Fuera caretas, discursos institucionales y formalidades. Por si había alguna duda acerca del sentimiento de Florentino Pérez, presidente del Real Madrid, hacia su entrenador, José Mourinho, quedó disipada por completo en la asamblea de socios del pasado domingo. Allí, Florentino les dijo a los dueños del club que Mourinho es el que mandaba en el Madrid, que la Champions del año pasado se escapó por culpa de los árbitros y que el señorío blanco ya es un vestigio de otra época. Y todo, en un tono más propio de una discusión de barra de bar que el que debería emplear el máximo responsable del club más importante del mundo ante las personas que lo eligieron para reflotar la nave blanca.
En pocas palabras, Florentino se ha jugado todo su crédito a un carta. A la carta de Mourinho, un entrenador, por ahora, más de encuestas que de títulos en el Real Madrid. “Creemos en este equipo y en el mejor técnico del mundo: José Mourinho. Ha asumido lo que significa ser el entrenador del Real Madrid y tiene un enorme grado de compromiso y empatía con el club. Es incuestionable su madridismo”, opinó el presidente del Madrid, quien nunca otorgó tanto poder a un entrenador. Ni Schuster, ni Pellegrini, ni Del Bosque… Nadie ha mandado tanto en el club de Castellana como el portugués, una apuesta al todo o nada del presidente. «Defender al Real Madrid de lo que creemos que es injusto, irregular y arbitrario también es madridismo, y eso es precisamente lo que hace nuestro entrenador, José Mourinho. Señorío es reconocer los méritos y victorias del adversario, pero también reconocer lo que es injusto y denunciar esas acciones irregulares, bien sea dentro o fuera de esta institución». Palabra de Florentino.