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"El hombre es el único animal que come sin tener hambre, que bebe sin tener sed, y que habla sin tener nada que decir". Mark Twain

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Conoce tu gasto energético total (2): el metabolismo basal

Bombilla energía

Siguiendo con la entrada del pasado viernes (los componentes del gasto energético) toca pasar de lo genérico a lo concreto y hoy desmenuzaremos el intríngulis del conocido como metabolismo basal (en adelante MB).

Tal y como mencioné el MB refleja la cantidad de energía que utiliza una persona durante 24 horas mientras está en absoluto reposo físico y mental en un entorno neutro en cuanto a la temperatura. Supone un porcentaje elevado del gasto, de hecho es el componente que en principio más contribuye a ese gasto total, en líneas generales se estima que entre 60 a 70%.

¿A qué se destina el gasto del MB?

Este MB implica la energía consumida en las actividades necesarias para realizar las funciones inherentes a la vida y el mantenimiento de la homeostasis, es decir: la función respiratoria, la circulatoria (lo que implica el funcionamiento cardiaco), las reacciones del metabolismo como por ejemplo las de síntesis de compuestos orgánicos, el bombeo de iones a través de las membranas (como por ejemplo en la bomba sodio-potasio, que no es que trabaje gratis precisamente), el mantenimiento del tono muscular, la actividad del sistema nervioso (que nunca duerme) y por supuesto, el destino más gordo, el mantenimiento de la temperatura corporal. De hecho se calcula que solo la producción de calor para mantener esa temperatura implica cerca del 60% de todo el MB.

Factores que modifican y afecta al MB

Son diversos los elementos y situaciones fisiopatológicas, y circunstancias ambientales las que condicionan que ese gasto “inmodificable” varíe sensiblemente en un sentido o en otro. Vamos a verlos por orden de relevancia:

  • El peso corporal: El volumen en general es el elemento que más influye en el MB, a más volumen más MB y a la inversa. Sin embargo, una curiosidad parte de conocer que para un mismo peso las personas altas y delgadas suelen tener mayor MB que las bajas y anchas. Esto está relacionado con el área de estas personas: a más superficie corporal más gasto y a la inversa. Y también se relaciona con el siguiente de los factores que condicionan el MB…
  • La composición corporal: Al ser el tejido muscular el tejido metabólicamente más activo del cuerpo, para dos personas del mismo peso, aquella con más masa magra (en contraposición a la masa grasa) tendrá mayor probabilidad de tener un MB más elevado. Este elemento,  junto al peso, ayuda a comprender el porqué de las diferencias entre géneros tanto en lo que se refiere al MB como al gasto energético total…. lo que nos lleva al siguiente factor que modifica el MB
  • El sexo: Los varones adultos tienen de media más alto el MB al tener, constitucionalmente, una muy diferente composición corporal; los varones tienen una mayor proporción de masa magra que las mujeres. Así, por lo general, para dos personas del mismo peso y de distinto género, el MB de la mujer será entre un 5 a 10% menor que la del varón.
  • La edad: Justificado de nuevo por el mismo tema anterior, la proporción de masa magra, con la edad, una vez alcanzada la adultez y en circunstancias habituales se va perdiendo a medida que se ganan años, hasta el punto que se estima que se el MB disminuye a razón de un 2% por cada década a partir de los 30 años.
  • El equilibrio hormonal: En especial el referido a la actividad de la glándula tiroides de forma que personas con trastornos del tipo hiper  o hipotiriodismo tendrán un MB aumentado o disminuido respectivamente. En las mujeres, además, el MB oscila en función también del ciclo menstrual. Algunos estudios muestran como en el periodo entre la ovulación y el inicio de la menstruación la tasa metabólica aumenta ligeramente en contraposición al otro periodo. Ni que decir tiene que a todo lo largo de la gestación la tasa metabólica basal de la mujer aumenta considerablemente a causa de la formación ex novo de las nuevas estructuras tanto en la propia madre como en el caso del nuevo ser en gestación.
  • Otros factores: Además de los anteriores factores normalmente poco o nada modificables, hay otros elementos que contribuyen a la modificación del MB. Entre ellos, el consumo de sustancias como la cafeína, la nicotina y el alcohol estimulan el aumento del MB. Además los estados febriles, como es fácil de sospechar, también y lo hace a un ritmo de 13% más por cada grado por encima de 37ºC. La temperatura ambiental condiciona de igual modo el MB, hasta el punto que las personas que viven en climas tropicales tienen de forma habitual un MB un 5 a 20% mayor, al igual que la práctica de ejercicio por encima de 36ºC también implica un mayor gasto. Y a la inversa, el MB también se ve aumentado en entornos muy fríos aunque no se ha terminado de cuantificar al verse muy influido por el distinto nivel de aislamiento que ofrece la grasa corporal y las ropas de los individuos en estudio.

Estimación del MB

Se han propuesto infinidad de ecuaciones que, con distintas variables, tratan de aproximar el dato del MB a las circunstancias individuales de cada uno. En aras de la sencillez dejo aquí dos de las ecuaciones más populares para estimar dicho MB. Se trata de las ecuaciones de Harris-Benedict que, elaboradas en 1919 (ahí es nada) son bastante populares a pesar de los defectos que se sabe tienen. Así, si quieres estimar tu MB, ya seas varón o mujer, utiliza la ecuación que te corresponda en donde (P) es el peso en kilogramos; (T) la talla en centímetros; y (E) la edad en años.

Harris_Benedict

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Fuente: Krause Dietoterapia 12ª ed. Elsevier-Masson

Imagen: sippakorn Vía freedigitalphotos.net

Conoce tu gasto energético total (1): los componentes del gasto

Bombilla manzanaSon varias las personas que me han preguntado en no pocas ocasiones de qué depende el gasto energético de una persona y cómo lo pueden calcular. En esta serie de entradas con varios capítulos pretendo responder a estas cuestiones.

El comentar estas cuestiones desde el punto de vista teórico es relativamente sencillo, sin embargo la cosa se empieza a complicar cuando se trata de calcular y por tanto de determinar una cifra que, de manera orientativa, nos dé una idea de cuál es ése gasto. Por tanto, vayamos por partes.

Componentes del Gasto Energético Total (GET)

Con todos lo matices y aclaraciones que se harán en capítulos siguientes, el los componentes que determinan del consumo de energía son básicamente tres: el Gasto Energético Basal (GEB); el Gasto debido a la Actividad Física (GAF) y; el Efecto Termogénico de los Alimentos (ETA). Es decir, el gasto energético total de una persona estará determinado por el gasto imprescindible, mínimo e inherente al mantenerse con vida; por el gasto derivado de la realización de cualquier actividad que no implique reposo absoluto y; por el gasto asociado al consumo de alimentos. En resumen:

GET = GEB + GAF + ETA

El Gasto Energético Basal (GEB)

Este componente supone aproximadamente del 60% al 70% del GET y refleja la cantidad de energía que utiliza una persona durante 24 horas mientras está en absoluto reposo físico y mental en un entorno neutro en cuanto a la temperatura. Este componente y para una misma persona permanece bastante constante.

Siendo puristas la medición de forma empírica del metabolismo basal (y no cuando se estima mediante modelos matemáticos) se realiza a primera hora de la mañana, antes de realizar ninguna actividad y tras haber mantenido un periodo de ayuno de entre 10 a 12 horas. De otro modo, cualquier medición de este parámetro recibe entonces el nombre de Tasa Metabólica en Reposo y que suele ser de un 10% a un 20% superior al metabolismo basal.

Sobre los factores que afectan al gasto energético en reposo y cómo calcularlo me encargaré en el próximo capítulo.

El Gasto por Actividad Física (GAF)

Volviendo a la cuestión de los detalles, el gasto por actividad física se puede a su vez desglosar por un lado en aquellas actividades relativas a la práctica deportiva y, por el otro, en aquellas necesarias para la realización de las actividades de la vida cotidiana. En total, la contribución de este componente al GET es muy variable, pudiendo representar desde el 10% en personas muy sedentarias hasta el 30% (e incluso más) en individuos especialmente activos.

El gasto por el Efecto Termogénico de los Alimentos (ETA)

Es el gasto que se atribuye al consumo de alimentos y se estima entorno al 10% del GET. A este componente del gasto se le suele denominar de muchas formas distintas: termogénesis inducida por la dieta; acción dinámico específica de los alimentos y; efecto específico de los alimentos. En esencia, describe el gasto energético derivado de la digestión, absorción y metabolización de los alimentos presentes en la dieta. Gasto que incluye también la síntesis y almacenamiento de moléculas diversas incluidas la de los tres principios inmediatos.

En resumen: El primero de los elementos que caracterizan tu gasto energético es bastante constante y está compuesto de elementos que no se pueden controlar a voluntad (es difícil que, por ejemplo, alguien pueda alevar o disminuir su temperatura corporal a su antojo). Sin embargo, el segundo componente depende mucho de ti y de cómo organices tu vida… más actividad física, más gasto y al contrario igual. Por último si te estás planteando aquello de comer más alimentos para gastar más y aumentar más el consumo de eneregía por el tercero de los elementos (el Efecto Termogénico de los Alimentos) que sepas que es un mal negocio (supongo que ya lo habrás intuido): los alimentos aportan más energía que la que se invierte en su procesamiento (afortunadamente, por que de otro modo viviríamos muy, muy poco tiempo)

Dentro de una semana un nuevo capítulo de esta serie en el que entraremos en detalles más prácticos.

Quizá te interese consultar ¿Qué pasaría si funcionases con pilas alcalinas en vez de con alimentos?

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Imagen: Pixomar vía freedigitalphotos.net