El nutricionista de la general El nutricionista de la general

"El hombre es el único animal que come sin tener hambre, que bebe sin tener sed, y que habla sin tener nada que decir". Mark Twain

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El ansiado Top-Five de las peores dietas milagro para 2014

Stuart Miles vía freedigitalphotos

Stuart Miles vía freedigitalphotos

Esto empieza a ser un clásico. Me refiero a la clasificación que anualmente hace la Asociación Británica de Dietética (BDA) sobre las dietas milagro que más riesgo tienen de popularizarse entre la población general el próximo año, al menos entre la población británica. Y bueno, como no están tan lejos y conocemos de sobra el comportamiento viral de este tipo de absurdeces dietéticas, es también bastante probable que notemos su influencia por estos lares. Así ocurrió si recuerdas con la dieta OMG que estaba en la clasificación del año pasado (que se abordó convenientemente en el blog en este enlace y en este otro) y que llegó hasta España a bombo y platillo… y poco impacto, afortunadamente.

Pues bien, en esta nueva edición tenemos nuevas y dantescas incorporaciones (aunque algunas sean viejos planteamientos, como ya veremos) y algunos sean viejos conocidos. Vamos allá con este ignominioso y actualizado ranking.

5º puesto

Ocupado por uno de esos viejos conocidos a los que aludía. Me refiero a la dieta o o método Dukan. Un astro que al parecer está en un ocaso anunciado en el mundo de las dietas milagro. Recordemos que sus planteamientos ocuparon el número uno de esta poco honorable clasificación en las tres últimas ediciones. Qué decir que no se conozca ya de este maravilloso método; así que pasemos al cuarto puesto… ¡Ah sí!, se me olvidaba, se puede decir, por ejemplo, el dato sin importancia que recoge la BDA en su clasificación: que a su creador, Pierre Dukan, este año 2013, se le ha prohibido ejercer como médico de cabecera en Francia. Significativo. Sigamos

4º Puesto

Otro “sistema adelgazante” que repite presencia, y puesto, este año con respecto al anterior y que hace dos años ocupaba el 2º puesto. Se trata de de la práctica de la alcorexia o también llamada drunkorexia. Está claro que se me acumula el trabajo, el año pasado anuncié un post dedicado a abordar esta salvaje propuesta dietética y sin embargo ha pasado un año y aún no lo he hecho. Queda pendiente, sin falta, para este 2014. Palabrita. De momento y como avance baste decir lo mismo que transmití el año pasado por estas fechas, se trata  en seguir un patrón de alimentación francamente contenido y restrictivo a lo largo de un día o incluso de la semana con la meta puesta en un próximo, nunca muy lejano,  consumo compulsivo de bebidas alcohólicas. La finalidad es que las calorías de más de las bebidas alcohólicas no te hagan engordar ya que para eso se ha ido creando un balance negativo.

3º Puesto

Nueva a medias, se trata de la dieta exenta de gluten con el fin de adelgazar. ¿Te extraña, te parece que no hay base científica para postularla con esos fines? Pues tienes razón, es una magufada sin mayor sentido que el hacerse popular a base de utilizar el respaldo de personas conocidas, léanse famosillas y famosetes. Entre ellas algunas de las más destacadas Gwyneth Paltrow, una tipa que día sí, día también se despierta con ganas de contarnos su última excentricidad dietética. Acumula ya varias, a cuál más absurda. Gwyneth, bonita, a ver si lo entiendes en español que sé que el rollo spanish te pone (recuerda tu Erasmus o lo que sea en Talavera de la Reina, localidad que, hay que ver, te ha hecho hija adoptiva): ser famosa por lo que haces delante de las cámaras no te convierte en experta en nutrición. Anda maja, déjalo, please. Give up, porfis.

 2º Puesto

Una de las verdaderas novedades. Nueva en la lista y nueva en sus planteamientos, al menos para mí y entrando con fuerza, se trata de un planteamiento mitad (pseudo) médico, mitad (pseudo) morfológico. Es la dieta del biotipo. Por lo que cuenta la BDA se trata de poner en relación seis tipos hormonales diferentes con también seis patrones de distribución de la grasa corporal. Una vez establecida esta bio-tontería que solo sus promotores son capaces de defender, se trataría de hacer listas de alimentos prohibidos, alimentos permitidos y, por supuesto recurrir al tema de los suplementos curalo-todo. Esta claro que he de hacer los deberes y ponerme al día. Queda pendiente el detallar su funcionamiento en una próxima entrada. De momento empieza muy mal ya que reúne una buena parte de todos los rasgos diferenciales de las dietas milagro populares y que puedes consultar en esta entrada.

Y por último, en el primer puesto… la tontería de las tonterías, la reina de las reinas de las dietas milagro más peligrosas para 2014 al tiempo que menos recomendables, en el  number one y por tanto en la cimaaaaaaaa…

1º Puesto para

Una vieja conocida de este blog, que al parecer han sacado del baúl de los recuerdos y la han desempolvado, el respiracionismo (este sí que ha sido tratado en el blog y puedes consultarlo pinchando en el enlace). O sea, alimentarse solo de los rayos del sol (el “solo” es importante y no está puesto a tontas y locas). Es decir, es la propuesta de adelgazar dejando de comer. Nos ha jorobado. En su descargo, he de decir que es la única de esta lista que tiene un sustento científico importante. Es más, llevado a sus últimas consecuencias te termina dejando, muy, pero que muy delgadito o delgadita. Tanto como para que te pongan un pijama de pino y… hala, a criar malvas. Hay que decir que no seríais los primeros, o lo que es lo mismo, hay historias de éxito detrás que garantizan sus resultados (modo irónico: on).

Bien, ahora que ya os las he contado, no me digáis que os pillaron desprevenidos.

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Doña Isabel: su estilo de alimentación es mejorable

Apreciada Señora,

Isabel Preysler (Archivo)

Isabel Preysler (Archivo)

A pesar de no conocernos Sra. Preysler permítame que con todo el respeto me dirija a usted y le ruegue que por favor no se enfade con este escrito, se lo aseguro, bienintencionado. Soy un humilde dietista-nutricionista que trabaja como autónomo y que desde hace algún tiempo me han dado la oportunidad de dotar de contenidos a este blog. El motivo de mi escrito responde a la no pequeña sorpresa de haber leído sus declaraciones en una entrevista concedida al diario El Mundo, en la que el único tema a tratar fue su alimentación y la de su familia.

No creo que le sorprenda si le digo que su persona es para muchas otras un icono a imitarSu figura, su físico, su estilo particular y su saber estar, son como le digo motivo de envidia y modelo a seguir para muchas mujeres hoy en día que no alcanzan a explicarse cómo hace para conservarse tan bien. Desconozco hasta que punto ese físico que se muestra a la opinión pública es fruto del photoshop, del uso del bisturí o de sus hábitos de vida; pero realmente, el caso es que luce usted magnífica.

La sorpresa a la que aludía creo es fácil de entender si me deja que le explique. Puede llamarme extravagante, pero soy de los que opinan que para hablar de un determinado tema en un medio de comunicación hay que saber de ese tema o que sin conocerlo en profundidad se es, por la causa que sea, un ejemplo a imitar. Pero resulta que en su caso, por lo que transciende a la opinión pública usted no es precisamente una experta reconocida en nutrición y de hacerlo bien, nada de nada. En algunas cosas quizá más al contrario, lo hace regulín regulán tirando a mal con, permítame, algunos detalles francamente funestos.

Pero lo peor no es hacerlo mal y ya está (una especie de a mí plín yo duermo en Pikolín) lo malo de este asunto es, como le decía, que en especial su físico es envidiado por no pocas personas que pueden ver en sus hábitos alimentarios no sé si todo el secreto de su belleza o al menos parte de este y por lo tanto verse tentadas a imitarla. Y eso sería un error. Sin ir más lejos, en el título de algunos medios de comunicación que se han hecho eco de la mencionada entrevista se dice textualmente que el secreto de su juventud radica en las pastillas que toma.

Con el fin de que si quiere tenga en cuenta mi opinión profesional me he propuesto comentar algunas de las ideas más estridentes que recogidas en el artículo de forma textual dan fe de sus hábitos alimentarios:

El principal mensaje y la peor conducta que al parecer usted sigue en relación con el comer es la cuestión de recomendar el uso de suplementos alimenticios bien como norma para mejorar determinados aspectos de su físico, bien como medida paliativa para suplir determinados malos hábitos en los que incurre. Afortunadamente ya tengo parte del trabajo hecho; así en cuanto a la necesidad o bondad de tomar suplementos de no importa que vitaminas, minerales y antioxidantes (lo cierto es que le da usted a casi todo en este terreno) le sugiero que visite estas dos entradas que vienen que ni pintadas para estos casos:

Sra. Preysler, más allá de lo innecesario de esta sistemática conducta suplementadora es necesario hacer además una advertencia, tanto para usted como para todos aquellos que espoleados por su ejemplo les de por suplementarse alegremente. Es posible que usted sea de aquellas personas que piensan que tomar más de algo que se sabe que es bueno, es mejor; pues déjeme decirle que está en un error y que con esa conducta es posible que se asuman más riesgos que beneficios al superar los límites máximos tolerables para cualquiera de esas sustancias con las que, con toda la buena intención, complementa su dieta. Otra vez tengo una entrada que creo le puede servir de gran ayuda para ilustrar lo que le comento:

Además de todo esto, Dña. Isabel, hay muchos otros detalles que denotan un escaso conocimiento de cómo funcionan las cosas en nutrición y que a causa de sus declaraciones es posible que no pocas personas sigan (o caigan) en ese estado de estulticia nutricional en el que estamos sumidos. Le comento, por ejemplo, aquello que no es de recibo…

Como me falla la alimentación, consumo vitaminas”

Ya le he comentado este aspecto pero no me resisto. Lo siento, pero esta actitud es similar a “como no sé conducir, me pongo casco”. Mi consejo es que coma mejor, “que aprenda y disfrute a conducir” para que me entienda.

 Fue un amigo herbolario quien, hace muchos años, me acercó al mundo de las vitaminas”.

No sé quién es ése amigo herbolario suyo al que se refiere, pero déjeme sugerirle que si le aconsejan de semejante forma, cambie de amigos. O más directamente que, haciendo buena la primera acepción del DRAE, que no tenga amigos herbolarios (“herbolario” = botarate, alocado, sin seso)

Nada más levantarse se toma un vaso de agua caliente y mientras hace su efecto depurador, aprovecha para lavarse la cara y peinarse”.

No Dña. Isabel, no. Jamás me la hubiera imaginado a usted revelando aquellos rituales previos a sus momentos más escatológicos (es posible que para muchos haya caído un mito). Para empezar, lo que usted denomina como “alimentación depurativa” como herramienta y fin dentro de las terapias dietéticas, constituye es cierto, un reclamo habitual, pero carece hasta el momento de la evidencia necesaria en cuanto a su utilidad y hablar de «efecto depurador» en este contexto es lo mismo que decir algo bonito pero que nadie sabe a qué hace referencia. Puede consultarlo si quiere en este enlace. Sin embargo, todo apunta a que usted se refiere a que beber un vaso de agua caliente nada más levantase le ayude, a ver como se lo explico para no resultar grosero… a pasar de lo abstracto a lo concreto una vez sentada en el trono. Se lo digo por que usted misma comenta que espera a que “haga efecto”, es decir, a que se produzca el conocido reflejo gastrocólico que favorece las ganas de… de enviar un fax al Congreso. Pero esas ganas de… de eso, se producirán de igual modo muy probablemente con una taza de té, un café o cualquier otra bebida que ofrezca un contraste de temperatura entre el líquido en cuestión y su medio interno. No hay nada de depurativo en ello y si mucho… mucho de calcular el producto interior bruto de cada uno (mire, llegados a este punto creo que será mejor que se lo explique su actual marido)

No soy macrobiótica, pero desde que estuve en el Sha, intento que las comidas sean alcalinas y no ácidas, excepto con el tomate, que es ácido y los macrobióticos no lo consumen”

Sobre el casi seguimiento de una dieta macrobiótica le diré que, por lo que usted misma dice que consume, no se le debió quedar nada de lo que le explicaron en la clínica esa al respecto de lo que es una dieta macrobiótica. Le sugiero que si quiere incidir en lo que es una verdadera dieta macrobiótica (cosa que no le recomiendo) se ponga al día en este enlace (este evidentemente no es mío). O mejor aún, que ya que está tan alejada de este perfil dietético, que pase olímpicamente de este tipo de planteamientos teniendo en cuenta lo que dice el Ministerio de Sanidad sobre esta propuesta dietética al catalogarla como uno de tantos otros sistemas dietéticos absurdos incluido en el documento de análisis de situación de las terapias naturales. En resumen: La evidencia científica disponible sobre su eficacia es muy escasa y si bien en la mayoría de los casos estas terapias son inocuas, no están completamente exentas de riesgos. Y que sus planteamientos son ridículos (eso lo digo yo). Además, ya que tiene usted una entrada en la Wikipedia, déjeme que le sugiera que le eche un vistazo al apartado «críticas» que la «alimentación macrobiótica» tiene en la enciclopedia de contenido libre.

Pero no se asuste Sra. Preysler, hay cosas que creo hace bien dentro de su alimentación, eso de no tomar azúcar, no comer demasiada carne, preferir productos de origen integral antes que refinados, suena bien. Ahora bien, me tiene que explicar qué es eso de…

Jamás me verás pedir un filete. No soy vegetariana porque como carne en albóndigas, hamburguesas o hot dogs”

Es decir, a pesar de su patente preocupación por hacer las cosas bien en el terreno alimentario (con resultados más que dudosos, todo hay que decirlo) le muestro abiertamente mi sorpresa cuando dice, así, en crudo, que opta por los derivados cárnicos antes que por las carnes… es algo que no consigo entender.

Y por último, le sugiero que trate de descartar de su vocabulario expresiones como:

“Alguna vez la cocinera me dice que tiene que usar azúcar blanco para determinada receta y me niego, aunque quede menos fino el pastel. Cuando hace una tarta la intenta hacer lo más sana posible para que cuando la comamos no sea venenosa

Siento agobiarle con los innumerables enlaces, pero también tengo uno que parece escrito para esta situación. Le sugiero que eche un vistazo a esta otra entrada:

¿Qué, lo vamos pillando? Seguro que sí… porque de otro modo no sé como le sentará el saber que ese suculento producto que usted ha anunciado durante tanto tiempo en televisión, los ferreros, tiene en su composición una importante cantidad de azúcar. De hecho es el ingrediente presente en mayor cantidad, más que las almendras, más que el cacao… más que cualquier otro… el principal ingrediente de esos bombones es el azúcar. Qué, ¿acaso son los ferreros venenosos; acaso de sus palabras en la entrevista se puede concluir que ha incitado a través de la publicidad al consumo de un producto venenoso? Bien, no se agobie, perdone, ya respondo yo: no. Pero sepa, eso sí, que estos bocaditos de chocolate y posiblemente esas tartas a las que alude son productos que se recomiendan no comer en grandes cantidades o muy frecuentemente. Creo que entre esta recomendación y llamar venenosas a sus tartas por llevar azúcar hay una importante diferencia, ¿me entiende?

Me despido Dña. Isabel. No sin antes atreverme a sugerirle que antes de volver salir en cualquier medio para hablar de cuestiones de las que ni entiende ni es modelo a imitar, tenga en cuenta este escrito y se lo piense dos veces. Créame si le digo que su imagen ante las personas que sí entienden se verá favorecida.

Quedo a su disposición. Si quiere puede utilizar el espacio de más abajo reservado los comentarios para hacerme llegar su parecer.

Atentamente

Juan Revenga. Dietista-nutricionista, nº Col ARA00027

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PD: Por cierto, si tiene la ocasión de volver a hablar con la autora del artículo en cuestión, Dña. Carmen Duerto, periodista supongo, dígale de mi parte que su labor en esta ocasión (no tengo más referencias de ella) me parece cuestionable. O bien ha prescindido de todo asesoramiento profesional para saber reconocer en los hábitos alimentarios de su persona importantes errores que lo último que se debe hacer es orearlos en un medio de comunicación; o bien, lo ha hecho y le ha importado un bledo. Mal en cualquier caso. También tengo un par de enlaces para ella, le agradecería que hiciera lo posible por hacérselos llegar, gracias:

Poner coto a la “infoxicación” alimentaria: decálogo ANIS-FIAB

La responsabilidad de famosillos y medios en la salud: el mal ejemplo de casi siempre

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Nota: quiero reconocer a Jesús Soria (@JesusSoriaD) y a Gominolas de Petroleo (@gominolasdpetro) el saber «pincharme» como ellos saben hacerlo con estos temas. Y ya que estamos, el pasado domingo comenté estas cuestiones en el programa de SER Consumidor junto al primero. Aquí tienes el enlace para escucharlo, el tema comienza en el minuto 14:50

La sonrisa cítrica: sobre mandarinas, naranjas, clementinas y demás

NaranjaMandarinas, naranjas, clementinas, pomelos, etcétera, volvemos a estar de enhorabuena con esto de la temporalidad… ya sabes unas cosas se marchan (pero volverán) y otras llegan; y ahora empieza el momento de los cítricos (entre muchos otros alimentos propios del otoño y del invierno)

Para los que disfrutan de una buena mesa no conozco pregunta más absurda que aquellas del tipo cuál es tu plato preferido y, en este caso, tu fruta preferida. A mí al menos me pasa, que soy incapaz de dar una, ni tan siquiera una docena… en su punto de sazón, todas las frutas me parecen exquisitas. Pero también es cierto que por las naranjas y cítricos en general tengo una particular predilección, creo que me gusta todo lo que sepa o huela a naranja, limón, etcétera. Me gustan las colonias de inspiración cítrica, mis hijas tienen un bonito cuento titulado “la bella mandarina” y disfruto como un enano de postres y recetas que bien a lo bruto o bien de forma más elaborada incorporan este tipo de elementos (chocolate negro con naranja, mermelada amarga de naranjas cachorreñas, ensaladas con naranja o mandarina, lomo al horno con naranja, etcétera).

 

Zumo vs fruta. No hay color

Una de las preguntas más recurrentes con respecto a estas cosas de los alimentos es la de si un zumo equivale a una ración de fruta, en especial cuando se trata de naranjas que es la típica fruta “del zumo”. Y la respuesta ha de ser clara: NO. Veamos el porqué:

Cuando te haces un zumo empleas cerca de tres naranjas (ya lo sé, depende) y te bebes en medio minuto las calorías de esas tres naranjas al tiempo que dejas gran parte de la fibra en el exprimidor. Sin embargo, cuando comes naranja, comes una, con todas sus calorías pero tampoco más, tardas más tiempo en hacerlo que el hecho de beberse un vaso, lo que favorece el aumento de la saciedad y además te metes toda todita su fibra con todos sus beneficios. Así pues, el zumo, aunque sea “natural” y se elabore a base de fruta, no es fruta. Para más razones sobre si un zumo de fruta equivale a una ración de fruta, te sugiero que le eches un vistazo a este documento de posicionamiento del GREP-AEDN. Y ya que estamos que contrastes en este enlace (¡Y una fruta mierda!) la utilidad de esos preparados que se venden especialmente para niños y que supuestamente equivalen a una ración de fruta.

 

Vitamina C y resfriados

Otra idea bastante bien instalada entre la población general es el hecho de que las frutas cítricas previenen o minimizan los procesos gripales y catarrales, gracias a su aporte de vitamina C.

Con este nutriente como centro de atención y el tema de los enfriamientos y de las gripes se han publicado infinidad de estudios científicos en los que la gran mayoría no observan estos beneficios preventivos y, unos pocos, parece que sí. Afortunadamente en la base de datos Cochrane se cuenta con un reciente metaanálisis sobre esta cuestión (Vitamin C for preventing and treating the common cold) cuyas conclusiones son las siguientes:

El fracaso de los suplementos de vitamina C para reducir la incidencia de resfriados en la población normal indica que la profilaxis con mega-dosis de esta vitamina no justifica racionalmente su uso en la población general. Sin embargo, la evidencia también muestra que su uso podría justificarse en las personas expuestas a una actividad física intensa en ambientes fríos durante breves periodos de tiempo. […] Aquellos estudios en los que se utilizó la vitamina C el inicio de los resfriados como una posible terapia no mostraron ningún beneficio en dosis de hasta 4 gramos al día [de vitamina C]. No obstante, en un gran estudio en el que se utilizaron dosis terapéuticas de hasta 8 gramos, mostró resultados positivos pero controvertidos sobre esta posible utilización al inicio de los síntomas

Nota 1: Para que te hagas una idea de cuanto por encima están 4 y 8 gramos de las recomendaciones de ingesta para la población general en cuanto a la vitamina C, baste decir que esas recomendaciones están concretadas en 75 y 90 mg/día.

Nota 2: En cualquier caso, tanto si estás resfriado como si no, sigue siendo más conveniente que te tomes una naranja (o una manzana o un persimón o…) que, por ejemplo, un bollo suizo.

En resumen

No hace ninguna falta promocionar el consumo de frutas utilizando  para ello el reclamo de sus nutrientes aislados, que no dejaría de ser una expresión más del consabido nutricionismo.

Los beneficios de incluir una adecuada proporción de fruta en nuestra dieta diaria están más que contrastados hasta el punto de que, por ejemplo, la OMS cifra en 1,7 millones las muertes en el mundo directamente atribuibles a un bajo consumo de frutas y hortalizas.

Mi consejo es que para alcanzar ese adecuado consumo, que recurras a los productos de temporada, y las razones son claras: estos productos son más baratos que en otras épocas del año, reúnen todas sus óptimas cualidades sensoriales (están más ricos) y se aprende a seguir una sana variedad sin caer en el aburrimiento.

Para des-estresar un poco con tanta cifra de muertes y demás, te dejo con un desternillante monólogo de Luis Piedrahíta (como todos los suyos) en el que empieza preguntándose si las naranjas se llaman así por su color, o si el color “naranja” se llama así por el color de las naranjas, y termina desvariando sobre la piel de las mandarinas. Una especie de qué fue antes si el huevo o la gallina pero de un color naranja-hilarante.

Si quieres, antes de darle al “play” te sugiero que vayas a por unas mandarinas, o a por una naranja, y que disfrutes el doble mientras lo ves.

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Imagen: Theeradech Sanin vía freedigitalphotos.net

Mujer consigue adelgazar porque la comida le huele a mierda y vende su sistema

ApestosoHoy no es 28 de diciembre, día de los Santos Inocentes, no. De otro modo ya me hubiera ganado una buena reprimenda por parte de “mis jefes” (en este medio no ven con buenos ojos las inocentadas ni tan siquiera en tan señalado día).

La regañina hubiera sido directa probablemente porque el titular se las trae. Pero hubiera sido inmerecida ya que este es rigurosamente cierto. Sí, ya sé que parece de la familia de los geniales y falsos titulares de, por ejemplo, “El Mundo Today” o de los increíbles y reales en este caso de mi vecino “El blog del becario”. Pero resulta que el mío también es auténtico. Sin engaño ni doble sentido que medie. Increíble, sí… pero cierto. Te cuento.

Resulta que a Alex Fontaine, una mujer del Reino Unido con más experiencia en dietas milagro que Dukan, Montignac y el Dr. Oz  juntos ha puesto en práctica (y a la venta) un «procedimiento revolucionario» para dejar de comer, más en especial para evitar comer tus comidas favoritas y que al mismo tiempo sabes que “no te conviene” comer. Se llama Stink Yourself Slim (algo así como “apesta tu propia [comida] y adelgaza”)

La idea es tan simple como el cagar (para quien no ande estreñido, claro). Y antes de que te enfades por la expresión, no se trata de una frase hecha. Me vas a entender a la primera: se trata de que tú dispongas de un spray con esencia a culo de mofeta (sic) con el que (ahora es cuando te has de sentar) rociar el entorno donde guardas aquellos alimentos que más te tientan. ¿No lo entiendes? Es bien sencillo, quizá tan sencillo que se nos terminan por escapar los detalles. Se te escapan esos detalles como se escapan esos pedetes que salen cuando estás sentado en el trono, y que si no terminaran de salir es como si no hubieras acabado la faena. (Nota: siento mucho el nivel de las comparaciones pero te ruego que hoy, al menos hoy, no me lo tengas en cuenta: el tema lo está pidiendo a gritos… o a pedos). En este caso, la sola percepción de un olor asquerosamente nauseabundo en aquella comida que más te tienta y que sabedor/a de ello tú te has encargado de rociar pestilentemente, obrará el milagro de terminar por rechazarla y que por tanto no vaya directamente a intalarse en el “haber” de tus cartucheras, barriga, glúteos…

Sigues pensando que estoy de cachondeo, seguro. Afortunadamente hay un video y una página web. Estos enlaces sirven para aportar la indubitable prueba de aquello que te estoy contando: una mujer anuncia que llegó a perder 10 kilos a base de rociar el entorno de alimentos más tentadores con un spray pestilente, de tal forma que, una vez “aromatizada” la comida le resultó tan repulsiva como para no comérsela y de ahí su pérdida de peso. Y más aun, está tan convencida de las virtudes de su método que va y decide comercializarlo.

Sí, lo comercializa. Y lo hace al poco escatológico precio, pero sí muy crematístico, de “tan solo” 30 libras el spray de 50 ml de aroma a culo de mofeta (no pocas colonias de marca son bastante más económicas y no huelen mucho mejor) es decir, 35,14€ céntimo arriba, céntimo abajo.

Alternativas a Stink Yourself Slim

Bien, bien; conocedor como sé que eres de la política de servicio de este blog, sabes que no puedo dejar pasar la oportunidad de comentar algunas alternativas al hecho de que te dejes cerca de 35€ en la compra del pestilente spray. Bueno, antes de las alternativas déjame decirte que aquello que a continuación voy a proponer solo es válido si perteneces al selecto club de aquellas estúpidas personas que se creen las bases intrínsecas del proceso, resumido como:

Me dejo una pasta en el carro de la compra – llego a casa – rocío la despensa, frigorífico… con el pestilente spray de culo de mofeta – no como alimentos por que me terminan resultando repulsivos – los tiro – adelgazo – vuelta a empezar (por que «sin comer» no voy a estar XD)

Pues eso, si crees en la validez de este proceso te propongo que te ahorres 35€ en este producto con una simple acción (si eres de estómago sensible te urjo a que llegados a este punto abandones la lectura de este post). Se trataría de que dos veces por semana cojas un tupper, fiambrera u orinal y hagas tus necesidades más sólidas en él, luego vas y depositas sendos recipientes (abiertos) en tu despensa y en tu frigorífico. Cada semana puedes deshacerte del producto depositado en los recipientes y sustituirlos por una versión actualizada de tus deposiciones. Soy de la opinión que esta sencilla, absurda y altamente desaconsejable medida, te ayudará a que termines por obviar cualquier alternativa que pase por comer cualquier alimento guardado en tu nevera o despensa. (Nota: guardar los alimentos en otras estancias de tu domicilio, mientras se sigua la estrategia de la fiambrera fétida se considera hacer trampa y termina por echar al traste todo el sistema: no adelgazarás)

Pero no todo van a ser propuestas de mejora para mis lectores. Ecuánime como pocos, este blog también tiene propuestas de mejora para la creadora de tan fantástica herramienta. Por ejemplo, en vez de “apesta tu propia comida y adelgaza” como eslogan de venta, le sugiero a Alex Fontaine que haga suyo el manido y elocuente: “¿Quieres ser ligero como una mosca?: come mierda, 100.000 millones de moscas no pueden estar equivocadas”.

Bueno, no nos pongamos nerviosos, yo sigo pensando a ver si se me ocurre algo mejor y más palatable. O mejor aun, igual a los lectores de este post les gustaría animarse y aportar algunas sugerencias que le puedan ayudar a Alex Fontaine a escoger un eslogan para su pestilente solución adelgzante.

Dios qué mundo… qué mundo…

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Nota: Quiero agradecer a mi compañero Raúl de la Fuente García (@rdlfg) el haberme puesto al corriente de esta poco creíble, pero real proposición a partir de este artículo)

Imagen: David Castillo Dominici vía freedigitalphotos.net

Blogueando entre nutrición, salud, ciencia, humor y demás

BlogPaso muchas horas delante del ordenador, demasiadas para mi gusto. Pero no me queda otra ya que es una herramienta indispensable en mi trabajo. Por eso, cuando entre una tarea y otra decido hacer una pausa y no tengo tiempo (que más quisiera yo) para escaparme un par de horas a pedalear, trotar o nadar (yo no corro, yo troto… no se  lo digáis a mi vecino de Runstorming) suelo dedicarme a petardear por algunos blogs. Los que me gustan claro, con los que aprendo, me rio, me enriquezco o simplemente me evado… y si puede ser, que muchas veces lo es, con todo a la vez, pues mejor que mejor.

Así que hoy solo os traigo esas cosas que me gustan e inspiran positivamente. Supongo que al mismo tiempo aclararé algunas de las preguntas que tienen algunos lectores de este blog sobre si un servidor es “de la cuerda” de otras personas.

Al mismo tiempo y aprovechando que en este momento se está celebrando el concurso de blogs “Bitacoras” te invito a que votes a todos aquellos que te parezca. Yo ya lo he hecho, a todos ellos. Eso sí, en la siguiente relación ordenada según las categorías de los mencionados premios no busques un predilección personal en el orden que los cito. Y para que no quede el menor atisbo de duda los he ordenado alfabéticamente. Así pues, esta es mi selección de blogs preferidos.

En la categoría de Salud

Aprende a comer

Comer o No Comer

Dime qué comes

Lo que dice la ciencia para adelgazar

Mi dieta cojea

NutriTips

Tudiet

En la categoría de Ciencia

Experientia Docet

Fogonazos

Gominolas de petróleo (también presente en los bitácoras en la categoría de blogs de salud)

Los productos naturales ¡vaya timo!

Magonia

Naukas

Scientia

Varios

Conejo frustrado (humor)

Directo Al Paladar (gastronomía)

El Comidista (gastronomía)

El Mundo Today (humor)

Gastronomía y Cía (gastronomía)

Madre reciente (sin clasificación en los bitácoras, yo lo voté en educación)

Reality Blog Show (humor)

Runstorming (sin clasificación en los bitácoras, yo lo voté en salud)

Soul Kitchen (gastronomía)

Ya está el listo que todo lo sabe (educación)

Bueno, como podrás comprobar tienes madera para aburrirte leyendo blogs interesantes… y votándoles.

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Imagen: Stuart Miles vía freedigitalphotos.net

Yogures para hombres varoniles, o sea, para machotes

1, 2, 3… 16, 17, 18… ¡venga, más rápido!… 45, 46, 47

¡¿Qué somos… hombres o come-yogures!? Grrrrrrr,

… 48, 49 y 50.

Así, más o menos, solía adornar mi entrenador de judo muchas de las series de flexiones, abdominales o sentadillas en las sesiones más intensas… Ya ves: ¿Qué somos… hombres o come-yogures? Luego ya en mi casa, si por casualidad me tomaba un yogur, lo hacía casi a escondidas, no sea que el profe de judo se enterara o que al comérmelo echara a rodar todas las horas de duro entrenamiento.

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Al parecer el consumo de yogures se asume por muchas personas como una actitud más propia de niños y/o mujeres. Una cuestión que si te digo la verdad no acabo de comprender.

En cualquier caso, así está el tema y algunas empresas, cada vez más, por el aquello de diversificar el mercado se están dedicando a “probar” si el mencionado mercado traga con un producto destinado de forma específica al público masculino. Quien dice “diversificar” dice también segmentar, fragmentar e incluso atomizar de forma un tanto ridícula en mi opinión a los consumidores.

De momento ya tenemos dos fabricantes que andan jugueteando con esta idea. En realidad algo más que jugueteando ya que tanto PowerFul Yogurt como Danone con su 3aMen están comercializando sendos yogurcines con un público diana bien definido: los varones con una especial (¿enfermiza?) preocupación por su físico. De momento esta comercialización se está haciendo en países concretos y supongo que a modo de test. Una especie de a ver cómo se acepta. El primero de ellos, en Estados Unidos, prepara su salto al continente europeo en fechas recientes, más en concreto a partir de su comercialización en el Reino Unido e Irlanda. El segundo, Danone 3a Men se comercializa de momento solo en, no te lo pierdas, Bulgaria, patria putativa del yogurt (tiene varias)

Una de las publicidades de PowerFul Yogurt no tiene desperdicio: “Todos nosotros tenemos abdominales en algún sitio… encuéntralos” sugiere con su texto y sus imágenes cómo de estupendo te vas a poner consumiendo este tipo de producto.

El otro anuncio de la misma marca es, si cabe, mucho más fino (entiéndase la fina ironía)

La composición nutricional y el formato de sendos yogures dejan poco a la innovación. Al menos yo, antes de “investigarlos” ya sabía dónde presumiblemente se iban a cargar las tintas… ¿Lo adivinas?

Pues sí, como no podía ser de otra forma en su especial riqueza y selección de proteínas. Amén de un contenido graso reducido o inexistente (esta era la parte más fácil de adivinar). En cuanto al formato, también lo de siempre, envases negros, casi de luto y cantidades por unidad muy por encima de las de un yogurt “normal”, al menos en apariencia (el de PowerFul Yogurt seguro ya que se presenta en envases de 237g frente a los 125g tradicionales de nuestros más habituales). Fíjate si es para hombres que en el caso del producto de Danone, se sugiere incluso el consumirlo con tenedor… Nada de cucharillas, esos cubiertos quedan relegados para  los bebe-leches, este es un yogurt para Hombres donde los haya, y se demuestra porque el Danone 3a Men se come con tenedor.

No sé si esta actual tendencia terminará por cuajar. Recordemos que a otras marcas les salió fenomenal por ejemplo la Cocacola Zero como alternativa “masculina” a la “femenina” Cocacola light. En realidad el producto es el mismo, un refresco de cola con una ligera diferencia en alguno de sus aditivos. Desde luego los edulcorantes empleados son exactamente los mismos en ambos productos (Ciclamato ó E-952; Acesulfamo-K ó E-950 y Aspartamo ó E-951), lo que las deja a ambas con cero calorías. La principal diferencia la encontramos en el envase y su publicidad. Negra y con letras blancas de bloque la “Zero” y plateada-rosita con letras estilizadas la “Light”. Mismo producto (prácticamente idéntico) con consumidores diana bien distintos.

A este paso y por decir algo veremos en los supermercados cereales para varones caucásicos solteros de 25 a 35 años, sedentarios e ingenieros… diferentes, al menos en su formato, a los cereales para mujeres afroamericanas de entre 32 y 48 años, activas y con estudios de derecho.

Cada vez estoy más convencido de comer solo aquello que parezca comida y sobre lo que nadie me diga (y menos su fabricante) lo estupendísimo que es para mi salud.

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Nota: Quiero agradecer a @Innventio que el otro día en Twitter me puso sobre aviso de este tema

Fuentes consultadas, además de las ya citadas: Gastronomía y Cía y Food Navigator

Monsieur Mangetout (El Señor Comelotodo) y los records Guinness de glotonería

Diploma record GuinnessConfieso que hasta hace relativamente poco tenía una gran afición y esta no era otra que coleccionar, y por supuesto leer, el Libro Guinness de los Records. Este gusto por las historias rocambolescas, a veces inverosímiles, los prodigios de la naturaleza y sus innumerables demostraciones de fortaleza y determinación se me despertó muy pronto cuando con 8 años cayó en mis manos una edición francesa de 1979 del famoso libro. Entre el poco francés que dominaba por aquel entonces y el asombro que, uno a uno, despertaban los records traducidos, fueron innumerables las horas de jubilosa lectura. Tal fue así que mis padres no tardaron en darse cuenta y en poco tiempo tuve sobre mis rodillas una nueva versión, la de 1983, esta vez en castellano. Es posible que aun sin saberlo, el primer atisbo de lo que finalmente iba a ser mi profesión pudiera ser reconocido por aquel entonces, ya que los denominados records de glotonería, sección inmutable en todas las ediciones que se precien, era una de mis preferidas. Me gustaría ilustrar esta fascinación con algunos ejemplos de las ediciones antiguas:

Steve Meltzer, en 1974, se zampó 96 salchichas con un peso medio de 28,3g/u en 6 minutos redondos, lo que suponen unos 2,7 kg. de salchichas.

Peter Dowdeswell, en 1978, se endiñó entre pecho y espalda 22 empanadillas de carne de 156g/u en 18 minutos y 13 segundos. El total, 3,4 kg. de empanadilla.

Bennet D´Angelo en 1977 se refrescó el cuerpo con 1,530 kg de helado e invirtió en ello 90 segundos. El helado, puntualiza el libro, no debe estar derretido para la homologación del record en cuestión (sic).

No obstante, ya en las primeras ediciones que leí, se podían advertir mensajes de la editorial en los que se decía que no se publicarían, desde esa edición en adelante, records de consumiciones potencialmente nocivas, como por ejemplo más de dos litros de cerveza, huevos con cáscara u hormigas vivas. Lo gracioso del tema, y lo bueno de aquellas ediciones, es que junto a estas advertencias, encontrábamos records como los siguientes:

Jay Gwaltney en 1980 se lió la manta a la cabeza y le dio por comerse un abedul (de 3,35 m. de altura y un tronco de 12 cm. de diámetro) en 89 horas…

Cosa que no veo especialmente saludable. Y para más inri, lo siguiente:

Michel Lotito, apodado “Monsieur Mangetout”, se comió una bicicleta entera con neumáticos incluidos entre el 17 de marzo al 2 de abril de 1977. Su estómago iba sobre ruedas…

Sobre este último record, el libro, tras haber hecho la aclaración anterior acerca de la no publicación de records insanos, afirmaba que la inclusión del de la bici se publicaba ya que siendo el no va más de la estupidez (sic), era improbable que atrajese la competición.

Cessna 150

… Y se equivocaban, o cambiaron de parecer, por que si bien lo del tema de la bici era publicado en la edición de 1983, en la de 1988 encontrábamos, de nuevo con sus advertencias y demás precauciones, que el mismo señor de la bici se había comido una avioneta Cessna 150 (como la de la foto) en el nada desdeñable plazo de 2 meses, ruedas incluidas (nunca entendí, y posiblemente de ahí parte de la gracia, lo de llamar la atención sobre los neumáticos y las ruedas cuando de comerse bicis y aviones se trata).

De esta forma, los reyes magos y los cumpleaños fueron una inagotable fuente de risas e inspiración para mi adolescente imaginación… hasta que llegó el desastre y lo políticamente correcto transformó al Libro Guinness de los Records en una retahíla de ñoñerías sin tan siquiera un interés anecdótico y sin la menor gracia. Así, en la versión de 1996, no se podía encontrar ninguna ingesta imposible, ninguna payasada que le hiciera a uno desternillarse, dejar caer el libro y rodar por el suelo muerto de la risa. ¿Por qué? Pues me imagino que por el propio cambio de los tiempos y su consustancial paternalismo consistente en hacer de nuestras vidas una almibarada existencia. Un Mundo feliz, en el que lo que no se cuenta no existe, o más bien, parece no existir.

Volviendo al Guinness, aporto a continuación algunos ejemplos que ilustran en qué se han convertido, en las ediciones más recientes, aquellos records de glotonería. De entrada la categoría ha sido tristemente finiquitada, y ni tan siquiera aparece como tal. En su lugar encontramos un nueva, alimentos y bebidas, en la que se recoge entre otras y hasta la fecha, la pizza más grande del mundo, la mayor pella, el banquete más caro, el mayor consumo per cápita de café, queso, miel, etc. y cosas tan interesantes como dónde se ha celebrado la comida de gala a mayor altitud jamás realizada; que para que nadie se quede con la duda, os diré que fue a 6.789 m cuando en 1989 una expedición australiana escaló el monte Huascarán (Perú) llevando consigo una mesa Luis XIV, sillas, un candelabro y vino para una comida de tres platos. Cuestiones estas que, comparadas con comerse una avioneta, un abedul ó 28 pollos de una sentada (Edwuad Abraham “Bozo” Miller en San Francisco, 1963. Peso medio de los pollos, 906 g.) qué quieres que te diga… pues como que no tienen nada que ver.

En fin, tal están las cosas que en el año 2002 dejé de coleccionar nuevas ediciones del famoso libro y no creo que las cosas cambien tanto como para retomar aquel hábito otrora tan dichoso, y mucho menos con la actual tendencia. Me tendré que consolar con releer los viejos records o, mejor aún leérselos a mis hijas y disfrutar tanto o más que ellas cuando a estas se les pongan los ojos como platos y se partan de risa. Que tampoco es mala cosa.

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Fotos: EvaK, Arpingstone vía Wikimedia Commons

El «violetador», un divertido vídeo sobre publicidad y creativos

Aún me estoy riendo. El otro día mi amigo Juan (@raspu) me hizo saber de la existencia de este vídeo en el que un creativo publicista (o publicitario, a ver si alguien me termina por aclarar cómo se les debe mencionar correctamente) propone un anuncio a los directivos de una empresa que comercializa un refresco a base de zumo de uva.

Se trata de una parodia de la realidad, una caricatura, pero al fin y al cabo como toda caricatura, lo que hace es remarcar algunas de las características que reúnen en ocasiones la publicidad de alimentos ya sea para niños o para adultos. Creo que en la memoria colectiva aun guardamos ejemplos de auténticos despropósitos.

En fin, os dejo dos versiones, la original subtitulada primero, y luego una versión doblada.

Que tengáis feliz día de la Constitución.

Dejar de beber, dejar de fumar y dejar de follar

Algunos comentarios de los lectores en entradas diversas de este blog, más en concreto en aquellas que mencionan la cuestión de las bebidas alcohólicas o de la comida rápida, me recuerdan un par de viejos chistes que quiero compartir con vosotros.

Los dos son de la serie “va un tío al médico y dice: doctor, doctor…”; el primero de ellos dice tal que así:

Va un tío al médico y dice:

  • Doctor, doctor, ¿qué tengo que hacer para vivir 100 años?

El médico, que era toda una eminencia, se queda en blanco y le dice que va a mirar en libros, internet, consultar colegas y que le respondería pasado un día. Al día siguiente el médico le dice:

  • Mire, me he vuelto loco buscando y solo le puedo decir que no fume, que no beba alcohol y que no folle.

El paciente absorto le pregunta:

  • ¿Y así seguro que viviré 100 años?
  • Pues la verdad es que no tengo ni puta idea, pero se le va a hacer de largo como si lo fueran.

 

El segundo va de lo mismo, pero tiene sus matices.

  • Doctor, doctor, ¿qué es lo mejor que puedo hacer para mejorar mi salud?

Este otro médico, otra eminencia pero que en su caso no necesitaba consultar nada, le responde:

  • Lo mejor que puede hacer por su salud es dejar de beber, dejar de fumar y dejar de comer comida rápida

El tío, tras pensarlo unos segundos le dice

  • Ya… gracias… ¿y lo segundo mejor?

 

Estas dos historietas ilustran, cada cual a su manera, lo costoso que es desprenderse de ciertas conductas que con un impacto notable en nuestra salud, nos resultan placenteras. (Nota: lo del “follar” del primer chiste es un mero adorno, desde luego, que yo sepa y espero que nadie me saque del error llegado el caso, el sexo –siempre que sea seguro, claro está- no tiene una relación  perjudicial para la salud, bien entendido quizá más al contrario)

Quiero aclarar que en esas entradas en las que muchos interpretan una “censura” con respecto a determinadas conductas alimentarias que son agradables para muchos, incluso en ocasiones para un servidor, no están hechas con el fin de amargar a nadie, sino de informar. Es algo así como el papel de la DGT a la hora de advertir de los riesgos que se asumen cuando se quiere coger un coche. Es evidente que hay un riesgo intrínseco y que hay una serie de conductas que minimizan o reducen las posibilidades de tener un accidente.

Es decir, hacer un uso informado de los distintos alimentos es mejor, creo yo, que hacer un uso inconsciente de los mismos. Lo más “gracioso” es que al mismo tiempo, y pese a estar debidamente informados y mantener una conducta acorde con las recomendaciones nadie nos garantiza el evitar ese accidente o evento no deseado y no previsible. El riesgo cero, para las cuestiones de salud como para muchas otras cosas, es difícil de asegurar por no decir imposible. Ahora bien, hay conductas que reducen las posibilidades de determinados accidentes.

Considero importante el tener en cuenta que, además, no por adoptar esas mejores conductas se ha de asumir que se va a  vivir menos “placenteramente” o menos intensamente. Si se entiende bien la vida quizá sea más al contrario.

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Foto 1: Erik K Veland

Foto 2: Tobias Higbie

La tontería de beber cerveza (o agua) helada para perder peso

Interesante la pregunta (por decir algo) que me han formulado en un par de ocasiones:

«¿Se puede adelgazar bebiendo cerveza helada?«

He de reconocer que al principio me sorprendió, ya que, según mi interlocutor, “está total y científicamente comprobado que beber cerveza helada sirve para perder peso, es decir, para adelgazar”. La pregunta, como supe después, se basa en la argumentación del documento científico que pueden leer a continuación y que circula en en forma de spam en algunos correos electrónicos. Y que dice tal que así, cito textualmente:

«Por las leyes de la Termodinámica, todos sabemos que una caloría es la energía necesaria para pasar 1 gr. de agua, de 21,5º a 22,5º C. No es necesario ser ningún genio para calcular que si el hombre toma una copa de agua helada (200ml o 200g), aproximadamente a 0º, necesita 200 calorías para ponerla a 1º. Para que haya un equilibrio térmico con la temperatura corporal, serán necesarias unas 7400 calorías para que estos 200grs. de agua, alcancen los 37º de la temperatura corporal (200 g x 37ºC). Y para mantener esta temperatura, el cuerpo usa la única fuente de energía disponible: LA GORDURA CORPORAL. O sea, que precisa quemar grasas para mantener la temperatura estable. La Termodinámica, no nos deja mentir sobre esta deducción. Así, si una persona bebe una pinta de cerveza (aproximadamente 500cc) a la temperatura de 0º, pierde aproximadamente 17500 calorías (500 g x 37ºC). Ahora bien, no vamos a despreciar las calorías que tiene la pinta de cerveza, que son aproximadamente 1000 calorías para los 500grs. Si se restan estas calorías, tendremos que una persona pierde aproximadamente 16500 calorías por la ingesta de una pinta de cerveza helada. Obviamente, cuanto más helada esté la cerveza, mayor será la pérdida de calorías. Como debe estar claro para todos, esto es mucho más efectivo que, por ejemplo, andar en bicicleta o correr, con lo que solo se quemarían unas 1.000 calorías por hora. Así pues, adelgazar es terriblemente sencillo. Basta con beber cerveza bien helada, en grandes cantidades, y dejemos a la termodinámica hacer el resto»

 

¿Verdad que suena bien? Pues es una patraña. Bien organizada, más o menos, pero una patraña destinada a engañar a aquellos que han oído hablar de calorías, de energía de los alimentos, etcétera, pero que en realidad no tienen ni idea. El contenido de este documento científico está totalmente tergiversado. Está ideado con el único objetivo de engañar. Es, en definitiva, un ejemplo claro de cómo suelen organizarse estos mitos del adelgazamiento fácil. Vamos a analizarlo:

1. La definición de caloría es acertada, más o menos: en realidad se trata de la cantidad de energía necesaria para incrementar en un grado centígrado la temperatura de un gramo de agua (en concreto, desde 14,5 ºC hasta 15,5 ºC). Por tanto, es cierto que la cantidad de energía necesaria para calentar 200 mililitros de agua helada (a 0 ºC) hasta que alcance 37 ºC (la temperatura corporal) es de 7.400 calorías aproximadamente.

2. Es cierto que cuanto mayor sea el volumen de líquido helado, mayor “inversión” de calorías será necesaria para calentarlo hasta 37 ºC. En el caso de medio litro de cerveza helada, la cantidad de calorías es de 18.500 (ya sé que en el texto afirma que 17.500, pero este dato da muestra, una vez más, del calado científico del mismo. Su autor no sabe por dónde se agarra una calculadora).

3. Falla estrepitosamente en el cálculo del aporte de energía de la cerveza. No son 1.000 calorías, como afirma alegremente, sino unas 225 kilocalorías. Fíjense bien, no he dicho 225 calorías, sino 225 kilocalorías, es decir, 225.000 calorías (todo en letra, como en los cheques: doscientas veiticinco mil calorías).

4. El “pequeño error” de esta placentera pero absurda (e ineficaz) herramienta para perder peso trincando cerveza está en confundir calorías con kilocalorías.

 

Hagamos las cuentas bien y veamos el balance de beber medio litro de cerveza helada:

  • Beber medio litro de cerveza helada implica un desembolso energético de 18.500 calorías (para calentarla hasta 37 ºC).
  • Esa misma cantidad de cerveza aporta 225.000 calorías (para llegar al contenido calórico de esta cantidad de cerveza se puede consultar esta entrada)
  • Por tanto, el balance final después de beberla (aparte del puntito gracioso) es de 206.500 calorías positivas.

Alguien podría pensar que la dieta de la cerveza helada (que aporta calorías con una resultante claramente positiva) puede cambiarse por la dieta del agua helada (ya que el agua es el único alimento que no aporta calorías). Pues bien, para llegar a un balance “cero” entre las calorías que necesita diariamente una persona (pongamos 2.500 kilocalorías, en términos medios) a base de calentar ese agua hasta los 37ºC habría que beber cada día:

 

(500ml x 2.500.000 cal) / 18.500 cal para pasar medio litro de agua helada a 37ºC = 67.567,56 ml de agua helada

O lo que es lo mismo, algo más de 67,5 litros de agua helada al día, es decir unos 270 vasos. Lo que no parece muy coherente ni saludable.

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Foto 1: GlobalCitizen01

Foto 2: ::paqman::

Foto 3: Mountain/\Ash