Llegan los dos últimos partidos de la Liga y las directivas de muchos equipos quieren hacer caja. Por eso y ante la presumible avalancha de seguidores del Sporting, el Valladolid tomó la decisión, esta semana, de subir las entradas, desorbitadamente, de 35 a 75 euros para el choque entre ambos equipos de mañana (21.00 h) en el estadio José Zorrilla.
La marea rojiblanca iba a llegar a las 10.000 personas, pero esta maniobra pucelena dejará el número en 3.000. Los que vayan tomarán una curiosa iniciativa:
No entrarán en el estadio ni harán ningún gasto en la capital castellana como medida de protesta por el elevado precio de las entradas
Ni un trozo de cordero y ni una gota de vino de Ribera del Duero.
La intención de los peñistas es parar a comer en León, en lugar de hacerlo ya en Valladolid, e incluso están negociando con la Asociación de Hostelería de Gijón una serie de menús especiales para esa fecha y hacer en Gijón el gasto que tenían previsto para Valladolid.
Vale que el Valladolid puede hacer lo que le dé la gana y poner el precio que quiera a sus entradas, pero señores, no se pasen, por favor.