Llego al aeropuerto internacional de San Francisco a la una y media de la tarde (hora local) del domingo 2 de noviembre, 24 horas después de salir de Madrid. Y ni rastro de Obama, ni de McCain ni nada que se les parezca.
La primera impresión es que las elecciones no existen, no hay carteles por la calle y cuando el burrofante pega la oreja a las conversaciones de la gente en el tren o el metro que nos lleva al centro, el tema electoral no hace acto de presencia. Pero no se engañen, está por todas partes. Quédense por aquí y podrán comprobarlo.
Cual Gila en busca del enemigo, este periodista somnoliento y agarrotado por las horas de vuelo se da una ducha y sale a la calle a preguntar los comicios fantasma. «Buenas, ¿están las elecciones?». Y vaya que si están, John, Ruby y Maribel son algunos de los que nos han hablado de ellas.