Parece algo duro de digerir en estas fiestas tan familiares que acaban de concluir, pero Regan, hijo de 12 años del ex futbolista inglés Paul Gascoigne, afirmó ayer en el documental Surviving Gazza que quiere que su padre se muera: «Si pudiera pedir un deseo, desearía que nos dejara, que se muriera».

Emitido por el Channel 4 británico en la Noche de Reyes, el reportaje hunde un poco más, si cabe, a Gascoigne, alcohólico confeso que se encuentra, actualmente, en un centro de rehabilitación. De hecho, sus familiares y los doctores de la clínica impidieron que se sentara delante de la televisión a verlo «para evitar que sufriera una recaída».

No malgastaré mis lágrimas en él

Gazza, de 41 años, participó por voluntad propia en un documental, en que su ex mujer, Sheryl, y sus hijos, Regan, Bianca y Mason, cuentan cómo es vivir con un padre con problemas mentales y de alcoholismo, pero se arrepintió de inmediato al ver en el tráiler su deteriorado estado, con una barriga prominente tatuada y admitiendo que la vida le aburre.

Las palabras del hijo son descarnadas y dolorosas: «Mi padre tiene una última oportunidad de salvarse, pero si no lo consigue, no lloraré. No malgastaré mis lágrimas en él».

Sheryl también desvela en las imágenes que con Paul vivían sumidos «en el caos y el miedo» y que le abandonó porque «al salir de un centro de rehabilitación me exigió tener sexo».