Ya ha pasado un mes desde que Letizia tomó el relevo a la reina Sofía. En este tiempo sus actos oficiales se han multiplicado, aunque su ropero no lo ha hecho en la misma proporción.

Letizia en el Vaticano. (GTRES)

La esposa de Felipe VI ha optado por sorprender en sus viajes al extranjero. Letizia sabe que cuando viaja fuera es retratada por mucha prensa internacional y es, precisamente, en esas apariciones donde cuida más su imagen.

Por eso ha estrenado varios looks en El Vaticano, Portugal, Marruecos y Francia. En nuestros países vecinos la reina volvió a confiar en su otro Felipe, su diseñador de cabecera, Felipe Varela.

Letizia en Portugal. (GTRES)

La primera adquisición de la primera dama fue en el Vaticano donde por cuestiones de protocolo y al ser ya reina, y no princesa, podía vestir de blanco ante el Papa.

Los pantalones y el cuerpo de sedas le hacen arrugas. (GTRES)

A mediados de julio sorprendió al mundo cuando la vimos ¡por fin! con un traje de noche nuevo: una falda larga y una blusa, muy del estilo de Rania de Jordania.

Todos estos diseños irían, previsiblemente, a cuenta de la Casa Real que recibe una asignación anual de los Presupuestos Generales del Estado. El rey distribuye esta partida presupuestaria entre los miembros de la Familia Real.

Aquí, en casa (bueno, mejor dicho en Palacio) la experiodista ha reciclado conjuntos de su época de princesa de Asturias. Faldas rectas y con vuelo, pantalones y rebecas han marcado su pauta estilística. Solo en dos actos en nuestras fronteras la reina decidió ir de compras.

Muy sonrientes, Letizia y Lalla Salma. Ambas de blanco (GTRES)

El primero, el 19 de junio, día de la proclamación de su marido como rey. Ese día, Letizia lució un abrigo blanco, su color fetiche.

Letizia, en todo su esplendor. (EFE)

El segundo fue, días después, en su primer acto en solitario como soberana en la inauguración de una exposición sobre El Greco. En esa ocasión pudimos ver a la reina con su primer vestido de verano.

De largo y de corto, con pantalones o falda, su estilo correcto sigue en esta nueva fase marcado por la ausencia de estridencias, fiel al protocolo, sin joyas y predilección por los colores pastel ¿Dónde quedó aquel rojo con el que se presentó a la realeza europea?.