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"El hombre es el único animal que come sin tener hambre, que bebe sin tener sed, y que habla sin tener nada que decir". Mark Twain

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Té verde para adelgazar: tan útil como un botijo sin pitorro

Te verde

El panorama sigue verde… pero verde, verde de… verdad. Tras el post de hace dos semanas al respecto de la utilidad del café verde y los suplementos que tan alegremente se comercializan con este “ingrediente” para adelgazar, es el turno del té, también verde. Me lo pedisteis casi a gritos: “déjate de cafés y dinos que hay del té verde… eso es lo que nos interesa”. Pues vale, aquellos que lo demandabais que sepáis que vais a tener no una, ni dos, si no tres pedazo tazas  razones para dejar de hacer el tonto con el té verde. Luego ya si eso que cada uno obre como quiera. Antes de comenzar, hagamos una mínima introducción.

El té verde y los suplementos de té verde

Según la Asociación Española del Té e Infusiones (AETi ) el té verde es una variedad de  té que, como todas las demás propiamente dichas, procede de una especie botánica concreta, Camellia sinensis. Su característica principal frente a las demás variedades es la de aprovecharse las primeras hojas del brote que son secadas y posteriormente fragmentadas o enrolladas sin que se haya producido fermentación en ellas. Destaca por su especial alto contenido en antioxidantes y precisa de un reducido tiempo de infusión de apenas 2 minutos.

Green_Tea_LeavesLos suplementos elaborados a partir de esta variedad (cápsulas y demás) se supone que consisten (“se supone” porque no hay controles específicos que así lo certifiquen) en el extracto de esas hojas que contiene una mayor concentración de compuestos activos, principalmente catequinas y cafeína, que la típica bebida de té verde preparado a partir de la famosa bolsita de té y su hervido en agua.

Tradicionalmente el té verde tiene un largo historial en base a los múltiples beneficios que se le han venido atribuyendo, primero en forma de infusión y luego como suplemento. Uno de esos usos para el tema que nos ocupa es precisamente el poder ayudar perder peso entre aquellas personas necesitadas de ello. Se le atribuye, insisto, tradicionalmente, el ser capaz de aumentar el gasto energético, y de ahí, se supone, esa ayuda para perder peso. Pero, ¿está alineada la ciencia con ese conocimiento tradicional? Veámoslo.

Suplementos de té verde para adelgazar a ojos de la Cochrane Library

La Biblioteca Cochrane consiste en una recopilación de bases de datos sobre ensayos clínicos controlados en relación con temas médicos y de salud de forma que sus publicaciones suelen ser tomadas como una de las más influyentes y prestigiosas. Afortunadamente para los intereses de este post existe un reciente meta-análisis que pone en tela de juicio la eficacia y seguridad de los suplementos a base de té verde para la pérdida y el mantenimiento del peso en personas obesas y con sobrepeso. Es este de aquí: Green tea for weight loss and weight maintenance in overweight or obese adults. Seguro que quieres saber sus conclusiones, dejan poco lugar a la duda:

En cuanto a la pérdida de peso, las preparaciones de té verde parecen inducir una pequeña pérdida de peso en adultos con sobrepeso u obesidad que no es estadísticamente significativa. Debido a que la magnitud de la pérdida del peso es pequeña, no es probable que sea clínicamente importante. En cuanto al mantenimiento de la pérdida de peso alcanzada estos preparados no tienen ningún efecto significativo. Por su parte, además, se constataron algunos efectos adversos de los que [solo] una pequeña parte requirió hospitalización. Otros efectos adversos se consideraron entre leves y moderados.

La opinión de la EFSA al respecto de la pérdida de peso con té verde

La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) también ha sido consultada al respecto de la eficacia de este tipo de suplementos y… lo de (casi) siempre en estos casos, tienes el enlace a tu disposición aquí:

En base a los datos presentados, el panel de expertos de la EFSA concluye que no se puede establecer una relación de causa y efecto entre el consumo de catequinas provenientes del té verde […] y su contribución al mantenimiento o la consecución de un peso corporal normalni a la reducción de la masa grasa corporal… ni al mantenimiento a largo plazo de unos niveles normales de glucosa en sangre.

Pero quizá pienses que esta respuesta hace solo referencia a las famosas catequinas y que el pretendido efecto de esta milenaria bebida (o el de sus suplementos) se deba más al efecto sinérgico y holístico (esto es cosecha mía) de la planta en sí misma y a su unión con otras milagrosas sustancias o elementos como la L-Carnitina, biotina, cromo, el ácido linoleico conjugado, la cafeína, la vitamina C… o el propio ¡café verde!. Pues bien, no te negaré que hubo quien en su día ¿osó? preguntar estas cosas a la EFSA… pero se debió de terminar por arrepentir porque si bien en la página de preguntas a la EFSA estas constan como formuladas, también consta un elocuente “withdrawn” (retirada). Es decir, como en el caso del café verde, el solicitante preguntador debió de pensar que su consulta estaba como su té… aun muy verde (por no decir que a ellos mismos les saltaba la risa con la preguntita).

¿No quierías taza? pues ahí va la tercera

No digas que no te lo avisé. Más reciente que el meta-análisis de la Librería Cochrane y que las respuestas de la EFSA a este respecto es esta otra revisión y meta-análisis que, sin ambages, plantea la pregunta prohibida en su título: Efecto del consumo de té verde o extractos de té verde en el peso y en la composición corporal; revisión sistemática y metaanálisis realizado por el Grupo de Revisión Estudio y Posicionamiento de la Asociación Española de Dietistas-Nutricionistas (GREP-AEDN) y publicado este mismo año en la revista Nutrición Hospitalaria. Ya te adelanto que no hay sorpresas frente a lo antedicho. Se concluye de forma que

La ingesta de té verde o de sus extractos no ejerce efectos estadísticamente significativos sobre el peso de adultos con sobrepeso u obesidad. Se observa un pequeño efecto sobre la disminución del porcentaje de masa grasa, pero no es clínicamente relevante.

Conclusiones

Después de lo visto la conclusión, a mi juicio, no puede ser mas que una. Esto del té verde y sus lustrosos preparados comercializados en luminosos envases que prometen ayudarte para perder peso no sirve, como tal, para nada. Salvo para ayudar a dejarte la cartera con telarañas. A partir de aquí tu mismo.

¿No habrá llegado la hora de dejarse de monsergas, de falsos atajos, de fraudes, y por lo tanto de que sea el momento de coger el toro por los cuernos de una santa vez? Tu salud, tu economía y sobre todo tu amor propio saldrán beneficiados. Tienes luz… verde.

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Imagen: zirconicusso vía freedigitalphotos.net; Sebastian Stabinger vía Wikimedia Commons;

La mala alimentación entre los niños españoles es patente y las soluciones claras

Niños comerLo he venido contando en infinidad de ocasiones, pero eso no quita para volver a recordarlo, máxime cuando nuevos datos vuelven a ratificar lo que ya sabíamos: nuestros niños ingresan más calorías que las que necesitan; entre ellos, la mayor parte por no decir la práctica totalidad estadísticamente hablando, no alcanzan las recomendaciones diarias de vitamina D; un 64% no llegan a esas recomendaciones de hierro y un 40% no alcanzan las de ácido fólico. Datos extraídos del  Proyecto Europeo Nutrimenthe, tal y como se hacía eco hace unos días este medio. Datos que ya se pusieron de manifiesto en otros estudios observacionales como este llevado a cabo en el marco de la Unión Europea, en el que además de los antedichos nutrientes se ponía de manifiesto una posible deficiencia en la ingesta de ácidos grasos de la familia omega tres y yodo.

Buenas soluciones vs malas soluciones

A tenor de los anteriores datos no me extrañaría que te entraran los miedos y que antes de terminar de leer este post ya estuvieras camino de la farmacia más cercana para proveerte de unos buenos y completos suplementos vitamínico-minerales que les rescaten a tus hijos de esas posibles deficiencias. Espera, no te precipites, hay una solución mejor. Y desde luego tampoco pasa por hacer acopio de alimentos ultraenriquecidos tal y como puse de manifiesto en la entrada Las mal llamadas “leches de crecimiento”: innecesarias y caras”; cualquiera de esas (malas) soluciones no harían otra cosa que incidir en la práctica del poco recomendable nutricionismo, mientras, además y probablemente nuestros hijos sigan comiendo más proteínas de las aconsejadas, más grasas saturadas y más azúcares, que son otras de las características de su alimentación y que se han puesto de manifiesto en el mencionado Proyecto Nutrimenthe.

No, la solución no consiste en poner malos parches a una prenda, la de su alimentación, que en general tiene más agujeros que un tapete de ganchillo. La solución pasa por “cambiar de prenda” y usar una más acorde a sus necesidades. Como digo, la solución no pasa por recurrir al aporte “artificial” de estos nutrientes al estilo del ejemplo que puse en el post Sucedió en una farmacia.

Más al contrario el posible camino hacia el deseable cambio consiste en que reviséis en casa qué es lo que coméis todos, recuerda que un niño no come lo que no tiene, y solo come lo que tiene porque tú lo pones a su disposición.

Estamos donde estamos porque, probablemente, la alimentación de nuestros niños está cuajada de alimentos superfluos y es deficitaria en alimentos… básicos, normales, de esos que yo llamo mudos, sin alegaciones sobre la salud. Estaríamos hablando de lácteos básicos, frutas, verduras, hortalizas, frutas, pescados, carne, huevos, etcétera.

Tomar pastilla

Ya que he tocado el tema de los pescaditos, alimentos que constituyen una importante fuente de ácidos grasos omega tres, quizá te interese saber que antes de incluir en la dieta de tus hijos ese tipo de suplementos que tan torticeramente de moda se están poniendo, que incluyáis más pescado en vuestra dieta. Tal y como le oí decir el otro día a Aitor Sánchez (@MiDietaCojea), antes que dar este tipo de suplementos (que aportan la ridícula cantidad de 250mg de omega tres) igual compensa que te pasees de vez en cuando con tus hijos por una lonja de pescado… si van con la boca abierta es posible que metan para dentro más omega tres que la que aportan estos suplementos en una de sus pastillas. Sí lo sé es una exageración, pero es una exageración graciosa. Pero igual te interesa saber que con una simple ración de sardinas o de salmón, o de atún, o de caballa o de otros pescados similares, estarás incorporando de 10 a 30 veces más omega tres que con los comprimidos de marras.

Un dato y una puntualización

Y por último, un bonito dato para que tengas en consideración y una puntualización. El dato hace referencia a que los padres, con no poca frecuencia, suele subestimar el peso de sus hijos o, peor aun, que estando “gordicos”, “rellenitos” o “majos” (es decir, con un sobrepeso u obesidad clínicos en toda regla) piensan que están mejor que si estuvieran en su peso. El problema es que el estatus de “estar en el peso” es observado no pocas veces en el caso de los niños como un signo de debilidad, y en esas circunstancias se les considera más dentro del estatus de “delgados” que en el de “normales”. A este respecto te recomiendo que le eches un vistazo a este post de Julio Basulto (@JulioBasulto_DN), ¿Considera normal que su hijo esté “fornido” o “rellenito”? Se equivoca.

La puntualización hace referencia a las recomendaciones de una pediatra que se incluyen en la mencionada noticia. En mi opinión, Cristina Campoy, tras haber hecho una defensa bastante buena sobre los elementos que deberían estar presentes en la dieta de esos niños, vuelve la vista a los padres como responsables (perfecto) diciendo que estos han de mantenerse firmes (¿cómo en un cuartel?) para inculcarles buenos hábitos. Y ahí, la cosa, para mí, desentona un poco. Lo de firmes me ha traído a la memoria el relato corto de Carlos González “La carga de la brigada nutricional” (incluido en su libro “Mi niño no me come”) y el adoctrinamiento con el que a veces se persigue que nuestros hijos coman mejor. Y lo de inculcar, pues lo de siempre… por muy buena (o mala ya no lo sé) prensa que tenga este término, significa lo que significa: “Apretar con fuerza algo contra otra cosa” y otras definiciones poco amables. Supongo que esta pediatra lo habrá hecho con su mejor intención, en cualquier caso considero necesario hacer estas matizaciones.

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Imagen: stockimages y imagerymajestic vía freedigitalphotos.net

«Prostitución nutricional»

DineroGruesas palabras para una cruel e infame realidad. A pesar del rechazo visceral al que nos invita esta clase de expresiones, su definición (DRAE) no puede ser más cierta y ajustarse de modo más preciso a una buena parte de profesionales que han vendido su empleo o autoridad abusando bajamente de ellos por interés o adulación, es decir, prostitución con todas las letras. Una situación que cuando se realiza en el ejercicio de la profesión de dietista-nutricionista adquiere el calificativo de nutricional.

Lo cierto es que llevaba un tiempo con esta entrada rondándome la cabeza. Me refiero a eso de hacer autocrítica de la profesión. No es cuestión de ver la paja en el ojo ajeno y pasar por alto la viga en el propio. En no pocas ocasiones me he dedicado en este blog a criticar la forma que tienen algunos profesionales sanitarios de ejercer su profesión cuando implica a cuestiones nutricionales (algunos médicos, farmacéuticos, biólogos… también la de otras personas sin formación definida, etcétera) pero es preciso reconocer que dentro del colectivo de dietistas-nutricionistas también hay una importante dosis de prostitución nutricional. A ella, a su ejercicio, se llega por tres caminos típicos.

A modo de síntesis tenemos, por un lado, el perfil del “profesional” poco espabilado, con pocas luces e influenciable por el boato y oropel de las pseudociencias. Unas personas a las que su título tan solo es garantía de haber superado unas pruebas (los exámenes) y en las que el conocimiento no ha dejado poso alguno en su sabiduría. Es el prototípico seguidor de las “bioenergías”, “chakras”, y algunas medicinas «tradicionales» basadas más en el acervo popular y cultural de una población que en los datos contrastables. Son “profesionales” que creen en la homeopatía, en los análisis masivos de intolerancias alimentarias, en el poder del agua hexagonal en los alimentos con calorías negativas o en sistemas dietéticos sin demasiado aval… olvidando (si alguna vez lo conocieron realmente) todo aquello aprendido en su formación universitaria.

Por otro lado, tenemos el perfil del típico profesional espabilategui o aprovechategui. En este caso el “profesional” sabe que lo que hace en el ejercicio de su profesión de poco o para nada sirve salvo para aumentar sus ingresos. Y le da igual. O a lo mejor sí que le importa, pero el caso es que a pesar de ser consciente de lo que hace, lo sigue haciendo por que es lo que le interesa desde un punto de vista estrictamente crematístico. Es un sinvergüenza de tomo y lomo.

Y por último, tenemos al profesional desesperado por encontrar un trabajo y que ve en lo que no se podría calificar de otra forma más que de “redes de proxenetismo nutricional” la oportunidad de trabajar “de lo suyo”. Estas “redes” son, muy habitualmente, las que vienen establecidas en forma de franquicias cuyo único objetivo de negocio es la pérdida de peso, o las que establecen extravagantes sistemas de diagnóstico de diversas dolencias con cuyo resultado se puedan establecer desustanciadas pautas dietéticas. Estos negocios se suelen rodear de una parafernalia “cientifista” centrando su negocio, además, en la venta obligada de productos de dudosa, por no decir nula efectividad para los fines propuestos (ellos los tildan de suplementos, complementos y coadyuvantes). Al mismo tiempo, insisto, junto a la compra obligada de estos productos, al cliente potencial se le suele captar a partir del falaz reclamo de “consulta gratuita” y se les termina dando una pauta dietética conocida en el mundillo como “la dieta del cajón derecho”. Es decir, dietas estandarizadas en las que el “profesional” captado principalmente (pero no de forma exclusiva) entre las últimas promociones de dietistas-nutricionistas tiene un limitado margen de maniobra.

Pues desde el cariño y respeto que le tengo a esta profesión y en especial dirigido a la última categoría de actuales o futuribles dietistas-nutricionistas, dejadme por favor que os dé mi opinión. No caigáis en las “redes de proxenetismo nutricional”. Trabajar para ellas no es la solución a trabajar “de lo nuestro”, aunque pueda parecerlo, es mentira. Se utiliza a los dietistas-nutricionistas para que prestéis vuestra imagen, en realidad solo vuestro título, para poder ser exhibido en el cuchitril en el que probablemente “pasaréis consulta” y dotar al acto de venta de zarandajas varias de una falsa prestancia. Vuestro contrato, lo que viene escrito en el papel por el cual termináis alquilando vuestra profesionalidad a la empresa lo deja meridianamente claro, seréis contratados bajo el epígrafe de “técnicos comerciales” o cualquier otro eufemismo para describir el verdadero y único propósito de vuestra presencia allí, que no es otro que encasquetar a los clientes (me niego en estas circunstancias a referirme a ellos en forma de pacientes) los productos y sistemas que la marca pone a vuestra disposición. Recuerda: sin venta de producto no hay negocio y… honestamente ¿tú crees que se puede adelgazar sin los mencionados productos; son necesarios… son imprescindibles… crees que se hace una adecuada educación nutricional haciendo descansar parte del éxito en ellos? (Ponte en la piel del cliente y en lo que pensará de esos productos).

Es momento de ser sincero y reconocer que un servidor también estuvo tentado en su tiempo de pasar por una de estas franquicias. Afortunadamente me di cuenta pronto del trasfondo y huí despavorido. Es más, os contaré un “secreto”. En no pocas ocasiones el colectivo de dietistas-nutricionistas ha levantado su voz, bien desde el asociacionismo, bien de forma espontánea, para denunciar lo que en su día parecía ser toda una afrenta a nuestra profesión. Habida cuenta de que hace unos años (hoy menos) muchas de las personas que “pasaban consulta” en estas franquicias no eran dietistas-nutricionistas, existía una especie de clamor popular entre nosotros que proponía cambiar las cosas y exigir que en este tipo de negocios o afines fuera un dietista-nutricionista el que estuviera al frente. Pues bien, yo opinaba lo contrario y, en una expresión que ha terminado por trascender entre muchos compañeros, afirmé (y lo mantengo) que el día que en todas estas franquicias solo hubiera dietistas-nutricionistas al frente, la respetabilidad de este profesional sería gravemente vulnerada y que, entonces, no nos lavaría ni toda el agua del Jordán.

Prostitución nutricional

Conozco varios compañeros que han pasado por este tipo de negocios, algunos han salido y otros aun continúan. Todos tienen todo mi respeto ya que me resulta muy costoso atribuirles un porcentaje concreto de la culpa de haber estado o de seguir allí trabajando… las “redes” saben muy bien como hacer su trabajo y las condiciones laborales, en general, para todos, son terriblemente jodidas. Pero déjame que termine con una opinión y un consejo estrictamente personales.

Prostitución nutricional 2Estimado dietista-nutricionista, probablemente eres más joven que yo y con menos experiencia, pero trabajar en estas franquicias o en estos negocios no es “trabajar de lo tuyo”; en mi opinión y haciendo buena la segunda acepción que da el DRAE de este término, es «prostitución nutricional». Y si de NO trabajar de lo tuyo se trata, seguro que te es posible buscar otros trabajos en los que además, de rebote, no se enturbie el verdadero valor profesional de los dietistas-nutricionistas. Hay gente que ya lo probó y se salió, otros ni siquiera lo probaron. Se puede. Dignifica tus estudios y dignifica tu profesión.

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Nota 1: Quiero agradecer en el alma a una compañera, Anabel Lara (@anabelikalara) su estímulo y aquiescencia para escribir esta entrada a partir de un comentario en Twitter.

Nota 2: Reconozco que las franquicias a las que me refiero son negocios que desempeñan una actividad completamente legal (supongo). En este sentido, no tengo nada en contra de ellas. Tan solo he querido poner de manifiesto que las personas que en ellas trabajan no tienen  porque ser dietistas-nutricinistas y, que en mi opinión, si lo son, las labores que desempeñan, en general, están muy por debajo de su preparación.

Actualización 28 de julio de 2014: Por fin, un compañero dietista-nutricionista (José Joaquín López, @SimplementeJJ) que trabajó en una de las franquicias señaladas ha levantado su voz y nos cuenta su ilustrativa experiencia en este post «casa» de otra compañera (Lucía Martínez, @Dimequecomes). Puedes consultarlo en este enlace: Desenmascarando a Naturhouse. Tras leerlo, y a título personal me gustaría decir dos cosas: la primera, gracias; y la segunda, me gustaría ver más entregas de esta sabrosa línea de divulgación. Ánimo y enhorabuena a ambos.

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Imagen: Ambro vía freedigitalphotos.net

Coenzima Q10, un nombre chachi y mucho cantamañanas

No me digas que no has oído hablar de la coenzima Q10… pues algunos piensan que es la panacea, la quintaesencia de la salud… que lo sepas. Y te la pretenden vender como tal, que es a lo que voy. Los complementos que la contienen los puedes encontrar en herbodietéticas e incluso en farmacias prometiéndote lo que, falazmente, tu estás esperando encontrar en todo este tipo de martingalas: más energía, vitalidad, controlar tu colesterol, tu hipertensión, una piel más lustrosa, detener los signos del envejecimiento, etcétera.

Ubiquinone

¿Qué es la coenzima Q10?

Se trata de una sustancia análoga a algunas vitaminas que se encuentra presente en todo el cuerpo (por algo se llama ubiquinona). Su presencia en el organismo se debe a la síntesis endógena (lo que excluye su categorización como nutriente esencial o como vitamina) o se incluye en la dieta en pequeñas cantidades cuando se viene de la mano de alimentos tales como carnes, pescados y mariscos entre otros. Su actividad biológica está relacionada con la obtención de energía en las células; además de tener una cierta actividad como antioxidante. Y ya está.

¿Con qué argumentario falaz te la tratan de vender?

Son diversos los laboratorios que te pueden hacer creer que esta coenzima Q10 que ellos comercializan en forma de complementos es prácticamente la solución para infinidad de dolencias comunes. El otro día recibí un indignante correo electrónico en el que un laboratorio promocionaba su venta de la siguiente forma:

El ajetreo de la vida diaria que llevamos nos provoca estrés y en ocasiones incluso casos de ansiedad provocada también por las diversas  preocupaciones que tenemos.  Esto conlleva, también,  que a medida que avanza la semana nos veamos con menos energía vital y más cansados. Hay personas que compensan estas situaciones practicando ejercicio,  pero esto, en ocasiones, termina con dolor muscular y cansancio. También es sabido que la piel se envejece a partir de los 30 años porque el nivel de Coenzima Q10 empieza a reducirse. Para todos estos casos y para aquellos que tan solo quieren cuidarse, la Coenzima Q10 es una buena solución. […]

Una cápsula de Coenzima Q10 al día te proporciona una fuente de energía para las células de los órganos que necesitan más energía como son los pulmones, el corazón o el hígado. Además contiene propiedades antioxidantes, ayuda a bajar la presión arterial, previene la migraña y mejora el sistema inmunológico. Complementa tratamientos con fármacos para reducir el colesterol y palian el dolor muscular al mismo tiempo que alivia la fatiga y el cansancio.

La toma de la Coenzima Q10 está indicada para todas aquellas personas que quieren cuidarse. Es especialmente beneficiosa para aquellas que tengan un gasto energético elevado, como los deportistas. También está indicada para la gente de edad avanzada, que necesita un aporte extra de energía,  personas que hagan dietas pobres en antioxidantes o que tengan el colesterol alto y que estén  siendo tratadas con estatinas. Este producto también va dirigido a las personas expuestas diariamente a la exposición solar, ya que protege de la agresión de los radicales libres dañinos. Y es que cabe recordar que durante los primeros 20 años de nuestra vida, nuestra piel es joven y radiante. Esto se debe a la presencia de la Coenzima Q10 en nuestro cuerpo. Pero a partir de los 30, la Coenzima Q10 se empieza a reducir, con lo que conlleva un envejecimiento progresivo de la piel. El aporte de este suplemento consigue retardar este envejecimiento, ya que además aumenta el nivel de colágeno y elastina que son los responsables de mantener una piel elástica y flexible.

¿Para el colesterol, la hipertensión, las migrañas, la fatiga, retardar el envejecimiento…? No me digas que no suena bien. Pero, aparte de quienes te vende estas maravillosas soluciones, ¿son de la misma opinión las autoridades sanitarias? NO. Veámoslo.

La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) se ha posicionado a partir de este documento al respecto de las pretendidas aplicaciones de la famosa coenzima Q10 en forma de suplemento y dice que de eso nada de nada, textual:

  • Sobre su contribución al mantenimiento del rendimiento o del metabolismo energético: no se ha establecido una relación causa y efecto entre el consumo de la coenzima Q10 y su contribución al metabolismo energético.
  • Sobre el mantenimiento de la presión arterial en valores normales: no se ha establecido una relación causa y efecto entre el consumo de la coenzima Q10 y el mantenimiento de la presión arterial en rangos de normalidad.
  • Sobre su eficacia como antioxidante: no se ha establecido una relación causa y efecto entre el consumo de la coenzima Q10 y la protección frente al daño oxidativo del DNA, las proteínas o los lípidos.
  • Sobre su contribución al adecuado mantenimiento de la función cognitiva: no se ha establecido una relación causa y efecto entre el consumo de la coenzima Q10 y su contribución al mantenimiento de una adecuada función cognitiva.
  • Sobre su papel para el mantenimiento de la colesterolemia dentro de valores normales: no se ha establecido una relación causa y efecto entre el consumo de la coenzima Q10 y el mantenimiento de valores adecuados de colesterol en sangre.
  • Sobre el aumento de la resistencia: no se ha establecido una relación causa y efecto entre el consumo de la coenzima Q10 y su contribución al aumento de la resistencia.

¿Sorprendido? Yo no, más que nada porque esta opinión científica de la EFSA data de 2010. Lo que sí que me sorprenden son dos cosas. La primera, el constatar el cuajo (por no decir caradura) que tienen algunos “laboratorios” en insistir en este tipo de estrategias de venta buenrollistas y fraudulentas. Empiezan citando situaciones comunes, inherentes a todo el mundo (generan la sensación de «necesidad» en prácticamente todo el mundo) y luego hacen descansar en la Q10 la «solución definitiva» sin que existan pruebas consistentes de ello.  La segunda, derivada de la anterior, el comprobar, de nuevo la pasividad de nuestras autoridades al permitir que, con el mayor descaro, este tipo de productos cuajen los establecimientos de herbodietética y, lo que es peor, de las farmacias, con estos mismos mensajes. ¿No tendría que haber intervenido ya la nueva AECOSAN (consumidores + alimentos y complementos)? Desde mi punto de vista, este tipo de alegaciones fraudulentas vulneran la legislación y no lo hacen precisamente a la chita callando. Y los paganos, los de siempre.

¿Hay casos en los que esté recomendada la suplementación con coenzima Q10?

Pues es posible que sí, pero no son, ni mucho menos, tan generales o comunes como nos pretenden hacer los laboratorios que la comercializan. Técnicamente su uso podría ser eficaz ante una deficiencia de coenzima Q10, una situación francamente infrecuente, tal y como se señala a través de la web MedLinePlus. Entre las personas que podrían sufrir esta deficiencia figuran aquellas con insuficiencia cardiaca congestiva, presión arterial alta, enfermedad periodontal, enfermedad de Parkinson, algunas enfermedades musculares y SIDA.

Además, es preciso saber que a pesar de que la coenzima Q10 es considerada como  probablemente segura para la mayoría de los adultos cuando se toma por vía oral, su suplementación podría producir algunos efectos secundarios leves entre los que se incluyen malestar estomacal, pérdida de apetito, nauseas, vómitos, diarrea e incluso, en algunas personas, puede producir erupciones alérgicas en la piel.

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Nota: Ni que decir tiene que tras responder de forma educada a los citados laboratorios con la documentación de la EFSA que desmiente la relación causa y efecto que ellos le atribuyen en la comercialización de su producto con coenzima Q10, estos no han respondido.

Quizá te interese consultar esta entrada: Nutricosmética: otra filfa con la nutrición como epicentro

Actualización 26/02/2014: no te pierdas esta entrada en el blog Comer o no comer el respecto de este mismo tema (serendipias de la vida, publicada el mismo día que este post)

Suplementos y complementos dietéticos con sorpresa (y no precisamente agradable)

nuchylee vía freedigitalphotos.net

nuchylee vía freedigitalphotos.net

En diversas ocasiones he aportado en este blog mi opinión sobre los complementos y suplementos dietéticos. En general, creo que son innecesarios o una pérdida de dinero. En la mayoría de las ocasiones las dos cosas a la vez. Pero además pueden ser peligrosos. Y no me refiero al peligro intrínseco que supondría el exceder la ingesta máxima tolerable de las distintas sustancias que suelen aportar estos productos, algo que no hay que perder de vista cuando se suplementa a la ligera y que entra dentro de lo probable.

Me refiero al peligro de que no lleven lo que dicen que llevan y que, además, incluyan sustancias, fármacos, no declarados. Pensarás que me ha dado un siroco conspiranoico. Pero no, o no al menos si nos ceñimos a lo que recientemente se ha puesto de relieve en Estados Unidos a raíz de una investigación del diario USA Today.

Según esta reveladora investigación se estima que existe una amplia gama de este tipo de productos que: 1º incluyen sustancias de acción farmacológica no declaradas y; 2º no pocos de los directivos de estos “laboratorios”, además de contar con importantes antecedentes penales (muchas veces relacionados con la posesión de drogas y medicamentos de manera ilegal) están inmersos en procesos legales fruto de las irregularidades halladas en los productos que comercializan las empresas para las que trabajan.

A mí, que queréis que os diga, me llama poderosamente la atención que aquellos productos que habitualmente se comercializan bajo la etiqueta de “natural” contengan sustancias que han de estar sometidas a una estrecha vigilancia farmacológica. La posible razón, y esto es un suponer, es que ya que por lo visto esas sustancias “naturales” no hacen nada o tienen el mismo efecto que untarse las orejas con vino, es decir, nulo, sus fabricantes “aderezan” esos productos con aquellas drogas de acción farmacológica que sí han demostrado el efecto perseguido. ¿Quieres ejemplos? Vamos allá.

Sin ir más lejos, uno de estos suplementos nutricionales (las píldoras de la tranquilidad del Dr. Larry) que se vendían para conciliar el sueño de forma “natural” a base de incluir raíz de escrofularia y regaliz, resulta que además incluía dos potentes fármacos, un antipsicótico (Clorpromacina), y un antidepresivo (doxepina). ¿Asustado? No te culpo; pero espera aun hay más.

Por ejemplo, en algunas pastillas también “naturales” para favorecer la actividad sexual se encontraron cantidades significativas de tadalafilo el principio activo de Cialis, un fármaco para tratar la disfunción eréctil y que es un análogo del sildenafilo (presente en Viagra). Igual merece la pena que leas esta entrada ¿Te “alegras de verme” o acaso tomas fitoterapia adulterada?. Eso en el caso de los suplementos para los hombres, en el caso de las pastillas “para las mujeres” también estaban contaminadas

Victor Habbick vía freedigitalphotos.net

Victor Habbick vía freedigitalphotos.net

Los escándalos siguen y no son precisamente una anécdota en este mundillo de los suplementos y los complementos: suplementos deportivos con esteroides, suplementos vitamínicos con análogos del sildenafilo (otra vez), complementos dietéticos supuestamente para perder peso que contienen fármacos diuréticos, no declarados, de venta exclusiva con receta, etcétera. La Food and Drug Administration, la FDA, que es el organismo de la administración norteamericana que ha de velar por la seguridad (y en su caso por la efectividad) de alimentos y fármacos cuenta en la actualidad con un listado de 123 empresas que comercializan cuatro centenares largos de productos (suplementos y complementos) que se distribuyen adulterados o contaminados. Lo más “gracioso” es que el tema viene de largo. Sin ir más lejos, en enero de 2009 la misma FDA amplió un listado inicial de complementos dietéticos que se vendían con la presunta finalidad de ser útiles en la pérdida de peso. En ese listado aparecían nada más y nada menos que 69 productos adulterados con diversos fármacos (tienes el listado en este enlace).

Al final, qué quieres que te diga, podría dar igual que los directivos de estas empresas tengan o no antecedentes por delitos violentos, evasión de impuestos… pero cuando la cosa trasciende a la posesión de drogas o de fármacos y a su distribución ilegal el tema cambia bastante.

No sé cómo de fino andará este mundillo en España, lo que queda claro es que de vez en cuando también saltan algunas alarmas con los mismos o similares problemas. El verdadero problema es que tanto en USA como en Europa este tipo de productos cuenta con una legislación demasiado laxa. Una legislación que, relativa a los complementos alimenticios, no exige demostrar su efectividad cuando se hace una determinada alegación relativa a la mejora de la salud o de una determinada condición. Aunque, bien mirado, son precisamente esas alegaciones las que no pueden hacerse cuando están circunscritas a los productos con una pretendida finalidad sanitaria (te sugiero que leas la entrada Cómo saltarse a la torera una normativa: la publicidad de productos, servicios… con pretendida finalidad sanitaria)

Que no te engañen, los productos a los que me refiero se suelen etiquetar como “suplementos dietéticosy su venta es frecuente en Internet, pero también en herboristerías e incluso en farmacias. La mayoría de ellos se declaran con ingredientes o componentes “naturales”, muchas veces a base de “plantas”.

Lo más sangrante de todo este asunto es precisamente que la venta de estos productos suele estar circunscrita a su “naturalidad”, y no con poca frecuencia son las personas que quieren huir de los fármacos tradicionales (vaya usted a saber por qué razón) las que terminan siendo sus principales compradores… vaya ironía.

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Los productos milagro son abundantes y los ciudadanos no denunciamos

Excusas erróneas (y frecuentes) para tomar un suplemento vitamínico

Cómo saltarse a la torera una normativa: la publicidad de productos, servicios… con pretendida finalidad sanitaria

Maldito nutricionismo

Nutricosmética: otra filfa con la nutrición como epicentro

¿Viagra contra la obesidad?

Doña Isabel: su estilo de alimentación es mejorable

Apreciada Señora,

Isabel Preysler (Archivo)

Isabel Preysler (Archivo)

A pesar de no conocernos Sra. Preysler permítame que con todo el respeto me dirija a usted y le ruegue que por favor no se enfade con este escrito, se lo aseguro, bienintencionado. Soy un humilde dietista-nutricionista que trabaja como autónomo y que desde hace algún tiempo me han dado la oportunidad de dotar de contenidos a este blog. El motivo de mi escrito responde a la no pequeña sorpresa de haber leído sus declaraciones en una entrevista concedida al diario El Mundo, en la que el único tema a tratar fue su alimentación y la de su familia.

No creo que le sorprenda si le digo que su persona es para muchas otras un icono a imitarSu figura, su físico, su estilo particular y su saber estar, son como le digo motivo de envidia y modelo a seguir para muchas mujeres hoy en día que no alcanzan a explicarse cómo hace para conservarse tan bien. Desconozco hasta que punto ese físico que se muestra a la opinión pública es fruto del photoshop, del uso del bisturí o de sus hábitos de vida; pero realmente, el caso es que luce usted magnífica.

La sorpresa a la que aludía creo es fácil de entender si me deja que le explique. Puede llamarme extravagante, pero soy de los que opinan que para hablar de un determinado tema en un medio de comunicación hay que saber de ese tema o que sin conocerlo en profundidad se es, por la causa que sea, un ejemplo a imitar. Pero resulta que en su caso, por lo que transciende a la opinión pública usted no es precisamente una experta reconocida en nutrición y de hacerlo bien, nada de nada. En algunas cosas quizá más al contrario, lo hace regulín regulán tirando a mal con, permítame, algunos detalles francamente funestos.

Pero lo peor no es hacerlo mal y ya está (una especie de a mí plín yo duermo en Pikolín) lo malo de este asunto es, como le decía, que en especial su físico es envidiado por no pocas personas que pueden ver en sus hábitos alimentarios no sé si todo el secreto de su belleza o al menos parte de este y por lo tanto verse tentadas a imitarla. Y eso sería un error. Sin ir más lejos, en el título de algunos medios de comunicación que se han hecho eco de la mencionada entrevista se dice textualmente que el secreto de su juventud radica en las pastillas que toma.

Con el fin de que si quiere tenga en cuenta mi opinión profesional me he propuesto comentar algunas de las ideas más estridentes que recogidas en el artículo de forma textual dan fe de sus hábitos alimentarios:

El principal mensaje y la peor conducta que al parecer usted sigue en relación con el comer es la cuestión de recomendar el uso de suplementos alimenticios bien como norma para mejorar determinados aspectos de su físico, bien como medida paliativa para suplir determinados malos hábitos en los que incurre. Afortunadamente ya tengo parte del trabajo hecho; así en cuanto a la necesidad o bondad de tomar suplementos de no importa que vitaminas, minerales y antioxidantes (lo cierto es que le da usted a casi todo en este terreno) le sugiero que visite estas dos entradas que vienen que ni pintadas para estos casos:

Sra. Preysler, más allá de lo innecesario de esta sistemática conducta suplementadora es necesario hacer además una advertencia, tanto para usted como para todos aquellos que espoleados por su ejemplo les de por suplementarse alegremente. Es posible que usted sea de aquellas personas que piensan que tomar más de algo que se sabe que es bueno, es mejor; pues déjeme decirle que está en un error y que con esa conducta es posible que se asuman más riesgos que beneficios al superar los límites máximos tolerables para cualquiera de esas sustancias con las que, con toda la buena intención, complementa su dieta. Otra vez tengo una entrada que creo le puede servir de gran ayuda para ilustrar lo que le comento:

Además de todo esto, Dña. Isabel, hay muchos otros detalles que denotan un escaso conocimiento de cómo funcionan las cosas en nutrición y que a causa de sus declaraciones es posible que no pocas personas sigan (o caigan) en ese estado de estulticia nutricional en el que estamos sumidos. Le comento, por ejemplo, aquello que no es de recibo…

Como me falla la alimentación, consumo vitaminas”

Ya le he comentado este aspecto pero no me resisto. Lo siento, pero esta actitud es similar a “como no sé conducir, me pongo casco”. Mi consejo es que coma mejor, “que aprenda y disfrute a conducir” para que me entienda.

 Fue un amigo herbolario quien, hace muchos años, me acercó al mundo de las vitaminas”.

No sé quién es ése amigo herbolario suyo al que se refiere, pero déjeme sugerirle que si le aconsejan de semejante forma, cambie de amigos. O más directamente que, haciendo buena la primera acepción del DRAE, que no tenga amigos herbolarios (“herbolario” = botarate, alocado, sin seso)

Nada más levantarse se toma un vaso de agua caliente y mientras hace su efecto depurador, aprovecha para lavarse la cara y peinarse”.

No Dña. Isabel, no. Jamás me la hubiera imaginado a usted revelando aquellos rituales previos a sus momentos más escatológicos (es posible que para muchos haya caído un mito). Para empezar, lo que usted denomina como “alimentación depurativa” como herramienta y fin dentro de las terapias dietéticas, constituye es cierto, un reclamo habitual, pero carece hasta el momento de la evidencia necesaria en cuanto a su utilidad y hablar de «efecto depurador» en este contexto es lo mismo que decir algo bonito pero que nadie sabe a qué hace referencia. Puede consultarlo si quiere en este enlace. Sin embargo, todo apunta a que usted se refiere a que beber un vaso de agua caliente nada más levantase le ayude, a ver como se lo explico para no resultar grosero… a pasar de lo abstracto a lo concreto una vez sentada en el trono. Se lo digo por que usted misma comenta que espera a que “haga efecto”, es decir, a que se produzca el conocido reflejo gastrocólico que favorece las ganas de… de enviar un fax al Congreso. Pero esas ganas de… de eso, se producirán de igual modo muy probablemente con una taza de té, un café o cualquier otra bebida que ofrezca un contraste de temperatura entre el líquido en cuestión y su medio interno. No hay nada de depurativo en ello y si mucho… mucho de calcular el producto interior bruto de cada uno (mire, llegados a este punto creo que será mejor que se lo explique su actual marido)

No soy macrobiótica, pero desde que estuve en el Sha, intento que las comidas sean alcalinas y no ácidas, excepto con el tomate, que es ácido y los macrobióticos no lo consumen”

Sobre el casi seguimiento de una dieta macrobiótica le diré que, por lo que usted misma dice que consume, no se le debió quedar nada de lo que le explicaron en la clínica esa al respecto de lo que es una dieta macrobiótica. Le sugiero que si quiere incidir en lo que es una verdadera dieta macrobiótica (cosa que no le recomiendo) se ponga al día en este enlace (este evidentemente no es mío). O mejor aún, que ya que está tan alejada de este perfil dietético, que pase olímpicamente de este tipo de planteamientos teniendo en cuenta lo que dice el Ministerio de Sanidad sobre esta propuesta dietética al catalogarla como uno de tantos otros sistemas dietéticos absurdos incluido en el documento de análisis de situación de las terapias naturales. En resumen: La evidencia científica disponible sobre su eficacia es muy escasa y si bien en la mayoría de los casos estas terapias son inocuas, no están completamente exentas de riesgos. Y que sus planteamientos son ridículos (eso lo digo yo). Además, ya que tiene usted una entrada en la Wikipedia, déjeme que le sugiera que le eche un vistazo al apartado «críticas» que la «alimentación macrobiótica» tiene en la enciclopedia de contenido libre.

Pero no se asuste Sra. Preysler, hay cosas que creo hace bien dentro de su alimentación, eso de no tomar azúcar, no comer demasiada carne, preferir productos de origen integral antes que refinados, suena bien. Ahora bien, me tiene que explicar qué es eso de…

Jamás me verás pedir un filete. No soy vegetariana porque como carne en albóndigas, hamburguesas o hot dogs”

Es decir, a pesar de su patente preocupación por hacer las cosas bien en el terreno alimentario (con resultados más que dudosos, todo hay que decirlo) le muestro abiertamente mi sorpresa cuando dice, así, en crudo, que opta por los derivados cárnicos antes que por las carnes… es algo que no consigo entender.

Y por último, le sugiero que trate de descartar de su vocabulario expresiones como:

“Alguna vez la cocinera me dice que tiene que usar azúcar blanco para determinada receta y me niego, aunque quede menos fino el pastel. Cuando hace una tarta la intenta hacer lo más sana posible para que cuando la comamos no sea venenosa

Siento agobiarle con los innumerables enlaces, pero también tengo uno que parece escrito para esta situación. Le sugiero que eche un vistazo a esta otra entrada:

¿Qué, lo vamos pillando? Seguro que sí… porque de otro modo no sé como le sentará el saber que ese suculento producto que usted ha anunciado durante tanto tiempo en televisión, los ferreros, tiene en su composición una importante cantidad de azúcar. De hecho es el ingrediente presente en mayor cantidad, más que las almendras, más que el cacao… más que cualquier otro… el principal ingrediente de esos bombones es el azúcar. Qué, ¿acaso son los ferreros venenosos; acaso de sus palabras en la entrevista se puede concluir que ha incitado a través de la publicidad al consumo de un producto venenoso? Bien, no se agobie, perdone, ya respondo yo: no. Pero sepa, eso sí, que estos bocaditos de chocolate y posiblemente esas tartas a las que alude son productos que se recomiendan no comer en grandes cantidades o muy frecuentemente. Creo que entre esta recomendación y llamar venenosas a sus tartas por llevar azúcar hay una importante diferencia, ¿me entiende?

Me despido Dña. Isabel. No sin antes atreverme a sugerirle que antes de volver salir en cualquier medio para hablar de cuestiones de las que ni entiende ni es modelo a imitar, tenga en cuenta este escrito y se lo piense dos veces. Créame si le digo que su imagen ante las personas que sí entienden se verá favorecida.

Quedo a su disposición. Si quiere puede utilizar el espacio de más abajo reservado los comentarios para hacerme llegar su parecer.

Atentamente

Juan Revenga. Dietista-nutricionista, nº Col ARA00027

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PD: Por cierto, si tiene la ocasión de volver a hablar con la autora del artículo en cuestión, Dña. Carmen Duerto, periodista supongo, dígale de mi parte que su labor en esta ocasión (no tengo más referencias de ella) me parece cuestionable. O bien ha prescindido de todo asesoramiento profesional para saber reconocer en los hábitos alimentarios de su persona importantes errores que lo último que se debe hacer es orearlos en un medio de comunicación; o bien, lo ha hecho y le ha importado un bledo. Mal en cualquier caso. También tengo un par de enlaces para ella, le agradecería que hiciera lo posible por hacérselos llegar, gracias:

Poner coto a la “infoxicación” alimentaria: decálogo ANIS-FIAB

La responsabilidad de famosillos y medios en la salud: el mal ejemplo de casi siempre

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Nota: quiero reconocer a Jesús Soria (@JesusSoriaD) y a Gominolas de Petroleo (@gominolasdpetro) el saber «pincharme» como ellos saben hacerlo con estos temas. Y ya que estamos, el pasado domingo comenté estas cuestiones en el programa de SER Consumidor junto al primero. Aquí tienes el enlace para escucharlo, el tema comienza en el minuto 14:50

Orocronodietología y otros trabalenguas de mal agüero

EngranajesNunca aprenderé. Cada vez que tengo constancia de una novedosa y revolucionaria propuesta dietética similar a los más estrambóticos elixires milagrosos del lejano oeste, siempre digo lo mismo: esto es el no va más.

Bien, hoy no lo diré. Ya estoy aprendiendo y sé, tristemente, que detrás de cualquier moderno bálsamo de fierabrás vendrá otro. No sé si justificando su supuesto funcionamiento en adelantadísimas investigaciones científicas, como es el caso de hoy, o haciendo uso de poderes sobrenaturales como marca la leyenda del célebre bebedizo.

¿Qué es la orocronodietología?

Sinceramente no lo sé. Me he leído de arriba abajo el panfleto que se supone debiera definirla pero no he logrado sacar una conclusión clara. En cualquier caso los inventores, promotores, difusores y vendedores de este sistema basado en la ingesta de una serie de cápsulas (orocápsulas siendo estrictos) dan la siguiente definición más o menos vaga. Se trata de:

Una propuesta nueva y única 100% de origen natural, que es la fuente de nuestro bienestar natural, permite muy rápidamente reestablecer, mantener y estabilizar el equilibrio celular global para rencontrar una vida sana y feliz (happy).

Sí yo también me he fijado… siempre poniendo el acento en lo natural, vaya novedad.

Sus principios (creo que carecen de principios). El punto de partida que justifica la posterior intervención orocronodietética es ya de entrada erróneo:

La alimentación de nuestros días no es capaz de suministrar en tiempo y hora los nutrimentos que nuestro organismo necesita tanto en su aspecto como en sus contenidos

Y claro, aportan cero datos que sostengan esta afirmación. (A estas alturas quizá te interese consultar esta entrada sobre los errores más típicos que nos conducen a tomar suplementos dietéticos)

Bueno, el caso es que una vez engañado convencido el usuario de que a día de hoy los alimentos son incapaces de aportarnos todo lo que necesitamos, este sistema se auto atribuye la revolucionaria solución a partir del consumo diario de sus preparados. Estos consisten en las famosas orocápsulas que contienen un complejo de principios activos naturales de la medicina herbaria, la aromaterapia y de la micronutrición (sic).

Caramba, resulta que al final no se trata más que de una forma más o menos novedosa de vendernos supuestos remedios fitoterápicos y aromaterápicos poniendo tecnicismos aquí y allá para hacer incomprensible el mensaje. ¡Vaya! te has quedado chafado, ¿no? Bueno, se trata de eso y de meter por medio los términos micronutrición y cronodieta que siempre quedan resultones en un folleto de estas características, dotándole así de mucho más empaque (donde va a parar)

Y digo bien al decir “se auto atribuye” porque a pesar de lo que la propuesta orocronodietética dice de sí misma:

Este método revolucionario ha sido realizado gracias a OroChronoDietologia® (OroChronoDietology) – una nueva ciencia revolucionaria reconocida por la Comunidad Científica Internacional que está cambiando la fisonomía de la salud natural. Este exclusivo descubrimiento patentado es el resultado de veinte años de trabajo por parte de los equipos de investigación y desarrollo del Dr. Gaetano Zannini en colaboración con los Centros Universitarios Internacionales

Preguntas

La verdad es que por OroChronoDietology (o cualquier cosa que se le parezca) no hay ni una sola referencia en los buscadores al uso de literatura científica. Sin embargo, quizá te llamen la atención tanto gráfico y referencia que aparecen en el folleto promocional. Para entender por qué están todos esos gráficos y tablas que en apariencia, solo en ella, justifican esta propuesta solo hay que contrastar que son datos presentados en simposios sin una mayor trascendencia a la hora de demostrar nada. Es decir, la comunidad científica no ha tenido la oportunidad de contrastar sus proposiciones. A pesar de ello, tras las rimbombantes y vacías palabras de autobombo (“ciencia revolucionaria”, “reconocimiento de la comunidad científica internacional”, “centros de universitarios internacionales…) ahí está una empresa, un laboratorio y un “Hombre”, un médico, Gaetano Zannini, para poner a nuestro alcance las orocápsulas y con ellas la fuente natural de nuestro bienestar.

Las distintas líneas de productos ya te las puedes imaginar, son cinco: renew (supuestamente para renovar de forma literal el cuerpo a nivel celular, para que pueda defenderse mejor de los efectos del envejecimiento, el sol, el tabaco y la contaminación), flex (pretende proteger, defender y reforzar las articulaciones debilitadas y doloridas), relax (se supone que para mejorar el ánimo y el descanso nocturno), energy (supuestamente para mejorar la vitalidad física e intelectual, aumentar la resistencia a la fatiga, reducir el tiempo de recuperación, controlar la gestión del estrés y favorecer un descanso) y no podía faltar Slim (todo un lujo para reeducar el cuerpo hacia el correcto equilibrio entre peso y figura actuando en el reloj metabólico celular que, una vez se ha visto afectado por los hábitos alimenticios inadecuados y/o la falta de actividad)

Sobre el Hombre en cuestión (utilizo la misma forma para referirme al descubridor del sistema que la que ellos mismos utilizan en su folleto) he descubierto en Internet lo que no se puede considerar más que una tomadura de pelo o simplemente una broma histriónica: alguien ha realizado una petición con su recogida de firmas en la plataforma change.org, solicitando al Karolinska Institutet que Gaetano Zaninni y su equipo sean reconocidos con el premio nobel de medicina.

Tomando en consideración Hombre y sistema, creo que es hora de despedirme y para ello traer a colación algunas de las claves para desenmascarar a un científico chiflado tal y como nos las hizo llegar en su día Luis Alfonso Gámez en su estupendo blog Magonia. La megalomanía es la primera de esas claves, se consideran a sí mismos como genios… y la última es la tendencia que tienen a escribir en una jerga compleja, en muchos casos usando términos y expresiones que él mismo ha acuñado. Pues eso, orocronodietología. Entre ambas claves unas cuantas más que te invito a que contrastes directamente en el blog.

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Nota: La proposición de esta entrada se la debo a @manolo_elmas y @ernie_aka vía Twitter, ¡gracias!

Imagen: jscreationzs y Stuart Miles vía freedigitalphotos.net

Psoriasis, dieta y tratamientos alternativos

PsoriasisLa psoriasis es una enfermedad de la piel que en términos generales causa picazón y/o parches dolorosos de piel engrosada y enrojecida con escamas de color grisáceo. La psoriasis es frecuente que aparezca en hombros, rodillas, cuero cabelludo, espalda, cara, palmas de las manos y plantas de los pies, aunque también puede manifestarse en otras localizaciones.

 

La causa principal de la psoriasis parece estar relacionada con una alteración del sistema inmunológico. En condiciones normales, en el proceso de recambio celular, las nuevas células de la piel que crecen en la parte más profunda de la misma, suben hacia la superficie en un proceso que normalmente dura cerca de un mes. Sin embargo, en los pacientes aquejados de psoriasis este proceso se produce con mayor celeridad y se lleva a cabo en unos pocos días debido a que las nuevas células avanzan demasiado rápido. Los síntomas mencionados síntomas vienen y van con una alta variabilidad interpersonal, y todo apunta a que existen distintos elementos que pueden modificar el pronóstico. Entre los más evidentes figuran: las infecciones, el estrés, tener la piel reseca y ciertos fármacos. Además, y sin ser hereditaria, existe una cierta predisposición genética.

¿Tratamiento dietético específico? No

Los dietistas-nutricionistas no abordamos casos de psoriasis. La razón es clara, ni en la etiopatogenia de la enfermedad ni en los posibles tratamientos hay a priori elementos dietéticos que parezcan estar relacionados. En sentido contrario algunos terapeutas alternativos, en no pocas ocasiones terapéutas sanitarios (alternativos) recurren a extrañas formulaciones dietéticas con los pacientes aquejados de esta patología.

Tal y como suele suceder con muchas otras enefermedades crónicas, de difícil solución o con mecanismos etiopatológicos aun no del todo bien esclarecidos, las propuestas “alternativas” aparentan ser una solución válida para unos pacientes con frecuencia desesperados. Y es que no es para menos, la psoriasis, además de lo incómodo de sus síntomas puede afectar de forma importante a quienes la padecen a la hora de implicar un menoscabo de su imagen y, por tanto, afectar a sus relaciones sociales. Es decir, se trata de una enfermedad que tiene un impacto destacado tanto en el bienestar físico, como en el psicológico y social de los pacientes.

Por estos motivos, no es infrecuente que se termine por recurrir a determinados terapeutas enmarcados dentro de la medicina alternativa y complementaria. Entre este tipo de tratamientos son frecuentes la acupuntura, la balneoterapia, la quiropráctica, sin olvidar a la homeopatía, la aromaterapia o tratamientos «florales». Y por supuesto, la proposición de las dietas más variadas en combinación con complementos dietéticos. Sin embargo, la National Psoriasis Fundation de Estados Unidos afirma que el resultado de este tipo de intervenciones “alternativas” es tanto o más variable entre individuos distintos que los tratamientos “convencionales”. Dicho de otra forma, que lo que le ha funcionado a uno no tiene porqué funcionarle a otro. Suponiendo, esto lo digo yo, que la mejoría se le pueda atribuir fehacientemente al mencionado tratamiento, o a su efecto placebo.

Pera

En realidad el tema de hoy viene a raíz de una consulta que me hizo el otro día una lectora a la que un médico naturópata recomendó una dieta relativamente normal pero estricta al mismo tiempo con la inclusión de algunos elementos que no podía saltarse bajo ningún concepto: el desayuno consistiría de forma estricta en 3 peras, 2 manzanas y unas cuantas avellanas; la utilización de suplementos de omega tres; un depurador hepático (desconozco cuál en concreto) etcétera.

Con toda sinceridad no tengo argumentos para decir que esa pauta la vaya a ir bien o mal para la mejora de su psoriasis, pero al mismo tiempo él, el médico naturópata, tampoco creo que los tenga para decir que sí le va a ir bien. Por lo tanto eso de mostrarse tan tajante en cuanto a lo que le va ir bien (o mal) no me parece una buena asistencia.

Para terminar y a modo de resumen, concluir que a día de hoy no hay ninguna pauta dietética seria que se haya estandarizado, ni indicación alguna de suplementación, para pacientes con psoriasis sea cual sea su tipología. En sentido contrario las recomendaciones de todas las asociaciones implicadas en esta temática recomiendan, en general, una dieta equilibrada, evitar los hábitos tóxicos (alcohol y tabaco) y practicar ejercicio. En todos los casos de enfermedades crónicas, incluída la psoriasis, los pacientes debieran desconfiar de las alegaciones o esloganes del tipo «tratamientos curativos», ya que éstos no existen y, en una buena parte de los casos, se trata de fraudes que juegan y se aprovechan de la buena fe, la falta de conocimientos médicos y la desesperación de algunos afectados.

Es decir, nuestra alimentación no tiene una influencia directa sobre la evolución de la psoriasis, pero un estilo de vida adecuado puede ayudar a mantener la piel en mejor estado.

Antes de despedirme, y como viene siendo habitual en este blog cuando se abordan este tipo de temáticas, recomendaría a aquellas personas interesadas o a sus familiares el ponerse en contacto con alguna asociación de afectados de reconocida solvencia. En nuestro entorno Acción Psoriasis es una de ellas, si acaso la principal en el panorama nacional, una asociación que cuenta con una página web de interesantes contenidos.

Nota: Este artículo no sustituye la consulta con un profesional de la salud cualificado.

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Imagen: James Heilman, MD vía Wikimedia Commons y Andy Newson vía freedigitalphotos.net

Cetona de frambuesa, otra tontería quemagrasa más, embotellada o en cápsulas

Milagros_ Stuart Miles

Hace un par de meses un lector agradecido me puso en antecedentes sobre un producto “para adelgazar” que al parecer está pegando fuerte en Alemania, se trataba de la “cetona de frambuesa” de la que no había oído hablar hasta ese momento.

Todo apunta a que se trata de la enésima filfa milagrosa que se anuncia con el fin de ayudar a sus consumidores a adelgazar a partir de un reclamo tan antiguo como absurdo e inexistente: su supuesto efecto quema-grasa.

Bien, con independencia de que existan algunas moléculas que sean indispensables para la obtención de energía a partir de los ácidos grasos, ya se comentó en esta entrada que aportarla en una mayor cantidad no tiene por qué tener un efecto beneficioso o sinérgico, más al contrario, puede ser incluso perjudicial. La L-carnitina es una de esas moléculas mencionadas en el citado post, sin embargo no está probado y tampoco tendría demasiada lógica que aportar más L-carnitina que aquella que podamos nosotros mismos sintetizar y/o aportar en el marco de una alimentación equilibrada surta el efecto de utilizar más ácidos grasos para obtener energía, es decir, que sirva para quemar más grasa.

Raspberry_ketonePero el caso de la cetona de frambuesa es diferente. Esta sustancia, una cetona aromática de naturaleza fenólica y que responde a la fórmula química 4-(4-hidroxifenil) butan-2-ona, jamás ha demostrado de forma convincente el participar o mejorar el proceso obtención de energía a partir de los ácidos grasos y mucho menos ser necesaria.

Creo que merece la pena hacer constar que su obtención a partir de la fuente natural resulta bastante costosa, sin embargo su síntesis en laboratorio es francamente barata, lo que además, sirve para poner el grito en el cielo con respecto al precio de venta que tiene este producto en el mercado de la suplementación y el adelgazamiento.

La evidencia científica sobre los beneficios de este producto es en la actualidad escasa

Por un lado tenemos la opinión científica de la EFSA de 2011 al respecto del valor del extracto de frambuesa (nótese que no es cetona, sino extracto, todo hay que decirlo) en la que se concluye que las alegaciones de que el extracto de frambuesa, ayude a mejorar la termogénesis, elemento que a su vez ayude a controlar el peso; ayude a controlar la apetito de forma natural; facilite la sensación de saciedad tras una comida; ayude a gestionar el hambre y el apetito; ayude, contribuya o facilite la pérdida de peso; o contribuya a controlar el peso corporal; no están avalados por suficientes estudios en humanos (páginas 21 y 29).

Por el otro en pubmed, la inclusión en la barra de búsqueda de raspberry ketone (cetona de frambuesa) arroja 39 resultados, de los cuales en solo 5 se relaciona esta sustancia con el peso (al menos originalmente) y de los cuales solo hay uno realizado en humanos, muy reciente, el cual comentaré a continuación.

Con el subyugante título de Eight weeks of supplementation with a multi-ingredient weight loss product enhances body composition, reduces hip and waist girth, and increases energy levels in overweight men and women (Ocho semanas de suplementación con un producto de la pérdida de peso de varios ingredientes mejora la composición corporal, reduce la cadera y circunferencia de la cintura, y aumenta los niveles de energía en hombres y mujeres con sobrepeso) en este estudio los autores concluyen que aquellos que utilizaron un preparado comercial a base de “sustancias naturales” que contenía entre otras cetona de frambuesa, cafeína, capsaicina, ajo, jengibre y Citrus aurantium (naranjo amargo) además de seguro, es más eficaz frente al placebo en la pérdida de peso, la mejora de la composición corporal y la reducción de los perímetros de cintura y cadera. Todo ello evaluado en un periodo de 8 semanas que incluía un programa dietético y de ejercicio para personas obesas sanas y activas de ambos sexos.

El estudio, bastante impactante en sus resultados, tiene algunas pegas no pequeñas. La primera de ellas la duración, 8 tristes semanas periodo que, aunque lo afirmen los autores no es suficiente, ni de lejos, para validar su seguridad. La segunda, la escasez de la muestra, a pesar de que se empezó con 70 voluntarios los datos son relativos solo a 45 de ellos ya que el resto abandonó el estudio por diversos motivos relacionados con el programa de dieta, suplementación y ejercicios. De los 45, los datos pertenecen: 27 al grupo de intervención (que tomaban las cápsulas naturales) y 18 al de placebo. La tercera, suponiendo que las diferencias puedan ser atribuibles a las cápsulas con “productos naturales” y sin tratar de hacer de menos la rigurosidad en cuanto al correcto “cegado” de los grupos… ¿cuál o cuáles de los elementos de este cóctel fitoterápico fue el responsable? Y la cuarta, resulta que los dos autores principales del estudio recibieron financiación para la investigación y/o han actuado como asesores de los proveedores de materias primas, productos nutracéuticos y compañías de suplementos dietéticos. No creo que haga falta decir nada más. Ahí lo dejo.

El principio de la cetona de frambuesa

El origen de esta mediática paparruchada, al parecer, se encuentra, una vez más, en los Estados Unidos. El año pasado en el espacio televisivo “The Dr. Oz Show” este señor con su nombre tan mágico y evocador promocionó la cetona de frambuesa como el “número uno de los milagros (sic) embotellados para perder tu grasa”. Tal y como estarás suponiendo a estas alturas, hay una línea de productos «Dr. Oz» que comercializa él mismo. Entre su variopinto catálogo de productos se incluye, evidentemente, la conocida cetona de frambuesa. Pero a día de hoy ya hay en el mercado muchas otras marcas que la comercializan. Una vuelta por internert nos ofrece múltiples ejemplos.

Por último y para quien no conoce al Dr. Oz, mencionar que esta persona ha sido a menudo criticada por sus habituales propuestas, o mejor dicho, salidas de pata de banco pseudocientíficas. Tal es así que ha recibido en dos ocasiones el poco apetecible premio (digo yo) Pigasus, siendo hasta el momento la única persona en conseguirlo dos veces. Los premios Pigasus, promocionados por el conocido escéptico James Randi, tienen por objeto el poner de relieve los fraudes más flagrantes en materia de “ciencia”, parapsicología y demás. En 2010 el Dr. Oz fue premiado en el apartado reservado a los medios de comunicación por su inagotable promoción de la charlatanería médica, y en 2012 en la categoría de “dar la espalda a la realidad” por los mismos motivos además de por promocionar las creencias paranormales y la pseudociencia.

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Imágenes:   Stuart Miles vía freedigitalphotos.net y Edgar181 vía wikimedia Commns

Una iniciativa ¿valida? contra la magufería del adelgazamiento y demás

Perder kg en semanas_AlaskanLibrarian

Han sido muchas las veces que escrito en este blog denunciando productos y procedimientos milagro para perder peso, de aquellos que lo único que te adelgazan de verdad es la cartera, la esperanza, la confianza y el amor propio. Al mismo tiempo, también he apelado en todas esas entradas a nuestras Autoridades Sanitarias, a su responsabilidad en el permitir y no sancionar tanto los productos o servicios en sí como su publicidad.

La noticia que hoy os traigo es que al parecer hay una cierta iniciativa gubernamental para tratar de atajar esta especie de casa de tócame Roque que es en realidad la cuestión de la pérdida de los kilos de más y otras cuestiones relacionadas con la salud imagen. La posibilidad de regular el putiferio de los productos milagro viene gestándose desde hace aproximadamente un mes tras un informe elaborado por el Consejo Audiovisual de Andalucía (CAA). Una de las cosas más curiosas es que quién en el panorama nacional ha tomado la iniciativa es el Ministerio de Industria [¿esto… qué?] Sí, el Ministerio de Industria que tiene bajo su tutela al SETSI (Secretaría de Estado de Telecomunicaciones y para la Sociedad de la Información). A mí me parece cuando menos llamativo que el Ministerios de Sanidad se inhiba de estas cuestiones; al menos yo no he leído nada relacionado con él en el marco de esta noticia.

Al parecer ya les han parado los pies a determinados anunciantes de productos milagro en determinadas cadenas de televisión. Entre ellos y relacionados con el adelgazamiento están por ejemplo el té chino del doctor Ming, los parches adelgazantes Hollywood Patch y la alcachofa de Laón entre los más tristemente ya conocidos. Bien, está bien. O mejor, está regulín-regulán.

Hay tres o cuatro cosillas que me mosquean y no me gustan de este tema:

La primera, que los requerimientos cese de la publicidad de estos productos por parte de la SETSI en el panorama Nacional o del Consejo Audiovisual de Andalucía, no implican sanción por haber incumplido la legislación. Es decir, en estas circunstancias, los sinvergüenzas que se dedican a comercializar este tipo de productos pueden llegar a valorar el lanzar un producto milagro a todas luces fraudulento y que saben que más tarde o temprano te van a obligar retirar (o no) sabiendo que, si venden algo, todo serán beneficios. Las sanciones deben de ser solo para ti o para mí cuando nos saltamos un semáforo en rojo (con o sin riesgo). De esas no te libra nadie. Pero puedes salir en la tele o en la radio proponiendo cualquier barbaridad que, si eso, ya te pedirán amablemente que lo retires y a partir de ahí a otra cosa mariposa.

Segunda. Al parecer todo lo que he leído a este respecto alude a la televisión. En la radio yo sigo oyendo barbaridades importantes y nadie ha comunicado que se haya requerido a ninguna radio la retirada de las decenas de productos milagro que en ellas se anuncian. Además lo hacen infringiendo de forma flagrante la legislación en materia de publicidad, utilizando el testimonio de supuestos médicos, asegurando remedios o curaciones fuera de toda duda, etc. Supongo que lo de poder mediar en Internet sería ya como de risa, ¿no?

Tercero. Estos productos (tés chinos, alcachofas, parches y demás) se siguen publicitando. ¿Cómo, qué, que se siguen publicitando? Si, como lo oyes, al parecer lo que estaba mal hecho no era el producto en sí, sino la forma de venderlo. Lo digo porque las actuales publicidades de estos productos siguen siendo tan vergonzosas como antes. Con independencia de que ahora sí cumplan la legislación vigente (cosa que dudo y pongo en entredicho)

Cuarto. Está bien la iniciativa, desde luego es mejor que no hacer nada, pero es que hay tanta tontería por ahí suelta que esto se me asemeja más a matar moscas a cañonazos que a otra cosa. Además, ¿por qué centrarse en los que salen en TV y no ir directamente a las farmacias, herbolarios, herbodietéticas y dar caña ahí a los engañabobos?

Quinto y último, ¿dónde siguen estando nuestras autoridades sanitarias? Lo digo porque a mí, que soy muy raro, ya lo sabes, me parece que son estas las que debieran mediar en el momento que la salud pública esté en juego… Que además haya o no una estafa casi me parece secundario.

Me despido, al tiempo que mientras le doy a la tecla para terminar esta entrada veo en en la tele a una adivina con su bola de cristal en ristre y Tarot por medio sugiriéndome que llame a un 806 para que ella me solucione todo lo que me preocupa. Mira que es irónica la vida.

Qué mal vamos.