El Real Madrid ganó ayer a Osauna y el Barcelona pinchó sorprendentemente con el Hércules en el Camp Nou. La afición blanca salió muy contenta del estadio Santiago Bernabéu, pero no por la pírrica victoria de su equipo, sino por la derrota azulgrana. Incluso, hubo pitos desde la grada que el técnico del Madrid, Jose Mourinho, aceptó de buen grado.

Desde la plantilla se pide paciencia. «El aficionado del Bernabéu es soberano y en cualquier momento puede mostrar su parecer con el equipo. Si algo tengo que pedir al público es algo más de paciencia. Es un equipo nuevo y joven, vamos a ir haciéndonos más fuertes. A lo que a otros equipos se le pide en dos temporadas al Real Madrid se le pide en dos meses. Necesitamos un poquito más de paciencia», dijo ayer el capitán del equipo, Iker Casillas.

Sus declaraciones son más de cara a la galería. Casillas se ha criado en el club blanco y sabe perfectamente que la paciencia no es una de las virtudes de la grada. La afición quiere ganar y jugar bien. Al menos eso dice la historia del mejor club del siglo pasado. De momento, mientras los resultados sigan no habrá grandes revoluciones, pero cuando ganar se convierta en una costumbre más le vale a Mourinho que la estética también haya ganado protagonismo, porque de lo contrario su continuidad estará en entredicho. Como ya pasó con Capello, Pellegrini, Schuster…