El nutricionista de la general El nutricionista de la general

"El hombre es el único animal que come sin tener hambre, que bebe sin tener sed, y que habla sin tener nada que decir". Mark Twain

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El sueño de Robert: no alimentarse, pero sí nutrirse

robrhinehartLa expresión “hay gente para todo” a veces se queda corta. Hay un joven estadounidense, Robert Rhinehart, de 24 años y programador para más señas, que se ha propuesto dejar de comer alimentos y pasar de alimentarse para directamente, “nutrirse”. O al menos así se lo cuenta él al mundo a partir de su blog al que no ha dudado en titular Mostly harmless -“Principalmente inofensivo” en español-. En esta entrada plantea el tema y su decisión de dejar de comer (How I Stopped Eating Food –Como dejé de comer comida-) y en esta otra evalúa sus sensaciones tras dos meses de pruebas (Two Months of Soylent –Dos meses de Soylent-)

Así, Robert elabora e ingiere un bebedizo de su invención al que ha bautizado como “soylent” (en claro homenaje a la película de ciencia ficción “Soylent Green” de la que ya te hablé someramente en este post) a base de vitaminas, minerales, proteínas, lípidos e hidratos de carbono “puros” con él que sustituye no toda, pero si una importantísima cantidad de alimentos en el día a día.

Conviene prestar atención a las motivaciones que le han llevado a tomar esta decisión. Según él mismo y como revela en esta entrevista, Rob estaba harto de “perder tiempocomprando, preparando y cocinando los alimentos, y se preguntaba por qué estando la ciencia tan adelantada, el acto alimentario era tan  poco eficiente en cuanto a la inversión del tiempo requerido siendo que el objetivo principal era el nutrirse. Con este hecho como principal aliciente y tras un periodo autodidacta de búsqueda de información llegó a la conclusión que los nutrientes propios de los alimentos bien podrían conseguirse en estado puro y, mezclándolos de forma apropiada, conseguir un producto que le mantuviera en buen estado de salud sin tener que invertir más tiempo en las tediosas labores de preparar los alimentos.

En cuanto al placer que la mayoría de los humanos obtenemos en el consumo de alimentos, él tiene claro que hay otras personas que disfrutan de la comida más que él, y reconoce que en su caso asume el acto alimentario como una actividad de ocio, algo así como ir al cine. Se explica diciendo que, cuando se entiende así, uno puede ir al cine de tiempo en tiempo, pero no tres veces al día, tal y como sí sucede con el hecho de alimentarse, que hay que hacerlo varias veces al día y todos los días. En cualquier caso no ha renunciado a comer comida. Lo hace solo cuando verdaderamente le apetece o cuando sale con los amigos a tomar algo, y afirma que el haberse decantado por la opción del “soylent” no implica dejar de consumir alimentos, del mismo modo que el uso del correo electrónico no obliga a nadie a dejar de hablar.

Además, otro aliciente que ha encontrado es el ahorro. La compra de todas las sustancias con las que compone su papilla y su elaboración requieren, según él, de menos gasto económico ya que además sus facturas de luz y electricidad son ahora mucho más bajas.

¿Que es exactamente el “soylent” de Robert?

En sus propias palabras se trata de:

“todo lo que el cuerpo necesita, que nosotros sepamos [no duda en afirmar], como vitaminas, minerales y macronutrientes como aminoácidos esenciales, hidratos de carbono y grasa […]. También añadí –dice- algunos elementos no esenciales como antioxidantes y probióticos. Últimamente he estado experimentando con nootrópicos”.

Robert ha ido jugueteando con la composición de su preparado y variando tanto la cantidad de algunos micronutrientes (vitaminas y minerales) como de los principios inmediatos.

Soylent_Rob Rhinehart

En su versión más reciente, lo que ingiere diariamente de “soylent” le aportan cerca de 2.600 kcal (empezó con cerca de 1.500 kcal/día, pero la cosa no le “funcionaba”: adelgazó demasiado, perdía energía…) y su mezcla contiene 409g de carbohidratos, 65 g de grasa y 102 g de proteína, lo que hace un reparto de macronutrientes sobre el Valor Energético Total de: 62%; 22% y 15% respetivamente. Algo que así sobre el papel resulta relativamente adecuado y que yo nunca hubiera apostado por que se animara a hacerlo así. En este apartado es preciso señalar que empezó con una mezcla que incluía más proteínas en el reparto relativo de macronutrientes pero esto a él no le funcionaba bien.

Una de las cosas que más me mosquean de este tema es la cantidad de fibra. Robert afirma que lo que mejor le va es incorporar 1,2g/día de fibra, una cifra muy por debajo de todas las recomendaciones, aunque claro, esas recomendaciones son para quienes comen comida. Sin embargo, me parece que el bueno de Robert no ha hecho bien los cálculos, ya que con 409g de carbohidratos, la mayoría según él a base de oligosacáridos, la suma de la fibra total creo que debería salirle más que esos 1,2g.

Sea como fuere, dice que se encuentra bien y que está contento con los resultados tanto de salud como económicos. Una de las cosas más curiosas que le ha pasado ha sido el constatar toda la cantidad de gente que se ha preocupado por él al saber de su experimento… le resulta chocante (y tiene toda la razón) que cuando se alimentaba antes a base de precocinados y demás, con una dieta que seguro era deficitaria en diversos nutrientes, nadie le advertía del riesgo que corría y sin embargo ahora todo son preocupaciones y llamadas de atención, precisamente ahora cuando se supone que ingiere justo lo que debe.

¿Corre algún riesgo Robert?

En resumen, no sé en qué acabará esto, seguiremos las andanzas de esta especie de astronauta en la Tierra a ver cómo evoluciona. En principio ya hay mucha gente (enfermos) que se alimentan así, la única diferencia es que en vez de preparárselo ellos se compra a empresas especializadas en nutrición enteral. Con lo cual, uno de los riesgos que corre Robert es que no haya tenido algo en cuenta o que se equivoque en la mezcla, aunque esta última posibilidad también la tienen los preparados comerciales. Además, los pacientes que reciben nutrición enteral presentan con frecuencia algunas complicaciones clásicas, en especial relacionadas con el balance de electrolitos, tanto por exceso como por defecto (sodio y potasio) y algunos déficits de micronutrientes (todo ello dejando de lado las cuestiones relativas a la administración de estos preparados en los pacientes que suele realizarse por sonda y que no es el caso de Robert). Al mismo tiempo, suele haber una frecuencia relativamente alta de diarreas y estreñimiento (incluso en ciclos alternos)

Yo desde luego no podría (salvo fuerza mayor) seguir su sistema; en principio he de reconocer que me gusta comer y no me cuesta esfuerzo el rollo este de comprar, preparar, cocinar, etc., la verdad es que me compensa. Además, este tema me parece el máximo exponente de nutricionismo llevado a sus últimas consecuencias y he de reconocer que sin demasiadas pruebas en la mano, no me entusiasma. No obstante, le deseo lo mejor.

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Fotos: Rhinehart/Vice