Más que en el terreno de juego de San Siro, las miradas estaban puestas ayer en cómo se saludarían el entrenador del Barça, Pep Guardiola, y el ex jugador azulgrana, Samuel Eto’o.
Mientras por la televisión se veía a Ibrahimovic saludando a todos sus ex compañeros del Inter en el túnel de vestuarios antes del comienzo del encuentro, Pep y Eto’o ni se cruzaron. Tampoco se vio al camerunés saludarse con sus antiguos colegas.
Hubo que esperar hasta el final del choque para que Eto’o, muy desdibujado en los 90 minutos, se abrazara a Xavi, Puyol, Touré o Messi, entre otros.
Con Guardiola hubo un frío apretón de manos, nada de abrazos. Además, el encuentro lo buscó el técnico, no el futbolista. Detalles de personalidad. Su agente y hombre de confianza, Josep Maria Mesalles, declaró en Com Ràdio que el frío reencuentro con Pep Guardiola se debió a la actitud siempre sincera de Eto’o:
«Samuel, como habéis podido comprobar durante estos años, no es una persona a la que le guste hacer teatro. Su expresión y lo que dice es siempre lo que piensa y lo que siente»