El entrenador del Athletic, Joaquín Caparrós, dejó bien clarito, el lunes de madrugada en la Cadena Ser, cuál será la táctica del equipo rojiblanco en la final de hoy contra el Barça, en Valencia:

«Vamos a ir a por el partido, a mirarles a la cara y a decirles que queremos ganar. Plantearemos un partido fuerte, muy intenso, al límite, pero dentro del reglamento»

A la pregunta de José Ramón de la Morena de sí van a ser leones con uñas, Caparrós no lo dudó: «Sí». Y a la cuestión de si van a arañar, el de Utrera, contestó: «Por supuesto».

Para terminar, Caparrós lanzó una amenaza velada a los futbolistas de Pep Guardiola:

«Tenemos que ser más Athletic que nunca y ellos tendrán en mente que dentro de dos semanas tienen un partido muy importante», en la final de Champions… y ninguno querrá acabar lesionado, le faltó decir a Caparrós.

Lo único que espero es que el partido no acabe como la final de 1984.

Las semifinales de la Copa del Rey han situado al Athletic y al Barça en la final del próximo 13 de mayo en Valencia. Nada más terminar esas eliminatorias ya planeaba una sombra de duda sobre lo que harán los jugadores y las directivas de ambos equipos en Mestalla, ya que muchos de ellos se han declarado abiertamente nacionalistas.

¿Se levantarán cuando entre el Rey al estadio? ¿Y cantarán el himno español antes de comenzar el encuentro?

Las dudas son razonables si hacemos caso a las siguiente declaraciones:

Henry: «Cataluña no es España, eso hay que entenderlo».

Laporta: «Somos una nación».

Los jugadores del País Vasco se caracterizan menos por sus declaraciones y más por sus actos: el último encuentro de la selección autonómica del País Vasco no se disputó porque los futbolistas convocados se negaron si no aparecía inscrito en la camiseta el nombre de Euskal Herria, en vez de Euskadi. Esta iniciativa recibió el apoyo de 165 futbolistas y ex futbolistas vascos.