Es triste la imagen que dejan muchos futbolistas de cara a la opinión pública. Y mucho peor lo que transmiten con sus acciones.

Robinho abandonó el Real Madrid porque quería ser el mejor jugador del mundo.

Pero a la vista de los últimos acontecimientos, el brasileño no está poniendo mucho de su parte para conseguirlo.

Sus famosas bicicletas y sus goles sobre la hierba han dado paso a incomprensibles comportamientos.

Primero, abandonó la concentración de su equipo y luego se ha visto envuelto en un escándalo de supuesta violación.

Su ego le hizo dejar el Santiago Bernabéu, donde nunca triunfó, para convertirse en la estrella del Manchester City, un nuevo rico del fútbol gracias a los petrodólares de su dueño.

Entonces prefirió el dinero a jugar en el mejor club del mundo. Una actitud que lloraron los que mejor le conocen y que le vieron crecer. Primero fue el mítico Pelé:

Robinho necesita algunos consejos serios. Este chico está muy mal aconsejado

Y posteriormente el presidente del Santos, Marcelo Teixeira, su club de origen:

Es un ídolo para los niños y no actuó como tal. Estamos muy avergonzados de haber producido un futbolista así