Por Tom.
Voy respondiendo por partes.
En el Reino Unido, en general, tenemos clima y tenemos también veganos. El Papa, como resultado de las acciones de Enrique VIII, está menos presente. Llevamos ya unos cuantos siglos como anglicanos.
El clima nos preocupa mucho. A nivel diario nos preocupa si llevarnos o no el paraguas (la respuesta siempre es sí), y más a largo plazo nos preocupa porque, aunque se llame calentamiento global, en el Reino Unido, si seguimos en el mismo rollo, sería ENFRIAMIENTO global por la interrupción de la corriente del golfo. Si os fijáis, la altura del Reino Unido es parecida a la de Moscú. Es bastante probable que si se convierte en un país de clima parecido, vengamos todos al sur de España en masa.
Una mujer camina por la calle en Londres Moscú. (Maxim Shipenkov / EFE)
El veganismo en el Reino Unido también está presente. Hay veganos. De hecho en el Reino Unido, en 2018, se lanzaron más productos veganos que en cualquier otro país del mundo. Una de cada cuatro cenas en el Reino Unido fue vegana o vegetariana y una de cada tres personas compra leches vegetales. Según la Vegan Society, hay unos 600.000 veganos (1.16% de la población) en el Reino Unido; en 2018 se identificaron como veganos cuatro veces más personas que en 2014. Cambiar tu leche por una leche vegetal en un bar o restaurante no te supondría ningún problema.
(GTRES)
En cambio en Madrid, al preguntar por leche de soja en el bar de la esquina, te encuentras con caras de confusión, cejas levantadas, y comentarios quejumbrosos tipo “tenemos desnatada”. Sin embargo, el movimiento está creciendo. Carrefour Bio ya está apareciendo en esquinas de la ciudad y tienen un montón de productos veganos (aunque vivo en Malasaña con todos los hipsters; así que a lo mejor aquí es más frecuente). Algo curioso es que en Cataluña todo Dios tiene una tienda orgánica/vegana en su pueblo… ¿Será que La Capital se está quedando retrasada? Pues no; en Madrid Capital hay 35 restaurantes 100% veganos ya y hoy en día hay un 0,2% de la población en España que se identifica como vegana.
Entonces, ¿qué tenían que ver el clima, el Papa y el veganismo?
Hoy, 6 de febrero, un grupo internacional de gente vegana ha retado al Papa Francisco. Al Papa, o sea, ¡tela!. Quiere que se convierta en vegano durante el periodo de Cuaresma. El grupo, cuyo proyecto se llama Million Dollar Vegan, ha ofrecido un millón de dólares a la organización sin ánimo de lucro que su santidad elija, siempre y cuando su santidad se haga vegano.
Una joven estadounidense, Genesis Butler de doce años, ha mandado una carta abierta al Papa, publicada en los medios de quince países que destaca la conexión entre la industria ganadera con el calentamiento global, así como la ineficiencia de la industria; cómo contribuye al hambre en el mundo, la extinción de la vida salvaje, y sufrimiento de los animales de granja.
La idea es que con el Papa guiando la Iglesia Católica, con la ayuda del grupo de Million Dollar Vegan (que ha publicado un kit de recetas, así como trucos, donde comer, por qué ser vegano, documentales, y personas a las que seguir etc. para ayudar a quien quiera acompañar al Papa durante la Cuaresma), la gente puede probar por sí misma una dieta vegana, y claro, ver que no es muy difícil ni tienes que comer ensaladas de césped todos los días. De hecho, la gente vegana gasta más de 650 libras menos en comida.
Pero, ¿por qué? ¿La gente vegana no es muy pesada? Siempre juzgando a los demás por comer hamburguesas, beber un relaxing cup of café con leche, y llevar chaquetas de cuero. ¿Por qué querrías convertirse un una persona así? Pues primero porque la gente es igual de pesada con la pasión que sea suya. ¿No tenéis el amigo cuya respuesta a cada cosa es “vente a escalar, tío”?. O la amiga yogi que te dice que es lo mejor de lo mejor y que no puede creer que todavía lleves tu vida de mierda, estresada siempre por no hacer yoga; o el que no deja de meterse contigo porque no dejas de fumar (confieso que ese soy yo… si me vas a echar tu humo en toda la cara, te puedo pegar/mearme en la tuya. Seguramente tu humo me hace más daño).
Segundo, y mucho más importante: porque nadie quiere morir, ni quiere que se mueran sus hijos. En este caso no es cuestión de derechos de animales (aunque es una discusión importante), sino de derechos animales. Espera, ¿no es lo mismo? No, en el segundo nos estoy incluyendo a nosotros, como otro animal. De hecho, sería de todos los animales, todas las plantas, bacterias, virus, hongos… básicamente los derechos de todo. El cambio climático no es una cosa en que se puede elegir creer o no, ni se puede elegir de formar parte de ello. Nos está pasando ya (por así decirlo, aunque realmente nos lo estamos haciendo a nosotros mismos). Por desgracia, no es posible encerrarte en su cuarto y evitar que te afecte el clima. Nos afectará a todos, sí o sí (o sí).
El alarmante informe del IPCC de 2018 nos dio 12 años para empezar a combatir el cambio (pero de verdad, con medidas lo suficientemente fuertes para hacer un efecto real) o enfrentarnos unos efectos devastadores.
Un informe de la semana pasada nos explica que aunque logremos congelar calentamiento global en 1,5 grados, aun así un tercio del capa de hielo en los Himalayas se derretirá, poniendo en riesgo dos billones de personas. Sí, son dos mil millones de personas; 250 millones que cuentan con el hielo directamente para su agua y 1.65 billones de personas que viven del agua de los ríos que bajan hasta India, Pakistán, y China, entre otros. Es una pésima noticia que hayamos logrado ya putear bastante las vidas de un cuarto de la población mundial, y eso suponiendo también que logremos parar el calentamiento en 1,5 grados.
Un montañista subiendo a una de las cumbres del Himalaya. (EFE)
Sin embargo, el informe, y sobre todo el análisis para los políticos, se enfocó bastante en las ‘emisiones’ en general, sin especificar mucho más. La impresión que da, por lo menos a mí (teniendo en cuenta que tengo una carrera y máster en Ciencias Medioambientales y de la Tierra y Catástrofes Naturales) es que estas emisiones son de grandes fábricas, muy feas que fabrican cosas enormes con trozos de metal, o coches, queman carbón y vomitan una nube de contaminación hacia el cielo. Pero resulta que la industria de la carne, la ganadera, es una de las industrias más contaminantes que existe.
Aparte de eso, contribuye un 18% de las calorías pero ocupa un 83% de la tierra de agricultura. No renta. Además, para alojar todos estos animales, hace falta siempre buscar, o crear, más espacio, lo cual está causando la sexta extinción masiva (o del Holceno) en la historia de la tierra. Como mucho, hemos existido como especie durante un 0,2% de la historia de la vida en la tierra, y ya hemos desencadenado la ruina y la destrucción.
¿Qué hacemos? Según Joseph Poore, «La dieta vegana es probablemente la mejor forma de reducir tu impacto sobre el planeta tierra…mucho más que reducir los vuelos que haces o comprarte un coche eléctrico».
El problema es que hay muchos motivos por los cuales, no hacerse vegano. En España tanto como en el Reino Unido, son coincidentes y muy convincentes. Ahí van los problemas:
“No quiero ser una persona molesta que solamente habla de su dieta vegana maravillosa y que jode a todos los demás cuando salgamos a comer”. Pues haced la dieta todos, y no habrá problema a la hora de comer. Y si no eras una persona molesta antes, probablemente no lo serás después.
“¡Pero no quiero comer césped!”. Hay montonazos de productos veganos que no son ni ensaladas, ni hojas de plantas envueltas en otras hojas más grandes.
“¡Me encanta la carne!” Hay carne vegana, a base de proteínas de vegetal. Por ejemplo empresas como Impossible Foods, Beyond Meat, Terramino Foods. También hay pescado.
“¡Esto no es carne, idiota!”. Ah JA, pero hay carne también que no viene de animales. “¡¿Cómo!? No será la carne misteriosa de las hamburguesas de 99 centimos de McDonalds?” No no, es carne cultivada. Carne, pero sin tener que arrancarle a trozos del cadáver de un animal. Básicamente, cultivas la carne, sin necesidad en ningún momento de que tu nugget, hamburguesa, o filete (el santo grial de la carne cultivada) tenga que estar dentro ni formar parte de un animal. ¡Flipad! En Supermeat.com, Mosameat.com, Memphismeats.com y Aleph-farms.com se puede leer de unas de las empresas que ahora mismo están fabricando ese tipo de carne.
Hamburguesa de Impossible Foods (empresa en la que Buill Gates invirtió 75 millones de dólares), fabricada a base de proteína vegetal y leghemoglobina. (GISELLE GUERRERO / IF)
En resumen, o vamos a tener que hacer cambios radicales que nos van a resultar incómodos porque sí: bien sea modificar la industria en general, que causará pérdidas de empleo y afectará a la economía; o cambiar la dieta a nivel personal, que causará problemas con la industria ganadera y encima no podremos comer carne.
Pues es o eso, o una situación terrible estilo Demolition Man (esa de Sly Stallone y Wesley Snipes) en que comer carne es ilegal (así como decir palabrotas y fumar), que seguramente vendrá demasiado tarde para hacer efecto.
Personalmente prefiero cambiar mi dieta ya, y no tener que llevarme un tanque de oxígeno para respirar sin derretir mis pulmones, o visitar a mi familia en la nueva Moscú donde antes había Londres. Así que, os veo en el restaurante vegano B13, en la Calle Ballesta, invito la primera cerveza.