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"El hombre es el único animal que come sin tener hambre, que bebe sin tener sed, y que habla sin tener nada que decir". Mark Twain

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‘Top-Five’ de dietas disparatadas para 2015

Cabeza bomba

Siguiendo con lo que empieza a ser ya una tradición te hago llegar lo que la Asociación Británica de Dietética (BDA) ha considerado como los modelos dietéticos más disparatados que al parecer van a tener un especial auge en este 2015.

Antes, por si quieres comprobar cuáles han sido los listados de años anteriores, puedes consultar este post en lo referente a 2013 y este para 2014.

Pues bien, sin más preámbulos veamos que es lo que la BDA considera como especialmente peligroso para este año desde el punto de vista dietético y que suelen aparecer a la estela de algún personaje más o menos famoso. Tan solo advertir que no todos los planteamientos de esta lista han de ser “adelgazantes”; es más, la mayor parte de los de este año se plantean como una forma de comer “más sana”, de “desintoxicarse” y demás películas en plan buen rollete.

5º Puesto

Maravillosa propuesta la de depurarse y “limpiarse por dentro” a base de comer arcilla o barro. Te lo conté en su día en esta entrada. Según este absurdo planteamiento, una simple cucharada de arcilla al día (no vale cualquiera, hay que comprársela a quienes han montado el tinglado) te mantiene desintoxicado de isótopos negativos y otras toxinas (ejem). Algo que sería muy divertido (para vérselo hacer a aquellos que lo proponen) sino fuera porque entre las arcillas que se comercializan con este fin, se han encontrado cantidades de plomo y arsénico significativas (ole, y ole).

4º Puesto

Se le llama en inglés la dieta VB6, que suena como a misil intercontinental o algo así, pero no. Responde a las siglas Vegan Before 6pm, que viene a ser una propuesta que invita a ser vegano “por horas”, en esencia entre las 06:00 y las 18:00… sin mayores recomendaciones de qué hacer a partir de las 18:00 y las 06:00 del día siguiente. Se trata de un sistema “con libro” pero sin pies ni cabeza, que me parece que es la expresión que más se ajusta a este tipo de planteamientos. Ya sé que en nuestro entorno resulta muy interesante animar a la gente a comer más alimentos de origen vegetal, pero así hacerlo no ha de implicar postular chorradas como esta del horario. Además, este plan aparenta dar por sentado que una dieta vegana es “per se” saludable… cuando lo cierto es que no tiene por qué ser así; de hecho hay veganos 100% que pueden llevar una dieta muy desequilibrada. Además, crear franjas horarias con este tipo de absurdos planteamientos abre de par en par las puertas al descontrol, a partir de las 18:00. Es por tanto un sistema sobre el que planea el peligroso y tontusco concepto de la compensación.

3º Puesto

La BDA otorga la medalla de bronce para la denominada “dieta sin azúcar”. A ver, supongo que se trata de llevar al extremo una sana recomendación, la de reducir nuestro actual consumo per cápita de azúcar. Tomamos mucho, demasiado y al parecer esta dieta propone pasar de la gran remojada a la gran secada eliminándolos en su totalidad, incluidos los presentes de forma “natural” en los alimentos (como es el caso de las frutas más en concreto) e incluso eliminar muy a menudo todos los alimentos que contengan alguna clase de hidratos de carbono. Tanto la BDA como yo mismo aconsejamos una reducción de los azúcares presentes en la dieta, en especial aquellos que provienen de alimentos procesados (refrescos, pastelería, galletería, dulces…) pero eso es una cosa, y la total eliminación es otra. Eliminar por completo los azúcares de la dieta implicaría además prescindir de verduras, frutas, productos lácteos, frutos secos. Además, en lo que resulta el colmo de las contradicciones, en no pocas ocasiones esta “dieta sin azúcar” sugiere sustituir el azúcar de adición por otros productos que no siendo en realidad azúcar como tal, lo contienen como ingrediente mayoritario, me refiero al agave, la miel, etcétera (para saber cuanto en la miel es azúcar pura y dura, puedes consultar esta entrada).

2º Puesto

La medalla de plata se la lleva una vieja conocida: la paleo dieta. Un planteamiento dietético que tiene casi tantas variantes y versiones como seguidores en el mundo. Por eso, dar una definición sobre qué es la paleo dieta es sumamente complicado ya que no se ponen de acuerdo ni entre sus defensores (es casi tan difícil como dar una definición de dieta mediterránea). Unos excluyen unos alimentos, otros los incorporan, otros los usan solo en determinadas circunstancias… Sé que me arrepentiré, pero para quienes no sepan de qué va esto de la paleo dieta, digamos que es una propuesta dietética inspirada en lo que podría haber comido el hombre prehistórico. Así pues, tanto la exclusión de grupos enteros de alimentos como algunas formas de prepararlos están a la orden del día y, desde mi punto de vista no tiene demasiado sentido. Conste que parte de una buena y muy deseable premisa: no consumir alimentos procesados. Pero el problema viene cuando, por ejemplo, hay quien plantea que un tomate o una patata entran dentro de “ lo procesado”… así, la cosa empieza a complicarse y no poco. Lo cierto es que además suelen tender a ser especialmente ricas en proteínas y se podría correr el riesgo de ser deficitarias en algunos nutrientes, incluido la fibra. Sin embargo, tampoco estoy de acuerdo con el balance que hace la BDA al advertir que su seguimiento es una garantía para sufrir deficiencias (y menos utilizando el tema de la exclusión de leche de la dieta y la deficiencia en calcio). Estoy convencido que un servidor podría llegar a compartir alguna de las miles de variantes que tiene lo que se ha dado en llamar paleo dieta. Ahora bien, así en principio, también es cierto que las dietas que empiezan con grupos de alimentos “a excluir” no son de mi especial devoción.

Y por último, en el primer puesto… la tontería de las tonterías, la reina de las simplezas dietéticas…

1º Puesto

La orinoterapia. No sé que más decirte… la orinoterapia es eso… beber tu propia orina con fines terapéuticos. El tema no es para nada novedoso; como buena parte de los disparates dietéticos sus seguidores apelan a un origen ancestral, las culturas orientales y demás. Sin ir más lejos, en España ya tuvimos hace años un sonado defensor de esta dorada tontería de la mano de Txumari Alfaro (conocido por conducir dar su opinión y la cara en un programa de éxito en los años 90, “La botica de la abuela”). Sí, el tema es como para ir a mear y no echar gota, pero es lo que hay, y por tanto, así están las cosas.

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Imágenes: holohololand freedigitalphotos.net

¿Conoces el valor de tu peso dentro del panorama mundial?

Quién no se ha preguntado alguna vez si su peso está, sea mucho o poco, por encima o por debajo de la media nacional para su edad y sexo. Y quien dice nacional, ya puestos, tampoco estaría nada mal el compararlo con el resto del mundo en su misma situación.

Para ello me dirán, y tienen  razón, que antes habrá que ponerlo en relación con su altura. Muchos ya habrán oído hablar del Índice de Masa Corporal (o IMC) como herramienta para poner en valor su situación ponderal. No es la intención de este post el entrar a analizar las virtudes y defectos de esta herramienta para valorar a las personas en función de su peso y altura (todo llegará, porque además el tema tiene suficiente chicha como para dedicarle una o incluso dos entradas).

Para empezar y muy en general, el IMC también llamado índice de Quetelet, es una herramienta que ayuda a catalogar a las personas en función de su peso. Para calcularlo se divide su peso (en kilogramos) por la altura al cuadrado (en metros) y el valor que resulta es a lo que se llama IMC. Esta cifra se ha de poner en relación con los siguientes puntos de corte.

Un dato importante: los puntos de corte a continuación detallados son válidos para la población de ambos sexos entre 20 y 65 años. No se deben aplicar y sacar conclusiones descontextualizadas en otros grupos de edad (niños, adolescentes, o personas de más edad) en virtud de ellos.

En líneas, insisto generales, se considera que se tiene…

  • Bajo peso cuando el IMC es menor de 18,5
  • Peso normal cuando el IMC está comprendido entre 18,5 y 24,9
  • Sobrepeso cuando el IMC está comprendido entre 25 y 29,9
  • Obesidad cuando el IMC es superior a 30.

Bien ya conoce su IMC, pero…

¿Pero cual es su situación ponderal con respecto al resto del mundo?

Para tener una orientación de cómo está su IMC en comparación con el resto de habitantes españoles de su misma edad y de su mismo sexo contamos con una herramienta que pone a nuestras disposición el canal “News health” de la BBC. Para ello tienen que pinchar en este enlace que les dirige a una página web donde podrán, además de calcular su IMC sin necesidad de calculadora, y tras indicar su género (male=masculino; female=femenino), edad (age) y país de procedencia, comprobar en qué posición se encuentran su IMC dentro tanto del panorama nacional como del internacional.

 

Les pongo mi ejemplo: Varón; 43 años; 1,79m* de altura y 74 kilos de peso (*el dato de la altura hay que introducirlo en metros y el decimal señalarlo con un punto -1,79 NO es válido y 1.79 si lo es-) Arroja los siguientes resultados y datos comparativos:

  • Mi IMC (BMI en inglés) es de 23
  • Este valor de IMC está por debajo del 82% de los varones españoles de entre 30 y 44 años.
  • A su vez, también está por debajo del 59% de los varones de dicha edad de todo el mundo.
  • Y dicho valor, se corresponde con la media del IMC para los varones de mi mismo rango de edad de Malasia.
  • Y luego algún dato bien divertido que dice que, aproximadamente, si todos los habitantes del planeta tuvieran mi mismo  IMC, se adelgazarían o se perderían más de siete millones y medio de toneladas (7.558.190) a escala global, o lo que es lo mismo más de siete mil millones de kilos (¡!)

Si se están preguntando cuánto fiables son estos datos, creo oportuno hacer las siguientes matizaciones:

  • Que en lo que respecta al cálculo del IMC, el dato es totalmente fiable.
  • En relación a la lectura que se puede hacer del IMC (bajopeso, normopeso, sobrepeso u obesidad) lo mejor es que cada uno se pongan en manos de un profesional adecuado (muy frecuentemente un dietista-nutricionista) quien además del IMC, tendrá otros datos en cuenta antes de dar una opinión al respecto.
  • Y en los que se refieren a la comparación de su IMC con los datos nacionales e internacionales, comentar que si bien son datos basados en estadísticas (y siempre anteriores al momento de la consulta) las bases de datos empleadas son bastante confiables aunque evidentemente tendrán sus márgenes de error. En concreto, se han empleado datos de la ONU sobre el IMC de los habitantes de 177 países, junto con las estimaciones de peso y altura promedios de la OMS  obtenidos de las encuestas nacionales de nivel de salud.

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Foto 1: heacphotos

Foto 2: Edward James K

Foto 3: Ganymedes Costagravas