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«Palcohol» bebidas alcohólicas en polvo: fines, calorías y alcohol (capítulo 2)

WhiskySeguimos hoy con el tema de la posibilidad de comercializar un producto en polvo que sirva para añadiéndole agua obtener una bebida alcohólica, un licor o un combinado, medianamente parecido a los originales. Si quieres puedes ponerte al día consultando este enlace “Palcohol” bebidas alcohólicas en polvo: origen y polémica

Antes de plantear mis dudas en cuanto a las excelencias del producto final creo que merece la pena echar un vistazo a las motivaciones de quien dice ser su inventor, algunas cuestionables y otras, al final, ridículas. Veamos algunas perlas del bueno de Mark Phillips extraídas de la página web del producto:

Mark es un chavalote activo… realiza senderismo, ciclismo, camping, kayak, etc. Después de estar practicando durante horas una de estas actividades siempre deseó relajarse y disfrutar de una refrescante bebida alcohólica [Allá donde el senderismo, la bici o el kayak le hayan llevado, se entiende]. Pero resulta que en esas actividades, y en muchas otras, no se puede cargar con pesadas botellas de vino, cerveza o licores. Y esta es la solución. El único líquido con el que habría que cargar sería el agua.

Fantástico Mark… ¿has dicho “refrescante”?  entonces… y el hielo, ¿de dónde se supone que lo vas a sacar? ¿no cargas con una botella de tequila y sí con unos cuantos cubitos de hielo? ¿Ya sabes que no hay hielo en polvo… o que es poco práctico a temperatura ambiente? Es cierto que puedes tratar de reconstituir tus polvos con agua fresquita (supongamos que con una de esas cantimploras térmicas modernas) pero esto nos lleva al problema, no pequeño, de la solubilidad de esas ciclodextrinas y la posibilidad de que liberen ese alcohol que encierran en función de la temperatura… pero eso lo veremos más tarde.

En cuanto a las dudas son básicamente dos. Por un lado la verdadera gruaduación alcohólica de la bebida una vez reconstituida. En la página de Palcohol se responde a esta pregunta diciendo que siguiendo correctamente las indicaciones de uso, es decir añadiendo unos 150mL de agua (5 onzas USA) al contenido del sobre (se desconoce su peso) se obtiene una bebida alcohólica de la misma graduación que la original.

mojito

Todo bien, pero este dato se me hace poco creíble si se contrasta con el que dice también en su propia página web, que el contenido calórico de un sobre aporta 80 “calories”. Entendiendo que son realmente nuestras 80 kcal y así la cosa no cuadra. Me explico.

Veamos, 150mL estándar de, por ejemplo vodka, (uno de los licores que ellos dicen comercializar en polvo) aportan 231kcal… y sin embargo su producto reconstituido 80. Algo falla.

Por el otro lado está la cuestión de la solubilidad. Tal y como se explica en esta entrevista a un bloggero de Food Maters de la prestigiosa publicación American Scientfic, para extraer de forma conveniente el alcohol encapsulado en la ciclodextrina hace falta agua caliente (mal tema para nuestro “refrescante combinado” tras una jornada de senderismo) ¿Y que ocurre si se le añade agua fría y la cantidad de hielo propia de este tipo de bebidas?

Lo más probable es que se obtenga una suspensión espesa, similar a lo que pudiera ser una horchata o una bebida de almendras. No creo que con estas bebidas se pudiera tener una fiesta muy divertida. A no ser que le de por los “pelotazos” calientes del estilo al sake o al ron calentitos.

Así pues, me parece que el “invento” de Mark Phillips, a no ser que haya tenido una idea brillante, y que no tiene esa pinta, no pase de ser nada más que la típica estrategia de generar polémica para atraer la atención sobre un producto que sobre el papel puede estimula cierta curiosidad, pero que en la práctica no es nada más que papel mojado. Algo con muy buena pinta teóricamente, pero nada más.

Si al final se comercializa y llega por estos lares, ya veremos.

Entre tanto puedes ver a Mark Phillips en este video dando un sinfín de explicaciones y justificaciones. A mí el juego que se trae con los sobres, botellas y vasos me recuerda… no lo puedo evitar, a los buenos de Tip y Coll.

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Nota: de nuevo más agradecimientos, en esta ocasión, sin dudas a Guillermo Peris @waltzing_piglet 

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Imagen: Antoine Henrich y Suat Eman vía freedigitalphotos.net

«Palcohol» bebidas alcohólicas en polvo: origen y polémica (capítulo 1)

Cocktails

No me digas que la cosa no tiene de entrada su intríngulis… Resulta que un señor, de nombre Mark Phillips, está en camino de obtener la licencia para comercializar unos polvos bajo la denominación de Palcohol que, reconstituidos solo con agua, resulten en una bebida alcohólica. O al menos eso pretende. En principio de trataría de comercializar dos versiones básicas, una de ron y otra de vodka y; además, una serie de cocktails: Cosmopolitan, Mojito, Powderita (con un sabor similar al de, dicen, un Margarita) y Lemon drop… no me digas que no suena prometedor.

– ¿Bebidas alcohólicas en polvo?

– Pues sí.

– ¿Cómo aquellos abominables polvos a los que se les añade agua y se obtiene una bebida con un supuesto sabor a frutas?…

– Pues más o menos como eso, pero con sustancia, en este caso con el alcohol de las bebidas alcohólicas, el etanol o alcohol etílico.

¿Pero se puede obtener alcohol en polvo?

Pues claro, como de todo más o menos. En principio el sistema de elección y más básico consistiría en solidificar aquello que se quiere obtener en polvo y luego rallarlo o pulverizarlo. Así, al igual que con el alcohol, se podría obtener también agua en polvo… Pero como sabes este sistema genera algunos problemas de índole práctica. El principal, que ese polvo dejaría de ser tal a temperatura y presión ambiente. Y con el alcohol lo tendríamos aun peor que con el agua ya que el etanol puro solidifica a unos -114ºC… mal tema.

Entonces, ¿es imposible?

No, hay otras estrategias. Pero antes déjame que hagamos un poco de historia.

El caso es que por mucho que al actual “inventor” le de por tirarse el farol de que lo ha ideado él, la cosa viene ya de bastante tiempo atrás. La primera idea de comercializar unos “polvos alcohólicos” que poder reconstituir para dar lugar a una bebida alcohólica data de 1974. Fue en esa fecha cuando se registró una patente sobre este tipo de “invento” o idea… perfectamente descrita. Puedes consultar el registro de dicha patente en este enlace.

Ya entonces se argumentaba con la idea de utilizar una sustancia en polvo altamente absorbente, por ejemplo una maltodextrina (básicamente, como unos «trocitos» cortos de almidón. Algo que está presente en innumerables productos de la industria alimentaria) y agregarle a esta tanto alcohol, ni más ni menos, como para que se absorba totalmente y que al mismo tiempo el polvo permanezca en este estado. ¿Crees que es trampa o que no puede hacerse? Nada de eso, en esta página te enseñan a fabricar tu propia bebida alcohólica en polvo utilizando este método.

Pero me temo que este sistema es altamente ineficiente para los fines de aquella persona interesada en que el tema tenga una verdadera utilidad práctica. Es decir, poca cantidad relativa se puede añadir de la bebida como para queriendo mantener la forma de polvo, pretender obtener un resultado similar al de la bebida original una vez reconstituida con agua.  Por eso, lo más probable es que se haya aplicado otra solución. Se trataría del “encapsulamiento”.

¿Alcohol encapsulado?

Bueno, esa sería la hipótesis más probable para una explicación que el propio “inventor” (insisto que de inventor de momento, nada) se niega a revelar a los medios de comunicación haciendo la gracieta de que si revelara a alguien su sistema… tendría que matarlo acto seguido.

Bueno, no creo que sea para tanto, de hecho unos estudiantes holandeses ya idearon en 2006 un producto en polvo para obtener a partir de él una bebida alcohólica con la mera adición de agua. Se llamó Booz2Go y puedes ver a los ufanos estudiantes explicar su invento ante las cámaras en este enlace (dominio del holandés requerido).

Cyclodextrin

El encapsulamiento del alcohol se realizaría a partir de las ciclodextrinas. Como en el caso de la ya mencionada maltodextrina se trataría de un derivado del almidón, un oligosacárido, con un número variable de monómeros de glucosa (entre 6 y 9). Pero que en este caso, y a diferencia de la maltodextrina (que tendría esos monómeros distribuidos de forma lineal) en el caso de la ciclodextrina estas glucosas adoptarían una estructura cíclica. De este modo se puede uno imaginar a las diferentes ciclodextrinas como un gran donut en cuyo interior existe la posibilidad de “encerrar”, es decir, encapsular otras moléculas. De hecho y mal que le pese a Mark Phillips, a Palcohol como marca y a Lipsmark como empresa a la que pertenece la marca, esta es la explicación que puede, más o menos, obtenerse en Wikipedia al respecto del alcohol en polvo.

¿Dónde está la polémica?

Tal y como se expresa en este fantástico artículo (que vuelve a dar una explicación como la antedicha sobre la forma de obtener alcohol en polvo) no es una cuestión farmacológica o tecnológica, el problema viene desde el punto de vista legislativo y regulador al poder acceder en teoría y con este tipo de productos a lugares en los que típicamente no se puede acceder con bebidas alcohólicas (piensa en colegios, eventos deportivos…). No hace falta ser muy sagaz para caer en la cuenta de lo fácil de ocultar una bolsita de 30 gramos que es la idea de original de comercialización del Palcohol. (Por cierto en el anterior enlace no te pierdas la representación gráfica que contiene de las consabidas ciclodextrinas).

Además, en algunos medios de comunicación, desconozco la fuente original (pero los titulares están ahí) han puesto el grito en al cielo al especular con la posibilidad y las consecuencias de, en vez de preparar con los polvos un rico Mojito (por decir algo), esnifarlos. El eterno dilema de si prohibir algo a lo que se le puede dar un mal uso (eterno, para algunos, porque yo lo tengo claro).

Al mismo tiempo, la polémica también reside al parecer en la legalización y comercialización de Palcohol. Según diversas noticias, el organismo competente para establecer el marco bajo el cual se tendría que comercializar Palcohol (la Alcohol and Tobacco Tax and Trade Bureau), admitió en primera instancia su venta, para poco después, un par de semanas, prohibirlo en base a errores en su etiquetado.

Pero el tema aun encierra más sustancia, quizá la mejor,… pero eso lo veremos mañana, en forma de una serie de dudas de índole práctico que a mi no me terminan de quedar claras. Además mañana también conoceremos las “sanotas” intenciones del inventor de Palcohol, hablaremos de calorías, contenido alcohólico y demás… lo digo porque a mí las cuentas no me salen.

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Nota: quiero agradecer en el alma a tres personas que me han aclarado dudas y orientado a la hora de afrontar este post: sin lugar a dudas a la Dra. Beatriz Giner, compañera y profesora de química orgánica de la Universidad San Jorge; además a Jose Manuel López Nicolás (a estas alturas este no necesita presentación, diré que es el Master de la encapsulación molecular y sobre el que te recomiendo leas sus post al respecto) y sin olvidar a Jorge Ruiz profesor de CC de la alimentación en la Universidad de Copenhagen, según reza en su perfil en Twitter y que estuvo al quite en esta red social cuando empecé a menear el tema y me aporto recursos.

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Imagen: KEKO64 vía freedigitalphotos.net y  Stanisław Skowron vía Wikimedia Commons