Te puede caer mejor o peor, te puede gustar más o menos su cara, puedes haberte sentido engañado porque no ha traído a Cristiano Ronaldo, ni a Kaká, ni a Cesc, pero, después de oír a Ramón Calderón, lo que nadie ha dejado probado aún es que estuviera al tanto de la compra de socios para ganar la Asamblea del pasado siete de diciembre de 2008. Hasta que se demuestre lo contrario, está limpio.
Lo mismo, el único delito de este pobre hombre es, simplemente, que no se entera de nada.
Además, en una prueba de buena fé, ha dejado claro en su comparecencia de hoy que, por él, repetiría la Asamblea amañada, y ha despedido, fulminantemente, a los culpables, Nanín y Bárcena, colaborador de la junta directiva y director del área de socios y peñas del Real Madrid, respectivamente.
Aquí sólo hay una cosa cierta, y a los resultados me remito: en sus dos primeras temporadas como máximo dirigente merengue ha ganado dos Ligas.