitorios, donde compra casas la gente, donde duerme la gente, pero no hacen vida allí.

Entonces, aunque haya cierto movimiento desde las ciudades hacia las zonas rurales, la gente no crea ese efecto positivo y no dan ese soplo de aire fresco. Las zonas rurales se están llenando, pero siguen vacías a la vez.

Los problemas son muy similares a los que expusieron la gente en la manifestación de la España Vaciada hace casi una semana. Internet va mal, no hay inversión, toda la gente no puede sobrevivir del turismo rural, no hay servicios (y es verdad, en los dos pueblos en los que he vivido quitaron el ÚNICO bus que había porque no era rentable y solamente pillabas cobertura con el móvil haciendo una pose de bailarina en la bañera), no toda la gente es granjero, pastor ni agricultor y las oportunidades son muy escasas.

Como en España, hay muchos grupos que quieren cambiar estas cosas, lo que aún no queda muy claro es cuales son las peticiones más realistas. Entre la gente que quiere inversión en ganadería y la gente que quiere cambiar la imagen de ‘el mundo rural’ que transmite que todo el mundo es granjero; los que quieren más comunicación y los que quieren que se construya rutas alrededor del pueblo para que NO pasen camiones ni mucho tráfico; los que quieren inversión y los que quieren evitar que grandes negocios se establezcan en su pueblo… no hay mucho consenso. Las opiniones, como siempre, se encuentran divididas.

Y es que, como si ya no fuera suficiente, se ve cernerse detrás de todo lo del ‘brexit’, que seguramente impactará el mundo rural muchísimo, bien sea que no se pueda exportar los productos de la agricultura, porque no habrá más subvenciones para los agricultores, o no habrá inmigrantes de Europa que quieran vivir en los pueblos.

Se ve que el mundo rural está en apuros, tanto en el Reino Unido como en España, pero, como suele suceder, los políticos están muy ocupados hablando una y otra vez de cosas sin dar frutos de ningún tipo y olvidándose de la gente de a pie.

FOTOS: Pebmarsh en Google Maps.

¿Cómo habéis visto cambiar vuestros bares de toda la vida?

Por Vicky

Diría que empezó con la migración rural y la restricción del tabaquismo. Las ciudades se volvieron más sofisticadas y los bares no podrían seguir otro camino que no fuera este. El remate fue la crisis económica que obligó a muchos comercios innovar para sobrevivir o cerrar sus puertas para siempre.

El olor de una taza de café con churros por la mañana o las mesas servidas con una barra de pan con tomate a la hora del desayuno es inconfundible. Para mí es la esencia del bar español.

(J.M.García / EFE)

Ahora, la carta se ha enriquecido con huevos benedictinos, tostas al estilo pancake americano y muffins de sabores. Los cafés se sirven con nata abundante o se cambian directamente por un zumo detox. Son los nuevos clásicos e imprescindibles de los bares. En Madrid, en Atenas y en casi todas las partes del mundo me imagino.

Por la tarde-noche se ofrecen vermuts, se piden cervezas artesanas y para picar hay guacamole con nachos y tostas ‘gastro’. Si la decoración del bar dispone de lucecitas de colores, viejas bicis colgando de las paredes, sillones de ‘abuelo’ o frases de neón, muy pronto se verán colas kilométricas en su portal. Adaptarse a las costumbres de las personas es la clave del éxito para cualquier negocio. Por ejemplo, puede que las tiendas con opción a ‘take away’ (productos para llevar) se encuentren actualmente en una especie de peligro de extinción, pero gracias a servicios como Just Eat se sigue manteniendo el concepto de la comida fuera del establecimiento. No es un cambio de perfil de los consumidores, sino un cambio de hábito.

>En Grecia también decimos que «el cliente siempre lleva la razón». Antes los atenienses se iban a tomar un café en una terraza como excusa para ponerse al día con sus amigos. A día de hoy, hay mil maneras de contactar con alguien al instante, por lo que no tienes que esperar a quedar con la persona. Si ya os habéis contado lo importante por Whatsapp, acordáis una cita para volver a recordar cómo es el contacto humano y básicamente para tener un plan más activo. En Atenas, por ejemplo, casi todas las cafeterías guardan detrás de la barra un tablero de ajedrez y de damas. No es que de repente los griegos se han vuelto locos por los juegos de mesa, pero es algo que les permite sentirse más activos.

En Madrid, la tendencia es la misma. Parece que cuantos más ‘’papeles’’ tienes acumulados en la puerta de tu local, más clientes atraes. Me explico. Lo habitual era encontrarte con la carta y los horarios del bar. Ahora hay carteles con la programación del entretenimiento que ofrece el sitio. Este puede variar entre recital de poemas, actuaciones de monologuistas o meet-ups para aprender un nuevo idioma.

El objetivo es ofrecer algo que no se reduzca a la barra. Incluso la cerveza de grifo y los cócteles de nombres exóticos se han convertido en mainstream. Los clientes buscan locales que les ofrezcan cosas que es difícil hacerlas en casa. Un ambiente original o ambientado en una peli, música de vinilos de la propia colección del dueño y no sacada de la lista más reproducida en Spotify, dedicar un día a una cocina distinta al de tu país. No requiere más que tener propio estilo, pasión por lo que haces y no tener miedo a ser diferente. A partir de ahí estableces tu propia clientela fiel y solo vas adquiriendo más público según actualizas tu marca.

No creo que la tan comentada ‘marca personal’ sea una moda pasajera o un mal de los tiempos modernos. Creo que es el puente entre lo tradicional y lo nuevo.

Y vosotros ¿cómo habéis visto cambiar vuestros bares de toda la vida?  

Ten things I’ve learned from living in Spain

Por Tom

1. You can be late, and on time, at the same time. “See you at ten” means that at about quarter past ten I’ll be there. These are the ‘ten grace minutes’ which means that if one arrives at a quarter past, in reality it’s only five minutes late, and that’s perfectly acceptable. Aside from that, arriving too early causes consternation, so it’s much better to stick to the rules, arrive two minutes late and brag about how punctual you are, whilst calmly starting your chosen activity at ten past.

via GIPHY

2 The Spanish are hobbits. I don’t mean that they’re small and have hairy feet, but that they treat foot with a reverence I have only seen amongst the folk of The Shire. Breakfast, for example, isn’t that small snack that you stuff into your face in the rush to not arrive late to work; just enough to give you the strength to leave the house without collapsing, no no, that doesn’t count. Later, some time between ten and eleven, you get your teeth into the real breakfast. Whether you’re a student at school, or an office worker – there are two breakfasts. Meals are law, and your day, as busy as you may be, revolves around lunch. It is unthinkable that you wouldn’t stop and have a break for a good meal, something the in the UK now doesn’t really exist. We’ve lost the simple pleasure of eating a typical dish, delicious and well-done. The idea of eating a plate that’s full of just artichoke, or garlic mushrooms; that doesn’t come with something else, or isn’t part of a larger meal confuses us. The idea of eating a plate of a high quality ingredient has been lost. Food in Spain is sacred.

via GIPHY

3. Everybody loves their village. Whichever village it is. They all have a special something that sets them apart from the other villages. Although they may recognise that their village is a bit shit, no good bars, no cultural things going on, slow internet, but it’s The Village – don’t mess with it.

via GIPHY

4. There are many dichotomies that divide the people in two parts. None larger than Mercadona. Mercadona is a sect. Spaniards are divided into those that are Mercadona, and those that aren’t. People are also divided between the groups of Colacao and Nesquik, tortilla with and without onion…always two sides to the story!

via GIPHY

5. Speaking of sects, there are, and were, many people that went to school run by nuns, and they pay for the privilege. In the UK that would be the worst kind of punishment.

via GIPHY</a

6. Swearing is universal and encouraged, the more the better. ‘Nuts’ occupy a special place in Spanish culture. It is so omnipresent that the word has morphed into adjectives, adverbs, and verbs, all based on the noun “cojones.” You can also insult people without actually insulting them. There are insults and insults, and it depends completely on the tone. When you walk into a bar to be greeted by “Hey, arsehole, where have you been, you never drop in any more, shit!” but in a very affectionate way, no problem. However, someone calling you a clown and meaning it, could provoke pistols at dawn.

via GIPHY

7. Following the pattern, shit is king in Spain. People are scatalogical by default. You can shit in or on everything; milk, ten, God, basically whatever you want, it’s marvellous.

via GIPHY

8. You only speak in English to show off. Hanging out with a group of people from all over the place, it’s inevitable that you end up speaking in English and Spanish at the same time. People have remarked to me and friends a bunch of times “why are you guys speaking in English?! Stop showing off.” To which the answer has to be “because….I am English?” Although the reality is that a lot of people speak English really well, the general opinion is that in Spain, English is spoken badly by all.

via GIPHY

9. Spanish people don’t sleep. Although, when I arrived in Spain people told me that everyone else in Europe thought Spaniards were lazy (I actually had no idea, but it was useful to know!). The siesta gives you the impression that people spend half the say dozing, blinds down, mouth open, on sofas next to half empty glasses of sangria. This, however, is not the case. People don’t sleep – they go to bed late and get up early. Maybe the general speed of activity during the day isn’t that of frenetic New York where “now” is “ten minutes ago,” but you’ll never find anyone hibernating, unless they are on holiday, in which case the siesta is obligatory.

(GTRES)

10. Friends and family reign supreme. When you go out with your friends, until the wee hours of the morning (the wee hours in the morning in Spain are something like nine the next morning), when you wake up, you must immediately phone you friends, that you were out with, to talk about the things that happened the night before. Families are also very close-knitApart from the tuppers,, the idea of seeing your family every weekend to have a decent family meal (cooked by your mum or your gran if you’re lucky) kids are always most important. Seeing parents sporting Dora the Explorer backpacks as they walk their kids to school always makes me wonder, if it was me, and that was my kid, and I had to carry his or her backpack to and from school every day, would I have made them choose a different one. In the UK that doesn’t happen, kids have their stuff in their bag, and they carry it, they also carry their PE stuff too, loaded up with bags until they look like pack donkeys.

via GIPHY

Diez cosas que he aprendido de los españoles tras ocho años en España

Por Tom

1. Se puede llegar tarde y llegar a tiempo. “Te veo a las diez” significa que en algún momento alrededor de las diez y cuarto a lo mejor llego. Son los ‘diez minutos de gracia’ lo cual significa que si llegas a y quince solamente has tardado cinco minutos y es perfectamente aceptable. Además, llegar pronto causa consternación, así que mejor llegar unos dos minutos tarde para hablar de lo puntual que eres y empezar la actividad tranquilamente a y diez.

via GIPHY

2. Los españoles son hobbits. No quiero decir que sean bajitos, sino que tratan la comida con una reverencia que solamente he visto en la gente de La Comarca. El desayuno, por ejemplo, no es ese minidesayuno que te tomas solo para darte fuerzas para salir de casa. No, no, eso no cuenta. Es entre las 10 y las 11 cuando te tomas el desayuno de verdad, bien seas estudiante en el colegio o trabajador en una oficina. Los desayunos son dos y punto. La comida manda. El día, por muy ocupado que estés, gira alrededor de la comida del mediodía. La comida es sagrada. Es casi impensable que no pares para una buena comida, cosa que en el Reino Unido ya no existe. Hemos perdido un poco el simple placer de comer algo típico, rico, y bien hecho. Y la idea de comer un plato de algo como alcachofas o champiñones al ajillo, sin que venga acompañado de otros ingredientes, nos confunde. Tomar con gusto un plato de un ingrediente de alta calidad ha desaparecido.

via GIPHY

3. Todos aman a su pueblo. El pueblo que sea. Todos los pueblos (léelo cantando) tienen un color especi-aaa-a-aaaaal. Aunque reconozcan que a lo mejor es un poco una mierda porque no hay gente de su edad, ni bares buenos, ni cultura, ni internet rápido, su pueblo es su pueblo. No te metas con el.

via GIPHY

4. Hay muchas dicotomías que dividen el pueblo en dos.  La gente en España está dividida en dos grupos para casi todo. Entre los que toman Colacao y los que toman Nesquik, los de tortilla con cebolla o sin cebolla… Hay dos bandas siempre, también entre los que son de Mercadona y los que no. Mercadona es una secta.

via GIPHY

5. Hablando de sectas, hay mucha gente que fue y va hoy en día a escuelas y colegios de monjas y monjes y pagan por ello. Eso en Inglaterra sería un castigo de los más terribles.

via GIPHY

6. Se puede decir palabrotas cuando quieras, y cuantas más, mejor. Los cojones ocupan un lugar especial en la cultura española. Tanto que, aparte de ser nombre, también hay adjetivos, adverbios y verbos a base de los famosos cojones. También se puede “insultar” mucho sin causar ofensa. Hay insultos e insultos y depende completamente del tono. Al entrar en el bar de la esquina si te gritan: “¡Oye cabrón, cuanto tiempo, ya no nos vienes a ver, mecagoenlaputa!”, puede ser dicho todo con mucho afecto. Y luego si alguien te llama payaso con un tono despectivo es motivo de duelo al alba.

via GIPHY

7. Siguiendo el rumbo, la mierda es la reina en España. La gente es escatalógica por omisión. Se puede cagar en todo, en la puta, en diez, en la hostia, en básicamente todo lo que se le ocurra. Es maravilloso.

via GIPHY

8. El inglés se habla para presumir. Hablando con personas en un grupo grande en el que hay varios idiomas, es inevitable que termines hablando en inglés y en español a la vez. Pues ya me han dicho varias veces «¡¿Por qué habláis en inglés, cojones?!» (cojones es omnipresente, veis). Y yo, con cara de no sé muy bien que responder, digo “pues porque soy inglés…”. Aunque realmente hay mucha gente que habla bastante bien el inglés, la opinión pública es que en España el inglés no se habla bien.

via GIPHY

9. La gente española no duerme. Aunque al llegar a España la gente me decía que todos los europeos del norte tiene la opinión que los españoles son muy vagos (yo no lo sabía, pero me resultó muy útil saberlo); eso de la siesta da la impresión fuera que la gente pasa la mitad del día dormida, boquiabierta en el sofá con las persianas bajadas y vasos de sangría medio vacíos alrededor. Pero no es así. La gente no duerme. Se acuesta tarde y se levanta pronto. A lo mejor la velocidad no es tan frenética como en Estados Unidos, donde “ahora” es “hace diez minutos” pero no encontrarás jamás a nadie hibernando a menos que esté de vacaciones, en que caso la siesta es casi obligatoria.

(GTRES)

10. Los amigos y la familia reinan. Cuando sales con los amigos hasta las tantas de la mañana (y en España las tantas pueden ser las nueve de la mañana del día después), al despertarte en cualquier lado llamas de forma inmediata a los mismos amigos con los que saliste para veros ese mismo día y hablar de las cosas que pasaron anoche. Pero la familia también es muy unida. La idea de ver a la familia todos los fines de semana para comer o el sábado o el domingo (y también en muchos casos para llevar la ropa sucia y que tu mamá te la lave o conseguir algunos tuppers) es casi una ley de obligado cumplimiento. También los niños siempre son lo más. Al ver a padres llevando su mochila de Dora la Exploradora al colegio todos los días, me planteo que si fuera yo el que tuviera que llevar la mochila todos los días, a lo mejor le obligaría elegir otra a mi niño. Esto en el Reino Unido no pasa. Si tienes tus cosas en tu mochila, la llevas tú, y la de la ropa deportiva también, aunque andando por la calle parezcas una tortuga con dos caparazones.

via GIPHY

¿Cómo seguir una dieta sana prescindiendo de la fruta? Así es como se hace en Grecia

Por Vicky

La cocina griega es conocida por ser una de las más saludables del mundo. Ubicada en el sur de Europa, sigue la llamada dieta mediterránea pero se distingue del resto de sus vecinos que la comparten por enfatizar en su lado vegetariano. Se caracteriza por no tener platos complicados y añadidos o decorados muy elaborados. Su fortaleza reside en la frescura de los productos empleados y en la calidad de estos. Las hierbas y las especias aportan autenticidad y enriquecen los ingredientes básicos. Saliendo de la ciudad te das cuenta de los verdaderos olores del país -aparte de la brisa salina- que es el de las flores y de las hierbas salvajes.

Sea en casa o en algún restaurante, un plato se considera exitoso si ha cumplido con tres elementos: frescura, aroma y el toque casero. Incluso en las ciudades más pobladas de Grecia, es atípico comprar fruta y hortalizas de los supermercados. Si esto ocurre, será porque los horarios laborales impiden coincidir con los mercados de productores. Es una tradición que no ha desaparecido con el paso de los años. Todas las mañanas a primera hora cada barrio cuenta con su mercado de productores particular. Se mantiene abierto unas pocas horas y se venden productos recién cosechados. Es la razón por la que los griegos nos hemos quedado atrás en la tendencia de realizar la compra del súper por internet. Prestar este tipo de servicios avanzados es el sacrificio que hay que hacer a cambio de mantener el renombre de la cocina tradicional. Y en este punto quiero hacer una pausa. La tradición no consiste solo en elaborar platos como lo hacían nuestros antepasados. También significa explotar todo aquello que es propio y casi ancestral.

En este sentido, no es de extrañar que un reciente informe de Eurostat indica que los griegos solo ocupan la 19ª posición en el ránking europeo de los que más fruta y verdura consumen a diario (51%). De hecho, por poco no forman parte de aquellos cinco países que apenas se alimentan de verduras y que basan el 50% de su dieta en la carne, la bollería y los productos procesados.

Entonces ¿qué es lo que permite a los griegos presumir de salud? Es muy sencillo. Las grandes diferencias climáticas que hay entre los distintos territorios: islas, llanuras y montañas, hacen que los griegos prefiramos los frutos secos. Hay gran variedad y son de alta calidad, a menudo comparados con los de origen asiático. En forma natural o en receta, forman parte integral de la alimentación griega.

(GTRES)

Lo mismo pasa con los lácteos. El famoso queso feta se puede incorporar en cualquier plato. Nunca falta de la nevera de ninguna casa. Basta con pensar que también tenemos como opción de desayuno el pan con tomate al que, por supuesto, se le añaden trocitos de queso feta. Mucho más fresco, sabroso y dietéticamente completo.

(GTRES)

Otro favorito de los helenos es la mastija. Se trata de un alimento que también podemos encontrar en la cosmética. Es la resina natural aromática de un árbol que solo crece en 21 pueblos de la isla Chios. Un arbusto que gracias al clima equilibrado de esta isla del Egeo, permite de manera excepcional que sus hojas segreguen esta lágrima de auténtica vitalidad.

Por último, el aceite de oliva griego ha sido premiado muchas veces por su sabor y valor nutritivo. Es uno de los mejores productos -aunque no marca muchas exportaciones- y está presente en el territorio y la cultura griega desde el inicio de los tiempos. Actualmente, alrededor del 65% de las tierras cultivables de Grecia es ocupado por los olivos y en un país de 11 millones de personas hay 132 millones de este árbol. Tras este dato curioso sobra detallar la importancia de su en la gastronomía helena.

(GTRES)

Mi recomendación sería probar una tapa a la griega, ya que el concepto tapa no existe en mi país, mezclando todos los ingredientes anteriormente mencionados como prueba de que se puede variar de lo estrictamente ‘’verde’’ y ganar en salud por igual.

Siete cosas que aprendí viviendo en España

Por Vicky

Eres el ‘hijo’ o la ‘hija’ de todos

Es un decir, me dirán. Desde luego. Los españoles tienen fama de ser abiertos, apasionados, generosos, acogedores y de buen corazón. La cercanía es algo que les sale natural y es un placer encontrarte con gente así, que te haga sentir como uno más. Eso sí, a veces tanta empatía y amabilidad puede malinterpretarse y para un griego la palabra ‘’hijo’’ se regala para esta ocasión. En Grecia se utiliza también ese decir, pero de manera totalmente irónica. Cuando alguien se dirige a ti de este modo es para que hacerte saber que has hecho algo terriblemente mal o para aclararte que le caes muy mal.

via GIPHY

No hay que tomarse literal el ‘ahora’

‘’Ahora te digo algo’’. Me llevó un tiempo entender su significado real. Por lo general, cuando los españoles utilizan la palabra ‘ahora’ se refieren a que algo va a pasar dentro de una hora o dentro del mismo día dependiendo del contexto. Durante mucho tiempo cuando alguien me decía que ahora me iba a escribir algo o que ahora me iba a mandar un correo, me tenía enganchada delante de la pantalla refrescándola constantemente.

via GIPHY

Hablar otro idioma en público atrapa las miradas

Esta es una de mis incógnitas favoritas. El hecho de que los españoles se intriguen tanto cuando escuchan un idioma diferente por la calle me extrañaría si se diera la ocasión de que España es un pequeño e inaccesible país que en ningún momento recibe turistas. Pero no. Especialmente en Madrid, el número de turistas puede competir con el de sus residentes. Aún así, muchos españoles siguen girando la cabeza, prestando el oído y mirando fijamente cuando alguien habla un idioma diferente, aunque sea uno tan reproducido y reconocible como el inglés. Imaginaos qué pasa cuando alguien me escucha hablar en griego. Hasta me han preguntado si es vasco. Ahí lo dejo.

via GIPHY

Mejor no hables sobre la guerra civil

Como buena curiosa y amante de la historia que soy, era uno de los primeros temas que quise tocar con los españoles. Adiós documentales y textos manipulados. Por fin tenía la oportunidad de hablar sobre algo que me interesaba y con gente que lo conoce de primera mano. Para mi sorpresa, este es un tema que hace que la conversación se eternice, que se convierte en debate, que luego acaba en discusión y que la cosa no llegue a ninguna conclusión. En mi experiencia, lo mejor es hablar con varias personas pero por separado, nunca en grupo. Aún así, cada uno te contará su versión y es precisamente en este momento en el que te darás cuenta por qué la guerra civil española sigue siendo un tema tabú. Porque en la conciencia española sigue como un capítulo de la historia vivo, un caso abierto. Por tanto, no existe una opinión común o dominante sobre el tema. En Grecia también ha habido dictadura y guerra civil, pero es algo que se ha superado incluso por las generación que vivió aquellos años. Sacando el tema, comprenderás que en España los de derechas son muy de derechas y los de izquierdas son muy de izquierdas. En Grecia este tipo de expresión ideológica es inconcebible.

Nada es puntual

La única situación en la que se me ha exigido estrictamente ser puntual para no sufrir las consecuencias ha sido en clase, en la universidad. A partir de ahí, he asistido en presentaciones de todo tipo, en conciertos, en charlas, en cursos, en entrevistas de trabajo. Ninguna, ni una sola cita ha empezado a la hora que se supone que iba a empezar. Jamás. Por supuesto, en Grecia no es que seamos británicos pero se intentan respetar los horarios y además tienes la simpatía garantizada de quien te recibe, si consigues llegar antes. Aquí parece que se compite por lo contrario.

via GIPHY

No hay dress code, excepto en las bodas y graduaciones

Otra cosa que me encanta de los españoles es que son ellos mismos, sin complejos. Gente sencilla, despreocupada y a la vez encantadora. No intentan presumir de su estilo de vida o de lo que ganan. Esta es una lección que podríamos aprender los griegos. Nunca olvidaré la primera vez que salí por la noche para ir a un típico pub de Malasaña. Ese día no tenía muchas ganas de salir pero dada la ocasión me puse lo que se llama ‘mona’ (tacones y me pinté como una puerta) porque así es como se sale incluso para una copa tranquila en Grecia. Mientras tanto todos a mi alrededor estaban con sus vaqueros y sus Converse. Eso sí, esto no funciona igual para las bodas o graduaciones. Los españoles se las toman muy en serio. Ahí hay que ir pensando en la alfombra roja de los Oscar.

via GIPHY

No busques estereotipos regionales

Decides irte a otro país (este es España), te pones el mapa  encima de la mesa y haces planes para conocer lo mejor. Vas al país, empiezas a hablar con la gente y tras ganarles un poco la confianza les lanzas la pregunta: «y de todo lo que es España ¿cuál es tu gente favorita?». Cri cri… No hay respuesta. Aquí todos odian a sus vecinos y a los vecinos de sus vecinos. Nunca he conocido a un país con tantos prejuicios regionales y con tanta reserva de críticas. Es mejor ir conociéndolos tú solo y no fiarte demasiado de los estereotipos que existen, porque todos tienen que decir algo malo sobre el otro y ese comentario varía según quien preguntes. Solo hay una ocasión en la que todos los españoles se alían para señalar un ‘enemigo’ común… Murcia.

via GIPHY