Mucho más importante que el gol en su debut de titular con el Barça ayer en el Trofeo Joan Gamper, en el que los culés ganaron 5-0 al Nápoles, fue la reflexión que hizo Cesc Fábregas al final del encuentro. Por el bien del fútbol español, el 4 culé quitó hierro a las declaraciones del portero del Madrid, Iker Casillas, quien le acusó de tirarse en la entrada que le costó la tarjeta roja a Marcelo en la Supercopa:
«Son comentarios que se dicen en caliente. Le considero una buena persona. Fue un momento de esos en que pierdes y no quieres aceptarlo»
Es momento de que todos los protagonistas del Madrid y del Barça pongan cordura, aunque a algunos, como Mourinho, les molestara que su capitán, Casillas, llamara a Xavi y Puyol para limar asperezas tras las tangana del Camp Nou y el dedo de Mou en el ojo Tito Vilanova.