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"El hombre es el único animal que come sin tener hambre, que bebe sin tener sed, y que habla sin tener nada que decir". Mark Twain

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“Plomo en los bolsillos”, fascinante lectura sobre la épica del ciclismo

Plomo en los bolsillosEl libro se llama tal que así “Plomo en los bolsillos” y es altamente recomendable. Ya de entrada el subtítulo de la portada nos pone en antecedentes de forma breve pero también precisa sobre sus contenidos: “malandanzas, fanfarronadas, traiciones, alegrías, hazañas y sorpresas del Tour de Francia”. Publicado en 2005 (premio Marca de Literatura Deportiva) y reeditado en 2012 por la ed. Libros del K.O.,está firmado por el periodista Ander Izaguirre (@anderiza).

En resumidas cuentas se trata de un relato sorprendente desde la primera hasta la última línea sobre la historia del Tour de Francia, su nacimiento, sus héroes (y villanos), algunos curiosos entresijos y una buena parte de sus anécdotas más destacadas. No quiero destripar a nadie sus contenidos pero… ¿sabías que el nacimiento de esta titánica prueba en 1903 fue un reclamo creado para vender más periódicos? Para ello se diseñó una prueba deportiva que parecía más bien creada por algún sádico inquisidor medieval. Toma nota: 2.428 km divididos en ¡6 etapas! Los participantes de aquellas primeros tours de principio de siglo XX no podían llevar coches de apoyo que les suministrara víveres, sin entrenadores, sin posibilidad de cambiar de bicicleta… es decir circunstancias absolutamente increíbles que sumadas a la dureza de la prueba, incluso con etapas “eternas” de 28 horas que les obligaba a pedalear de noche y/o a dar la salida de algunas etapas a las 3 de la madrugada, hacen de este libro un compendio de historias sorprendentes.

Como no podía ser de otra forma el tema de la alimentación sale a colación en numerosas ocasiones. Desde el caso del Luxemburgués Faber que tomaba la salida con doce chuletas repartidas entre sus bolsillos, hasta el bilbaíno Vicente Blanco (apodado “el cojo”) que se “dopaba” con bacalao, pasando por los temibles caféraids, en los que el pelotón al completo, o al menos varios integrantes, entraban a saco en una posada, hostal o restaurante de carretera y arramplaban por las buenas con todo lo que tuvieran a su alcance. Luego el botín lo repartían entre el resto, en especial entre sus jefes de filas. Quizá te sorprenda saber que en aquel entonces el alcohol (las bebidas alcohólicas) era un elemento bastante consumido, antes, durante y después de las etapas.

Para que te hagas una idea del estilo de gente de la que se habla en el libro, de la que corría las grandes pruebas ciclistas de aquel entonces, quiero volver sobre el mencionado Vicente Blanco quien se trasladaba a tomar la salida de las pruebas en las que participaba en bici. ¿Que el Tour salía de París? Casi de víspera, o dos o tres días antes de la salida agarraba la bici y se iba pedaleando desde Bilbao hasta allí. Con un par, máxime teniendo en cuenta que, además, prácticamente le faltaban los dos pies.

El doping, otro de los elementos tristemente asociados a la alta competición, también está presente. Desde 1904, segunda edición del Tour, ya se empieza a hablar y comentar sobre la presencia de fármacos y sustancias sospechosas. Sin embargo, no fue hasta 1966 cuando se estableció un control antidoping y en 1967 cuando fallece, dándole a los pedales en el Mont Ventoux, el primer participante, Tom Simpson, a causa de una mezcla de calor, anfetaminas y posiblemente alcohol. Es francamente estremecedor leer este capítulo de la mano de Ander Izaguirre.

No quiero seguir, pero hay mucho más, entre otras cosas las etapas épicas, las batallas entre Coppi y Bartali; Anquetil y Poulidor; Merckx y Ocaña; las hazañas de Hinault, Induráin, etcétera. Es un libro que si aun no lo conoce mi vecino de blog Eduardo Casado (@educasado) sé que le entusiasmará. Así que te aseguro que ya seas un aficionado al deporte, un amante del ciclismo o alguien a quien le gusta descabezar una siesta desde el sofá viendo el Tour de Francia este libro no te dejará indiferente. Más aun, quizá como a mí, te deje con la boca abierta. Estupendamente contado, alejado de modas y bestsellers no te defraudará.

Ideal para el verano.