El nutricionista de la general El nutricionista de la general

"El hombre es el único animal que come sin tener hambre, que bebe sin tener sed, y que habla sin tener nada que decir". Mark Twain

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Industria del azúcar y recomendaciones de salud: el tenso tira y afloja de siempre

La noticia la verdad es que no lo es tanto, es de las del estilo, “perro muerde persona”, es decir, era esperable que pasara y ha pasado. ¿Y qué es eso que ha sucedido te estarás preguntando?

Pues que tal y como te contaba hace más de un año, ese horizonte que se veía muy lejano ha llegado: la OMS por fin se ha retratado y ha hecho sus nuevas recomendaciones al respecto de la presencia del azúcar en nuestras dietas. El resumen:

La OMS recomienda que tanto la población adulta como la infantil reduzca su consumo diario de azúcares libres a un máximo cifrado en 10% de su gasto energético total.

Nada nuevo pensarás y tienes toda la razón por que es lo mismo que se decía antes, salvo por la coletilla que le acompaña:

Una reducción adicional por debajo del 5% el probable que proporcione beneficios adicionales sobre la salud.

Latas de refrescoPuedes contrastar la información en la página de la OMS, y si lo prefieres puedes consultar el informe completo (solo en inglés) o bien el resumen (disponible en castellano).

Y resulta que ha habido a quien no le han sentado bien estas recomendaciones ¿Quién será, será…? Pues tal y como era fácil de prever al Consejo Internacional de Asociaciones de Bebidas (ICBA) le ha faltado el tiempo para salir a la palestra pública y decir que “la recomendación de la OMS se sustenta en estudios de calidad científica muy baja”.

Por si tienes alguna duda, el ICBA está compuesto entre muchos otros por PepsiCo, Coca-Cola, Red Bull y otras empresas que típicamente se dedican a vender bebidas azucaradas y edulcoradas. Tienes a todos los miembros del ICBA en este enlace. Llegáramos.

Parece que, ahora, se les va aponer más cuesta arriba a estas empresas el vender sus productos siendo que van a estar tachados de una peor imagen en su relación con la salud (en mi opinión, poco para lo que haría falta).

No se vayan todavía, que aun hay más

El caso es que, además de esta noticia, esta semana ha venido cargadita de malas nuevas para el sector azucarero, bueno, más bien para la industria de alimentos en las que el azúcar es un ingrediente principal o característico. Como se trata de sacar la luz una información que permanecía oculta, no puedo decir más que me alegro (la mierda flota, y al final sale a la superficie por muy profunda que se hunda)

Digo esto porque hace poco hemos conocido la verdad al respecto de la sucia estrategia de la industria alimentaria vinculada al azúcar al publicarse el estudio Sugar Industry Influence on the Scientific Agenda of the National Institute of Dental Research’s 1971 National Caries Program: A Historical Analysis of Internal Documents (Influencia de la industria del azúcar en la agenda del Instituto Nacional de Investigación Dental en el programa Nacional anticaries de 1971: Un análisis histórico de los documentos internos). En esta publicación se ponen de relieve las poco éticas estratagemas para modificar, aparentemente desde la ciencia, las políticas sanitarias relativas a la caries. Así, con diferentes argucias y representando la industria el papel de “amigo” el fin último era evitar la reducción del azúcar en las recomendaciones de consumo y por tanto “salvar el negocio”.

Soborno

Pero es que además de dedicarse a “marear la perdiz” con diversas ingerencias, el estudio también ha puesto de relieve la presencia de feos, muy feos, conflictos de interés o si se lo prefiere decir, de “puertas giratorias” a partir de las cuales científicos al cargo de la administración sanitaria pasan a ser directivos de lobbies vinculados a la industria o a la inversa. Y claro, con semejantes lobos cuidando de las ovejas, ocurre que las mejores medidas no fueron tomadas durante mucho tiempo en relación con los alimentos con azúcares y la caries.

Algo que me recuerda poderosamente, no me digas porqué, aquel artículo que se titulaba Todo podrido: los intereses de la industria alimentaria distorsionan las políticas de salud pública en el que la directora general de la OMS ponía de relieve este tipo de feas circunstancias.

A partir de aquí, me parece que la duda es razonable… en el momento actual ¿estarán las industrias alimentarias relacionadas con el azúcar tratando de presionar o de ejercer alguna maniobra semejante a la puesta de relieve en los años 70? Hoy el foco de atención no está en la caries si no en el papel que este tipo de alimentos desempeñan en las alarmantes cifras de sobrepeso y obesidad.

Yo ya tengo mi respuesta. Y sí… creo que coincide con la tuya.

Para saber más de este tema quizá te interese consultar:

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Imagen: Victor Habbick y FrameAngel vía freedigitalphotos.net

Fitoterapia doblemente fraudulenta (si antes lo digo…)

pildorasDe verdad de la buena que no sé cómo hay gente que todavía sigue confiando en las absurdas promesas de no importa qué suplemento o complemento alimenticio para explotar tal o cual condición fisiológica. Me refiero a adelgazar, ser más listo, envejecer más tarde, enfermar menos, parecer más guapo… etcétera con ellos.

Los complementos alimenticios a los que me refiero campan a sus anchas en internet, con no poca frecuencia en diversas publicaciones y, por supuesto, los puedes encontrar en los anaqueles de tu supermercado, herbodietética o incluso farmacia. Están ahí, lustrosos, diciendo en sus envases (por ley no tienen prospecto como tal) eso que tú (en realidad lo que cualquiera) está deseando que sea verdad… lo que, en definitivas cuentas, estamos deseando oír.

Sin embargo, la ciencia como tal no respalda, ni de lejos, sus salutíferos beneficios y, en los anecdóticos casos que sí, que se reconoce que “algo hay”, su efecto es de una magnitud ínfima cuando se compara con otros elementos, con otros factores de tu estilo de vida, que sí tienen un verdadero peso significativo en esa condición que tanto te preocupa mejorar (el peso, la memoria, la libido…)

Pero aún hay más. Lejos de esta aciaga realidad: lo que se vende con un fin determinado que no ha demostrado de forma incontrovertida funcionar… resulta que, además, lo que el consumidor obtiene con su compra no es ni de lejos lo que el complemento dice contener.

¿Estoy diciendo que un determinado producto con, por ejemplo, Ginkgo biloba (supuestamente para la mejora del sistema circulatorio, reducir el riesgo de Alzheimer…) no tiene realmente Ginkgo biloba?

Pues sí, eso es exactamente lo que estoy diciendo. Y lo digo al menos en base a lo que está sucediendo en Estados Unidos donde el fiscal general de la ciudad de Nueva York ha puesto este mundillo patas arriba. Ya que resulta que esto no ocurre solo con el caso del Ginkgo biloba, sino también con la mayoría de estos preparados fitoterápicos y buenrollistas. Y es que, agárrate a la silla, tras realizar los análisis oportunos cuatro de cada cinco suplementos de este tipo no contenían, ni de lejos lo que decían contener. ¿Sorprendido? Pues espera que falta lo mejor.

Resulta que, además, contenían sustancias que podían ser perjudiciales para determinadas personas en base a aquello que decían de forma específica no contener… y que resultó que va y sí… que sí lo contenían. Por ejemplo, algunos de estos preparados decían ser “libres de” o “sin gluten” y, tras el análisis, se encontró que una buena parte de su composición era trigo… así en plan a cascoporro. Ole.

Y es que las pruebas con las que cuenta el fiscal general de la ciudad de Nueva York apuntan a que la mayor parte de los “remedios” fitoterápicos, lejos de contener aquello que anuncian, se componen de ingredientes mucho más baratos, tales como harina de arroz, o de espárrago… o incluso de plantas de uso doméstico.

¿Pasa esto mismo en España?

Maldita la gana que tengo de hacer amarillismo pero, habida cuenta del percal, la pregunta que habría que hacerse es ¿hay alguna razón por la que esta situación fuera diferente en España?. Me explico. Aquí, tal y como sucede al otro lado del Atlántico, este tipo de productos no están obligados a seguir los mismos protocolos que, por ejemplo, si tienen que seguir los medicamentos en base a su concreta dosificación, eficacia y seguridad. Vamos, que los requisitos que tienen que cumplir y nada son casi lo mismo. Además, los controles a los que se someten son muchísimo menos exhaustivos.

Con lo cual, me vas a permitir que haga de abogado del diablo y si…

Los supuestos preparados fitoterápicos no han demostrado su eficacia, al menos en la magnitud con la que tan frecuentemente nos tienen acostumbrados…

2º Si para el mismo efecto (nulo) se pueden poner otros ingredientes ya que para el caso “patatas”… y

Si los controles que se realizan son ridículos…

… Habría que ser muy buena persona o empresario para no sucumbir a la tentación de dar gato por liebre. Ahí lo dejo.

En cuanto a la historia neoyorkina, el fiscal general ha pedido la retirada de estos vergonzosos productos… en cuanto a la historia española… estaría bien que nuestras autoridades hicieran este tipo de labor. Entonces, cuando los hicieran, ya hablaríamos.

Si te ha gustado esta entrada quizá te interese consultar:

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Nota: Mi agradecimiento a la Dra. Valdez (@tu_endocrino) por mantenerme al tanto de las noticias del otro lado del charco.

Imagen: Kittikun Atsawintarangkul vía freedigitalphotos.net

Nuevo libro: “Adelgázame, miénteme”

Adelgázame miénteme

No sin cierto apuro (y espero que también con cierto orgullo) hoy quiero compartir con vosotros la puesta a la venta de mi segundo libro, titulado “Adelgázame, miénteme” y de la mano de Ediciones B.

Aunque podría, yo no soy quien para criticarlo y por tanto prefiero dejar esta cuestión en vuestras manos. Pero lo que sí quiero hacer es una breve sinopsis del mismo para que el lector interesado sepa qué se puede encontrar entre sus páginas. Al mismo tiempo me gustaría comentar algunas cuestiones al respecto de la justificación para escribirlo.

Agradecimientos sinceros

Antes de nada, sí que quiero agradecer a dos personas concretas el hecho de que este libro hoy vea la luz. La primera de ellas es, sin lugar a dudas, Bittor Rodríguez (@bittoriyo) ya que fue él y no otra persona quien hace ya casi tres años me animó a escribir un libro sobre la fraudulenta industria del adelgazamiento. De hecho él y yo, ambos, íbamos a tener una cierta relación en su edición… sin embargo, y por esas raras vueltas que da la vida, al final me quedé con un manuscrito terminado en el cajón derecho de mi escritorio durmiendo, con toda paz y sin editarse, el sueño de los justos. Y así fue, hasta que Ediciones B apareció en escena.

Otra de las personas de las que es imposible olvidarse es el gran José Manuel López Nicolás (@ScientiaJMLN) quien sin pensárselo dos veces se prestó a prologar la obra. Es más, su texto gustó tanto en la editorial que se tomó parte del mismo para ilustrar la solapa de la contracubierta.

El adelgazamiento fraudulento es el meollo del libro

Tal y como se puede prever por su título, el libro está dedicado a desentrañar ese lucrativo negocio que se ha creado desde hace décadas en torno de la espuria pérdida de kilos. Más que nada porque, no sé a ti, pero a mí me hierve la sangre ese dato facilitado por la Eating Disorder Foundation que afirma que:

La industria del adelgazamiento es el único negocio rentable del mundo con una tasa de fracaso del 98%

Una afirmación que, sea o no cierta ya que la mencionada fundación no aporta mayor prueba del dato, no hace si no poner de relieve lo que todo el mundo sabe: aquello que con tanta fuerza, vehemencia y simplicidad habitualmente se vende para adelgazar no funciona. Me refiero en especial a las tan habituales dietas de moda y productos milagro.

Así, para introducir el tema, el primer capítulo (“La obesidad, los kilos de más y sus problemas”) comienza con un repaso al concepto de obesidad, su categorización (o no) como una enfermedad con entidad propia; y se mostrará una película a cámara rápida al respecto de cómo ha sida abordada la cuestión del adelgazamiento en diversas épocas a lo largo de los siglos hasta llegar a nuestras días cuando, enfermedad o no, a la obesidad se la cataloga con pocas dudas como una epidemia de nuestro tiempo.

En la segunda parte de la obra (“La industria en torno al adelgazamiento”) se describen por un lado los puntos débiles de la población a la hora de enfrentarse al problema de los kilos que más, y por el otro las estrategias más habituales de los “cazadores de incautos” para fidelizar a la población a partir de un producto milagro o una ineficaz dieta.

La tercera parte (“Adelgazar no es fácil”) analiza las razones que terminan por explicar por qué este tipo de planteamientos, aunque muy habituales, no terminan nunca por funcionar, al menos a nivel poblacional y dejando de lado los casos aislados o el «éxito» puntual. O dicho de otra forma, más directa, por qué el adelgazar es tan complicado aunque nos lo vendan tan sencillo. Así, los factores sociales, culturales, económicos, hedónicos… y sin tocar la inherente variabilidad fisiológica y genética ponen las cosas verdaderamente difíciles.

Después de tanto nubarrón y tanto despotricar en anteriores capítulos, en el cuarto, titulado “El vaso medio lleno”, es momento de aportar algunas de las claves para ponerse manos a la obra una vez que ya se ha aprendido a discriminar las malas propuestas adelgazantes de las válidas. Pero como no podría ser de otra forma, no hay claves milagrosas que valgan (reconozco que de haberlas sería un bonito contrasentido). Se trata de más bien de una especie de “plan de obra” para ponerse manos a la tal. Un planteamiento más conceptual de lo que se quiere obtener y qué actitudes serían las más adecuadas para conseguirlo.

Público objetivo

Mi objetivo inicial cuando empecé a escribir era dirigir esta obra al ciudadano de a pie, a la población general que pretende, si ella quiere, obtener una fotografía general de la situación al respecto de los métodos y productos fraudulentos. Aunque se mencionan dietas y productos concretos a modo de ejemplo para una mejor comprensión del texto, no es la norma y por tanto en él no se va a encontrar una lista detallada de dietas o productos milagro. Y es que el resumen es muy sencillo: Si alguien te dice que adelgazar es fácil… o has leído mal o miente como un bellaco. No hay vuelta de hoja.

Supongo que además la obra puede ser interesante para algunos profesionales que, preocupados de alguna manera por las cuestiones ponderales, de los alimentos y demás, quieren tener una visión, creo que diferente, de lo que habitualmente circula por ahí y se conoce como “opinión general”.

A modo de aliciente, es preciso saber que los tres primeros capítulos comienzan con un cuento corto, una alegoría que, como si fuera una fábula ayudará a la reflexión a partir de sus analogías y dobles sentidos. Los tres cuentos, ya lo adelanto, han sido publicados en este blog y posteriormente adaptados para la obra.

Y nada más, ahora precisamente, os toca a vosotros más que a mí, ejercer de críticos y llegado el caso de jueces. Espero que os guste.

Ni que decir que se puede encontrar en las librerías y canales habituales tanto en formato tradicional como de libro electrónico.

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“Adelgázame, miénteme. Toda la verdad sobre la industria del adelgazamiento” por Juan Revenga. Ediciones B. Páginas: 200 / Formato: 15 x 23 cm / ISBN: 978-84-666-5635-1

Las claves de los raros casos de éxito en el control poblacional de la obesidad

Tal y como te comentaba el jueves pasado, el manejo de la obesidad se resume en una historia de fracaso en lo que a Salud Pública concierne: salvo contadas excepciones (y hoy te traigo una de ellas) nadie ha controlado, y mucho menos invertido, el avance de la obesidad.

En este sentido, la mayor parte de estudios que abordan esta peliaguda cuestión coinciden en mencionar una serie de factores indispensables para, aparentemente, poder ver la luz. Entre ellos lo más repetidos, y a su vez menos puestos en práctica son dos:

  • Las administraciones han de asumir el liderazgo, en serio, para poner coto a la cuestión de la obesidad.
  • El problema ha de ser abordado de forma multidisciplinar con estrategias encaminadas a la mejoras de todos los actores implicados en el problema.

Es decir, mientras no sean los gobiernos quienes tomen el toro por los cuernos no va a haber nada que hacer… en vez de hacer el paripé, como acostumbran; y mientras el problema no sea asumido con medidas que afecten a todos los sectores implicados (consumo, entorno familiar, entorno escolar, profesionales sanitarios, publicidad, etcétera) difícilmente se observarán avances en este sentido. En sentido inverso, de no hacerse así, el problema seguirá igual, y más probablemente, peor.

Finlandia

Pero una “pequeña” localidad de Finlandia puede servir de muestra para poner en evidencia como, además de lo que dicen los estudios, en la práctica, se le puede dar la vuelta a la tortilla. Pero eso sí, para que así suceda hay que asumir en todas sus consecuencias los factores antes mencionados: que las autoridades se lo tomen por una vez en serio y, además, haya un conjunto de medidas puestas en práctica que afectan a todo el mundo.

El ejemplo concreto

Se trata de la pequeña ciudad de Seinäjoki, que tiene una población cercana a los 60.000 habitantes. En ella, tal y como pone de relieve la OMS, hace 6 años una quinta parte de su población infantil con menos de cinco años contaba con exceso de peso. Sin embargo, fruto de una amplia campaña nacional se pusieron en marcha una serie de propuestas y, a día de hoy, la población de menos de cinco año en esa situación se ha reducido a la mitad, pasando del 20% en 2010 a cerca del 10% en la actualidad. Un paso reamente impresionante, máxime teniendo en cuenta que pocos colectivos han logrado este tipo de éxitos en el terreno de la obesidad.

¿Qué como lo han hecho? pues como te decía poniéndose manos a la obra de verdad y emprendiendo una acción mancomunada, todos a una, para darle la vuelta al problema: el propio gobierno finlandés a partir de su Ley para la ciudadanía por la salud, ha decidido que “la salud” sea un criterio clave a la hora de tomar cualquier decisión política y, por ejemplo:

  • Desde la planificación de urbanismo se han cambiado los patios de las escuelas para promover la realización de más actividad física.
  • En lo que respecta a la nutrición y también en las escuelas se han rediseñado los menús para ofrecer menos azúcar con los alimentos y para procurar menús más saludables.
  • Desde el departamento de sanidad se han planificado revisiones anuales gratuitas sobre el tema con formación específica para los profesionales de la salud, al tiempo que se han dirigido campañas de educación nutricional para los padres, de forma que ahora ellos están más concienciados y saben como afrontar mejor estas cuestiones.
  • Dentro de esa estrategia nacional, Finlandia está realizando recomendaciones concretas para reducir el acceso a alimentos especialmente dulces, altos en grasas y a las bebidas azucaradas en las máquinas expendedoras de los colegios, así como normas que regulen (y se cumplan) la publicidad de alimentos dirigidos a los niños.
  • Además, los dulces, chocolates, refrescos, helados, chucherías y productos alimenticios de semejante… ralea, han sido gravados con el impuesto de comercialización más alto posible.
  • En los colegios se imparten contenidos de nutrición, dietética, salud y cocina

Pero como te decía, aunque hoy sea la ciudad de Seinäjoki la que se pone como ejemplo, todo parte de una estrategia nacional. Así, el Instituto Nacional de Salud y Bienestar Social, dependiente del Ministerio de Asuntos Sociales y Salud de Finlandia, está ayudando a los municipios a que implementen las políticas nacionales. A su vez los municipios pueden realizar un seguimiento de su progreso con regularidad en los sitios web nacionales de vigilancia, además de compartir las mejores prácticas y asistir a cursos de formación para aplicar la legislación vigente incorporando la salud como una prioridad en todas sus políticas.

Lo que se hace en otros países (entre ellos España)

La incorporación en la dimensión más amplia posible del concepto de Salud Pública en todas las políticas de un gobierno, y que esta medida termine por implicar a todos los sectores, parece algo terriblemente complicado. Un asunto solo apto, parece, para países con una larga tradición en su implicación en cuestiones de Salud Pública, tal y como es el caso de los países nórdicos. Mientras que Finlandia es líder en este tipo de políticas, otros países carecen de la ¿capacidad, perspectiva, habilidad, arrestos…? para así hacerlo e integrar la Salud Pública como una prioridad en todos sus planes sectoriales.

Mientras esta perspectiva no cambie a ojos de nuestras autoridades, ya nos podemos untar las orejas con vino… ya que de poco o nada servirán aquellas medidas anecdóticas y puntuales que se propongan para mejorar la situación de la obesidad en la población española, salvo para, eso sí, maquillar una manifiesta inacción de la administración.

Al final… no hacer nada… o hacer cosas que no sirven para nada, desemboca en el mismo resultado.

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Nota: Mi agradecimiento para Adolfo Aracil Marco (@aaracil1) por hacerme llegar estos interesantes contenidos.

Imagen: Vlado vía freedigitalphotos.net

TomTato® y Potato Tom®: Plantas combinadas para tus platos idem

Patata-tomateRecuerdo con verdadero deleite la clase magistral que en el marco de mi licenciatura de CC. Biológicas nos ofreció el profesor de Ecología Arturo Ariño. En ella, y en tono de humor, el Dr. Ariño pretendió abrirnos los ojos ante el fabuloso mundo profesional que como biólogos se abría ante nuestros ojos. Entre las más prometedoras de esas futuras realidades estaba la ingeniería genética y con ella, además de otras disciplinas biotecnológicas la posibilidad de dar pie a plantas y animales fabulosos mucho más productivos, más nutritivos, etcétera. Uno de sus ejemplos fue maravilloso… podríamos crear las reses con dos cabezas que serían mucho más productivas al poder comer mucho más deprisa. Pero no te equivoques no se trataba de poner las dos cabezas una al lado de la otra, si no de poner la segunda en sustitución del ano, en su parte posterior; de esta forma el animal, además de poder comer el doble, también le aprovecharía al máximo ya que todo lo que entrara le quedaría dentro… todo beneficio.

Así dicho, hay que reconocerlo, suena raro de narices pero créeme si te digo que el hilo conductor de aquella clase fue soberbiamente hilarante, incluso nuestros familiares que nos acompañaban acabaron desternillándose. Fue una buena elección para aquella clase magistral.

Bueno, el caso es que la noticia que hoy acerco hasta el blog tiene algo de aquel espíritu frankenstiniano, ya que al parecer dos empresas, cada una por su cuenta han creado y están comercializando una planta que, ella misma, es capaz de dar al mismo tiempo tomates en su parte aérea y patatas en la terrestre… una planta combinada en toda regla.

Tal y como se lee en el título se llaman TomTato® y Potato Tom®, y son un buen exponente de lo que podría tildarse como una quimera hortícola. En la mitología griega se entendía por “quimera” un animal imposible, un monstruo, con cabeza de león, cuerpo de cabra y cola de dragón… una engendro contranatural fruto de las fábulas clásicas.

Pero en este caso no hay nada fabulístico, son bien reales, y se han obtenido después de mucho trabajo mediante técnicas de injerto. En este sentido, ambos productores ponen de forma reiterada el acento en este matiz, al hacer destacar que no siendo plantas transgénicas, la planta es completamente “natural”. Sí, ya ves, una risa esto de lo “natural”.

Más allá del distorsionado concepto de “natural”, la planta resultante es posible, en cierta medida, gracias al estrecho parentesco taxonómico del tomate y de la patata. Ambas plantas pertenecen a una misma familia, las Solanáceas. Esto no quiere decir que llegar a este resultado haya sido fácil, ni mucho menos, pero sí bastante más fácil que, por ejemplo, obtener una planta viable a base de injertos de remolachas con manzanas. Salvando las muy enormes distancias, esto de los injertos vegetales funciona en cierta medida como los trasplantes. Hay que encontrar dos organismos más o menos similares para que el injerto o el trasplante funcionen como se pretende, de otro modo, cualquiera de estas operaciones no serían viables a la larga.

No me extrañaría que, como a mí, esta cuestión te traiga a la cabeza aquel capítulo de los Simpson en los que esta amarilla familia descubre por azar un híbrido entre la planta del tomate y la del tabaco, dando lugar a una nueva planta bautizada como Tomacco. No creas que esta posibilidad es una originalidad de los guionistas de esta genial serie, ya que el Tomacco tiene al parecer un trasfondo real… y es así que porque también el tabaco pertenece a la familia de las Solanáceas (como el tomate).

¿Qué inconvenientes tiene o puede tener cualquiera de estos dos productos?

Con sinceridad los desconozco. Desde luego, me costaría creer que sus inconvenientes pudieran estar relacionados con algún problema de salud. Aunque bien mirado, tampoco sería esta una posibilidad descartable al estar esta familia de las Solanáceas especialmente relacionadas con la producción de ciertos alcaloides como la solanina, la nicotina, la atropina, etcétera. Así que habría que ver.

En un sentido más práctico los principales inconvenientes los veo en el terreno de su excelencia como alimentos. Aunque sus productores hablan de patatas y tomates “comestibles” me costaría creer (en especial sin haberlos probado) que sean los mejores tomates o las mejores patatas en su género. Además está la cuestión de la cosecha… ¿qué madura antes, qué se cosecha antes: las patatas o los tomates? si la respuesta es las patatas… adiós tomates (parece que según se explica en una de las páginas webs, primero se cosechan los tomates y después las patatas). Otro tema, es el uso de fertilizantes y fitosanitarios ¿lo que le va bien al cultivo de las patatas, le va bien también al de tomates?

En definitivas cuentas, así a bote pronto yo veo en estos TomTato® y Potato Tom® más un juego de salón o si se prefiere de jardinería que un método productivo realmente eficiente. Ya me contaréis qué os parece a vosotros.

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Nota: Mi agradecimiento a José Miguel Mulet (@jmmulet) por las reflexiones al hilo.

Imagen: Thompson & Morgan’s TomTato® video vía youtube

¿Cómo “se mete” el omega-3 en los huevos ricos en tal?

Huevos (2)A poco que te preocupes por las cuestiones alimentarias y sepas de química no me digas que no te llama la atención eso de enriquecer unos huevos, típicamente de gallina, con los codiciadísimos ácidos grasos omega-3.

Veamos, eso de hacer un preparado lácteo rico en omega-3 o una mayonesa… o incluso un chimichurri es relativamente fácil… ridículo pero fácil: basta con añadirlo en mayor o menor cantidad en el proceso de elaboración y ya está. Pero… ¿los huevos, cómo se lo meten?

Así a bote pronto, los ácidos grasos de este tipo forman parte de algunos alimentos “naturales” entre los que el huevo no es uno de ellos. Encontramos omega-3 en el pescado, en especial y en cifras objetivas si es graso, y también en determinados vegetales. Por tanto, los ácidos grasos no son “propios” de determinados alimentos, como por ejemplo los productos alimenticios derivados de animales terrestres, entre ellos las aves o sus huevos. Entonces ¿cómo llega el omega-3 a esos huevos que se anuncian con o ricos en omega-3? Parece bastante evidente que el omega tres no se puede “inyectar” en los huevos… ¿entonces?

La respuesta es bien sencilla si damos por bueno ese aforismo tan conocido que dice “de lo que se come se cría”. Es decir, se alimenta a las gallinas ponedoras con pienso rico en omega-3 de origen diverso y… voilà, estas ponen huevos con una yema especialmente rica en omega-3.

Recordemos que de las dos partes del huevo, la clara y la yema, la primera es una suspensión coloidal de proteínas (agua, proteínas y nada más) y es en la yema donde se concentra todo su contenido graso. Y claro, los ácidos grasos omega-3, habida cuenta de su naturaleza, solo tienen cabida en ella.

La forma concreta de incrementar de forma significativa el contenido en omega tres de los huevos a partir de su pienso se puede realizar a partir de diversos recursos. Entre los tres más típicos figuran proporcionar a esas gallinas ponedoras un pienso enriquecido en aceite de pescado, en semillas de lino o bien de chía. Al final, se use uno u otro sistema, los huevos de estas gallinas saldrán con una composición significativamente superior en ese tipo de ácidos grasos. Lo cierto es que en virtud del procedimiento (pienso) utilizado el sabor también se verá comprometido. Tal y como se refleja en el reciente estudio Omega-3 Fatty Acid Profile of Eggs from Laying Hens Fed Diets Supplemented with Chia, Fish Oil, and Flaxseed (Perfil de ácidos grasos omega-3 en los huevos de gallinas ponedoras con dietas a base de pienso con semillas de chía, aceite de pescado y semillas de lino):

El tipo y la cantidad de ácidos grasos omega-3 (ω-3) a partir de distintas fuentes dietéticas de las gallinas (aceite de pescado, semillas de lino, y la semilla de chía) influye en el contenido de ácidos grasos ω-3 en la yema de los huevos. El enriquecimiento del pienso con semillas de chía en un 30% termina resultando en un mayor contenido de ácidos grasos ω-3 de los huevos sin que las cualidades sensoriales de este se vean afectadas de forma significativa […]. Aunque el coste de utilizar semillas de lino es menor en relación a la utilización de semillas de chía o de aceite de pescado, no se recomienda la incorporación de un 30% de este tipo de semillas debido a la significativa disminución de la calidad sensorial de los huevos. Además, el efecto laxante de las semillas de lino en las gallinas podría ocasionar una deficiente absorción de nutrientes por parte de estas, pudiendo ser el origen de problemas de salud en las mismas y por tanto redundar en una menor productividad. Ya que este estudio ha puesto en evidencia que las semillas de chía se pueden añadir hasta en un 30% en la alimentación de las gallinas sin un mayor efecto negativo en el sabor de los huevos, sería interesante que futuros estudios evaluaran la productividad, la calidad del huevo, y la conversión alimenticia de los ω-3 en estas circunstancias. No se recomienda el uso de semillas de lino debido a su negativo impacto sobre la calidad sensorial del huevo y el rendimiento de las gallinas […]

¿Y cuánto omega-3 hay en los huevos ricos en tal?

Supongo que te estarás preguntando cuánto omega-3 te metes en el cuerpo cuando, por ejemplo, te haces una tortilla de dos huevos con este tipo de huevos enriquecidos… y cuánto difiere de la cantidad de omega-3 que contiene una ración de bonito con tomate (cerca de los 3000 mg), salmón a la plancha (sobre los 5000 mg) o una trucha a la navarra (más o menos 2000 mg). El caso es que la cantidad de omega-3 en los huevos enriquecidos puede variar bastante en función de la forma que se haya realizado ese enriquecimiento (con lino, aceite de pescado, semillas de chía, algas…) y también de la raza o variedad de la propia gallina ponedora. De todas formas, para que te hagas una idea, un par de huevos enriquecidos en omega-3 pueden aportar, en el mejor de los casos, cerca de 400 mg de este ácido graso.

En resumidas cuentas: si tenemos que los buevos enriquecidos suelen ser bastante más caros que los normales; que además en ocasiones se produce cierta “picaresca” al comercializar como enriquecidos huevos normales… y que la incorporación de omega-3 con los huevos enriquecidos es considerablemente menor que con los alimentos originales ricos en este ácido graso, para mí la conclusión sigue siendo la de siempre… déjate de alimentos enriquecidos e incluye en tu alimentación cotidiana de 2 a 3 raciones de pescado azul por semana pudiendo variar su presentación (fresco, congelado, conserva…)

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Imagen:  James Barker vía freedigitalphotos.net

“Fuente de Omega-3”… entre el pitorreo de la industria y la legislación

Ya he comentado mil y una veces que la actual legislación al respecto de las declaraciones nutricionales en los alimentos tiene más agujeros que una flauta. Desde un punto de vista conceptual porque, aunque estuviera bien hecha, fomenta el auge de una muy mala práctica en el consumidor medio, me refiero al nutricionismo, un tema sobre el que no voy a entrar en detalle ya que ya lo hice en su día y por eso te invito a que sigas el anterior enlace. Y desde un punto de vista más concreto, porque le da alas a la industria para hacer, legalmente o no (eso que lo decidan los juristas) lo que les sale por el forro… generando como decía una serie de conceptos erróneos en la población general que para nada están alineados con una sana perspectiva de las cuestiones nutricionales. Vamos a concretarlo con el omega-3.

Chimichurri 3El otro día pasó por mi Time Line de Twitter una fotografía de una salsa, un aderezo, en concreto un chimichurri, que declaraba entre otras cosas, ser una fuente de ácidos grasos omega-3. Raro. Doblemente raro por que por un lado los ingredientes que normalmente caracterizan los productos de este tipo no son en principio fuentes de omega-3. Y por el otro porque aunque lo fueran, las cantidades que se suelen emplear en el normal uso de este tipo de productos tampoco dan para tirar cohetes con ningún tipo de aporte (y de omega-3 menos ya no es un nutriente que se prodigue demasiado en muchos alimentos).

La primera traba puede ser artificiosamente salvable poniendo algún ingrediente que, aunque extravagante, sea rico en omega-3… y ¿que hay más rico en omega-3 que el propio omega-3?; tanto como el 0,07 % del producto contiene este tipo de ácidos grasos añadidos y, se aclara en la etiqueta que es procedente de algas. Chimichurri con algas… o algui-churri (ahí queda la idea).

¿Se salva la segunda traba con esta estrategia? dependerá de tres elementos: de la cantidad de omega-3 que nos quede en el producto final, de las Cantidades Diarias Orientativas que estén establecidas para los omega-3 y de lo que diga las autoridades sanitarias al respecto de con qué cantidad presente de omega-3 en un alimento se puede decir que es fuente de estos ácidos grasos.

Chimichurri 2

¿Cuál es la Cantidad Diaria Orientativa de Omega-3?

Siendo estos omega-3 de los tipos considerados DHA y EPA y alegando el producto: “Los ácidos eicosapentaenoico y docosahexaenoico contribuyen al funcionamiento normal del corazón”, la Comisión Europea considera a partir del Reglamento 432/2012 que para obtener un beneficio de su ingesta habría que hacer un consumo diario como mínimo de 250 miligramos de DHA/EPA (tal y como se cita en la etiqueta). Todo ello teniendo en cuenta que también según la EFSA la ingesta diaria recomendada de DHA/EPA es de 2 gramos, es decir 2.000 miligramos.

¿Qué cantidad queda de omega-3 en el producto final?

Dando por válidos los valores de la información nutricional del producto: 100 gramos de salsa contienen 70 miligramos de omega-3; y 15 gramos de salsa (la ración estándar que propone el fabricante) 10,4 miligramos.

¿Qué cantidad de omega-3 permite decir en un alimento que es fuente de ellos?

Aquí es donde, hay que reconocerlo, la cosa se lía gracias a las autoridades sanitarias y la legislación. La primera indicación que da la EFSA al respecto de cuándo se puede decir que un alimento sea fuente de omega-3, es que ha de contener en 100 gramos o 100 mililitros de producto al menos un 15% de la ingesta diaria recomendada, cifrada como ya has visto en 2.000 mg… Como es fácil de observar, el 15% de 2.000 mg son 300 mg. ¿Tiene esta salsa 300 mg por cada 100 gramos de producto? No, tiene 70 miligramos (que son cuatro veces menos que los consabidos 300 mg) y por ración mucho menos, 10,4 mg; lo que implica 29 veces menos.

Ahora es cuando viene la bofetada al consumidor

Pero, dicho lo dicho, la EFSA también incluye que el producto puede alegar ser fuente de omega-3 siempre que el 15% de la cantidad diaria recomendada se encuentre en 100 kilocalorías de producto. Opinión que se encuentra recogida en el Reglamento 116/2010, que modifica en relación a los ácidos grasos el Reglamento 1924/2006 (ver el apartado 6). Y entonces se lía la cosa. Veamos.

La salsa aporta 32 kcal por 100 gramos, luego para conseguir 100 kcal con el chimichurri habrá que consumir 312 gramos de la misma. Resulta que entonces 312 gramos de salsa (que aportan sus 100 kcal) contendrán 218 miligramos de omega-3. ¿Llega a los 300 miligramos? Tampoco, se acerca de forma considerable, pero no. Ni tan siquiera a los 250 miligramos que indica el Reglamento 432/2012

En resumen; tomando la cifra más beneficiosa marcada por la legislación (para que un producto pueda llevar esta declaración, se informará al consumidor de que el efecto beneficioso se obtiene con una ingesta diaria de 250 mg de EPA yDHA) y pretendiendo obtener el consabido beneficio, habría que usar más de 24 raciones de este chimichurri. Si cada una de ellas es de 15 gramos (insisto tal y como sugiere el fabricante) estas 24 raciones implicaría tomar más de 360 gramos de salsa.

Texto chimichurri

A mí que me perdonen, no sé si esto es legal o no. Para mí desde luego, tal y como yo interpreto los datos, no. Si finalmente no lo es, serán los juristas quienes tendrán que interpretarlo, lo que desde luego creo que es inapelable es que se trata de una tomadura de pelo a la racionalidad. En especial si sabemos que una racioncita de sardinas rebozadas, otra de salmón a la plancha o una de bonito con tomate, alcanzan, de forma individual y redondeando, entre los 4.000 y 6.000 miligramos de omega-3. Estas cosas y similares, pero no otras, son fuente de omega tres… coñe.

Otra vuelta de tuerca

Lo siento por Salsas JR que con esta entrada ya son dos la que dedico a alguno de sus productos. La primera a partir de la mayonesa con estevia como reclamo salutífero (lo sigo sin entender) y luego la de hoy. No dudo de sus buenas intenciones (bueno, un poco sí) pero me parece que están demasiado volcados en las declaraciones nutricionales y de propiedades saludables sacando un poco los pies del tiesto (y me refiero a la más estricta racionalidad, no a su legalidad). Pero de verdad, poner una alegación referente a que tomar chimichurri puede beneficiar el normal funcionamiento del corazón a partir de su extemporánea inclusión de una cantidad ineficaz de omega-3… pues me parece ridículo. Igual luego va y el producto es excelente, reconozco que no lo he probado, pero una cosa no quita la otra (esta vez, como la otra, tampoco creo que me manden una cesta degustación).

No obstante, por si quieren seguir por esta, en mi opinión, ridícula senda, les propongo muy en serio que sigan engalanando su producto con otras declaraciones nutricionales buenrollistas que se han dejado en el tintero. Por ejemplo, además de “sin gluten” que ya la incluyen (y no me parece mal), a la vista de su lista de ingredientes y sin haber de momento una concreta legislación que lo regule, podrían ponerle también “sin lactosa” (es gratis). Ya con el RE 1924/2006 en la mano podrían legalmente incluir también “bajo en grasa”; y además “sin grasas saturadas”. Ya sé que no se olvidan de los azúcares ya que han incluído el «sin azúcares añadidos» (pero con estevia, eso sí) pero también podrían decir de su producto que es “de bajo contenido en azúcares”. Del tema de la sal y de la fibra mejor “pasamos palabra”. Voy con más: les sugiero que además analicen el contenido en minerales o vitaminas de su salsa, probablemente aparezca alguno con el que seguro puedan rascar alguna alegación del tipo “fuente de, o alto contenido en…” lo que sea; y si es que no (cosa que dudaría), siempre pueden añadírselos (como se suele hacer en los cereales de desayuno o con los Bollycaos)… es algo que no cuesta demasiado y siempre queda chuli ponerlo en la información nutricional. Además, después de su inclusión, por ejemplo de hierro, podrían hacer una alegación saludable del tipo, «este ferri-churri ayuda a la normal función cognitiva«. Si al final les queda espacio en la etiqueta entre tanta medalla y parabien podrían poner que, además, está muy rico o que es “natural” (aunque tenga estabilizantes E-415 y E-466) recuerden que estas expresones son gratis total.

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Nota: En esta página de la AECOSAN podrá encontrar quien quiera la mayor parte de la legislación actualizada relativa a las declaraciones nutricionales y saludables en los alimentos.

Quiero agraceder a Ana Isabel Gutierrez (@Fasmida) el hacerme llegar este prodigio salsero, suyas son las imágenes.

Recochineo con lo “natural” y una distopía ecológica (vídeo dos en uno)

Utopía natural

La distorsión de la palabra “natural” ha alcanzado el paroxismo dentro de la publicidad de alimentos. Todos sabemos que hay muchas otras palabras que podrían perfectamente pertenecer a este poco selecto club… llamémosle el club de las palabras nutricionalmente prostituidas. Sin embargo, pocas tienen el nivel que ha alcanzado “natural”, término que en mi opinión merece ostentar, sin duda alguna, el cargo de madame-presidenta de este burdel publi-alimentario.

Qué así sea es fácil de comprender ya que no existe absolutamente ningún tipo de legislación que limite su uso. De esta forma se le puede decir “natural” a lo que uno quiera… sí, sí, a lo que cualquiera quiera. Todo alimento sobre el que se pretenda puede lucir o alegar que es “natural” si su fabricante así lo desea. Y nadie le puede pedir cuentas por así hacerlo. Por muy descontextualizado que sea su uso. Así que, naturalmente, no te creas nada de aquel alimento que luce en su envase o tiene a gala en la publi ser “natural”. Es más ¿sabes qué? los productos verdaderamente naturales no suelen necesitar anunciarlo… y no lo dicen (¿te imaginas que en la publi de un avión se alegase que es capaz de volar? Pues eso. Por eso yo desconfío de quienes lo esgrimen. Y cuanto más lo gritan mayor suele ser mi sordera.

Da igual lo cierta que sea esta realidad, una buena parte de los consumidores lo saben perfectamente y la industria sabe que lo sabemos… pero como digo da igual, lo siguen utilizando de forma indiscriminada, como si no fuéramos conscientes. O peor aún (me temo) lo emplean sin la menor de las justificaciones, sabiendo que no nos lo creemos pero aun y todo porque les reporta sus ansiados beneficios en el punto de venta: frente a dos similares ignominias alimenticias industriales, aquella con el marchamo “natural” se vende mucho mejor, así que… ¿qué razón podría haber para no utilizarla? Como ves, ninguna.

El clarificador vídeo que hoy te traigo representa una sátira de lo que te cuento. Vale que es estadounidense, pero da igual… tanto el concepto como las circunstancias legales que le afectan (ninguna) son los mismos que por estos lares. Subtitulado gracias al genial Guillermo Peris (@waltzing_piglet) conchabado al efecto con la no menos recomendable Rosa Porcel (@bioamara); en él y en tono de humor, un publicitario nos cuenta “el secreto” en el uso del término “natural” y de los beneficios que su empleo en no importa qué producto alimenticio puede aportar a su productor. Te dejo con él, es simplemente soberbio… si no fuera por una pequeña pega… que te contaré después.

No defrauda, a qué no. Mi parte favorita es en la que el publicitario justifica el uso de “natural” en los alimentos transgénicos ya que de ellos se puede decir que son… “200 % naturales”. Insuperable.

La pega, no sé si coincidirás conmigo es que este pequeño corto está realizado por una plataforma para la promoción de alimentos ecológicos… dando a entender que los que obtienen este sello sí que son verdaderamente “naturales” en lo que constituye un alambicado ejercicio de retorcida manipulación publicitaria. Contrainteligencia marketiniana… o algo así.

Y es que no… se mire por donde se mire una “hamburguesa” de algas y chucrut (por decir algo) envasada al vacío y termosellada tiene muy poco de “natural”. Hay centenares de ejemplos sobre este tema… pero muy en resumen la cuestión se sintetiza en que “ecológico” no es, ni de lejos, “natural”. Se trata más bien solo de un sello que garantiza una forma de producción particular que en su más íntima filosofía tiene más agujeros que una flauta.

Aunque bien pensado, quién soy yo para opinar así, sí como hemos comprobado, a estas alturas “natural” puede ser cualquier cosa. Naturalmente y con un par.

Si te ha gustado esta entrada, quizá te interese consultar:

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Nota: mi más sentido agradecimiento, una vez más, a Miguel Justribó (@migueljustribo)

Imagen: renjith krishnan vía freedigitalphotos.net

Nutrición-área 51: comer almendras no hace aumentar el tamaño de los senos

senos gordos

Ni las almendras, ni los aguacates, ni la alfalfa, ni el fenogreco, ni la soja, ni la miga de pan… ni demás tonterías. Sí ya sé que Internet y la “sabiduría popular” están cuajadas de este tipo de recomendaciones para aumentar el tamaño de tan admirados atributos femeninos.

Además, este tipo de mitos no conocen de fronteras y los podemos encontrar en no importa qué cultura o país y es que, al parecer, el tema del tamaño de las tetas es una cuestión universal y en todas las latitudes se pueden encontrar tonterías nutricionales, que con mayor o menor diversidad, ofrecen soluciones fraudulentas para “de forma natural” favorecer el aumento de las lolas… de su volumen, no de su número.

Para ser sincero, he de confesar que he buscado un asidero en la ciencia que respaldara mis palabras, pero no lo he encontrado. He buscado en las bases de datos científicas más habituales cualquier referencia a estudios, artículos y demás que hubieran puesto en tela de juicio este tipo de leyendas y, para mi sorpresa, no he encontrado ninguno. Parte de la culpa, supongo, es que ni Penthouse, ni PlayBoy, ni Hustler, ni, en otro orden de revistas, los semanarios dominicales o Saber Vivir están indexadas en tales fuentes bibliográficas. Así que, en buena lid, solo se puede afirmar que, bajo el prisma de la ciencia, no hay pruebas de que comer lo-que-sea influya en el tamaño de los senos. No las hay de que no los aumenten y claro, tampoco las hay de que sí.

fcupcookies

A pesar de que son cientos de miles las sugerencias que Internet ofrece tras buscar remedios naturales para este menester. En el colmo de los despropósitos alimentarios, en Japón, hay un productor que ha comercializado unas galletas que aseguran un aumento de los senos con su consumo, se llaman F·cup cookies.

En la mayor parte de los casos, sea el que sea el alimento que se proponga para el efecto en cuestión, las explicaciones que se ofrecen para alcanzar este prodigio se centran en:

  • La riqueza en aminoácidos del alimento (como si este fuera un elemento determinante y no hubiera decenas de alimentos –que no se citan- con igual a mayor cantidad de aminoácidos)
  • Su contenido en algunos fitonutrientes, como flavonoides (mismo comentario que anterior)
  • Su riqueza en vitaminas y minerales (mismo comentario que anterior)
  • Pero muy especialmente, en la mayor parte de alimentos que se mencionan se hace referencia a su contenido en fitoestrógenos (moléculas de origen vegetal análogas de los estrógenos y que ejercerían su efecto como agonistas).

Este último caso sería el de las mencionadas galletas japonesas crece-tetas a partir de su contenido en Miroestrol obtenido de una planta, Pueraria candollei mirifica, cuyos extractos han pasado de caracterizar una cremita con los mismos pretendidos fines a incluirlos por lo que se ve ahora en unas galletas en plan absurda nutricosmética.

Lo más significativo es que a pesar de que evidentemente los estrógenos tienen mucho que decir en el tamaño de los senos (y de ahí el resultado de algunos tratamientos hormonales que persiguen –o no- este efecto) no se ha demostrado en ningún caso el efecto de los fitoestrógenos. Y conste además que volvemos a lo de antes… son numerosos los alimentos que portan este tipo de elementos como para hacer una lista positiva dejando otros tantos en el tintero.

De todas formas, para todas aquellas mujeres que ansíen un aumento en el tamaño de sus pechos quizá les interese saber esta curiosa asociación: al parecer en las mujeres que se han sometido a una intervención quirúrgica con este fin hay una considerable mayor tasa de conductas suicidas. Así se puso de relieve en este artículo, aunque como puedes comprobar no es el único que observó tal asociación. Por ello, los autores recomiendan un abordaje multidisciplinar (incluyendo profesionales sanitarios especializados en salud mental) en aquellas mujeres que acuden a su médico con el deseo de aumentar su talla de pecho, en especial si tienen antecedentes psicopatológicos.

No es del estudio, pero añadiría que ya sean mujeres u hombres… los que promuevan y divulguen chorradas como lo de las almendras y los senos, o similares, también deberían hacérselo mirar. Eso, o pagar sus mentiras con alguna forma de penitencia dolorosa.

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Nota: Esta entrada se ha realizado a colación de la iniciativa #lunesTetas convocada por Arturo Quirantes (@elprofedefisica) a través del portal Naukas (@Naukas_com)

Imagen:  marin vía freedigitalphotos.net