Howard Webb, el árbitro inglés que pitó la final del Mundial de Sudáfrica entre España y Holanda, reconoció en el diario inglés ‘The Sun’ que en el Soccer City de Johannesburgo pasó «las dos horas más difíciles» de su carrera. «Me encuentro física y emocionalmente agotado, aunque la FIFA ha sido un gran apoyo para mí, y no sólo en la final del torneo, sino también en otros encuentros», añadió.
Webb, que logró el record de tarjetas amarillas en una final de Copa del Mundo, con 14, fue criticado por ambos equipos, aunque fue muy permisivo con la dureza que mostró la selección holandesa, especialmente en la entrada de Nigel de Jong sobre Xabi Alonso.
Sin embargo, Keith Hackett, presidente de los árbitros de la Premier, calificó su actuación en la final como «excelente». «Es injusto que Howard haya sido tan criticado ya que, en general, ha tenido una actuación excelente», manifestó Hackett.