Por Vicky
El Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer fue celebrado este domingo con grandes muestras de apoyo en muchas ciudades europeas. Hombres, mujeres, famosos, representantes de la política y colectivos han aprovechado la ocasión para recordar todos los testimonios de mujeres en todo el mundo denunciando haber sido víctimas de acoso y reclamando políticas públicas que reduzcan el todavía alto grado de violencia sexual.
Castigo, demostración de poder o de superioridad social… la violencia contra el ‘sexo débil’ tiene muchas aplicaciones y proviene de la desigualdad de género. Tras la explosión del movimiento Me Too miles de mujeres han encontrado la voz para denunciar y las formas para sensibilizar a la sociedad.
Sin embargo, el problema parece que reside en la educación. El caso de la joven irlandesa violada por un hombre de 27 años, finalmente absuelto bajo el argumento de que la ropa interior de la chica era un tanga, es un claro ejemplo. Más que educación es algo generacional. Enseñanzas tradicionales sobre el cómo actuar, hablar, vestir o estar, se dan de manera muy diferente a personas de un género que a las del otro.
No es violencia ni acoso, pero es raro ver en Grecia que el padre lleve el carrito con el bebé durante un paseo en familia, que le dé de comer o que intente calmarlo en un restaurante. En reuniones con amigos lo más probable es que llamen directamente a las madres o a cualquier presencia femenina en la habitación para acudir al llanto de los niños, sin pensar en la opción masculina.
Según datos oficiales, el 25% de las griegas han sido víctimas de violencia machista casi una décima por debajo de la media europea que alcanza el 33%. Aún así, se nota una gran diferencia en la mentalidad del país heleno con la de muchos otros miembros de la Unión Europea, aunque no llegue a ser violencia física.
Varios expertos y autores hablan de la pirámide de violencia de género. Se supone que la punta es el maltrato que acaba en asesinato y en la base se encuentran todos los estereotipos que disminuyen el valor de la mujer y la colocan en un lugar secundario e inferior al del hombre.
Esta base que en España se queda en la cola de la pirámide, para Grecia es la media normal. No se trata de insultos o acoso, sino de una falta de percepción igualitaria.
Ayudar en los preparativos de una comida, saber decorar y dejar detalles es algo que se espera de mí. Preguntar sobre cualquier servicio o información a desconocidos (más si estos son hombres), es un acto que siempre ha sido reservado para la figura masculina que me acompaña. Son algunos pequeños gestos que se hacen a diario en Grecia y de forma interiorizada por ambas partes. Sé qué papel desempeñar, cuándo y cuánto hacer notar mi presencia. Una vez en España he tenido que replantearme esas costumbres y reajustar las medidas de mis actos.
Tanto yo como otros compatriotas míos que han vivido un tiempo en España opinamos igual. No se duda de que aquí también hay víctimas de la violencia de género, pero también bastante (aunque no suficiente) libertad para luchar contra ello y hacerse entender en la sociedad sin que te tengan que decir que “debes asentar la cabeza y dejar de dedicar tu tiempo y energía a cosas que siempre han sido así y que no van a cambiar” (frase literal que he llegado a escuchar).
Por eso las marchas que se realizan todos los años son necesarias. No existen para conmemorar a las víctimas, sino como jornadas para exigir derechos naturales y promover el cambio.
Las locas del coño manifestándose y van ya…..
Cuando no es por la igualdad a conveniencia (para lo que no interesa, soy mujer) , es para reivindicar la enseñanza femibolchevique y anarquistoide, o para manifestarse contra falsas manadas de hombres españoles, pero callar como zorras que son contra manadas de negros, arabes, gitanos y pandilleros sudacas, las campeonas de las falsas denuncias por delitos no sufridos, desde luego alguna de las fotos expuestas que no se preocupen, no las tocaríamos ni con unas gafas vr ps4
A estas rojas no les venia mal correr un poco, delante de hombres que estamos hasta los cojones de la falsa igualdad.
Lo peor los afeminados, que secundan esas manifestaciones, con tal de hacer la pelota y arrastrarse un poco mas, demostrando su invalía como seres inhumanos.
26 noviembre 2018 | 9:15 am
Eliminemos también las falsas denuncias, la manipulación femenina, el zorreo, el femicomunismo, la imposición femimatriarcal, que no son tan benditas como prenden aparentar.
26 noviembre 2018 | 10:34 am
Frente a las violencias: ir, aún más, a la raíz https://dametresminutos.wordpress.com/2018/05/25/frente-a-las-violencias-ir-aun-mas-a-la-raiz/
26 noviembre 2018 | 10:53 am