El nutricionista de la general El nutricionista de la general

"El hombre es el único animal que come sin tener hambre, que bebe sin tener sed, y que habla sin tener nada que decir". Mark Twain

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La industria del “tentempié”: mucho de todo lo que no es bueno

antpkr vía freedigitalphotos.net

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Con la boca abierta me ha dejado el documental que acabo de ver, no solo en lo que se refiere a cómo la industria alimentaria elabora los distintos tentempiés, llámalos si quieres aperitivos, snacks y demás. Me refiero a las chocolatinas, barritas, patatas fritas, galletitas, dulces, golosinas, pastelitos, helados y similares, con excepción de los refrescos.

El documental ha llegado hasta mis ojos a raíz de los comentarios en twitter fruto de esta entrada que se refería al más que probable descenso de las recomendaciones por parte de la OMS en el consumo de azúcares que actualmente están establecidas en un máximo del 10% del valor calórico total y se prevé que se queden cerca del 5% (un importante, y en mi opinión, necesario descenso)

El caso es que un compañero dietista-nutricionista, Pablo Zumaquero (@pzjarana) me hizo llegar el documental en cuestión titulado de forma original Snack Food Tech, algo así como la tecnología en la industria de los tentempiés. Sobre todo se trata de un reportaje sobre cómo se elaboran muchos de los productos que antes he comentado, más que meterse en las implicaciones que su habitual consumo puede tener sobre la salud (solo lo aborda y de refilón, aunque de forma contundente, al final del reportaje). También introduce cada sector alimentario con una breve historia sobre su origen, algo que me ha parecido muy interesante.

Además de las hipnóticas imágenes de ver trabajar a robots industriales en la creación de todas estas “delikatessen” en grandes cantidades, las mareas de productos yendo y viniendo, entrando en líneas de envasado, etcétera; lo que resulta francamente mareante son las cifras de producción de estas empresas (las de beneficios también cuando se mencionan) y por su puesto las de consumo referido a la población estadounidense. Así, uno se entera de que los norteamericanos (solo ellos) destinan 24.000 millones de dólares al año a la compra de aperitivos y golosinas; o que el consumo de helado por habitante y año en USA está cuantificado en 19 litros; o que la empresa que fabrica los pastelitos conocidos como Twinkies elabora 1.359 millones unidades al día… Poniendo en relación esto con el tema del azúcar, otro dato sobre el que habría que recapacitar es aquel que nos hace saber que otra de las empresas punteras en la elaboración de pastelitos, Flowers Foods, destina en una sola de sus factorías 225.000 toneladas de azúcar cada semana para preparar sus especialidades. Esta necesidad de azúcar como materia prima es, insisto, en una única factoría de las varias que tiene esta empresa, a lo que habría que sumar el resto de factorías y el resto de fabricantes… y a la semana siguiente lo mismo otra vez, y así suma y sigue. Increíble. Y todo ello, no te lo pierdas, tomando en consideración que es un reportaje de hace 10 años… así que imagínate ahora.

En cuanto a las empresas que salen reflejadas en el documental son las punteras en su zona aunque aquí algunas sean poco conocidas. En la industria de las chocolatinas sale Mars Incorporated; en la de las patatas fritas Frito Lay (no te pierdas sus patatas fritas con aceite de semilla de algodón o manteca de cerdo); en el de las “galletitas enlazadas” o pretzels, Snyder’s of Hanover, en la de las “chuches” Tootsie Roll Industries, en la de los pastelitos las ya comentadas y en la de los helados Dreyer’s.

Relájate (si puedes) y te dejo ya con el vídeo (43 minutos) para que saques tus propias conclusiones.

Por último quiero entresacar las declaraciones de una persona que no aparece rotulada pero que pone los puntos sobre las íes al respecto de las implicaciones de estas cuestiones en la salud en una breve declaración:

Los tentempiés han dejado de serlo y se han convertido en algo que se puede comer a cualquier hora, y eso ha provocado la famosa crisis de obesidad en Estados Unidos [bueno, en realidad esta podría ser parte de las causa, no “la causa”, opino]. Se pueden comer dónde y cuándo se quiera. Los fabricantes han respondido a su demanda en exceso.

 

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Pan y helado en un domingo cualquiera

Pan y heladoHace pocos domingos volvía por la tarde a casa con la familia después de haber pasado un día por ahí. Había que comprar pan para la cena (en mi casa se consume no poco pan) y en estas que me fui a ver donde podía encontrar un pan más o menos decente siendo que mi panadería “de siempre” estaba ya cerrada.

Dirigí mis pasos hacia una de esas franquicias que tiene el pan como centro y reclamo del negocio, pongamos que se llama ChupiPán y que además no hace mucho ha diversificado su oferta con una nueva línea de panes, pongamos que se llama Good-baking… tradición, calidad, mayores valores nutricionales y todo eso como justificación. Tienda vacía. Entro y se establece el siguiente diálogo con la “panadera” (textual):

–        Hola, buenas tardes quería pan… un buen pan ¿qué es lo que tienen o les queda?

–        Uuuuy, muchas cosas, nuestra línea good-baking es estupenda y maravillosa… tenemos un pan “multicereales”, este de aquí, muy rico; también tenemos la barra “tradición” sin ningún tipo de aditivos… pero el mejor de todos es este de aquí, el “pan de espelta”, es el mejor porque quita todos los dolores…

Yo no sé o no puedo levantar una ceja y aportar a mi cara un aspecto circunspecto e inquisitorial (cosa que siempre me ha dado mucha envidia), así que no tuve otro remedio que intervenir de palabra

–        ¿Perdón…?

–        … (silencio)

–        ¿Dice usted que este pan “quita todos los dolores”?

–        Sí, sí, de reúma, de las articulaciones, de espalda, etcétera, cualquier dolor

–        ¡Vaya! entonces ¿habrá que cerrar las farmacias, no?

–        No hombre no, no te quita los dolores inmediatamente sino que si se consume de continuo, a la larga, produce esos efectos…

–        Perdone mi osadía, ¿pero eso como lo sabe?

–        Aquí vienen todos los días personas mayores pidiendo este pan porque se lo ha recomendado su médico o su nutricionista… y claro si ellos lo recomiendan será por algo.

–        Yo soy nutricionista

–        ¡Ah! estupendo, entonces sabrá de lo que le estoy hablando…

–        No, ni idea, ilústreme

–        Bueeeeeeno (serás un nutricionista de medio-pelo, debió pensar) es que la espelta es un cereal ancestral y natural que tiene muchos nutrientes… ¿es que usted no lo recomienda?

–        No. Bueno, no se preocupe demasiado por mí, que es domingo y no conviene… Deme dos barras del de tradición por favor, ya le pondré yo los “aditivos”. ¿Qué le debo?

–        2,20 euros (con cara de no haberla pillado, pero mosqueada)

–        Gracias, buenas tardes.

A continuación de vuelta hacia casa me topé con una heladería de las de antes y pensé, qué demonios, un día es un día, vamos a ver qué helados tienen y les doy una sorpresa a mis chicas (mujer y dos hijas, preciosas todas)

–        Hola, buenas tardes ¿qué le pongo?

–        Hola buenas, déjeme que eche un vistazo por que desde luego hay que ver la variedad que tiene usted aquí (realmente, no suelo frecuentar las heladerías, y cuando lo hago siempre me asombra como han evolucionado los sabores que yo recordaba de otro tiempo: fresa, limón, chocolate, vainilla, nata… y poco más)

–        ¡Caramba, veo que tiene usted helado de bayas de Goji!

Reconozco que venía un pelín calentito de la panadería y con cierto espíritu de cachondeo, así que lancé mis redes a ver si pillaba algo en río revuelto… y me llevé una (agradable) sorpresa:

–        ¿Qué es eso de las bayas de goji? Pregunté

–        Sinceramente una chorrada más que al parecer ahora tiene bastante tirón por aquello de la salud

–        ¿A sí? ¿y qué beneficios se le atribuyen?

–        Imagínese cualquiera… pues ése que tiene en mente se le atribuye, cualquiera.

–        ¿Y funciona?

–        ¿Habla en serio?

–        ¿Está rico?

–        A mí no me gusta nada

–        Entonces, ¿porqué lo hacen?

–        Porque se vende más o menos bien… Estoooo, bueno, ¿va a querer algo o no?

–        Sí, sí, perdone. Mire, me va a poner dos tarrinas pequeñas mezcladas, una de helado de jerez con pasas y helado de galleta; y la otra con helado de limón y fresa a partes iguales.

–        ¿Qué le debo?

–        4,80 euros

–        Ay disculpe, póngame también cuatro cucuruchos de barquillo… ¿qué le debo?

–        Ya le he dicho: 4,80€

–        ¿No cobra el barquillo?

–        No

–        Muchas gracias

–        Gracias a usted, adiós

En el camino a casa pensaba en estos dos breves encuentros y la muy diferente forma que tenían dos comerciantes de dirigir sus negocios a pesar de la aparente similitud. Todo ello teniendo en cuenta que casi a buen seguro la “panadera” era una empleada y el de la heladería el propietario. Ya sabes lo que opino de estas cosas así que no te sorprenderá la nota que en su labor comercial atribuiría uno y otro trabajador.

Para la empleada de ChupiPán un 7 sobre 10: entrega, ganas de vender, proactiva. No le pongo un 10 porque evidentemente sus argumentos eran simples y, llanamente, mentira. Al propietario de la franquicia de ChupiPán un 0 sobre 10: no tiene ni puñetera idea o intención de formar a sus empleados de forma adecuada dando un servicio y un producto digno con una información veraz. Al empleado, y todo apunta que propietario de la heladería, un 10: tenía pinta de ser uno de esos tipos con el que, al menos un servidor, se iría bien a gusto de cañas.

Nota final: El pan estaba razonablemente bueno, la textura, olor y sabor eran bastante aceptables o incluso como digo buenos, el aspecto podría ser mejorable (la corteza inferior presentaba esos puntitos de rejilla que no soporto). Lo mejor del pan: que al día siguiente seguía manteniendo la compostura. Y en cuanto a los helados… increíbles, no te cuento como estaba la mezcla del helado de jerez con pasas con el de galleta. Y eso que sobre el papel a mí no me gustan demasiado los helados. Las nenas quedaron encantadas; y que te diré yo de cómo me quedé después de recibir sus besos y abrazos.

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Imagen: rakratchada torsap vía freedigitalphotos.net