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"El hombre es el único animal que come sin tener hambre, que bebe sin tener sed, y que habla sin tener nada que decir". Mark Twain

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Manzanas contra estatinas o cómo una dieta adecuada supera a los fármacos

Una de los dichos más célebres entre la población anglosajona en relación a los correctos hábitos dietéticos viene a decir que consumir una manzana al día aleja la enfermedad de nuestras vidas (y por tanto, a los médicos que las tratan). En realidad la frase, en clave de rima en inglés, dice textualmente: An apple a day, keeps the doctor away. Estoy casi convencido de que el uso de la manzana como icono universal de la pureza dietético-saludable tiene que ver con el origen de esta frase… pero ese es otro tema del que ando rastreando la pista, así que esta cuestión ya la tocaremos otro día.

Estatinas vs manzana

Bueno, el caso es que una serie de señores se han propuesto contrastar hasta qué punto el consumo diario de fruta puede implicar ciertos beneficios… y no se les ha ocurrido otra cosa que comparar el efecto protector sobre la mortalidad causada por enfermedades vasculares que ofrece el uso de las estatinas (fármaco ¿de moda? para prevenir el incremento de colesterol en sangre y con ello reducir las enfermedades vasculares) con el efecto preventivo sobre este mismo parámetro (si tiene alguno) que tendría el consumo de una manzana (en realidad, de cualquier fruta típica al uso). Es cierto que no se trata de un estudio de intervención ni observacional, si no que en este caso se han creado modelos estadísticos virtuales basados en las evidencias que se tienen al respecto, tanto en el uso de las estatinas como en el de la fruta.

La publicación en el British Medical Journal de: A statin a day keeps the doctor away: comparative proverb assessment modelling study (Una estatina al día aleja al médico: estudio de modelos de evaluación a partir de un proverbio comparativo) pone de manifiesto, al menos en teoría, que si a toda la población del Reino Unido con edad igual o superior a 50 años se le recomendara tomar estatinas con fines preventivos para la salud vascular se prevendrían cerca de 9.400 fallecimientos al año y asumiendo un grado de seguimiento de esta recomendación del 70% de la población implicada.

Por su parte, la recomendación de consumir una manzana (sin variar el valor calórico de la dieta, es decir, sustituyendo otros elementos dietéticos por esta) con idénticos fines evitaría, de nuevo en teoría y según el modelo estadístico, nada más y nada menos que cerca de 8.500 fallecimientos por las mismas causas mencionadas. Cifras que aun siendo bastante semejantes merece la pena ponderarlas junto a otras consecuencias derivadas de recomendar estatinas y manzanas.

Así, los autores argumentan que para un valor de prevención relativamente similar en el número de fallecimientos anuales, el uso de las manzanas tendría muchos menos efectos secundarios. Y es que, hablando de estos poco deseables efectos, el uso de las estatinas en estos términos causaría (de nuevo en teoría) miles de trastornos musculares y hasta 10.000 casos nuevos de diabetes… frente a cero efectos secundarios atribuidos a las manzanas como elemento preventivo. Además, los autores aclaran que frente a posibles alergias o intolerancias relativas a la manzana por ciudadanos concretos, esa cantidad de manzana podría ser sustituida por cualquier otra fruta típica con iguales o semejantes resultados sobre la prevención.

En lo que parece un contrasentido (al menos a mí me ha chocado bastante el dato) el coste del tratamiento con estatinas estaría valorado en 217 millones de euros anuales, frente al coste de las manzanas, cifrado en 313 euros/año. Sin embargo, para el cálculo de estas cifras, se tuvo en cuenta que el sistema sanitario público subvenciona el precio de las estatinas cuando se compran con receta (que sería el caso teórico que nos ocupa). Así pues, dejar de recomendar el uso de estatinas y potenciar el de manzanas (no subvencionadas) redundaría en un importante ahorro para las arcas de la sanidad pública. Creo que caben pocas dudas de que el uso de manzanas para estos fines tendría un coste neto infinitamente menor que el de estatinas.

En cualquier caso, hay que tener presente que los autores del estudio (y un servidor también) no se atreverían a aconsejar sustituir el uso de estatinas por el de comer más fruta. El uso de este fármaco tiene un beneficio neto para la mortalidad general importante. Pero sin embargo, sí que se debería cuestionar la actual escalada en la recomendación casi universal en el uso de este tipo de fármacos y ser un poco más crítico y selectivo con el perfil de los pacientes a los que destinarlos.

La importancia de la dieta como elemento preventivo de enfermedades crónicas y degenerativas se ha puesto de manifiesto en otras publicaciones, poniendo el acento, precisamente, en ese valor preventivo, a coste casi cero (al final hay que comprar algo para comer, ¿no? pues hagámoslo bien) y sin efectos secundarios… al contrario de lo que sucede con infinidad de fármacos. Tienes ejemplos de lo que te comento en este enlace o en este otro.

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Imagen: rakratchada torsap vía freedigitalphotos.net y United States Government Work

Suplementos y complementos dietéticos con sorpresa (y no precisamente agradable)

nuchylee vía freedigitalphotos.net

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En diversas ocasiones he aportado en este blog mi opinión sobre los complementos y suplementos dietéticos. En general, creo que son innecesarios o una pérdida de dinero. En la mayoría de las ocasiones las dos cosas a la vez. Pero además pueden ser peligrosos. Y no me refiero al peligro intrínseco que supondría el exceder la ingesta máxima tolerable de las distintas sustancias que suelen aportar estos productos, algo que no hay que perder de vista cuando se suplementa a la ligera y que entra dentro de lo probable.

Me refiero al peligro de que no lleven lo que dicen que llevan y que, además, incluyan sustancias, fármacos, no declarados. Pensarás que me ha dado un siroco conspiranoico. Pero no, o no al menos si nos ceñimos a lo que recientemente se ha puesto de relieve en Estados Unidos a raíz de una investigación del diario USA Today.

Según esta reveladora investigación se estima que existe una amplia gama de este tipo de productos que: 1º incluyen sustancias de acción farmacológica no declaradas y; 2º no pocos de los directivos de estos “laboratorios”, además de contar con importantes antecedentes penales (muchas veces relacionados con la posesión de drogas y medicamentos de manera ilegal) están inmersos en procesos legales fruto de las irregularidades halladas en los productos que comercializan las empresas para las que trabajan.

A mí, que queréis que os diga, me llama poderosamente la atención que aquellos productos que habitualmente se comercializan bajo la etiqueta de “natural” contengan sustancias que han de estar sometidas a una estrecha vigilancia farmacológica. La posible razón, y esto es un suponer, es que ya que por lo visto esas sustancias “naturales” no hacen nada o tienen el mismo efecto que untarse las orejas con vino, es decir, nulo, sus fabricantes “aderezan” esos productos con aquellas drogas de acción farmacológica que sí han demostrado el efecto perseguido. ¿Quieres ejemplos? Vamos allá.

Sin ir más lejos, uno de estos suplementos nutricionales (las píldoras de la tranquilidad del Dr. Larry) que se vendían para conciliar el sueño de forma “natural” a base de incluir raíz de escrofularia y regaliz, resulta que además incluía dos potentes fármacos, un antipsicótico (Clorpromacina), y un antidepresivo (doxepina). ¿Asustado? No te culpo; pero espera aun hay más.

Por ejemplo, en algunas pastillas también “naturales” para favorecer la actividad sexual se encontraron cantidades significativas de tadalafilo el principio activo de Cialis, un fármaco para tratar la disfunción eréctil y que es un análogo del sildenafilo (presente en Viagra). Igual merece la pena que leas esta entrada ¿Te “alegras de verme” o acaso tomas fitoterapia adulterada?. Eso en el caso de los suplementos para los hombres, en el caso de las pastillas “para las mujeres” también estaban contaminadas

Victor Habbick vía freedigitalphotos.net

Victor Habbick vía freedigitalphotos.net

Los escándalos siguen y no son precisamente una anécdota en este mundillo de los suplementos y los complementos: suplementos deportivos con esteroides, suplementos vitamínicos con análogos del sildenafilo (otra vez), complementos dietéticos supuestamente para perder peso que contienen fármacos diuréticos, no declarados, de venta exclusiva con receta, etcétera. La Food and Drug Administration, la FDA, que es el organismo de la administración norteamericana que ha de velar por la seguridad (y en su caso por la efectividad) de alimentos y fármacos cuenta en la actualidad con un listado de 123 empresas que comercializan cuatro centenares largos de productos (suplementos y complementos) que se distribuyen adulterados o contaminados. Lo más “gracioso” es que el tema viene de largo. Sin ir más lejos, en enero de 2009 la misma FDA amplió un listado inicial de complementos dietéticos que se vendían con la presunta finalidad de ser útiles en la pérdida de peso. En ese listado aparecían nada más y nada menos que 69 productos adulterados con diversos fármacos (tienes el listado en este enlace).

Al final, qué quieres que te diga, podría dar igual que los directivos de estas empresas tengan o no antecedentes por delitos violentos, evasión de impuestos… pero cuando la cosa trasciende a la posesión de drogas o de fármacos y a su distribución ilegal el tema cambia bastante.

No sé cómo de fino andará este mundillo en España, lo que queda claro es que de vez en cuando también saltan algunas alarmas con los mismos o similares problemas. El verdadero problema es que tanto en USA como en Europa este tipo de productos cuenta con una legislación demasiado laxa. Una legislación que, relativa a los complementos alimenticios, no exige demostrar su efectividad cuando se hace una determinada alegación relativa a la mejora de la salud o de una determinada condición. Aunque, bien mirado, son precisamente esas alegaciones las que no pueden hacerse cuando están circunscritas a los productos con una pretendida finalidad sanitaria (te sugiero que leas la entrada Cómo saltarse a la torera una normativa: la publicidad de productos, servicios… con pretendida finalidad sanitaria)

Que no te engañen, los productos a los que me refiero se suelen etiquetar como “suplementos dietéticosy su venta es frecuente en Internet, pero también en herboristerías e incluso en farmacias. La mayoría de ellos se declaran con ingredientes o componentes “naturales”, muchas veces a base de “plantas”.

Lo más sangrante de todo este asunto es precisamente que la venta de estos productos suele estar circunscrita a su “naturalidad”, y no con poca frecuencia son las personas que quieren huir de los fármacos tradicionales (vaya usted a saber por qué razón) las que terminan siendo sus principales compradores… vaya ironía.

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Milagros_ Stuart MilesUna reciente noticia de ámbito local, aunque tranquilamente trasladable al panorama nacional e internacional ha llamado mi atención: en los últimos cuatro años el Departamento de Salud del Gobierno de Navarra ha detectado la presencia de 94 “productos milagro” en los comercios de esta Comunidad Autónoma. Con sinceridad, son muchos y al mismo tiempo me parece una escasa «detección» para los que se podrían detectar. De todos ellos, el uso de 16 se encontró que estaba asociado a “reacciones adversas” y 21 carecían de evidencia científica que justificara su uso. La mayor parte de ellos, según la nota, estaban relacionados con la pérdida de peso, y cuatro de cada cinco se comercializaban bajo la denominación de “complemento alimenticio”. Puedes acceder a la noticia al completo en este enlace

En este texto se asume una definición de producto milagro bastante acertada a mi juicio, como…

…aquellos [productos] que se comercializan como poseedores de propiedades para el tratamiento o prevención de enfermedades, para modificar el estado físico o psicológicos, o para restaurar, corregir o modificar funciones fisiológicas, sin estar respaldadas por suficientes pruebas técnicas o científicas acreditadas, expresamente reconocidas por la administración sanitaria

En cualquier caso, no solo se trataba de productos milagro como tal sujetos a esta definición sino que también cayeron en este saco aquellos productos que declaraban propiedades saludables no autorizadas por la UE, o bien productos que no respetaban la legislación en materia de publicidad o incluso aquellos que se auto atribuían propiedades preventivas o terapéuticas para tratar enfermedades o que pretendían sustituir la utilidad de los medicamentos legalmente reconocidos. Varios de ellos reunían más de una de estas irregularidades.

Sea como fuere otros de los datos a resaltar es que en 40 se incluía en su composición sustancias directamente prohibidas, o que si estaban permitidas rebasaban la dosis permitida. Tristemente esta situación no es nada novedosa cuando se observan este tipo de productos bajo la lupa. Sin ir más lejos en 2009 la FDA norteamericana advertía a los consumidores que se habían detectado bastantes productos para adelgazar, de venta libre, es decir, que no eran fármacos, la mayor parte de ellos comercializados como “complementos dietéticos”, que contenían ingredientes farmacológicos no declarados en su composición. Estos ingredientes se pueden encontrar en la mayor parte de los casos dentro de algunos fármacos y su inclusión en productos con alegaciones como “natural”, “a base de plantas”, supone en primer lugar un peligro para los consumidores y en segundo, un fraude. Un peligro porque, muchas de las sustancias encontradas en estos productos de EE.UU. no tienen ni tan siquiera la autorización para comercializarse como fármacos en el tratamiento de la obesidad por sus importantes riesgos, o si la habían tenido, les fue retirada en su día.

Independientemente de la dificultad de que un consumidor pueda detectar este tipo de peligros, resulta bastante llamativo también el escaso número de denuncias por parte de los usuarios. Volviendo al caso de la Sección de Inspección Farmacéutica de Navarra, desde el año 2009 tan solo se han recogido tres denuncias procedentes de los ciudadanos sobre estos productos.

No quiero terminar sin destacar las recomendaciones que hace el Departamento de Salud navarro cuando afirma que una dieta equilibrada junto a un estilo de vida saludable es el mejor método para obtener todos los nutrientes necesarios, haciendo innecesario tomar complementos para obtenerlos. Algo que tantas veces he comentado en este espacio.

Así pues, déjate de tonterías y con tu salud no te la juegues. Los cantos de sirena siempre han existido (y supongo que existirán) para quienes quieran escucharlos. Pero por muy “bonitos”, seductores y atractivos que sean, no dejarán de ser eso, un canto de sirena que, como en el caso de la mitología, además, pueden ser peligrosos.

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Foto: Stuart Miles vía freedigitalphotos