Oyendo a los aficionados madridistas y a la mayoría de la prensa deportiva parece que todos estáis esperando ansiosos el regreso a la Tierra del Salvador. En este caso no hablo de Jesucristo. No tiene nada que ver con la religión, sino con el fútbol y con el hombre que regresará de sus cenizas para salvar al Real Madrid: ¡Florentino Pérez!
Él hace que todo sea posible y como un día dijo Emilio Butrgueño: «Es un ser superior». Trajo a Figo, Zidane, Ronaldo y Beckham y todo el mundo cree, sin apenas discusión, que, si vuelve a ser presidente y se lo propone, podría fichar a Messi, Cristiano Ronaldo y Kaká. Algo que yo dudo.
Antes de volver a tropezar en la misma piedra, yo me acordaría de que este hombre también fue el que instauró en el conjunto blanco el galactismo, el vedetismo y las continuas fiestas nocturnas de sus jugadores con modelos y famosas. Además, Florentino se marchó a mitad de temporada, en cuanto el barco empezó a hundirse. Un capitán nunca es el primero que abandona.
El día que se fue reconoció: «He maleducado a los jugadores y se han confundido. La mejor manera de que lo entiendan es que otros hagan lo que yo no he sido capaz. Debo echarme la culpa a mi mismo».