Poco le ha importado a Kanouté que el Comité de Competición de la RFEF le haya sancionado con 3000 euros por mostrar una camiseta de apoyo a Palestina tras marcar un gol en la Copa del Rey ante el Deportivo.

El delantero del Sevilla simplemente fue fiel a sus principios. A un modo de vida que, como reconoció su técnico, Manolo Jiménez, le ha marcado dentro y fuera del campo.

“Está muy involucrado en estos aspectos. Él es musulmán y va a defender su religión como siempre lo ha hecho. Siempre le dedica el gol a Alá, su dios. Rechaza la injusticia, es el jugador más solicitado para actos solidarios, con los emigrantes y especialmente con los niños”, dice Jiménez.

Kanouté, nacionalizado malí pero francés de nacimiento, se siente muy orgulloso de su condición de musulmán.

Su fervor religioso le hace cumplir a rajatabla todos los preceptos del Islam, llegando, incluso, a traspasar la esfera de lo privado.

En 2006, el malí ocultó con cinta adhesiva la publicidad de su camiseta, ya que promocionaba una casa de apuestas, lo que iba en contra de sus creencias religiosas.

Tal es el compromiso del futbolista musulmán con la fe que profesa, que en 2007 compró una mezquita en la plaza Ponce de León de Sevilla para el uso de la comunidad islámica de la capital hispalense. El templo iba a ser cerrado y Kanouté desmbolsó 500.000 euros.