El debate está en la calle continuamente, pero se acentúa muchísimo más cuando toca reforzarse y, temporada tras temporada, siempre se busca la solución fuera de casa. ¿Es que no hay buenos jugadores en España? Cuesta creerlo, pero la realidad es que después de ganar una Eurocopa y un Mundial seguidos, al futbolista nacional no se le otorga, al menos, el mismo valor que al extranjero.

Buen ejemplo de ello es el Real Madrid. El club blanco, junto al Barcelona, cuenta en su cantera con los mejores jugadores jóvenes de España, que reciben en Valdebebas, la ciudad deportiva del Madrid, una formación ejemplar. Sin embargo, la mayoría de ellos tienen que dejar la entidad cuando su ciclo en el Castilla ha finalizado. Los más afortunados llegan a debutar con el primer equipo, un recuerdo que siempre tendrán, pero que no pasará de una foto colgada en la pared o de un firmado para recordar la efeméride. En la plantilla del Real Madrid, solo Casillas, Granero y Arbeloa son canteranos, aunque éstos dos últimos tuvieron que salir a Getafe y Liverpool para demostar que podían jugar en el mejor equipo del siglo XX.

En cambio, el Madrid no duda en pagar diez millones de euros por Varane, un central francés que ha descendido a Segunda con el Lens y que probablemente no juegue más de cinco partido o sea cedido. Tampoco tendrá problemas para contratar al lateral zurdo portugués Fabio Coentrao, por el que desembolsará unos 25 millones de euros, y que tampoco será titular, ya que Marcelo es indiscutible. Entonces, «¿para qué sirve Valdebebas?», me preguntó hace poco un amigo. La verdad es que no supe responderle.