¡U-ru-gua-yo! ¡U-ru-gua-yo! ¡U-ru-gua-yo! El Vicente Calderón rinde siempre con este cántico homenaje a su gran goleador, Diego Forlán. Sus dos tantos en la final de Hamburgo han convertido al Atlético de Madrid en nuevo campeón de la Liga Europa.

El uruguayo, a sus 30 años, hizo así realidad el sueño de miles de aficionados rojiblancos. Muchos de ellos pertenecientes a generaciones que no sabían lo que era levantar un título europeo y casi tenían olvidados a la historia viva colchonera: los Aragonés, Collar, Gárate, Peiró o Futre. Forlán les ha devuelto a todos la fe en un club que en los últimos años ha proporcionado más decepciones que alegrías.

El Cachabacha, como le llaman algunos de sus compañeros en el vestuario, llegó al Manzanares en 2007 procedente del Villarreal a cambio de 23 millones de euros. Dos veces Bota de Oro (2005 y 2009), pudo haberse ido el pasado verano al Real Madrid o al Barcelona, pero prefirió seguir en el Calderón, donde desea retirarse. «Fueron los dos goles más importantes de mi carrera. Ganar un título con el Atlético es increíble», dijo en la zona mixta del Hamburgo Arena. Forlán recuperó ayer en 120 minutos la grandeza de un club centenario que llevaba 48 años sin ganar un trofeo continental. Larga vida al ¡U-ru-gua-yo!