Por Vicky
Solo necesito quedarme unos instantes en la ventana de mi habitación mirando a la lluvia para recordar aquellos días fríos de noviembre de cuando era pequeña. Hacía prácticamente lo mismo y además esperaba la vuelta de mis padres de su trabajo. Volvían cansados, frustrados, “atontados” de una intensa jornada… Ahora, entiendo más que nunca por qué mi generación tiene ganas de vivir una vida que merezca la pena ser vivida, con un trabajo que le guste y por qué está abierta a todo. A los de mi generación los llaman millennials, ninis, posturetas… y cada día de una nueva manera.
¿Alguna vez te han llamado slasheur? Viene de la palabra inglés slash que se designa a la barra oblicua. El término empezó a usarse por primera vez en 2007 por la periodista Merci Alboher con el que pretendía describir una parte de la población activa adicta al pluriempleo. Desde entonces este número de personas solo ha ido en aumento. Según cifras oficiales de la Encuesta de Población Activa (EPA), unas 424.000 personas se identifican como slasheurs en España.
Diez años después el slashing ha transformado a fondo el mundo laboral. Por una parte las diversas crisis económicas que han azotado, en mayor o en menor medida, los países europeos. Por otra parte, los slasheurs también pertenecen a una generación que ha crecido junto al Internet, un mundo en el que no hay límites de contenido o de horarios. Este contexto encaja perfectamente con una vida profesional sin rutina o estabilidad, hecha de espacios de co-working, un ordenador portátil y miles de jefes.
Para explicar mejor la tendencia, son muchos los que han optado por la posibilidad de “trabajar por libre” desde que en el año 2007 la Seguridad Social acogiera el régimen del trabajador autónomo, más conocido con el nombre de freelance. Esta conducta no fue bien recibida del todo. Resulta que los pros no terminan de superar de modo considerable a los contras y esto ha generado mucho debate y también muchas mentiras. Probablemente la más grande, sea que los freelance son fruto de la precariedad laboral y de una pésima economía. Puede que esto sea verdad, pero no al cien por cien y tampoco es así siempre.
Basta con comparar las cifras de los slasheurs en Europa. España está en la cola de los países miembros, al igual que Grecia, Italia y Bulgaria. Estos países no llegan al 4% de los pluriempleados y quedan muy lejos del 8% de los países nórdicos o del 16% de Francia. Se ve que los estados con más pluriempleo son los que menos desempleo tienen, con tasas normalmente inferiores de la media europea. Datos de Eurostat indican que la educación también contribuye al aumento del perfil slasheur. La segunda o tercera actividad es común entre personas más formadas que en las que solo poseen una educación básica.
Por tanto, se puede concluir que se trata de un cambio de las necesidades sociales, laborales y, en definitiva, de los tiempos. Según la OCDE, los jóvenes menores de 30 años harían más de 14 trabajos diferentes a lo largo de su vida. En una sociedad tan bien comunicada e informada, no hay otro remedio que estar constantemente conectado y en búsqueda de una vida más completa.
¿Y es posible vivir haciendo lo que nos gusta? Al menos los que son slasheurs opinan que la gente se dio cuenta de que acumular trabajos se ha convertido en algo estratégico. Que eso posibilita una reconversión profesional, una puerta siempre abierta a cualquier salida/dirección.