El nutricionista de la general El nutricionista de la general

"El hombre es el único animal que come sin tener hambre, que bebe sin tener sed, y que habla sin tener nada que decir". Mark Twain

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La responsabilidad de famosillos y medios en la salud: el mal ejemplo de casi siempre

Belén EstebanNo tengo nada en contra de Belén Esteban; en lo personal me refiero. Que mil años de mala suerte recaigan sobre mi estirpe si miento. Otra cosa es como ciudadano obligado, quiera o no, a ser un espectador más de su azarosa vida. Desde esa perspectiva me cae sumamente mal y me parece que incurre en una terrible irresponsabilidad cuando por cuestiones de salud o estética, pero principalmente por la primera, deja caer y ofrece consejos, recomendaciones y experiencias.

Vive Dios que no muevo ni un dedo por seguir sus andanzas, pero es imposible no llegar a conocer su actual reaparición en los medios… Bueno, en los medios no, realmente en Tele Cinco. Así, a partir de conversaciones casuales, titulares en periódicos y demás uno termina por enterarse, quiera o no, de las tribulaciones de esta “princesa del pueblo” (no quiero ni pensar en el pueblo en cuestión si sus «princesas» son así)

De esta forma, sin saber bien cómo, uno acaba por conocer que después de una especie de caída en desgracia al respecto de unas supuestas adicciones (desconozco cuáles) y de haber ganado un cierto peso (por ahí he leído que cerca de 20 kg) terminó por alejarse de los platós. Pero resulta que recientemente ha decidido, una vez más, rehacer su vida, cuestión que me parece muy bien, y pregonarlo a los Tele Cinco vientos. La culpa probablemente no es solo suya, una buena parte la tienen los medios de comunicación que le dan cobertura y que recogen sus declaraciones sin el menor espíritu crítico trasformándose en altavoz y pregón de sus estúpidas estupendas recomendaciones. Y por supuesto, no lo olvidemos, que parte de la culpa es de los consumidores que «compran» el producto. Sin ellos, sin nosotros quiero decir, sin los que terminan por consumir el producto esto no sería posible.

Entre esas recomendaciones de las que hablaba, Belén Esteban atribuye el haber perdido el peso anteriormente ganado a partir de ciertos “trucos” como los de seguir los consejos dietéticos emanados de un test genético a partir de una muestra de saliva. Ella lo suelta, los medios lo recogen y la audiencia hace palmas. Sin más.

Quizá a Dña. Belén Esteban, a Tele Cinco, a ABC y a cualquier otro medio que se haga eco de estas paparruchadas sin el menor atisbo de crítica les interese saber cuál es la actual opinión sobre el valor terapéutico de este tipo de pruebas genéticas de mano de una de las personas más relevantes en este terreno. Me refiero a la opinión del Dr. José María Ordovás quien en una entrevista que recogía el pasado 30 de septiembre el periódico el País se podía leer textualmente las siguientes respuestas de este experto al respecto de la validez de los test genéticos y su posibilidad de ofrecer “soluciones” dietéticas:

[…]

Pregunta. Con este planteamiento le está quitando mucha de la magia a la nutrigenómica. Lo que parecía que se esperaba de ella es que con un análisis de sangre nos dijeran qué debíamos comer para sentirnos mejor. De hecho, ya hay laboratorios que lo ofrecen.

R. Si descartamos las intolerancias, que son otra cosa, esos análisis no tienen sentido.

P. ¿Son un fraude?

R. Podríamos decir que sí. Se basan en análisis que se han hecho en los años ochenta con pruebas poco fiables, pero que cada tiempo aparecen en el mercado, están una temporada, se retiran y vuelven a empezar.

[…]

Además, no estaría mal que la Dra. Crispín, al parecer responsable de la intervención dietética en la Clínica Menorca de Madrid tomara buena nota. Y ya de paso, también tomara buena nota el Muy Ilustre Colegio de Médicos de la correspondiente comunidad autónoma porque, una de dos: o le importa un bledo la opinión de José María Ordovás en materia de nutrigenética o mira para otro lado cuando sus, supongo, colegiados ponen en práctica técnicas con una validez más que dudosa.

Bien, con esta especie de análisis genético que cuenta con todo a su favor de ser un fraude, se le aportó una dieta a Belén Esteban consistente en, oh sorpresa: eliminar los azúcares y los hidratos de carbono de su dieta; incluir el consumo de fruta fuera de las comidas y comer obligatoriamente cinco veces al día… entre otras cosas. Como ya se ha abordado en este blog en cada ocasión, consejos que tienen una dilatada evidencia científica sobre su efectividad en el tratamiento del sobrepeso y obesidad. Es broma claro, en realidad no hay tal evidencia, pero como te lo dice una “doctora” que está en una “clínica” que trata a “celebridades” y que salen en “reconocidos” medios de comunicación… pues como que parece que ha de ser cierto y así nadie se atreve a decir ni “mu”.

Y esto, dejadme que os lo diga, es una puñetera vergüenza. Una indecencia que atañe a muchas personas y que no dudo en absoluto en opinar que pueda tener negativas implicaciones en la salud pública.

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Imagen: http://www.20minutos.es/noticia/821099/0/punset/fenomeno/belen-esteban/

A la espera de la nutrición personalizada tenemos… dieta mediterránea

Leía el otro día una entrevista que le hacían a José María Ordovás en la sección ‘La última’ del periódico Heraldo de Aragón (del 18 septiembre). Con motivo de su paso por el 20º Congreso Internacional de Nutrición que tuvo lugar la semana pasada en Granada y a colación evidentemente del reciente lanzamiento de su libro “La ciencia del bienestar”.

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Me gustó mucho, dejando algunas perlas de sabiduría sobre las que creo todo el mundo debiera tomar buena nota. Apuntes racionales, sabios consejos, que no por lo evidente dejan de hacer necesario el recordarlas de tanto en tanto. Máxime si vienen de la mano de tan notable y reconocida figura mundial en las cuestiones que muchas veces ocupan temática en este blog.

En especial, me llamó la atención la pregunta con la que se cerró tal entrevista y, claro está la respuesta del Sr. Ordovás.

P: A la espera de la nutrición personalizada ¿hay alguna pauta genérica que sirva como base para nuestra alimentación?

R: Seguir la dieta mediterránea, con su gran variedad de productos, y a la cabeza su aceite de oliva, en concreto el virgen que es el que contiene todos los componentes saludables que hemos encontrado. Esta dieta le va bien a todo el mundo: a unos mucho mejor que a otros, pero a todos bien. Ahora a los alimentos les exigimos que nos hagan más listos, más guapos, más altos… Les estamos pidiendo más de lo que en realidad están preparados para hacer, que es mantenernos sanos.

¿Lo ves? algo tan “sencillo” como seguir la dieta mediterránea (y esta vez no voy con segundas). Algo que si lo entendemos bien, más o menos como lo puse de relieve en esta entrada (leer la “síntesis”), nos puede resultar muy beneficioso. En especial si nos dejamos de tanta zarandaja (leer penúltimo párrafo), tanta descontextualización y tanto nutricionismo. Dieta mediterránea y punto.

Que sí, que la  carga genética y también la epigenética están ahí; pero más como una esperanza de futuro que como una realidad práctica. Una futura esperanza que muchos sistemas comerciales (una vez más) nos están haciendo creer que es una realidad a día de hoy (desde hace unos cuantos años). Dicho esto, también habremos de ver en qué queda, aunque un servidor tiene depositadas unas especiales expectativas a estas líneas de investigaciones.

Todo el mundo sabe que nacemos con una cierta variabilidad interpersonal a la hora de hacer frente a distintos tipos de dietas y, más en concreto, en la forma que nuestro organismo va a reaccionar a cada modelo dietético. Pero lo bueno es lo bueno y poco más se puede decir. Me explico, en la misma entrevista el Sr. Ordovás lo expone de forma primorosa:

Si practicas unos hábitos de vida saludables, aunque tu carga genética te predisponga a la obesidad o a la diabetes, consigues planchar las arrugas que tienes en tu genoma de manera que ya no aparecen. Si empiezas por buen camino y lo sigues puedes cancelar todo ese riesgo añadido. Pero al nacer no venimos con el libro de instrucciones y no sabemos qué gasolina nos tenemos que poner. Si te pones la mejor gasolina vas bien independientemente de tu genoma, pero si a un motor que está un poco cascado le añades combustible de mala calidad, no te va a durar mucho. Lo mismo ocurre con nosotros.

Me parece que está suficientemente claro. Así pues, vamos a dejar de preocuparnos por los aditivos (los nutrientes en este caso) y vamos a ponernos la mejor gasolina que a día de hoy sabemos que tenemos a nuestra disposición. Y esa gasolina, ya lo he mencionado antes, es la dieta mediterránea. Lo dice uno de los mayores expertos del mundo (por no decir el más) en nutrigenómica y así me parece que es. Más claro agua.

Nota bene: Debería ser innecesario recordarlo a estas alturas, pero no me resisto: el papel de la actividad física en la «dieta» mediterránea es tan o más importante que el papel de los alimentos.