Manuel Pellegrini, técnico del Real Madrid, tiene una obsesión de cara al clásico de mañana en el Santiago Bernabéu: frenar a Leo Messi. El argentino, en un gran estado de forma después de anotar los cuatros goles que fulminaron al Arsenal en los cuartos de final de la Champions, es la gran preocupación del chileno.
Pellegrini es consciente de que si no sitúa a uno o varios centinelas vigilando las zonas de influencia del diez del Barça se podría repetir el 2-6 de la pasada campaña, una sangría a evitar a toda costa.
En las últimas horas se ha apuntado que será Arbeloa el encargado de atar en corto al argentino. El canterano es un defensa polivalente que fija bien la marca habitualmente, pero que necesitará muchas ayudas jugando de lateral dada la libertad de movimientos de Messi.
Guardiola ha colocado ahora al argentino en el centro, por lo que resultará imposible que Arbeloa abandone el lateral zurdo para marcarle de cerca, ya que dejaría vía libre a Dani Alves para campar a sus anchas por el carril derecho.
Lo más conveniente sería que Sergio Ramos jugase de central. El sevillano es mejor marcador que Arbeloa, más contundente y más rápido, y cuando actúa como central rinde muchísimo más que de lateral. Entre Ramos, que debe ser el primero en mirar a los ojos al ‘miura’, Xabi Alonso y Gago tienen que ayudarse para evitar que Messi acelere, que es cuando ya es imparable.
Aunque el mayor peso pese debería recaer en el zaguero andaluz, el fútbolista con mejores cualidades de la plantilla para intentar parar a un auténtico genio el balón y, probablemente, el mejor jugador del mundo en la actualidad.