«Lopera lleva dos años desaparecido. Si no quiere el club, que lo venda, pero que no le haga más daño», decía la noche del domingo, entre lágrimas, un aficionado verdiblanco a las puertas de la casa del propietario del Betis, equipo descendido a Segunda este fin de semana.
No le falta razón a este seguidor con el corazón roto, pero no es menos cierto que Manuel Ruiz de Lopera cogió el equipo en Segunda, puso mucho dinero de su bolsillo y le llevó hasta la Champions. Si Lopera ha abandonado el palco y el club a su suerte es porque la grada siempre se volvía contra él cuando iban mal las cosas. Por eso, se quitó del medio y puso como presidente a un hombre de paja como Pepe León.
«Lopera es un hombre hundido, roto de dolor y apenas puede articular palabra», afirmó la radio oficial verdiblanca
Tras 17 años al frente del Betis, la emisora oficial del conjunto verdiblanco anunció ayer que Lopera está dispuesto a ceder el control mayoritario del accionariado siempre que alguien ponga sobre la mesa un aval de unos 15 millones de euros.
Ahora, la pregunta es: ¿quién va a soltar ese dinero para comprar el equipo? Porque una cosa es criticar y otra dar un paso al frente.